En los albores del presente siglo, la sociedad en general presenta necesidades que devienen de las exigencias de productores que elaboran “objetos” en determinados momentos históricos, por cierto, en desfase socioeconómico. La necesidad socialmente es subsumida por la inmediatez de lo superfluo. Hoy, es parte de las necesidades del mercado. La mayoría de las expresiones del consumo que generan en el proceso productivo; contienen una “dosis” de las investigaciones tanto de laboratorio como de las interrelaciones emanadas de la realidad, o en términos de la objetividad: de la sociedad fragmentada, segregada y “excluida” en ciertos segmentos socioeconómicos. Para ello, se presentan, cuando menos tres instancias entre la producción y consumo de ciertos productos sobre una concepción insertada en la elaboración: primero, contextualizar que estamos frente a una “vorágine” de productos, en su mayoría no son necesarios, pero si caen en la subjetividad de lo banal; segundo, la educación (en la seducción por lo pragmático) genera formación de recursos humanos en un marco determinado por la globalización en aparente “inclusión”, presenta sus propias contradicciones en un escenario diferenciado y; tercero, en la actualidad, la ciencia y la tecnología en la era de las “competencias”, en la “sociedad de la información” y su dinámica con ausencia de conocimientos transformadores, no existen propuestas que lleven hacia otra sociedad del conocimiento para el cambio. La investigación, se subsume hacia la mercantilización de indicadores y de “modelos” de abstracción. En cuanto a la calidad de la ciencia y la tecnología, se evidencia la ausencia en educación de valores: solidaridad y la inclusión en la diversidad. En tanto, se desvanecen en los planes y programas gubernamentales. Además, se contraponen y se simplifican sin comprometerse ética ni profesionalmente para resolver las necesidades múltiples de la sociedad. Este hecho no es una cuestión moral la que permea a los individuos per se, sino confluye una acción determinada por la lógica hegemónica de un modelo de industrialización cosificado generacionalmente en detrimento de la sociedad. He allí el reto de la educación en valores; en la responsabilidad de la ciencia en encarar los problemas sociales y, la humanización de la tecnología en el ámbito de una sociedad cada vez más dispersa e individualizada por la especificidad de sus interrelaciones entre el objeto y sujeto en constante polarización.
El objetivo del presente trabajo es comprender las tendencias contradictorias de la educación y la ciencia ante las realidades cambiantes de los procesos de irrupción de la globalización.
Palabras clave: educación, ciencia, y globalización.