La resiliencia, como campo teórico, surgió después de la Segunda Guerra Mundial como resultado de la recuperación que de forma inesperada por los traumas sufridos durante este conflicto habían tenido los niños. En este campo de estudios se encuentran tres ópticas de análisis: la primera se enfocó en indagar los factores individuales que determinaban que personas expuestas a situaciones de riesgo, principalmente niños, lograran sobreponerse a ellas y llevar vidas satisfactorias; en la segunda se ampliaron las investigaciones a adultos y a grupos sociales como la familia, entendiendo la resiliencia como el producto de las relaciones sociales y factible de ser construida de manera intencionada; y, finalmente una tercera en que la resiliencia es un atributo potencialmente presente en todas las personas, que puede ser fortalecida y que es producto de la relación que se establece con el entorno a diferentes niveles sistémicos. De estas líneas de análisis, emergieron tres propuestas dirigidas a construir la resiliencia educativa, basadas en las propuestas de resiliencia sistémica y holística, cuyo objetivo es capacitar a las instituciones escolares para equilibrar los factores de riesgo y de protección a los que están expuestos los alumnos, y generar ambientes de aprendizaje óptimos.
Palabras clave: resiliencias, resiliencia educativa, factores protectores y de riesgo.