La educación científica de las jóvenes y las niñas adquiere cada vez mayor relevancia en el debate internacional sobre educación y ciencia cuando menos por tres razones: porque ésta permite a las niñas prepararse para una participación más efectiva en la solución de los grandes problemas que les tocará vivir; porque les permite acceder a un conocimiento que les permitirá adquirir poder en la toma de decisiones; y porque puede contribuir a incentivar vocaciones científicas entre las nuevas generaciones de mujeres cuya presencia es todavía reducida entre la comunidad científica. La educación científica de las niñas enfrenta dificultades adicionales derivadas de las expectativas que tiene su familia respecto a los conocimientos que ellas deben adquirir para su plena inserción en la sociedad, pero también por los sesgos de género presentes en los sistemas educativos que imponen planes y programas de estudio, contenidos curriculares y prácticas pedagógicas que tienden a marginar a las niñas y jóvenes de la ciencia. Con el propósito de identificar las articulaciones entre la educación científica recibida por las niñas a lo largo de su trayectoria escolar, la elección de carrera que hicieron y su interés por dedicarse o no a la investigación científica, se realizaron entrevistas semi-estructuradas ocho estudiantes universitarias que cursaban los últimos semestres de las carreras de psicología y biología en la FES-Zaragoza-UNAM. Los resultados mostraron una aparente inconexión entre la educación científica recibida, la elección de carreta que hicieron y su interés por dedicarse a la investigación científica. Se analizan estos resultados a partir de los sesgos de género presentes en los procesos de educación científica en las instituciones educativas y científicas, así como el papel que juegan diferentes agentes sociales y universos simbólicos para desalentar el interés de las niñas por carreras científicas.