La adolescencia es una etapa de la vida en la cual se gana independencia, existe una preocupación por el cuidado físico y por hacer atractivo el cuerpo, por poner a prueba la feminidad y masculinidad, por tener fantasías románticas e iniciar la vida sexual y experimentar con diferentes parejas (Antona, Madrid, & Aláez, 2003). Las características propias de la adolescencia, contribuyen a que los jóvenes se expongan a factores de riesgo, como el sexo sin protección (Bárcena, Rendón, & Robles, 2011), incrementando las probabilidades de un embarazo y/o el contagio de alguna ITS o del VIH/SIDA (ONUSIDA, 2010). Bajo este contexto, se han desarrollado diferentes modelos psicológicos de la salud que buscan explicar y predecir el comportamiento sexual protegido y preventivo (Bárcena et al., 2011) a través de diferentes variables psicosociales (p. ej. conocimientos, valoraciones, intenciones, actitudes, creencias, etcétera) y/o conductuales (habilidades por ejemplo para negociar un condón o colocarlo correctamente, etcétera) para llevar a cabo una conducta específica (p. ej. usar o no el condón) (cf. Noar, 2007). Sin embargo, el análisis de la conducta sexual de los jóvenes, podría complementarse a través de la inclusión del contexto; esto con el objetivo de entender las condiciones en las cuales las variables psicosociales y conductuales surgen y se mantienen (Gonçalves-Câmara, Castellá-Sarriera, & Carlotto, 2007). Uno de los contextos más importantes es el familiar (Minuchin, 1974) y desde este grupo los individuos aprenden la normatividad para que el individuo se comporte, regule y exprese su sexualidad en la sociedad (Davis, 1974). En este sentido, Fortenberry (2013) destaca la importancia que tiene la cultura sexual familiar, la cual hace referencia a los valores, actitudes y comportamientos de los adolescentes influenciados por los padres y los hermanos. Así, el presente trabajo tiene como objetivo analizar las diferentes prácticas parentales y fraternas de socialización sexual para comprender cómo ambos agentes contribuyen en la construcción de una cultura sexual familiar que podría promover, o no, actitudes, creencias, motivaciones, intenciones y comportamientos orientados al riesgo o a la prevención de diferentes riesgos para la salud sexual de los hijos adolescentes. Las conclusiones se centran en la importancia de alfabetizar sexualmente a los hijos a través de la participación familiar y del cambio en las prácticas de socialización de padres y hermanos. Este trabajo se deriva del proyecto “Impacto del contexto familiar en el comportamiento sexual preventivo de jóvenes universitarios” financiado por el Programa UNAM-DGAPA-PAPIIT IA301616.
Palabras clave: socialización, padres, hermanos.