La realidad social que enfrentan los jóvenes, es la consecuencia de inadecuadas decisiones como resultado del impacto económico, social, cultural, tecnológico e incluso político, que de la mano de la globalización han modificado los pilares de identidad, vida y convivencia en nuestra sociedad.
En términos económicos no es un secreto que todos los miembros de la familia se han visto en la necesidad de aportar ingresos para lograr la sobrevivencia de el colectivo, y los estudiantes han requerido buscar los modelos de referencia en lo que a su paso encuentran, es decir, los medios, redes sociales, líderes de opinión mercadotécnicos y grupos de influencia (amigos, bandas, grupos afines). El ingreso de los adultos no es proporcional a su capacidad de compra y por ello las condiciones de vida en su mayoría son de pobreza.
Los cambios en los segmentos sociales ha generado procesos de adaptación que han requerido una aceptación y adopción de grupos que en tiempos pasados se consideraban minorías o rechazados.
Culturalmente hablando, la globalización ha permitido que el movimiento de culturas forme un panorama colorido y diverso; pero que ha obligado a las instituciones a realizar cambios en los procesos, programas y planes que se adapten a sus requerimientos y necesidades.
El avance tecnológico ha impactado positiva y negativamente en la sociedad; al permitir el acceso a plataformas de educación que acercan la información a los estudiantes y facilitan la comunicación entre los diversos miembros de la comunidad estudiantil. Sin embargo, también es cierto que la información a la que los jóvenes tienen acceso desde muy pequeños, sin control o censura de mayores responsables y con criterio, ha creado malos hábitos de estudio, impaciencia y falta de compromiso y responsabilidad en el aprendizaje; además de acceso a información decadente y retos que a nivel mundial ha causado incluso la muerte.
Aunado a todos estos cambios resultados de la globalización y evolución de una sociedad, nos enfrentamos a la pérdida de valores que han concluido en desintegración familiar, pérdida de autoestima e identidad, depresión, ansiedad, angustia y desinterés por aprender, cuidarse y vivir.
Las nuevas generaciones necesitan recuperar lo que pasadas generaciones consideraron valioso e imprescindible para una vida plena y pacífica. Por ello es indispensable que como docentes nos hagamos responsables solidarios y ejemplo de hábitos de vida en valores.
El presente trabajo tiene como objetivo promover en los docentes la importancia del compromiso de la vivencia diaria y ejemplo de los valores con los estudiantes.
Palabras claves: Valores, globalización y tecnología