El conocimiento del mundo que tienen los niños se relaciona directamente con su contexto sociocultural. Desde muy temprano interpretan la vida de su comunidad en función de los estímulos sociales que reciben: ideas, creencias y prácticas de su grupo de pertenencia. Construyen desde la primera infancia, y a través de diversas interacciones, una serie de imágenes que les permite comprender el espacio que les rodea y del que forman parte, pero no se trata de la mera reproducción de un objeto conocido, sino que en esa construcción siempre aportan elementos creativos, con ello dan un toque de originalidad a la vez que hacen uso de elementos compartidos socialmente.
Así, el grupo social se convierte en uno de los principales ambientes de promoción del aprendizaje infantil, tanto en espacios urbanos como rurales, en estos últimos, generalmente localidades pequeñas, las características físicas y la vida cotidiana comunitaria generan una serie de interacciones en las que niñas y niños tienen un lugar asignado, lo cual hace que se apropien de los significados sociales.
Este es el caso de las poblaciones p’urhépecha de la Cañada de los once pueblos, la dinámica de las mismas, su historia, la conservación de elementos culturales sincréticos, así como los cambios de la vida moderna provocan en los pequeños una fuente rica de conocimientos con los que se relacionan e interactúan como sujetos de su localidad.
Por ello, el acercamiento a las representaciones sociales infantiles es un asunto que merece ser estudiado desde la universidad, tratar de capturar las imágenes que tienen del lugar donde viven hace posible comprender cómo se ven a sí mismos y cómo interpretan su mundo.
Sin embargo, el trabajo con niños y niñas no siempre es fácil, sobre todo cuando se busca conocer cómo perciben su entorno, para ello son necesarios métodos que conjuguen la didáctica, el juego y el arte como herramientas principales de expresión e interpretación de su comunidad.
Esta ponencia narra la experiencia educativa que se tuvo en la región p’urhépecha de la Cañada de los once pueblos, se trata de un trabajo que pone el acento en el arte, la creatividad y las representaciones sociales, pero aún más en el respeto a la diversidad cultural, y en la posibilidad de escuchar, dialogar y comprender las distintas maneras de hacer educación.
Palabras clave: Representaciones sociales, arte, diversidad cultural.