Desde que, en 1977, la educación ambiental fue conceptualizada formalmente en la Conferencia Intergubernamental en Educación Ambiental de Tbilisi, uno de los más importantes ejes a través de los cuales estructura sus propuestas es la ecología, la cual, como disciplina científica, ha sido definida como el estudio científico de los procesos que regulan la distribución y abundancia de los organismos. Entre estas dos áreas del conocimiento ha existido una peligrosa desvinculación que desdibuja sus principales aportes, ya sea por la malinterpretación de procesos ecológicos por parte de la educación ambiental o por la desconexión entre la sociedad y los conocimientos producidos por la ecología. Adicionalmente a esto, la ecología le ha servido al mundo capitalista para emplear a la naturaleza como una estrategia de acumulación a través de la justificación del mercado de mercancías ecológicas. Anteriormente se ha propuesto a la ecología como un “vigilante epistemológico” de la semántica de la educación ambiental. En este trabajo retomamos dicha idea y proponemos a la educación ambiental como un “vigilante social” de la actividad de la ecología, recalcando la urgencia de vincular el trabajo científico que se hace en ecología con el papel emancipador de la educación ambiental.
Palabras clave: Ecología, educación ambiental, acumulación.