En la actualidad hablar de formación docente y de las competencias que este debe desarrollar en el ámbito de la educación tiene implicaciones no solo de buena voluntad, sino un conjunto de saberes que permita al sujeto enfrentarse a determinaciones histórico-culturales objetivas, que planteen la reestructuración de formas nuevas de contribuir al conocimiento de las prácticas actuales en la Educación; en donde su representación forma parte de la conjunción y contribución de un ejercicio profesional determinado por las corrientes de la globalización en un sistema en donde la ausencia del reconocimiento humano se encuentra carente para apreciar la diversidad del mundo global con una mirada crítica que publique ideas o hallazgos de transformación sustentadas en la práctica docente y sustraídas de las realidades vividas como sujetos históricos a través de la reflexión de su hacer docente (Pérez, G. A.; Barquín R.; Angulo, R. ,1999).
El actuar docente entonces se convierte en una problemática en las Escuelas Normales en la asignatura de Historia, ya que se enfrenta a manifestaciones culturales y estructurales en donde la adaptación no solo cumple con la tarea de atender a alumnos que socialmente se forman bajo representaciones sociales diversas; su función es la de abrir espacios de formación en donde este sujeto asuma una postura de comprensión y espacio histórico a partir de buscar “caminos alternativos que permitan la construcción de un conocimiento social del presente” (Zemelman, 1992, p. 47). Bajo una postura crítica del ejercicio docente.
Es en este tenor el estudio de caso cobra relevancia para explicar las conceptualizaciones de los actores como base teórica de observación, confrontación y análisis de las vivencias, problemáticas y esclarecimiento de hechos como lo mencionan Stake (2007) abarcar la particularidad de un fenómeno en donde la interpretación, comprensión y explicación fueron el punto de partida para triangular la información y emitir juicios valorativos que den cuenta de la investigación cualitativa de este hecho educativo.
Se encuentra en este tenor la refutación del planteamiento siguiente: ¿Es la formación docente una posibilidad de recrear nuevos contextos educativos en la enseñanza de la signatura de Historia?