Para dar cuenta del momento en que el Estado Benefactor deja de serlo para transformarse en Estado Evaluador por el peso de la competitividad global, se descubren en el discurso de la modernización en México, políticas económicas con criterios administrativos que pretenden medir la eficacia y eficiencia en las Instituciones Educativas.
El discurso de calidad que orienta las políticas educativas en el país, invita a un cuestionamiento de la evaluación en la Universidad pública, como un instrumento de poder.
El presente trabajo centra su atención en el sistema de evaluación del docente que es replicado a nivel nacional e internacional, en un intento por recuperar al sujeto (y no objeto) de un proceso impositivo, haciendo hincapié en la valoración de su actuar con criterios externos que no corresponden al ámbito educativo y que exigen un perfil con estándares demandantes que presuntamente aseguren la calidad educativa.
Este espacio de reflexión compartido pretende vincular agentes de cambio observadores de la réplica de un Sistema que desde una racionalidad instrumental velada, sin apertura al diálogo, se presenta como deseable y como el único camino para elevar la productividad académica para compensar los montos salariales de docentes e investigadores.
Es en la postura crítico dialéctica que se encuentra una base epistemológica comprometida con una fundamentación sólida que permite investigar la realidad social reflexivamente.
Palabras clave: evaluación docente, universidad pública, calidad educativa.