Movimiento
Nuestro cuerpo desempeña un papel primordial en cada proceso intelectual.
Cada movimiento desde la infancia, es decisivo en la creación de redes neuronales de donde se derivan todos nuestros aprendizajes; el movimiento integra y fija nuevas experiencias e información dentro de estas redes, siendo esto vital para todas las actividades a través de las cuales incorporamos y expresamos nuestro aprendizaje, así como la comprensión y la imagen de nosotros mismos, haciendo que nuestro cuerpo se conforme como el principal instrumento de aprendizaje.
Por medio de movimientos específicos las rutas neuronales pueden ser construidas o modificadas facilitando con ello el aprendizaje, disminuyendo problemas emocionales y cambio de actitudes así como la superación de muchas otras dificultades
El aprendizaje se da en la relación cerebro-cuerpo, a través de la comunicación neuronal, transmitiendo mensajes eléctricos a través de todo el cuerpo por medio de las dendritas; los mensajes son transmitidos químicamente mediante sinapsis, y eléctricamente por debajo de la fibra nerviosa. El proceso de conexión de las neuronas y sus redes, son la base de todo aprendizaje. La repetición y la práctica de algún aprendizaje, activa repetidamente nuestra neurona produciendo más mielina (sustancia que incrementa la velocidad en la transmisión de los impulsos nerviosos, aísla, protege y asiste la regeneración de los nervios cuando han sido dañados).
El temor, la tensión, el nerviosismo nos impide estar listos para aprender, y esta respuesta de temor ocurre en nuestro cerebro y nuestro cuerpo.
La inseguridad, la incertidumbre, la duda que experimenten algunos alumnos y docentes en el salón de clases, constituyen amenazas reales y nuestro cerebro y cuerpo responden de acuerdo a ellas.
La respuesta es una reducción de nuestra actividad cerebral en las áreas superiores del cerebro, en especial los lóbulos frontales y por lo tanto, la toma de control de la situación se da en las regiones posteriores del cerebro: el cerebro reptiliano y el sistema límbico.
Música
Las investigaciones que se han referido al efecto de la música (en especial la clásica), la danza y el movimiento en el cerebro infantil, han coincidido en que ésta provoca una activación de la corteza cerebral, específicamente las zonas frontal y occipital, implicadas en el procesamiento espaciotemporal.
Algunos beneficios son:
Danzas circulares
Desde tiempos antiguos la danza en círculo ha sido realizada por muchas culturas y tradiciones del mundo entero, conjuga estados de ánimo meditativos, energéticos y festivos. El círculo en movimiento crea una conciencia de unidad colectiva y permite un contacto profundo consigo mismo y con los diferentes círculos que se realizan en otras partes del planeta a favor de la paz y la armonía.
Los tipos de danzas son desde las tradicionales, hasta modernas o contemporáneas.
El significado de la danza reside en la transformación y la renovación personal a través de la celebración comunitaria. Es ideal y divertida para personas de todas las edades y habilidades corporales. Interiormente se alcanza una importante vivencia de intenso bienestar físico y espiritual.
Es importante que se rescate el importante papel de la psico-corporalidad en el proceso educativo, desde el nivel inicial hasta el profesional.
A través del movimiento, la música y la danza podemos desinhibir las conexiones cerebrales que bloquean la atención y la concentración que repercuten en el aprendizaje.
