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Trabajo colaborativo para integración social de estudiantes en Nivel Medio Superior

Fernando Becerril Morales, Joel Díaz Silva, Ligia Malania Chávez, María Guadalupe Jardón Segura

Escuela Preparatoria de la U. A. del Estado de México “Dr. Pablo González Casanova”, Amecameca

Resumen

Unos de los problemas actuales que dificultan las relaciones humanas, en cualquier contexto social, son la intolerancia, la discriminación y el maltrato. En cualquier centro escolar se ve reflejada esta situación, siendo los principales afectados, aquellos estudiantes que por diversos factores son más vulnerables, debido a sus condiciones sociales, su origen étnico, por algún padecimiento físico o bajo rendimiento escolar, entre muchos otros. Los docentes del plantel “Dr. Pablo González Casanova” del nivel medio superior (NMS) tenemos el propósito mejorar la integración social de nuestros estudiantes para tratar de paliar tal situación. Para tal efecto, hemos  implementando una estrategia de trabajo colaborativo, partiendo de la base que al trabajar en conjunto en busca de una meta común, se puede conseguir esta integración, al colaborar con aquellos que cotidianamente no lo hacen. Se ha comprobado que un alumno aprende más cuando explica un tema determinado a otros, ya que requiere un esfuerzo cognitivo superior a una simple lectura o repaso individual. Por lo cual, hemos elegido la técnica de rompecabezas II, en la que cada estudiante recibe un tema, lo aprende y explica a sus compañeros. Para que esta estrategia funcione se integran equipos colaborativos estratificados, con estudiantes de distintos niveles de rendimiento académico, para que los más avanzados actúen, hasta cierto punto, de tutores para sus otros compañeros; durante un semestre cada estudiante puede haber participado en distintos equipos en diferentes momentos. Aquí se privilegia la colaboración, la aceptación de otras ideas, el logro de metas comunes, el trabajo equitativo y el aprendizaje. Durante su implementación,  cada integrante del equipo colaborativo tiene un rol específico, intercambiándose estos a lo largo del proceso, hasta que cada estudiante ha ocupado todos. El docente actúa como guía, interviniendo cuando sea necesario, dejando de hacerlo gradualmente para dar cada vez más independencia a los equipos. Con esta técnica se promueve también la aceptación de otras formas de trabajar, la compartición de ideas y la tolerancia; se puede utilizar también para preparar exámenes y lograr un mayor aprendizaje. Nosotros hemos implementado el trabajo colaborativo con estudiantes de semestres iniciales e intermedios de NMS, obteniendo resultados satisfactorios hasta el momento, produciéndose una mejor integración de los estudiantes en el ámbito  social y académico. Sin embargo, estamos conscientes que es necesario dar continuidad a esta estrategia y a seguir utilizándola de manera cotidiana y sistemática.

 

Palabras clave: Trabajo colaborativo, integración social, tolerancia

Introducción

Los tiempos actuales exigen que la educación que reciben los estudiantes en el nivel medio superior (NMS) sea cada vez de mayor calidad, a la cual puedan tener acceso todos los estudiantes que la soliciten, sin importar sus estatus social, ni la edad, sexo, preferencias sexuales, origen, padecimientos físicos, etc. Para que ellos puedan desarrollar sus competencias que les permitan adquirir conocimientos, habilidades, actitudes y valores que trasciendan el ámbito escolar. Se requiere entonces una educación que promueva la educación integral y equitativa de los estudiantes sin restricción ni discriminación de cualquier índole. En el plantel “Dr. Pablo González Casanova de la escuela preparatoria de la UAEMex en la búsqueda de estrategias alternativas que nos permitan que la educación que se imparte en nuestro plantel sea de excelencia y que llegue a todos nuestros estudiantes, hemos encontrado una en particular que al parecer puede contribuir para tales propósitos, esta es el trabajo colaborativo.  Se sabe que las actividades en equipo parecen ser muy importantes para facilitar el aprendizaje, ya que se ha demostrado ampliamente que el cerebro/mente es social, por lo que cuando efectuamos actividades en equipo, tales como las prácticas de laboratorio (ejemplo de trabajo colaborativo) fomentamos la interacción que puede conducir al enriquecimiento cultural de estudiante. Cuando el estudiante aprende realmente a trabajar en conjunto con sus pares (equipo colaborativo), desarrollara una gran cantidad de competencias que le pueden permitir aprender con mayor profundidad, aprender a convivir y trabajar con otros alumnos con los que generalmente no lo hace y durante su implementación pueden fomentarse la tolerancia, disminuir la discriminación y promover la integración social.

Para que el trabajo en equipo sea más efectivo y productivo, hemos implementado la  formación de equipos colaborativos, en los se promueve el trabajo conjunto de tipo colaborativo, la sociabilización, el trabajo equitativo y la responsabilidad compartida, y en que se tiene una meta común que permite que al conseguirse los objetivos del equipo, se logren además avances individuales significativos y además se puede conseguir una integración de grupo más rápida y efectiva.  

En el presente trabajo se describe una estrategia de trabajo colaborativo conocida como rompecabezas, desde sus fundamentos, el diseño completo de la propuesta y la manera de evaluarse. Esta estrategia fomenta la interacción positiva entre los alumnos, así como la búsqueda del aprendizaje colaborativo. La interacción cara a cara, así como interdependencia positiva  son indispensables para que tal estrategia se concrete de manera efectiva. Está fundamentada en el socio constructivismo, dado que fomenta la construcción de aprendizajes significativos y profundos mediante el trabajo conjunto entre pares, que puede contribuir significativamente en el desarrollo de habilidades sociales entre los integrantes del equipo que les van a permitir en un futuro próximo aprender de manera significativa y además reflexionar acerca de la relación académica y personal entre estudiantes. El trabajo colaborativo, por su propia naturaleza, combate la intolerancia, la discriminación, el rechazo del grupo hacia cualquier integrante y además le permitirá aprender profunda y significativamente.

Aprendizaje colaborativo

Colaborar es trabajar con otra u otras personas. El aprendizaje colaborativo va más allá de trabajar junto con otros, en “equipos” tradicionales, sino que aquí, en la búsqueda de una meta común, se consigue que todos los integrantes participen activa y equitativamente, en un ambiente de respeto, tolerancia y siempre de manera interactiva; donde la ayuda mutua y la responsabilidad compartida son fundamentales.

La primera característica del aprendizaje colaborativo es el diseño intencional. Las actividades deben estar bien estructuradas para que todos los integrantes participen y colaboren en todo momento. En momentos iniciales, el docente puede proporcionar tareas pre estructuradas y al paso del tiempo los estudiantes serán capaces de desarrollar sus propias estructuras.

Además del diseño intencional, la colaboración es la característica esencial del aprendizaje colaborativo. Todos los integrantes del equipo deben comprometerse activamente a trabajar juntos para alcanzar los objetivos señalados, participar equitativamente para el logro de los objetivos comunes.

La tercera característica del aprendizaje colaborativo es que tenga lugar una enseñanza significativa. Cuando los estudiantes trabajan juntos en una tarea colaborativa, deben incrementar sus conocimientos o profundizar su comprensión del currículum de la asignatura. La tarea encomendada al grupo debe estructurarse para cumplir los objetivos de aprendizaje de la asignatura. El aprendizaje colaborativo, por tanto, consiste en que dos o más estudiantes trabajen juntos y compartan equitativamente la carga de trabajo mientras progresan hacia los resultados de aprendizaje previstos. Entonces, el aprendizaje colaborativo tiene su origen en el constructivismo social. Como indica Matthews (1996, pág. 10; citado por Barkley y otros, 2007), “El aprendizaje colaborativo se produce cuando los alumnos y los profesores trabajan juntos para crear el saber…Es una pedagogía que parte de la base de que las personas crean significados juntas y que el proceso las enriquece y las hace crecer”.  En vez de dar por supuesto que el saber existe en algún lugar de la realidad “exterior” y que espera ser descubierto mediante el esfuerzo humano, el aprendizaje colaborativo, en su definición más estricta, parte de la base que el saber se produce socialmente por consenso entre compañeros versados en la cuestión.  Para algunos autores, al profesor no le corresponde la supervisión del aprendizaje del grupo, sino que su responsabilidad consiste en convertirse, junto con los alumnos, en miembro de una comunidad que busque el saber.

La meta del aprendizaje colaborativo es desarrollar a personas reflexivas, autónomas y elocuentes, para lo cual se puede requerir de cierto nivel de desarrollo en los estudiantes, por lo que se recomienda poner en práctica este tipo de aprendizaje interactivo en el nivel superior.

Woolfolk  (2010) menciona que durante las tres últimas décadas los investigadores han estudiado el aprendizaje por colaboración y la mayoría de los estudios indican que los grupos verdaderamente cooperativos surten un efecto positivo en la empatía, la tolerancia hacia las diferencias, los sentimientos de aceptación, la amistad, la confianza personal e incluso en la asistencia a la escuela, lo cual es el principal objetivo de esta propuesta.

Las distintas teorías del aprendizaje reconocen al aprendizaje por colaboración como uno de los más efectivos. Por ejemplo, los teóricos del procesamiento de la información señalan el valor que tiene el debate grupal para ayudar a los participantes a ensayar, elaborar y ampliar sus conocimientos. Conforme los miembros del grupo formulan preguntas y dan explicaciones, debe organizar sus conocimientos, establecer conexiones y repasar (los procesos que fomentan el procesamiento de la información y la memoria). Los seguidores de la perspectiva piagetiana sugieren que las interacciones entre los grupos crearían el conflicto cognoscitivo y el desequilibrio que provoca que un individuo se cuestione su entendimiento y pruebe nuevas ideas. Quienes están a favor de la teoría de Vigotsky consideran que la interacción social es importante para aprender, porque funciones mentales superiores como el razonamiento, la comprensión y el pensamiento críticos se originan en las interacciones sociales y luego las internalizan los individuos.  Los individuos son capaces de realizar tareas mentales con apoyo social y antes de hacerlas por sí mismos. Así, el aprendizaje por colaboración brinda el apoyo social y el andamiaje que los estudiantes necesitan para avanzar en su aprendizaje.

En los grupos colaborativos los miembros discuten sus estrategias para solucionar un problema, exponen sus razones y defienden su trabajo. Percibiendo lo expresado por su compañero, otro estudiante puede presentar una salida alternativa; la cual induce al grupo a cambiar sus interpretaciones o a su mantenimiento. Cuando tres estudiantes de un grupo le exigen al cuarto que explique sus ideas; ellos hacen su pensamiento público. De esa manera, el participante está continuamente reevaluando sus ideas a través del dialogo. En consecuencia, los estudiantes logran mayor y mejor aprendizaje en una sala de clases colaborativas que en aquella tradicional. Los docentes en su rol de mediadores, utilizan mayor tiempo en interrelacionarse con los estudiantes; orientan al grupo en la búsqueda de la información y ayudan a sus estudiantes a compartir sus propias experiencias y conocimientos. Esos mediadores en acción se mueven de un grupo a otro, modelando sus estrategias de aprendizaje o interviniendo en la discusión y reforzando a otro grupo.

La “sala de clases colaborativa” presenta cuatro elementos característicos:

David y Roger Johnson (1999, citado por Woolfolk, 2010) listan cinco elementos que definen el verdadero aprendizaje por colaboración:

Los estudiantes interactúan cara a cara y juntos, no a distancia, en el salón de clase. Los miembros del equipo experimentan una interdependencia positiva, es decir, se necesitan entre sí mutuamente, los miembros del grupo al final deben demostrar su propio aprendizaje; se les considera individualmente responsables de su aprendizaje, el cual a menudo se evalúa mediante exámenes individuales u otros métodos.

En la Figura 1 se representan las interacciones en el modelo colaborativo.

 

 

 

 

 

 

 


Figura 1. Del Valle, L. G. y López, M. B. (s.f.). A representa alumno.

Salinas (citado por Maldonado, 2007) considera fundamental el análisis de la interacción profesor-estudiante y estudiante-estudiante; por cuanto el trabajo busca el logro de metas de tipo académico y también la mejora de las propias relaciones sociales. Por su parte Lucero (citado por Maldonado, 2007) describe al trabajo colaborativo como el: “Conjunto de métodos de instrucción y entrenamiento apoyados con estrategias para propiciar el desarrollo de habilidades mixtas (aprendizaje y desarrollo personal y social), donde cada miembro del grupo es responsable tanto de su aprendizaje como el de los demás miembros del grupo”.

Establecimiento de grupos cooperativos

De acuerdo a las metas de aprendizaje producto del trabajo colaborativo, los equipos se pueden integrar de la siguiente manera:

INTEGRANTES

PROPÓSITO

4 a 6 alumnos

Repaso, ensayen información o practiquen.

2 a 4 alumnos

Motivar la participación en debates, solución de problemas o aprendizaje por computadora.

Equilibrar en cada caso cantidad de alumnos y alumnas.

El carácter social de aprender

Lo planteado en las secciones anteriores impone la necesidad de reconocer el carácter social del aprender, donde el esquema que establecía al profesor como el que enseña y al estudiante como el que aprende de forma exclusiva, ya no tiene cabida. En su lugar se presenta el aprendizaje como un proceso social que se construye en la interacción no sólo con el profesor, sino también con los compañeros, con el contexto y con el significado que se le asigna a lo que se aprende. Hay diversos estudios que respaldan lo que describen los alumnos que utilizaron esta estrategia, algunos de los cuales se muestran a continuación. Existe evidencia de que cuanto más explicaciones importante para el aprendizaje, que el hecho de recibirlas (Webb, Farivar y Mastergeorge, 2002 y Webb y Palinvsar, 1996; citados por Woolfolk, 2010). Para explicar es necesario organizar la información, traducirla a palabras propias, pensar en ejemplos y analogías (que conecten la información con conocimientos previos), y probar el entendimiento al responder preguntas. Éstas son excelentes estrategias de aprendizaje (King, 1990, 2002; O´Donell y O´Kelly, 1994; citados por Woolfolk, 2010). Las buenas explicaciones son pertinentes, oportunas, correctas y lo suficientemente elaboradas para ayudar a quien las recibe corrija los malos entendidos. Las mejores explicaciones indican por qué.

El tipo de los grupos para el aprendizaje colaborativo varían según el objetivo, la actividad y la cantidad de tiempo de trabajo conjunto de los alumnos. Los grupos pueden ser formales, informales o básicos­­ (Johnson, Johnson y Smith, 1991; citado por Woolfolk, 2007). Los grupos informales se constituyen rápida y aleatoriamente, con objeto de que sus miembros trabajen juntos durante un breve periodo de tiempo. Se crean para responder a una pregunta, suscitar ideas o participar en alguna otra tentativa que sirva de paréntesis dentro de una actividad de clase más larga. Estos grupos pueden crearse con frecuencia y tener nuevos miembros en cada clase. Los grupos formales se constituyen para trabajar con el fin de alcanzar un objetivo más complejo, como redactar un informe o elaborar una presentación. Estos grupos trabajan como tales hasta finalizar la tarea, lo que, en general, supone varias clases o incluso varias semanas.

Los grupos básicos permanecen durante todo el trimestre o incluso durante todo el curso académico. Los grupos básicos pretenden formar una comunidad de aprendices que trabajen en distintas tareas.

El tamaño depende, por tanto, del tipo de grupo, de la naturaleza del trabajo, de la duración de la tarea y, hasta cierto punto, del medio físico. En general, los defensores del aprendizaje colaborativo aconsejan que el grupo sea lo bastante pequeño para que los estudiantes puedan participar plenamente y fomentar su mutua confianza pero, al mismo tiempo, lo bastante amplio para que haya suficiente diversidad y los recursos necesarios para realizar la tarea de aprendizaje. Por lo que para el caso de trabajo en laboratorio los equipos que se utilizarán serán de 5 miembros, dado el espacio físico disponible y los recursos materiales.

Los miembros de los grupos

La forma de constituirse los grupos depende de los objetivos de la asignatura y de las tareas de aprendizaje que se marquen. A falta de una base para ordenar a los alumnos entre los grupos, los profesores pueden optar por una distribución aleatoria o por combinar de distintas maneras los grupos durante el curso, de manera que unas veces sean homogéneos y otras, heterogéneos. Nosotros recomendamos los equipos colaborativos heterogéneos con el propósito de mezclar alumnos con desempeño alto, intermedio y bajo, así como equilibrar cantidades de estudiantes de ambos sexos.

Rompecabezas

El rompecabezas es uno de los primeros formatos para el aprendizaje por colaboración, el cual enfatiza una alta interdependencia. En el rompecabezas, cada miembro del grupo recibe una parte del material que debe aprender todo el grupo, y se convierte en un “experto” en su tema. Los estudiantes deben enseñarse entre sí, de manera que la contribución de cada uno sea importante. Otra versión es el rompecabezas II, el cual agrega un grupo de expertos. Donde los alumnos de cada equipo que tienen el mismo material dialogan para asegurarse de que entienden su parte, y luego idean formas de enseñar dicha información a los miembros de su grupo de aprendizaje. Después, los estudiantes regresan a sus grupos de aprendizaje, y aportan su experiencia en las sesiones. Al final, resuelven un examen individual que cubre todo el material, y obtienen puntos por su calificación en el equipo de aprendizaje.

A continuación se describen algunas de las ventajas del trabajo colaborativo “rompecabezas” (Aronson, E., 2012):

Esta técnica de trabajo colaborativo, funciona exactamente como un rompecabezas, cada pieza, cada estudiantes es una parte esencial para completarlo y conseguir un entendimiento complete del producto final. Si la parte de cada estudiante es esencial, entonces cada estudiante es esencial, y esto es lo que precisamente hace de esta estrategia tan efectiva.

Metodología

Selección de los grupos

Se formaran equipos de 5 alumnos, realizando una estratificación (de acuerdo a su rendimiento académico o calificación). Se organizarán entonces en “estratos similares”, y la información se utilizará para crear los grupos de la siguiente manera:

Cantidad de alumnos

Rendimiento académico

(calificación parcial)

1 Alumno

Alto, 8 – 10

2 alumnos

Intermedio 7 – 7.9

2 alumnos

Bajo 6,9 hacia abajo

Se equilibrará la cantidad de alumnos y alumnas siempre que sea posible.

Rompecabezas II

En este trabajo se utilizará una versión similar al rompecabezas II, ya que antes de que cada integrante del equipo “explique” su tema a los demás integrantes, se formarán primero equipos de expertos, con el propósito de que el reporte de su tema asignado sea enriquecido por la compartición y colaboración con otros.

Asignación de roles

Se asignarán funciones a los estudiantes para fomentar la colaboración y la participación plena. La asignación de funciones depende del enfoque que se desee dar al grupo así como de la actividad a realizar, en el caso de grupos que estén enfocados en habilidades sociales, las funciones deberían fomentar la escucha, la motivación y el respeto por las diferencias. A continuación se describen los roles que se utilizarán en esta actividad:

FUNCIÓN

DESCRIPCIÓN

Facilitador

(Líder)

Modera todos los diálogos del equipo, manteniendo en cada trabajo la atención del grupo centrada en la tarea y se ocupa de que todo el mundo lleve a cabo su parte del trabajo. Los facilitadores tratan de garantizar que todos los miembros tengan oportunidad de aprender, de participar y de ganarse el respeto de los demás miembros del grupo.

Secretario

Registra todas las actividades encargadas al equipo. Los secretarios toman notas que resumen los diálogos, mantienen al día los registros necesarios (incluyendo las hojas de datos, como las asistencias y las verificaciones de los trabajos para casa) y complementan las hojas de trabajo o redactan los trabajos escritos para su entrega al profesor.

Portavoz

Actúa como tal en nombre del grupo y resume oralmente las actividades o conclusiones del grupo. El portavoz ayuda también al secretario en la preparación de informes y hojas de trabajo.

Cronometrador

Indica al grupo las limitaciones de tiempo, trabaja con el facilitador para mantener el grupo centrado en la tarea y puede también asumir el rol de cualquier miembro del grupo ausente. El cronometrador es responsable de la organización y de garantizar que el área de trabajo quede en perfectas condiciones al acabar la sesión.

Para obtener mejores resultados, cada estudiante debe asumir un rol distinto en actividades diferentes.

Actividades del equipo colaborativo

A continuación se describen la asignación de las actividades al equipo colaborativo, con el tema de grupos funcionales y nomenclatura IUPAC de compuestos orgánicos.

            FASE          

DESCRIPCIÓN

I. Distribución de temas.

A cada alumno se le asigna un tema, de la siguiente manera:

  • Identificación de grupos funcionales (alcoholes, aldehídos y cetonas)
  • Nomenclatura IUPAC de alcoholes
  • Nomenclatura IUPAC de aldehídos
  • Nomenclatura IUPAC de cetonas
  • Representación de fórmulas estructurales de estos compuestos.

II. Preparación de su reporte.

Cada alumno revisa los apuntes de clase e investiga por su propia cuenta, para que se convierta en un experto en el tema. Debe preparar material didáctico para que al momento de dar a conocer su reporte cada uno de sus compañeros tenga material disponible para poder mejorar su comprensión.

Con el propósito de que cada estudiante maneje bien su tema asignado se reunirá previamente en otro grupo colaborativo con los alumnos del salón a quienes les haya tocado el mismo tema (grupo de “especialistas”), para comparar contenidos, estrategias, materiales didácticos y resolver dudas. Así mismo, el profesor estará disponible para que cada resolver dudas a los alumnos de manera particular.

III. Implementación de la acción.

Ahora se reúnen en los grupos colaborativos iniciales y cada uno de ellos “enseña” a los demás integrantes del equipo, utilizando el material didáctico que seleccionó para tal efecto.

Una vez que ha “enseñado” a los demás les cuestiona acerca de lo aprendido. En este tema en particular les puede proponer un ejercicio a realizar relacionado con cada tema en particular.

Durante la implementación de la actividad cada integrante del equipo tendrá distintos roles de acuerdo a lo indicado en la descripción anterior.

El secretario debe tomar nota de todos los eventos relevantes durante la implementación de la actividad y además tendrán que video filmar durante la sesiones de trabajo.

Las evidencias del trabajo colaborativo realizado son: material didáctico diseñado contestado, video del momento de la implementación, reporte individual del tema asignado y reporte final grupal de las sesiones de trabajo.

IV. Evaluación de la tarea.

La evaluación es mixta, cada alumno debe realizar su examen de manera individual para determinar el grado de aprendizaje alcanzado, ellos mismos deben evaluar su propio desempeño dentro del grupo y el de los demás. El docente deberá evaluar durante las sesiones de trabajo grupal el desempeño de cada uno de los alumnos para determinar si desarrollaron sus competencias de trabajo colaborativo.

Actividades del docente

Las actividades que como docente debo realizar además de asignar los temas a cada alumno, serán:

Resultados

Esta propuesta de formación de equipos colaborativos es un intento por hacer eficiente el trabajo en equipo.

Indudablemente el trabajo colaborativo permitirá que los alumnos valoren la importancia del trabajo en equipo, comúnmente utilizado de una manera distorsionada que impide sacar todo el provecho a esta estrategia de tanta utilidad. No se busca únicamente que los alumnos aprendan colaborativamente, que encuentren en el apoyo de sus compañeros la ayuda que en todo momento requieren, ni que aprendan a escuchar y respetar las opiniones de otros, que sean tolerantes, que el trabajo en equipo sea más fructífero que lo que han tenido hasta ahora, etc., sino que el aprendizaje que ellos conseguirán será más profundo y significativo. Con esta forma de trabajar, las herramientas con las que contarán una vez que se hayan convertido en expertos serán invaluables, ya que las podrán utilizar en cualquier actividad académica y profesional que ellos emprendan. Después de revisar una cantidad importante de diversos autores acerca del trabajo y aprendizaje colaborativo (en particular del “rompecabezas”), he encontrado además de los puntos de vista de los autores, las opiniones de los alumnos, quienes describen que antes de utilizar esta técnica de trabajo eran bastante “lentos” para aprender, apáticos, con muchas limitaciones para comunicarse con otros, que tenían miedo al trabajo en equipo, pero después de haber trabajado colaborativamente durante algunos cursos, indican que evolucionaron satisfactoriamente y ellos mismos han expresado que no se creían capaces de alcanzar tal desarrollo. Es por ello que la implementación de grupos de trabajo, desde mi perspectiva, puede ser de gran utilidad para conseguir los propósitos que se desean obtener en cursos de química, así como facilitará en gran medida el desarrollo de competencias (genéricas y disciplinares) en los alumnos.

Hemos observado, después de aplicar esta estrategia durante varios semestres, que los principales obstáculos los encontramos en las etapas iniciales, sin embargo una vez que los estudiantes aceptan trabajar bajo este esquema, se dan cuenta que su carga de trabajo se ve disminuida, aprenden a ser más compartidos y aceptan ayuda de otros, pero sobre todo aprenden a trabajar con estudiantes con los que generalmente no tenían relación, de tal manera que se fortalece la unión del grupo e indudablemente que se promueve la inclusión social, disminuye la discriminación y rechazo hacia los que son “diferentes”, por decirlo de alguna manera.

Una vez que se hayan consolidado los equipos de trabajo colaborativo, se pueden implementar un sinfín de actividades en equipo que facilitarán en gran medida la realización de tareas más complejas en el área de química y en otras. Con esta estrategia se puede abatir gran cantidad de problemas que se presentan durante todo el proceso de enseñanza aprendizaje, tales como: aburrimiento, aprendizaje superficial, falta de motivación, intolerancia, discriminación hacia alumnos más lentos para aprender, mejora en el ambiente de clase, indisciplina, superación de alumnos de por si brillantes, eficacia del trabajo en equipo, falta de tiempo para realizar tareas, etc.

Conclusiones

Las características del aprendizaje colaborativo: diseño intencional, la colaboración y la enseñanza significativa, conjuntadas todas en la implementación de equipos de trabajo colaborativo mediante la técnica de rompecabezas II permite la inclusión social de los estudiantes, al mismo tiempo que promueve formación de estudiantes autónomos, reflexivos, así como el aprendizaje significativo en asignaturas de química del NMS.

Con la implementación de equipos de trabajo colaborativo se puede fomentar la empatía, la tolerancia y aceptación hacia las diferencias, la amistad e incrementar notablemente la confianza personal y autoestima.

Cuando los estudiantes participan constantemente en equipos colaborativos se promueve el desarrollo de competencias relacionadas con el autoconocimiento, el trabajo colaborativo, el auto aprendizaje, la responsabilidad, la tolerancia y el respeto por las opiniones de otros.

Referencias

Aronson, E. (2012). Jigsaw Classroom. Consultado el 15 de febrero de 2012 en: http://www.jigsaw.org/.

Barkley, F. E., Cross, K. P. y Howell, M. C. (2007). Técnicas de aprendizaje colaborativo. Madrid: Morata.

Del Valle, L. G. y López, M. B. (s.f.). Aprendizaje cooperativo y colaborativo. Su implementación en carreras universitarias. Congreso latinoamericano de educación superior en el siglo XXI. Consultado el 5 de marzo de 2012, de: http://conedsup.unsl.edu.ar/Download_trabajos/Trabajos/Eje_6_Procesos_Formac_Grado_PostG_Distancia/Lopez%20y%20Otros.PDF

Maldonado, P. M. (2007). El trabajo colaborativo en el aula universitaria. Laurus, año/vol. 13, número 023. Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Caracas Venezuela, consultada el 26 de febrero de 2011 en: http://redalyc.uaemex.mx

Urquijo, L. A. (2008). Pensamiento crítico y aprendizaje colaborativo. México: JIT Press.

Woolfolk, A. (2010). Psicología educativa. México: Prentice Hall.

Para obtener información de contacto de los autores, favor de escribir a info@transformacion-educativa.com.