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Evaluación de las relaciones intrafamiliares en hij@s de familias monoparentales y biparentales

Karen Margarita González Palafox y Yolia Itzel Aguilar Chávez

UNAM Iztacala

Resumen

Teniendo en cuenta que la composición de la familia y las relaciones intrafamiliares de ésta son fundamentales para el desarrollo óptimo de sus integrantes, se realizó un estudio  descriptivo, transversal, con el objetivo de evaluar, describir y comparar la percepción de las relaciones intrafamiliares en hijos de familias monoparentales e hijos de familias biparentales. Se estudió a 108 niños de edades entre 9-12 años, pertenecientes a dos escuelas primarias federales ubicadas en el estado de Jalisco, donde 52 pertenecen a familias monoparentales y 56 a familias biparentales. Para evaluar las relaciones intrafamiliares, se utilizó la Escala de Evaluación de las Relaciones Intrafamiliares de Rivera y Andrade (2010). En los resultados de T independiente para la dimensión de unión y apoyo, se obtuvo sig.=.011, para la dimensión de expresión, se obtuvo sig.=.069 y para la dimensión de dificultades, se obtuvo sig.=.014, los resultados indican que existen diferencias significativas en las dimensiones de unión y apoyo y de dificultades, mientras que no existen diferencias significativas en la dimensión de expresión entre las familias monoparentales y biparentales. A partir de estos resultados, se amplió el panorama sobre lo que ocurre dentro de estas composiciones familiares, permitiendo identificar diferentes elementos de las relaciones familiares que se vinculan con el bienestar psicológico de sus integrantes o con algún factor de riesgo ante diferentes conductas problemáticas. Al poder identificar lo antes mencionado, se reconoce que existe la necesidad de implementar talleres para fortalecer las dimensiones de unión y apoyo y de dificultades en las familias monoparentales y la dimensión de expresión en ambas composiciones familiares.

Palabras clave: Composición familiar, relaciones intrafamiliares.

La familia es un grupo de personas que comparten normas y valores acordados, perteneciente a un grupo mayor, que es la sociedad. Está formada por diferentes integrantes relacionados entre sí por vínculos consanguíneos, legales y/o de afinidad. Cada miembro desarrolla un rol definido para con cada uno de los demás integrantes, y un rol más o menos definido dentro del grupo que forman (Páez, 1984, citado en Agudelo, 2005). La familia como medio natural en el que las personas nacen y se desarrollan, forma un engranaje vital en la sociedad, ya que en ella las personas aprenden, repiten y enseñan normas y comportamientos sociales (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2014).

No existe un solo tipo de familia, pues cada familia tiene características únicas de acuerdo su tiempo, lugar geográfico, base de género y clase social. Según Landero (2001) Hay dos tipos de factores que hacen diferentes a las familias: externos e internos.

A lo largo del tiempo, la familia ha adoptado diversas composiciones (Sánchez y Valdés, 2010); estas diferencias en las composiciones familiares nacen como resultado de algunos cambios sociodemográficos, entre los que destacan el aumento de la esperanza de vida, la disminución del número promedio de hijos de las mujeres y la mayor participación económica de ellas, así como el aumento de separaciones y divorcios entre las parejas y la migración (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2014). Estas distintas composiciones familiares provocan efectos diferentes en las relaciones intrafamiliares (Sánchez y Valdés, 2010).

Para efectos de esta investigación, solo se abordarán dos composiciones familiares: la biparental y la monoparental.

Las familias biparentales están compuestas por ambos padres, con los hijos viviendo en el mismo hogar (Sánchez y Valdés, 2010); en México el 64.5% de los hogares son biparentales (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2014).

Los hogares monoparentales son aquellos que se encuentran conformados por el jefe(a) e hijos(as), y no cuentan con un cónyuge. De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2010, los hogares monoparentales representan 18.5% del total de los hogares familiares en México (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2014).

La familia monoparental surge como consecuencia del abandono del hogar de uno de los cónyuges (por situaciones como emigración, encarcelamiento y hospitalización), por fallecimiento, separación y/o divorcio, madresolterismo o padresolterismo (Castaño, 2002, citado en Agudelo, 2005).

Cada integrante de familia, ya sea biparental o monoparental, experimenta durante su desarrollo lo que se conocen como relaciones intrafamiliares (Oliva, 2006).

Según Rivera y Andrade (2010) Las relaciones intrafamiliares son las interconexiones que se dan entre los diferentes  miembros de cada familia. Éstas incluyen tres dimensiones:

Existen pocos estudios que han explorado la correspondencia entre las relaciones intrafamiliares y la composición familiar, sobre todo de manera empírica. Enseguida se realizará una revisión bibliográfica sobre las dimensiones de las relaciones intrafamiliares más estudiadas y los instrumentos utilizados.

Sánchez y Valdés (2011) realizaron un estudio comparativo de corte cuantitativo con el objetivo de determinar si existían diferencias en la dinámica familiar de estudiantes de primaria provenientes de familias monoparentales y biparentales en el estado de Yucatán; participaron 80 alumnos provenientes de familias nucleares y 63 monoparentales. Para la recolección de datos, se emplearon dos instrumentos: el familiograma, que permitió determinar la composición familiar y un cuestionario para medir la dinámica familiar, que considera cinco aspectos: autoridad, clima familiar, comunicación, relación de pareja y valoración de la familia. El cuestionario cuenta con una escala de tipo Lickert, que contó con validez de contenido a través del juicio de expertos. Para evaluar la consistencia interna del instrumento, se determinó un alfa de Cronbach de .85. Se encontró que el grupo de estudiantes que proviene de familias biparentales tienen una visión de la familia medianamente funcional en todos los factores, con excepción con la autoridad; el grupo de estudiantes provenientes de familias monoparentales tiene una visión más negativa de la dinámica de la familia en todos los aspectos; especialmente en lo relativo a la autoridad, comunicación y valoración de la familia. De la comparación de la dinámica familiar de acuerdo a su composición se puede concluir que existen diferencias significativas en lo relativo al clima familiar y la valoración de la familia, siendo mejores los puntajes de los estudiantes provenientes de familias biparentales.

En un trabajo realizado por López, Sánchez y Mendiri (2012) se estudiaron las percepciones del conflicto interparental y sus efectos a largo plazo en las emociones, las conductas y las cogniciones en una muestra de 510 adolescentes españoles. Los instrumentos empleados fueron: 1. Children’s Perception of Interparental Conflict Scale [CPIC] (Grych, Seid & Fincham, 1992) que evalúa la naturaleza del conflicto y los factores contextuales del mismo y 2. Security in the Family System Scale [SIFS] (Forman & Davies, 2005) el cual mide la seguridad en el sistema familiar, la preocupación y la implicación de los hijos. Se encontró que cuanto más conflicto destructivo hay entre los padres más culpados, amenazados, triangulados, preocupados e inseguros se sienten los hijos, más ineficaces piensan que son sus intentos de resolver los problemas de los padres y menos se implican en las  discusiones. Se hicieron ANOVA con la variable tipo de familia para aquellos factores que fueron significativos en el escalamiento. Para distinguir entre chicos que vivían con ambos progenitores y los que vivían solo con alguno de ellos. Los análisis fueron estadísticamente significativos (p < 0.01), de modo que los chicos que viven en familias monoparentales, comparados con los que viven en familias biparentales, hacen unas atribuciones mayores a la estabilidad, más ineficaces consideran que son las soluciones de sus padres (naturaleza del conflicto) y más preocupados están (emociones). 

El Grupo de Investigaciones en Familia de la Universidad Pontificia Bolivariana, realizó un estudio en el cual se analizó la dinámica interna de 536 familias distribuidas por tipología de la siguiente manera: 204 Monoparentales Femeninas; 11 Monoparentales Masculinas; 173 Extendidas; 109 Simultáneas y 39 Compuestas. 

En relación a este estudio, Agudelo (2005) comenta que fue un estudio descriptivo, de tipo mixto, pues se utilizaron dos instrumentos con preguntas abiertas, el primero contenía datos sobre la dinámica familiar relativos a la autoridad, la afectividad, la comunicación e ideas sobre crianza; el segundo incluía información sobre condiciones de salud física y emocional de los niños, así como temores y expectativas respecto a su crianza.

El estudio hace alusión, además, a familias de niños de entre 3 a 11 años, utilizando una clasificación con base en el COPRAG, la cual utiliza el concepto “índice” cuando se obtiene un porcentaje significativo en agresividad directa o indirecta, y como “no índice”, cuando los niños aparecen en menor riesgo de asumir conductas agresivas

Las variables de la dinámica interna que se tuvieron en cuenta fueron: autoridad, comunicación, afectividad y pautas de crianza. Además se indagó sobre la percepción que las familias tienen de la salud física y emocional de estos niños y niñas.

En cuanto a los resultados, se obtuvo que  en las familias monoparentales con jefatura femenina 49 de los niños son índice y 155 no índice.  De las 11 familias monoparentales masculinas 3 niños corresponden a índice y 8 a no índice. Respecto a la dimensión de comunicación, el tipo de comunicación que alcanza los porcentajes más altos en ambos grupos es la directa, posibilitando el acercamiento de sus miembros.

Hidalgo (1999) realizó una evaluación de la composición familiar y del funcionamiento familiar de 70 familias de escasos recursos, clasificadas con y sin riesgo de salud biopsicosocial. Para determinar el riesgo biopsicosocial se utilizó la pauta de clasificacion de riesgo biopsicosocial elaborada por el equipo de salud del centro,  obteniendose a 44 familias clasificadas con riesgo de salud biopsicosocial y 26 familias sin riesgo de salud. Posteriormente se aplicó el Test de Funcionamiento familias “Cómo es su/tu familia” validado en Chile por Rodríguez (1996). Para detectar la validez interna del instrumento se realizó un análisis factorial, que determinó la existencia de factores que reagrupan las variables contenidas en los constructos teoricos.Los resultados señalan que las familias clasificadas con riesgo biopsicosocial tienen una composición monoparental.  El funcionamiento familiar demostró a través de una regresión logística de los siete factores del test, que las familias en riesgo tienen menor cohesión y unión familiar, menor comunicación entre padres e hijos, menores habilidades para afrontar adecuadamente los problemas, y mayor exposición a eventos estresantes.

En la Universidad Nacional de Educación a Distancia en Madrid, Rodríguez, Del Barrio y Carrasco (2013) llevaron a cabo un estudio donde se analizó  la relación entre la estructura familiar, particularmente la estructura biparental y la monoparental de padres divorciados, y las expresiones agresivas en los niños y adolescentes, Los instrumentos utilizados fueron la Hoja de registro de variables Sociodemográficas, La Escala Agresividad Física y Verbal (AFV, Caprara y Pastorelli, 1993; adaptada al español por Del Barrio et al, 2001). Se especifica en el artículo que la fiabilidad y validez mostradas fueron apropiadas para la población española presentando una consistencia interna evaluada con el alfa de Cronbach (&#945;) de 0,84 y el test-retest de 0,77. La muestra fue aleatoria y se obtuvo como resultados que los niños y adolescentes españoles de familias monoparentales tuvieron más expresiones de agresividad, tanto física como verbal, que aquellos que viven en familias biparentales, siendo el género de los niños un factor que moderaba dicha expresión de agresividad, pues ésta fue encontrada en los varones solamente. 

Rolón (2008), presentó un estudio en la Universidad Nacional Autónoma de México, el cual tuvo como objetivo analizar las características de relación entre miembros, así como las ventajas y desventajas de las familias monoparentales encabezadas por la figura femenina, para lo cual se realizó una extensa búsqueda en la literatura y datos estadísticos concerniente al tema bajo los fundamentos de la Teoría General de los Sistemas. Se encontró que no es la estructura familiar lo que implica un perjuicio para el desarrollo de los hijos,  importa mucho más la calidad de las relaciones intrafamiliares y los modelos de interacción. 

Actualmente se defiende a un tipo de constitución familiar más tradicional, asegurando que sólo en este contexto se pueden gestar relaciones personales adecuadas, por ejemplo, Valdés, Esquivel y Artiles (2007), citados en Sánchez y Valdés (2010) quienes comentan que existen ciertas ventajas al crecer en familias biparentales, entre las que destacan mayores recursos económicos y mayor probabilidad de ejercer una adecuada parentalidad, pues ambos padres pueden dividir los roles para el cuidado de los hijos y puede haber apoyo mutuo para enfrentar los retos de crianza. En cuanto a las familias monoparentales, al ser un solo padre el que se hace cargo de la familia, los recursos, el tiempo de convivencia tanto en cantidad como en calidad y la atención disminuyen (Arriagada, 2007).

Estas conclusiones se han generalizado a todas las familias llevando a que distintas formas de organización familiar (como las monoparetales o las homoparentales) se vean discriminadas en alguna medida.

¿Qué ha llevado a los investigadores a estas conclusiones? Existe poca investigación empírica que avale tales afirmaciones, sin embargo, se continúa con este prejuicio. Teniendo en cuenta que la composición de la familia y las relaciones intrafamiliares de ésta son fundamentales para el desarrollo óptimo de sus integrantes, fue inevitable plantear preguntas como: ¿existirá correspondencia entre el tipo de constitución familiar y las relaciones que se viven dentro de la familia? Y si es así, ¿qué diferencias se podrán encontrar? ¿Habrá un tipo de organización familiar que transmita relaciones intrafamiliares más optimas?

Estas cuestiones fueron precisamente las que llevaron a realizar esta investigación, pues el evaluar la percepción de las relaciones intrafamiliares en hijos de familias tanto monoparentales como biparentales y determinar si existe diferencia, permitirá una comprensión más incluyente de nuestra sociedad.

Este es el primer paso hacia el cambio en las formas de pensar que llevan al prejuicio y la incomprensión, ya que esta investigación abonará más información teórica respecto a este tema tan controvertido y de gran relevancia e interés social.

A partir de la revisión de material teórico y empírico se puede señalar que la mayoría de los instrumentos aplicados a la investigación de las familias en México han sido adaptaciones de instrumentos extranjeros, por consecuencia no son cien por ciento confiables y validos para la población mexicana.

Es por eso que para esta investigación se eligió la Escala de Evaluación de las Relaciones Intrafamiliares (E.R.I.) de Rivera y Andrade (2010), la cual cuenta con validez para toda la población mexicana y una confiabilidad de .93. Lo cual es importante para la realización de la presente investigación, ya que estudiará al constructo total, haciendo un análisis del comportamiento de cada dimensión.

El objetivo general del presente proyecto fue evaluar la percepción de las relaciones intrafamiliares en hijos de familias monoparentales e hijos de familias biparentales; los  objetivos específicos fueron describir y comparar la percepción de las relaciones intrafamiliares de los hijos de familias monoparentales así como biparentales de manera global y por dimensiones. La hipótesis de la cual se partió fue: “Existirán diferencias significativas en la percepción de las relaciones intrafamiliares en hijos de familias biparentales e hijos de familias monoparentales.”

Método

Participantes

Participaron de manera voluntaria e informada 108 estudiantes de edades entre 9-12 años pertenecientes a dos escuelas primarias federales ubicadas en el estado de Jalisco, 58 fueron mujeres y 50 hombres; de las 58 mujeres, 26 pertenecen a una familia monoparental y 32 a una familia biparental, de los 50 hombres, 26 pertenecen a una familia monoparental y  24 a una familia biparental.  Ver tabla 1.

Procedimiento de muestreo

La muestra fue no probabilística, seleccionado de esta manera ya que McGuigan (1993) y  Goode & Hat (1970) proponen que el muestreo intencionado es una estrategia adecuada que permite seleccionar fácilmente los casos a ser incluidos en la muestra y por lo tanto desarrollar muestras que sean satisfactorias en relación con las propias necesidades. En el caso del presente estudio, como se señaló anteriormente, la muestra fue de 108 estudiantes de edades de entre 9 a 12 años. Los individuos fueron elegidos considerando el criterio del investigador que se señala a continuación, y fueron conformados con la ayuda de la Dirección que proporcionó un listado con nombres, edades y conformación familiar de los alumnos, de los cuales se seleccionó a los alumnos de familias monopartentales y bipartentales de 4º, 5º y 6º para posteriormente realizarles la evaluación.  

Situación experimental

La evaluación se llevó a cabo dentro de las primarias Nicolás Bravo de la colonia Las Pomas en el municipio de Tlaquepaque, y Juan José Arreola del municipio de Balcones de Santa María ambas ubicadas en el Estado de Jalisco en  un aula con capacidad para 30 personas.

Herramientas/Materiales

1 lista con los datos demográficos de todos los participantes (Edad, Sexo, Composición familiar); 108 consentimientos informados que fueron enviados a los padres de familia.; 30 computadoras hp pavilion a las cuales previamente se les instaló el instrumento de evaluación, 108 chocolates Carlos V los cuales fueron regalados a los participantes como agradecimiento a su participación y 1 impresora CANON.

Instrumentos y Aparatos

Se utilizó la Escala de Evaluación de Relaciones Intrafamiliares para medir esta variable. “La E.R.I. es una escala autoaplicable de 56 reactivos con cinco opciones de respuesta que varían de: Totalmente de acuerdo a Totalmente en desacuerdo. Los puntajes que obtienen las personas que responden la escala de Evaluación de las Relaciones Intrafamiliares en sus tres dimensiones proporcionan información sobre cómo es la interacción familiar respecto a la expresión de emociones, a la unión y apoyo y a la percepción de dificultades o conflictos.” (Rivera y Andrade, 2010). Para calificar la prueba: Se identificaron los reactivos que integran cada dimensión. Se sumó el total de reactivos que integran cada dimensión. A continuación se presentan los reactivos que integran cada dimensión: 

DIMENSIÓN

REACTIVOS

UNIÓN Y APOYO

5,10,15,20,25,30,35,40,45,50,55

EXPRESIÓN

1,3,6,11,13,16,18,21,23,26,28,31,33,36,38,41,43,46,48,51,53

DIFICULTADES

2,4,7,9,12,14,17,19,22,24,27,29,32,34,37,39,42,44,47,49,52,54,56

Validez y confiabilidad del instrumento de evaluación

Variables

Relaciones intrafamiliares

Composición familiar

Diseño

Se realizó un estudio prospectivo, transversal y descriptivo.

Procedimiento

Fase 1. Se presentó la propuesta de investigación a la institución para obtener el permiso de realizarla.

Fase 2. Se realizó la selección de muestra.

Fase 3. Se solicitó de manera escrita el permiso a los padres de familia para que sus hijos participaran en el estudio.

Fase 4. Una vez obtenidos los consentimientos por parte de los padres de familia se convocó a los participantes a que ayudaran en una investigación para conocer cómo funcionan las familias en México, se les pidió que con base en su experiencia y opinión sobre su propia familia proporcionaran información de la manera más sincera, ya que lo importante era conocer los diferentes puntos de vista.

Fase 5. Se les asignó una computadora la cual tenía abierta la evaluación, la cual tuvo las siguientes instrucciones: “A continuación se presentan una serie de frases que se refieren a aspectos relacionados con TU FAMILIA. Indica cruzando con una X (equis) el número que mejor se adecue a la forma de actuar de tu familia, basándote en la siguiente escala: 5=TOTALMENTE DE ACUERDO, 4=DE ACUERDO, 3=NEUTRAL (NI DE ACUERDO NI EN DESACUERDO), 2=DESACUERDO y 1=TOTALMENTE EN DESACUERDO.

Fase 6. Una vez que los participantes terminaron de contestar la escala, se les agradeció su participación, salieron del aula y se les regaló un chocolate.

Resultados

El análisis estadístico se realizó a través del programa SPSS versión 20, utilizando la prueba estadística de t de student para muestras independientes, puesto que ésta nos permite definir si existen diferencias en la percepción de los hijos respecto a las relaciones intrafamiliares en sus familias.

En los resultados de t independiente para la dimensión de unión y apoyo, se observó una diferencia significativa entre los dos grupos (t=2.5, p=.011), remitirse a la Tabla 2.

Analizando las medias, se observa que las familias biparentales perciben mayor unión y apoyo (media=48.80) que las monoparentales (media=44.36), véase Tabla 3.

Asimismo podemos observar que la percepción que las mujeres tienen de la dimensión de unión y apoyo es mayor en ambas composiciones familiares en comparación a la de los hombres, teniendo ellas una media=46.92 para monoparentales y media=50.25 para biparentales, contra la media de los hombres que es de 41.58 y 46.88 respectivamente, véase la Tabla 4.

Para la dimensión de expresión, en los resultados de t independiente, no se observó una diferencia significativa entre las dos composiciones familiares  (t=1.8, p=.069), remitirse a la Tabla 5.

A pesar de que no existen diferencias significativas entre las composiciones familiares en esta dimensión, resulta interesante observar que al igual en la dimensión de unión y apoyo, son las familias biparentales quienes presentan mayor grado de percepción respecto a la dimensión de expresión (media=92.88), comparadas con las familias monoparentales (media=87.02), como se puede distinguir en la Tabla 6.

Del mismo modo, podemos observar que la percepción que las mujeres tienen de la dimensión de expresión es mayor en ambas composiciones familiares en comparación a la de los hombres, teniendo ellas una media=91.83 para monoparentales y de 95.69 para biparentales, contra la media de los hombres que es de 81.77 y 89.13 respectivamente, véase la Tabla 7.

Finalmente, en la dimensión de dificultades en los resultados de t independiente se observó una diferencia significativa entre los dos grupo (t=2.4, p=.014),  ver Tabla 8.

No se puede ignorar que las familias monoparentales perciben mayor dificultad (media=69.81) en sus relaciones intrafamiliares en comparación con las familias biparentales quienes tienen una media=60.54, como se puede apreciar en la Tabla 9.

Respecto a esta dimensión, se encontró que en familias monoparentales, la percepción que las mujeres tienen de la dimensión es mayor, mientras que en las familias biparentales, la percepción mayor es la de los hombres (ver Tabla 10).

 

Discusión

Al inicio de la presente investigación, se planteó que existirían diferencias significativas en la percepción de las relaciones intrafamiliares entre los hijos de familias monoparentales y los hijos de familias biparentales. Respecto a la dimensión de dificultades y la dimensión de unión y apoyo, la hipótesis se confirmó; la dimensión de dificultades hace alusión a aquellos aspectos de las relaciones intrafamiliares considerados como indeseables, negativos, problemáticos o difíciles, por su parte, la dimensión de unión y apoyo evalúa la disposición que tienen los integrantes de la familia para convivir y apoyarse mutuamente; en lo que acontece a la dimensión de expresión, la cual mide la capacidad que tienen los integrantes de la familia para comunicar emociones, ideas y acontecimientos dentro de un ambiente de respeto, se refutó, ya que no se encontraron diferencias significativas.

Los resultados presentados se asemejan a los hallados en otros estudios como el realizado por Sánchez y Valdés en el 2011, en el cual se encontró, que existen diferencias significativas entre la valoración de las relaciones intrafamiliares que hacen los estudiantes de primaria pertenecientes a familias monoparentales y biparentales, encontrando que los hijos de familias biparentales referían mayor valoración. En este caso  la muestra fue muy semejante a la del presente estudio, en edades y número de participantes, además, el  estudio fue realizado en otro estado (Yucatán), lo cual nos podría hablar de una representatividad y validez externa.  

En un trabajo realizado por López, Sánchez y Mendiri (2012) y otro realizado por Rodríguez, Del Barrio y Carrasco (2013), se encontró que los hijos de familias monoparentales, perciben mayor conflicto al interior de su familia, resultados que también se encontraron en la presente investigación.

Si bien encontramos mayor percepción de dificultades y menor de unión y apoyo en las familias monoparentales esto no debe significar un refuerzo del estigma que se tiene respecto a los tipos de composición familiar que difieren de la biparental, sino, por el contrario, debe representar un aliciente para el trabajo firme y constante con familias que, en este caso, sólo tienen un jefe de familia, pues es inevitable pretender que las dificultades no se presentan, el que se perciba menor apoyo y unión puede derivar de muchos factores, como puede ser el que el padre o la madre tenga la necesidad de trabajar una doble o triple jornada para mantener económicamente a la familia, asimismo es probable que se perciban mayores dificultades, pues al haber un solo jefe de familia que se encargue de los requerimientos familiares, escolares, económicos, del hogar, entre otros, puede generar niveles de estrés más altos y sobrecarga emocional y física,  a que si se compartieran estas tareas.

Es importante recalcar que para ambas composiciones familiares, la dimensión más alta fue la de expresión, lo que indica que los hijos de los dos tipos de familia se sienten con la libertad de hablar con franqueza en todo momento, se encuentran animados por la familia a expresar puntos de vista, dificultades y sentimientos y se saben escuchados, todo esto es un gran recurso, pues amplia la posibilidad de que la familia se active y ayude a uno de sus integrantes a resolver un problema o tomar un decisión crucial en su vida.

Las dos composiciones familiares también coincidieron en la dimensión más baja, esta fue unión y apoyo, pues mencionan que los miembros de la familia rara vez acostumbran a hacer cosas juntos, el sentimiento de unión se encuentra disminuido, los hijos de ambas familias consideran que hace falta ayuda y apoyo en algunas situaciones y mencionan que algunas ocasiones el ambiente no es tan amigable y placentero como quisieran.

Una de las razones por la cual puede ser esta dimensión la más baja es por la edad de los evaluados, pues la mayoría de ellos se encuentran cerca de la adolescencia, etapa caracterizada por la búsqueda de relaciones, actividades y apoyo con sus pares y fuera del hogar. A pesar de que en gran medida esta razón puede justificar que la dimensión de unión y apoyo sea la más baja, también debe funcionar como una llamada de atención de los resultados de la vida laboral tan exigente que están teniendo todos los jefes de familia en el México actual, donde se tienen jornadas de más de 10 horas, con trayectos del trabajo al hogar y viceversa muy largos y congestionados, disminuyendo la cantidad y calidad de convivencia entre los miembros de la familia.

Otro dato importante de la presente investigación, es que se pudo observar que la percepción de las tres dimensiones difiere entre hombres y mujeres. Para las dimensiones de expresión y de unión y apoyo, en ambas composiciones familiares, son las mujeres quienes las perciben en mayor cantidad.

Esta diferencia en la percepción puede deberse a que en México, los padres  y las madres, suelen realizar una distinción de su expresión y recepción amorosa de sus hijos e hijas. Con los hombres, son escasas las expresiones verbales y  corporales de ternura y afecto, los enseñan a ser firmes, a suprimir la expresión de sus emociones y a resolver sus dificultades de manera más independiente, por su parte a las mujeres se les motiva a expresar lo que sienten, se les brinda mayor apoyo, lo que ocasiona que ellas tengan mayores habilidades para la expresión (Dorantes, Torres y Robles, 2013).

Este contraste en cuanto a la expresión, ocasiona la diferencia en la dimensión de unión y apoyo, pues la expresión de emociones y dificultades, genera en los otros la motivación de acercamiento y de apoyo a aquella persona. 

Respecto a la dimensión de dificultades, en la composición monoparental, son las mujeres quienes la perciben en mayor cantidad,  pues refieren que las tareas familiares no están lo suficientemente bien distribuidas, por cuestión de género, son las hijas quienes reciben mayor responsabilidad en cuanto a los deberes domésticos. Asimismo, refieren que es difícil saber cuáles son las reglas que se siguen dentro de la familia.

En cuanto a las familias biparentales, fueron los hombres, quienes tuvieron una mayor percepción de la dimensión de dificultades, esto se asocia a lo antes analizado en la dimensión de unión y apoyo y expresión, pues en esta dimensión refieren que encuentran difícil expresar sus opiniones en la familia, cuando tienen algún problema prefieren platicarlo a amigos, ellos también refieren que es difícil saber cuáles son las reglas que se sigue su familia y que perciben que es difícil llegar a acuerdos.

A partir de estos resultados, se amplió el panorama sobre lo que ocurre dentro de estas composiciones familiares, permitiendo identificar diferentes elementos de las relaciones familiares que se vinculan con el bienestar psicológico de sus integrantes o con algún factor de riesgo ante diferentes conductas problemáticas. Al poder identificar lo antes mencionado, se reconoce que existe la necesidad de implementar talleres especializados para cada tipo de familia, los cuales se centren en los puntos de riesgo y oportunidad para fortalecer la dimensión de dificultades en las familias monoparentales y las dimensiones de expresión y de unión y apoyo en ambas composiciones familiares.

Referencias

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Dorantes, M., Torres, L. y Robles, A. (2013). Perspectiva de género. Una visión multidisciplinaria. Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala. México.

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