Resumen
La presente ponencia es una síntesis de la investigación que nace del acercamiento y la reflexión de las acciones que ocurren en la cotidianeidad de las aulas educativas, centrado específicamente en el preescolar.
En este trabajo se enmarcan los hallazgos encontrados, con el propósito de comprender la realidad educativa teniendo la posibilidad de tener contacto con aquello que continua en lo desconocido y estancado por la rutina moderna.
A través del presente análisis se pretende que se revalore nuestro paso por el mundo, en el caso de los docentes, que se revalore la enorme responsabilidad que tenemos en nuestras manos, identificando la orientación que tiene nuestro camino por la educación, entendiéndola como aquella oportunidad en donde podremos reconocer y comprender la presencia humana, y olvidando aquella concepción cerrada que la delimita a una institución en donde se transfiere el saber necesario para adentrarnos al mundo productivo.
Como se ha dicho, la búsqueda de nuestra esencia es algo que ya ha sido relevado frente a la angustia de ser productivo, por lo tanto me parece acertado el nivel al que se enfoca la investigación; el preescolar.
Precisamente porque el preescolar es la primera instancia social después del ámbito familiar y la base para aprendizajes y sentimientos venideros, por lo tanto es preciso formar cimientos que posibiliten un actuar en consecuencia. En educación preescolar se forma gran parte de la personalidad del ser humano. (Monroy, 2013, p. 7)
Por ello la participación que el docente tenga en esta etapa es significativa, debido a que algo puede hacerse para que los alumnos identifiquen la importancia del reconocimiento de sí mismos y del otro, del papel que pueden jugar al adentrarse en un mundo acostumbrado al ruido, en donde la comprensión, la valoración y el afecto hacia nuestra humanidad se ha olvidado.
Es así como la primera parte de esta ponencia desarrolla el posicionamiento teórico que guía el trabajo, el segundo momento plantea la estrategia metodológica y por último presenta los hallazgos del acercamiento empírico.
Esta investigación fungirá como un espejo que no solo me permitirá reflexionar mi propio actuar docente, de igual forma les permitirá ver a otros la forma en que se está llevando a cabo las intervenciones día a día.
DESARROLLO
En estos momentos he pasado de alumna a docente, actualmente soy egresada de la escuela normal de Ecatepec como licenciada en educación preescolar, pero el papel que represente de alumna por más de 19 años fue de alguna manera detonante para el inicio de esta investigación, al analizar y reflexionar cada una de las clases que tuve a lo largo de mi formación educativa, me percaté de que existe algo que se presenta con frecuencia en las intervenciones de los profesores y que de igual forma me hacen cuestionar mi propio actuar docente; identifique que existen dos tendencias por las que se desarrollan las clases, la primera es aquella en donde “el docente habla”, se refiere a las clases en las que solo los profesores tienen la palabra y como alumnos nos limitamos a escuchar y aprender sobre lo que el profesor nos habla. Sin embargo identifico que existe la otra cara de la moneda , las clases en donde “el docente calla”, aquí me encontré que de igual forma existen maestros que prefieren retomar “el silencio” y dar la palabra a sus alumnos, posiblemente esa forma de trabajo para muchos (incluyéndome) sea la más conveniente, pero la forma en que éstos docentes la han llevado a cabo quizá se ha tergiversado olvidando en función a quien y para que retoma el silencio, con facilidad al hacer uso de nuestra memoria recordaremos experiencias identificando que hemos tenido contacto con alguna de estas tendencias mencionadas.
Sea cual sea el papel que tome el silencio dentro del aula, me he percatado que es un factor que ha estado presente durante toda mi formación, y que hace apenas unos meses después de reflexionar y analizar mi propia práctica docente, identifico que ha permeado la forma en que se desarrolla mi intervención educativa dentro del preescolar. Apenas descubro que he realizado lo mismo que algunos de mis profesores efectúan con sus alumnos, me doy cuenta que las clases que doy se dirigen en mayor medida a los monólogos a los que tanto estoy acostumbrada.
Al examinar todo, me doy cuenta que los cuestionamientos y experiencias que analice, se relacionaban con el “silencio” dentro del aula escolar, es así que decidí basar mi investigación en función a él, pues ¿Por qué no cuestionar algo que sucede cotidianamente? ¿Acaso el silencio es identificado como algo que debe presentarse continuamente en el salón de clases por parte de los alumnos? ¿El profesor lo guarda también? ¿Para qué? ¿En qué momentos lo guarda?
A medida en que me adentraba en la investigación los cuestionamientos se acrecentaban, pero era preciso definir las preguntas centrales que guiarían esta investigación:
En la actualidad al buscar información del silencio se pueden distinguir diversas connotaciones, pero se puede percatar que la “nulidad o ausencia” son significados que están presentes en la mayoría de ellas y por eso comprendo que estas significaciones le han otorgado al silencio el reconocimiento como un “algo” digno de ser analizado.
Al analizar al silencio desde el pensamiento moderno identifique que aquella concepción de nulidad, se fortaleció al momento en que comenzó por la entrada de la lógica capitalista, en donde la competencia, la productividad y la eficacia formaban parte de los estándares esperados para los humanos, poco a poco se comenzó a dar importancia a fomentar una razón instrumental. La educación fue vista desde otra mirada, muy distinta a aquella institución que podía potenciar una razón que permitiera ofrecer sabiduría a sus alumnos, la opinión que represento la hegemonía, es que la escuela es importante para sus hijos porque al finalizar sus estudios podrán avanzar a otro nivel educativo, y dependiendo del alcance que tenga su preparación, la oportunidad que tendrán para subsistir en el mundo se incrementarán, por lo tanto se comenzó a generar la idea de que los alumnos deberían asistir a la escuela con el simple hecho de escuchar y aprender del maestro, aquel que tiene el conocimiento.
En la modernidad la palabra ha adquirido una enorme importancia, el objetivo del sujeto en la actualidad es desenvolverse en el eficientísimo y en el ruido, pues solo con éste, la transmisión de conocimientos e ideas, puede concretarse. En otras palabras al reconocer la presencia que representa la palabra, el silencio de inmediato queda reducido simplemente, a aquel momento sin sonido, que presenta una “ausencia de palabra”, a causa de que la modernidad ha reconocido al silencio como algo negativo.
Desde la lógica capitalista se ha establecido una lectura al mundo, fundada en la producción. Somos cosas que producen cosas, la palabra se ha convertido en nuestro principal instrumento que lo potencia, es entonces que el silencio, ha sido delegado como una interrupción de la transmisión, y si la cadena de producción se detiene, la rueda deja de girar, así el silencio es reconocido como aquel que “interfiere la producción y la transmisión” ha sido tachado en función del plano progresista.
Respecto a mi experiencia el ser ha sido condicionado a guardar silencio, a restringir su voz para reprimir su propia expresión, pero lamentablemente no solo nos limitamos a nosotros mismos, tal parece que intervenimos en restringir lo mismo hacia el otro; el alumno. “La sociedad ha comenzado a utilizar la palabra en las prácticas sociales insertándola con una peligrosidad importante en tanto a su poder de seducción” (Chávez, 2013, p. 19). La seducción a la que hace referencia, no tiene nada que ver con un aspecto erótico, a lo que se refiere es que en la actualidad, la palabra tiene un alto poder de dominio, la palabra seduce al que la escucha y es capaz de persuadir, de convencer al otro y ¿por qué no?... de generar silencio en el otro.
Por lo tanto me surgen demasiadas preguntas como: ¿eso es lo que he observado en los docentes con los que he tenido alguna relación?, ¿utilizan su palabra con el fin de persuadir al otro implicando el sometimiento de éste, ejerciendo una presión a guardar silencio?
Nos hemos acostumbrado a hacer uso de una palabra que carece de sentido para nosotros, una palabra vacía que fue aprendida para memorizarla y no para comprenderla y reflexionarla, identifico que la superficialidad nos invade, al hacer un continuo uso de la palabra sin sentido y una palabra seductora, nos niega la oportunidad de que observemos lo profundo de nuestro ser. Para Heidegger (2000):
El ser ha sido expulsado al mundo, y la manifestación de esta expulsión se refleja en el lenguaje. Aunado a ello, advierte que la limitación del lenguaje como sinónimo de la palabra es una de las restricciones que el hombre se ha generado para consigo mismo en la vida social actual.
Gracias a la cita de Heidegger es que comprendo la forma en que se ha venido guiando la modernidad, expone, que el ser ha sido expulsado al mundo, para facilitar la comprensión sobre lo que se refiere, invito a que el mundo no debe ser visto como un lugar en donde habitan cosas, todo lo contrario, se hace referencia a aquel mundo lleno de significados, desde que nacemos nos incorporamos a lo ya establecido, en donde nuestro sexo es delimitado por colores definidos, el trato que nos tienen es de protección por lo indefensos que estamos, se nos va formando bajo principios y valores ya instituidos, y como se menciona en la cita, la manifestación de esa expulsión se refleja en el lenguaje, con la palabra nosotros nos adentramos al mundo, con la palabra somos llenados de significados.
Las posibilidades de existencia que Heidegger propuso fueron 2: el uno y el ser si mismo propio, al darme cuenta de la limitación de palabra que se ha generado y a la que él hace referencia, es que la relaciono con la posibilidad de la existencia que nombra como el UNO, en esa posibilidad de la existencia hace referencia en que al llegar al mundo, se nos llena por completo de definiciones y verdades, nos limita a lo ya nombrado y somos preparados para reproducirlo y transmitirlo, la palabra es el instrumento que nos lleva a la aceptación de lo dado, las palabras vacías y sin sentido recaen sobre nosotros por imposición, en silencio recibimos lo dado, por lo tanto, aquí la palabra juega un papel muy importante para fomentar la restricción de la que habla Heidegger en la vida actual, pues nos lleva al cierre de nuevas posibilidades.
Haciendo referencia al título, el silencio es el eje central de la investigación, pero el silencio que la guía no se refiere a aquel silencio que represente nulidad, todo lo contrario, lo guiara un silencio que aporte, un silencio que pueda convertirse en un acto formativo y no en un factor de dominio dentro de las aulas, un silencio que no represente carencia, todo lo contrario, un silencio que se convierta en “cuna de la palabra” (Torralba, 2013). Aquel silencio, que en el momento en que se hace presente, permite generar la palabra, pero no una palabra vacía, todo lo contrario:
La palabra que nace del silencio es una palabra sólida, consistente y firme. Sin silencio, sin reflexión, las palabras se convierten en mera cháchara hueca, en retórica inflada y vacía. Por no saber habitar el silencio, nos volvemos tan superficiales, nos dejamos conducir por propagandas, órdenes, gritos o seducciones. (Pérez, 2015).
, ¿Por qué no pensar que al momento en que se da el silencio, es una pausa a reflexionar lo que se dice?, ¿Por qué no pensar que el silencio nos permitirá pensar claramente de lo que hablamos o lo que diremos? Veamos de otra manera al silencio, reconozcámoslo como una ayuda a tener más claridad en los actos de habla y es un claro ejemplo de que el silencio puede aportar sentido a las palabras. ¿Qué papel jugará el silencio edificante y como cuna de la palabra dentro de la idea de Heidegger?
Al tratar de dar respuesta a la anterior pregunta retomo la segunda posibilidad de la existencia que Heidegger propone, se relaciona al ser si mismo propio, es aquí en donde se potencia el silencio, pues si la palabra es aquella que cierra la posibilidad de nuevos significados, el silencio cobra importancia al aparecer como aquel mutis que permite la reflexión, al momento de retomarlo el silencio permite que aquellas palabras sin sentido y vacías que se nos presentan, serán analizadas por medio de una ardua reflexión, con el fin de comprender su significado o buscar una nueva posibilidad de connotación.
El silencio desde la reflexión de la cita de Heidegger, es aquel que genera una apertura, una apertura a que se contemple lo presente, así sean palabras o las personas que nos rodean, el silencio es aquel que posibilita la apertura de lo nuevo y desconocido. Todas las observaciones se relacionan con la idea de que “hay que revertir el mundo del consumo hacia uno de ideas” (Lozoya, 2014).
Es importante que reconozcamos que al momento de privarle la palabra a otra persona y al tratar de adaptarnos al continuo movimiento que vive la sociedad a diario, hemos perdido nuestra esencia como humanos, debemos cuestionarnos ¿En qué momento nos damos tiempo para nosotros? Incluso en los intercambios verbales la pérdida se hace presente, continuamente hacemos uso de una palabra estereotipada, que permita la transmisión de ideas de una manera rápida y eficiente, pero de igual manera no podemos rescatar nuestro ser, ni nuestra esencia; en ellos, nuestros alumnos. Poco a poco, el tema de la alteridad se vio fuertemente relacionada con el silencio edificante y cuna de palabra. .
La alteridad, ha sido analizada desde diferentes miradas, pero me centraré en la mirada hermenéutica, para Carrasquilla (1994) “La alteridad da un lugar de importancia a la condición del yo-tu: estableciendo que es la forma de coexistencia entre las personas” (González, 2008). En pocas palabras la alteridad puede ser entendida como la forma de relación del yo hacia el otro. De la misma manera se reconoce que la otredad “se origina en el momento en que se considera a los demás hombres, es decir en el momento en que decido ver más allá de mí” (Blanco, 2012).
Al momento en que dejemos de admirar nuestro resplandor frente a un espejo el cual limita nuestra visión hacia los que nos rodean, es que nos daremos cuenta que no estamos solos, que tenemos a nuestro alrededor a diferentes sujetos, y solo cuando se reconozca ésto, aprenderemos a percatarnos de que “la visión del rostro del Otro me separa de mí mismo, rompe la soldadura de mi propio narcisismo y me enfrenta con la alteridad de Otro” (Romero & Gutierrez, 2011).
Al valorar al otro, al reconocerlo, estaremos haciendo uso de la alteridad, la cual se enfoca en la importancia del encuentro con el “otro”, hay que tener en cuenta que la alteridad se puede dar por medio del diálogo, de aquel encuentro constante con el otro, pero debido a la modernidad en la que nos encontramos, es interesante cuestionarnos ¿en qué momento dialogamos con el otro? La primacía del yo nos ha invadido y nuestra voz constantemente se encuentra en competencia con las de otros.
Tal pareciera que en la actualidad nos hemos preocupado por sobresalir de manera individual, sin importarnos el otro, estamos preocupados por destacar en nuestros trabajos, en nuestra vida del hogar, dentro de la escuela, etc., pero solamente pensamos en nuestro éxito individual, nos mantenemos alejados al pensamiento de sobresalir en colectivo, en la actualidad vivimos y luchamos a diario, guiados en el individualismo y la egolatría. Lipovetsky (2005) menciona que:
La sociedad actual vive presa de la vacuidad. Para el francés hay una enorme distancia entre la sociedad de los don juan, aquella caballeresca, satírica y donde prevalecía el trato con los otros; y la era del narciso, el que se adueña de las plazas para contemplarse a sí mismo en un espejo y dragar su finitud en un ambiente de hedonismo. (p. 23)
Al leer la anterior cita, nos percatamos de la enorme pérdida que nos ha invadido en la actualidad y la enorme distancia que tenemos con aquella sociedad del don juan. La egolatría y el individualismo que se hace presente debido a la modernidad competitiva, eficientista y productiva nos remite a aquella época que Lipovetsky nombra como la era del narciso, aquella en donde no nos interesamos por tratar con el otro. Si reflexionamos la manera en que nos guiamos a diario, nos daremos cuenta que vivimos constantemente en competencias con el “otro”, nos preparamos para poder ser competitivos en todos los ámbitos posibles, al darme cuenta de ésto es que reconozco que González (2008) tiene razón al postular que “se trata de un mundo no abierto aún desde lo otro”. Aún no estamos preparados para convivir entre sí. Justamente el silencio, es el que permite ese encuentro, al momento en que callamos, la voz del otro resplandece junto con su ser y su esencia, al guardar silencio generaremos un espacio de proximidad con el otro, el silencio es aquel que permite la aproximación con el otro, pues al momento en que éste aparece, la voz del otro puede dar a luz, debido a que el silencio edificante de la palabra entra con mayor fuerza.
“Sólo en el silencio es posible la contemplación. Contemplar no significa sólo mirar atentamente la realidad, sino distanciarse y fijarla en la retina del espíritu…El silencio permite también la contemplación nítida y transparente del otro” (Pérez, 2015). Al momento en que nosotros callamos, podremos contemplar a aquel que se encuentra cerca de nosotros, resplandecerá el ser y la esencia del otro y será visible a nuestra mirada, una vez que hayamos aprendido a callar para poder contemplar al otro, de esa contemplación puede surgir la palabra del otro. Debemos comprender que la educación es aquella que prepara para conocerse a sí mismo y reconocer a los demás, y solo se logrará al momento en que aprendamos a guardar silencio y a escuchar a los demás. A través del silencio, se aprende a desarrollar el papel del espectador. Dice ortega y Gasset que “el actor habla, actúa en escena, hace su función y recibe los aplausos del público, mientras que el espectador esta callado y observa los movimientos y los gestos de los actores” (Torralba, 2013).
De lo dicho hasta aquí me da la pauta de cuestionar abiertamente ¿Quién es el que tiene el papel del actor dentro del salón? Y ¿Quién es el espectador? Estas preguntas pueden realizarse como una forma de introspección a nuestro actuar docente, y se espera que con la reflexión, sea solucionada cualquier función que no permita la expresión del ser en nosotros mismos o en nuestros alumnos.
Debemos identificar el papel que estamos teniendo dentro de nuestro grupo, observar la forma en que estamos llevando a cabo la educación, aquella controladora de mentes o aquella que permite la contemplación de sí mismo y del alter. “La otredad se genera con vínculos afectivos los cuales se van afianzando cuando nos sentimos involucrados, respetados, queridos y aceptados, donde los alumnos pueden darle vida a su voz” (Monroy, 2013).Lo anterior, sirve como clave para reflexionar si dentro de nuestras aulas, existe esa otredad y alteridad hacia nuestros alumnos.
Al considerar todo lo anterior y para poder dar respuesta a las preguntas de investigación es necesario documentar la práctica cotidiana de los silencios entre docentes y los alumnos. Ante esta necesidad la metodología empleada es la tradición interpretativa, porque es conveniente cuando se desean conocer las razones por las cuales los individuos actúan de la forma en que lo hacen, lo cualitativo alude a la esencia. La investigación “se situó bajo el concepto del paradigma Interpretativa y se asumió una actitud siempre constructiva, crítica y hermenéutica” (Bautista, 2005), pues se trató de entender los silencios que se dan en los intercambios cotidianos, y el sentido que tienen. Se documentó la práctica cotidiana de los silencios entre docentes y alumnos, fueron elegidas 5 docentes de nivel preescolar, 3 docentes en servicio, y las 2 restantes son docentes en formación. Los intercambios cotidianos entre ambos personajes fueron muy importantes, de manera que decidí hacer uso de la audiograbación como herramienta para documentar los intercambios cotidianos que tenían la docente y los alumnos. Para ser más precisos y puntualizar lo anterior, decidí retomar el enfoque del análisis conversacional el cual “pretende dar cuenta de un proceso secuencial e interrelacionado de condiciones comunicativas, secuencias temáticas, intercambios verbales, intervenciones y actos de habla, que enmarcan y constituyen las posibilidades de significado y sentido de los interlocutores en un contexto específico” (Villalta, 2009). Acorde con lo que Villalta mencionó, me interesa puntualizar en donde resalta que el análisis conversacional funge como medio para poder comprender y conocer la forma en la que se le da sentido al silencio dentro del aula, por lo tanto me permitió conocer el papel que juegan los sujetos en la interacción dentro de la cotidianeidad. Para poder llevar a cabo el análisis conversacional, hice uso de los actos de habla, los cuales:
Se pueden definir como actos comunicativos que siendo de preferencia verbal pueden ser también de naturaleza no verbal, considerados “hechos de la interacción” que sostienen la relación entre los interlocutores. El valor locutorio del acto de habla radica precisamente en la participación de todos los canales de comunicación. Los actos de habla articulan la intervención de un locutor en un intercambio, definiendo su rol cooperativo, identidad y posibilidades de participación en dicho intercambio. (Villalta, 2009).
Con el fin de identificar el protagonismo al interior del aula utilizaré la clasificación más adecuada de las Intervenciones, aquella que mejor describe la estructura de intercambio en un contexto comunicativo específico. Haré uso de los actos de habla que menciona Villalta (2009), el directivo y subordinado:
Ambos actos de habla que retome “…son utilizados con la finalidad de definir su rol, identidad y las posibilidades de participación en el intercambio de la conversación” (Villalta, 2009). Estos actos forman parte medular del análisis, gracias a ellos se pudo identificar a quién le pertenece el protagonismo dentro del aula, nos permitió identificar porque se dan los silencios y porque se da la palabra. Como se ha venido manejando uno de los objetivos de la investigación es identificar ¿qué silencio se hace presente en las aulas preescolares? y ¿cuál es el sentido de este? Conforme a lo anterior, este campo de análisis será uno de los más importantes en referencia al trabajo empírico. Para poder identificar el sentido que tiene el silencio se hizo uso de 6 categorías como posibilidades de los sentidos existentes en las aulas:
Sentido del silencio |
|
Silencio |
Sentido |
Edificante |
Surge como un momento para meditar, puede ser identificado como una apertura al pensamiento (Bildung). En pocas palabras, se refiere al espacio que se le brinda al otro para que pueda pensar claramente sobre la respuesta o comentarios que va a generar, para ofrecer un espacio como el que se menciona se debe tener conciencia de que guardo silencio para permitir la meditación y comprensión del otro, con el fin de generar una palabra con sentido y no una palabra hueca respondida de la inmediatez. |
Cuna de la palabra |
El silencio como cuna de la palabra es aquel mutis que nos generamos con nosotros mismos, para permitirle la expresión al otro, al hacer uso del silencio la alteridad se adhiere casi inmediatamente de nuestro ser. Para poder identificar de manera más clara el silencio del que hablamos, se debe tener la conciencia de “me callo, para que el otro hable” “guardo silencio, y le doy la palabra al otro”. |
Controlador |
El silencio que se da por control puede ser identificado de la misma manera por el perseguir un cierre dentro del salón de clases, para mantener controlados a todos los alumnos, los docentes hacen uso de diferentes maneras para garantizar el silencio en sus alumnos |
Represión |
Se genera como respuesta a algún intercambio de cierre, es aquella represión que se hace de la voz por cumplir el mandato de alguien más |
Asimilación |
Se trata como una forma de comprensión sobre lo que se habla o el tiempo que se brinda para fortalecer esa comprensión. |
Confusional |
Suele generarse como respuesta ante una situación desestructurada o poco pautada. Se trata de una conducta de bloqueo emocional ante la ambigüedad del estímulo. Sucede al momento en que se genera un caos de pensamientos que no permite la comprensión total de lo que se habla o lo que va a decir. |
LA REALIDAD SILENTE EN PREESCOLAR
Al adentrarme en los hallazgos que salieron a la luz por medio del análisis conversacional, identifiqué que el silencio dentro de la realidad educativa en preescolar puede surgir con diferentes sentidos. Para comenzar el análisis hice uso de todos los referentes teóricos que respaldaban mi investigación, dando pie a que se construyeran categorías, por lo que se buscó nuevos referentes para fundamentar las manifestaciones construidas.
Para ser más específicos a continuación se presentarán las tres categorías que se identificaron como recurrencias en los intercambios analizados:
Si bien es cierto que “en la vida humana, el sujeto puede representar dos papeles, el del actor y el del espectador, o dicho de otra manera, el activo y el pasivo” (Torralba, 2013). Me interesa identificar ¿Quién es el que tiene cada uno de esos papeles? ó mejor aún ¿se podrán intercambiar constantemente ambos papeles?. Para poder dar respuesta a los anteriores cuestionamientos, me adentre en el arduo labor del analisis conversacional presente en aulas de nivel preescolar.
Veamos la cotidianeidad del aula a través de sus intercambios, para ello presentaré en primera instancia el conteo de los actos de habla en las conversaciones escolares que fueron analizadas en la Cuadro 2:
CUADRO 2: CONTEO DE ACTOS DE HABLA |
||||
T1 |
T2 |
T3 |
D. F. 1 |
D. F. 2 |
N° ACTOS TOTALES: 105 ACTOS DOCENTE:94 ACTOS ALUMNOS: 11 TOTAL DE ALUMNOS:28 |
N° ACTOS TOTALES: 137 ACTOS DOCENTE: 91 ACTOS ALUMNOS: 46 TOTAL DE ALUMNOS:26 |
N° ACTOS TOTALES: 98 ACTOS DOCENTE: 87 ACTOS ALUMNOS: 11 TOTAL DE ALUMNOS:26 |
N° ACTOS TOTALES: 177 ACTOS DOCENTE: 130 ACTOS ALUMNOS:47 TOTAL DE ALUMNOS:27 |
N° ACTOS TOTALES: 83 ACTOS DOCENTE: 56 ACTOS ALUMNOS: 27 TOTAL DE ALUMNOS: 28 |
Al hacer referencia a los hallazgos mostrados en el anterior cuadro podemos asumir que los intercambios dentro del aula no son equitativos y los papeles de actor y espectador, tal pareciera que son permanentes, sin la posibilidad de un intercambio.
Al comenzar el análisis y al hacer uso de los actos de habla que menciona Villalta (2009); (directivo y subordinado) me fui dando cuenta de lo que sucedía realmente al interior de las aulas, y lamentablemente documenté que el docente es aquel que tiene el protagonismo de la palabra, debido a que en la totalidad de las intervenciones analizadas participa como actor directivo, dejando en la subordinación y en el silencio a sus alumnos. Comenzaré ejemplificando como la voz del docente prevalece dentro del salón de clases ante la voz negada de los alumnos, al analizar detalladamente el anterior cuadro. Las cifras que se muestran, dan cuenta de los intercambios que tiene cada actor dentro del aula, en todos los casos se puede identificar que las docentes tienen una posibilidad de participación mucho más alta a la que sus alumnos pueden aspirar.
El caso más drástico de todos los intercambios se sitúa en la T1 , durante el “intercambio” (si es que se le puede llamar así) con sus alumnos se generaron 105 actos de habla, pero de esos actos de habla, 94 le pertenecieron a la docente y solamente 11 a sus alumnos, es aquí en donde me cuestiono ¿acaso esto es un intercambio? Los datos son alarmantes, más aún si consideramos que en el salón se encontraban 28 alumnos y la docente, al tomar en cuenta los 11 actos de habla presentes en los alumnos podríamos afirmar que el 39.28% de los alumnos pudieron expresarse. La tendencia se agrava si consideramos que de las 11 intervenciones que se generaron por parte de los alumnos 6 corresponden a intervenciones grupales, en donde se dificulta identificar la cantidad de los alumnos que alzaron la voz y 5 fueron intervenciones individuales. Al conocer las anteriores cifras me parece impactante como una sola persona tuvo el poder de la voz con tanta fuerza que limitó a la mayoría. Cabe resaltar que lo anterior solo fue el inicio de un análisis detallado hacia la docente T1
Para ilustrar mejor la manera en que se puede percibir el protagonismo del docente se usará el siguiente fragmento analizado:
88. Maestra: Oigan yo les deje una tarea a ustedes en su casa [*, 6 s.]
89. Niños: una carta
90. Maestra: una carta / ¿Para qué es una carta? [*, 2 s.]
91. Niños: para nuestros amigos (T2,)
En el anterior ejemplo se percata de manera sencilla quien domina el acto subordinado, identificamos que el alumno es el que tiene como función principal extender el intercambio, que el protagonista desarrolla, ya que solo se limita a dar respuesta a los cuestionamientos que la docente genera, solo al momento de responder el alumno tiene la oportunidad de expresarse y alzar su voz. Dentro de las escuelas, los actores (alumnos y docentes) adquieren diferentes niveles de poder que muchas veces son otorgados por la misma sociedad.
Al maestro se le otorga el derecho y la obligación de ocupar una catedra y ejercer el control corporal y mental sobre los alumnos con base a una autoridad previamente acreditada y conferida, a su vez, por otras autoridades a través de un título que lo legitima. (Mandoki, 2005, p. 97)
Como menciona Meneses (1997) “En el salón se simula comunicación y si esta se da es porque hay intereses por ver quién se impone” (p. 152), aunque no es dificil acertar de quién es que provienen esos intereses.
Otro factor que puede estar influyendo en la acción educativa de las docentes puede tener relación con la concepción de que:
La oratoria, como un factor transversal en variados campos de la formación, funge como un importante interventor en la vida del vendedor, del docente, del locutor, del litigante, etc. Para ellos, el desarrollo de la vida cotidiana va de la mano con un sonido que les permita construir posibilidades de acción en un sentido profesional. (Chávez, 2013, p. 21)
La pregunta que me surge es ¿si la educadora no desarrolla su labor docente con sonido, pierde un sentido profesional? ¿Quién determino el sonido para algunas profesiones? ¿En qué momento las docentes adoptaron esa idea?
El poder que le es conferido al docente muchas veces se ve reflejado en el interior del aula, no es difícil apreciar en una clase expresiones de parte de la docente en donde demuestre su poder frente a los alumnos, con facilidad recordaremos como muchos hacen uso de su imagen como muestra de autoridad, sirva de ejemplo frases como las siguientes:
22. Maestra: No chicos ustedes hacen lo que quieren [*, 7 s.]… Ya dije brazos
23. cruzados (T1)
En la breve actuación de la docente, se puede identificar el poder que pretende desarrollar sobre sus alumnos, el silencio que se hace presente es un silencio controlador, además hace uso de actos de habla directivos, quitándoles por completo la opción de apertura, la opción de realizar lo que ellos decidan, la docente en ese momento elimina por completo la autonomía libre que tiene cada alumno, dejando en claro que ella es la única que tiene el poder de elegir lo que se debe hacer.
He aquí la relación que manejo porque a lo largo de mi formación he compartido experiencias con diversos docentes, muchos de ellos manejando siempre el protagonismo en las clases, a pesar de las experiencias que yo tuve como alumna silente dentro de las escuelas, tal pareciera que ahora que estoy del otro lado, me enfoco en educar a la nueva generación lo dado por la tradición, en educar en el ruido y potenciar la negación de la voz de mis alumnos.
Al analizar algunas audio grabaciones de mi propio actuar docente, he observado que la mayoría de las participaciones que tengo al conversar con mis alumnos se concentran en un acto de habla directivo, como ejemplo en el siguiente fragmento de mi intervención se puede apreciar lo advertido:
26-27 Maestra: todos somos buenos en algo y también somos malos para
28. algo, piensen muy bien [*, 8 s.]/ ¿ya vieron que es lo que tengo aquí?
29. Niños: una hoja
30. Maestra: ¿y de qué color es esta hoja?
31. Niños: blanca
32. Maestra: muy bien, ¿y que tengo aquí?
33. Niños: pintura morada
34-35Maestra: a ver niños/ vamos a poner atención/ yo les voy a dar una hoja
36. a cada uno de ustedes/ y les voy a repartir 4 godetes por cada equipo/
37. tienen que compartir para toda la mesa. / No vamos a utilizar pinceles
38. Maestra: ¿qué creen que vamos a utilizar?
39. Niños: nuestras manos!!!
40-41. Maestra: muy bien, vamos a utilizar nuestras manos, ¿si saben que
42. es lo que vamos a dibujar? [*, 4 s.]/...vamos a dibujar una cosa para que
43. somos buenos y una cosa para lo que no lo somos ok. /Fíjense muy bien
44. que vamos a hacer, vamos a tomar con nuestro dedo pintura [*, 3 s.]/
45.¿cuánta pintura me puse en el dedo?
46. Niños: poquita
47-48. Maestra: exacto/ muy poquita pintura/ vamos a tomar nuestra hoja y
49. vamos a hacer una línea en medio para que podamos dibujar con
50.nuestros deditos la cosa para lo que somos buenos y la cosa para lo que
51. somos malos ok. [25 s.] (Entrega de material)(D.F. 2)
Es hasta ahora que me percato que el acto director radica en mí, al analizar el anterior fragmento de conversación que tuve con mis alumnos, identifico que las preguntas que hago son cerradas, que la “oportunidad” que les brindo a los niños de tener la palabra, es mínima, pareciera que me he esforzado por mantener a mis alumnos en el acto subordinado otorgándoles la palabra solo para que me respondan aquellas preguntas cerradas que realizo como ¿y de qué color es esta hoja?, ¿y qué tengo aquí?, ¿cuánta pintura me puse en el dedo?,etc. Ahora me doy cuenta de la importancia que tiene clasificar las intervenciones que tengo con mis alumnos, pues “esto ayuda a definir operacionalmente la participación de profesores y alumnos en la interacción didáctica, donde, comúnmente, el acto director radica en la intervención del profesor” (Villalta, 2009). Lo anterior generó un fuerte despertar hacia lo que estoy cometiendo dentro del aula, observo que no genero la palabra en mis alumnos, ni autonomía, sino todo lo contrario, estoy generando a personas a las que se les debe indicar que tienen que hacer, a las cuales no se les tiene que cuestionar algo desafiante, en pocas palabras, personas que han aprendiendo a vivir en la subordinación y el silencio.
Como hemos mencionado anteriormente la función de la escuela, con el paso del tiempo se ha ido tergiversando:
Cambio de promover la emancipación humana, inicialmente como emancipación de la razón, y como promotora de las posibilidades de progreso, orden, libertad e igualdad. Y en un determinado momento se desvirtuó al asignarle el mismo programa la tarea de ser una institución para el control y sometimiento del hombre. (Díaz, 2002)
Muchas veces los mismos actos de habla que generamos dentro del aula pueden servir como medios para controlar a nuestros alumnos, al adentrarnos a los recuerdos que tenemos de nuestra infancia dentro de la escuela, con facilidad podremos encontrar frases como la siguiente, que forma parte de uno de los intercambios analizados:
23. Maestra: Alonso/ siéntate bien (T2).
De igual manera los actos de habla pueden ir mucho más allá de solo controlar una acción de los alumnos, me refiero a que pueden ser posibilitadores del silencio en nuestros alumnos. Como ya lo había mencionado construí 6 categorías para el análisis del sentido del silencio, la tendencia en que aparecieron estos silencios es variada, por lo tanto en el Cuadro 3 se presentará la frecuencia de estos silencios tomando como referencia la totalidad de los intercambios analizados:
CUADRO 3: APARICIÓN DE LOS SENTIDOS DEL SILENCIO EN LOS INTERCAMBIOS ANALIZADOS |
||||||
EDIFICANTE |
CUNA DE LA PALABRA |
ASIMILACIÓN |
CONFUSIONAL |
REPRESIÓN |
CONTROLADOR |
|
39 |
8 |
55 |
11 |
6 |
55 |
|
22.4% |
4.5% |
31.6% |
6.3% |
3.4% |
31.6% |
Al analizar el cuadro, es fácil detectar que el silencio de asimilación y el controlador son los que aparecieron con mayor frecuencia en los intercambios, sin embargo en esta categoría, como menciona su título, nos enfocaremos a indagar aquellos silencios que propician el olvido hacia los otros por medio del control, por lo tanto el silencio controlador (uno de los sentidos que tuvo mayor tendencia en los intercambios) será analizado de manera detallada, de igual manera, dentro de esta categoría puede ser analizado aquel silencio que es fruto de un silencio controlador; el silencio como represión. En breves palabras ambos silencios serán los que guiaran esta categoría empírica, dejando de lado por el momento los otros silencios encontrados. La colonización del otro se hace presente al momento en que por medio de nuestros actos de habla y nuestros silencios generamos que los alumnos actúen como nosotros deseamos, olvidando por completo, lo edificante que puede traer el constante trato con el otro. Identifico que el control, aunque sea mínima su participación, siempre se encuentra presente en la realidad educativa, su cotidianeidad solo depende de la propia docente.
Como hemos mencionado el silencio controlador que usan las docentes puede propiciar un silencio como represión en los alumnos, un ejemplo muy claro de lo mencionado se puede apreciar en los siguientes extractos de intercambios verbales analizados:
5. Maestra: Christian [*,3 s.]/ ¿Te quieres venir a este lugar para que puedas
6. trabajar con tu mascara? [*,2 s.]/ Ahorita voy a limpiar esta mesa para el
7. niño que desee trabajar acá. (T3)
Por medio de amenazas y castigos muchas veces se propicia el silencio en nuestros alumnos,los silencios que se pueden identificar sirven como una pausa que la docente hace para que el niño acepte sumisamente el silencio y atienda a su voz.
34. Maestra: Ximena!! [*,4 s.]
35. Maestra: ¿se va a pasar a trabajar acá adelante? [*,8 s.]
36. Ximena: no [*,5 s.]
37. Maestra: el siguiente niño que este platicando [*,4 s.]/ Se pasará acá 38.adelante [*,6 s.]
39. Niños: [*, 8 s.] (T3)
Como se puede apreciar en la t intervención de la docente, los alumnos como respuesta a aquel silencio controlador, retoman el silencio como una forma de reprimir su propia voz. A continuación se mostrarán extractos importantes de la conversación:
2,3 váyanse al siguiente salón [*, 3 s.]. / No estoy dormido, no estoy acostado
4. [*, 2 s.]. / tengo los brazos…cruzados/ dije ¿me voy a recargar en la
5,6mesa?/, ¡no! /estamos derechitos [*, 5 s.]. / ¿Tiene sueño? la mandamos
7. a dormir en el sillón de la dirección.
8. A1.: (sonido de bostezo)
9. Maestra: ¿se va a dormir a la dirección?/ Entonces ya [*, 2 s.]. / Se supone
10,12 que no se debe de oír ya ningún ruido/…/ ¿estamos en? [*, 2 s.].
13. Niños: silencio (todos juntos) [*, 3 s.].
14. Maestra: silencio/ No pueden hablar. (T1)
En el anterior extracto se puede apreciar el silencio que retoman los alumnos como forma de represión, pero lo más sorprendente es el olvido que tiene la docente hacia sus alumnos, los desconoce por completo como seres humanos, desconoce la opción de que alguno venga cansado y tenga sueño, desconoce la libre expresión que pueden tener los alumnos, simplemente los observa como “robots” a los que puede manipular y guiar, a quienes puede tener “derechitos” como soldados si la oportunidad de alzar la voz. Inclusive olvida y rechaza los intereses de los niños por completo, esto lo menciono por lo siguiente:
23. Maestra: ¿Vas a estar en el chisme o qué hago? / Yo me voy a sentar a
24. su lugar [*, 3 s.]. / Ya dije brazos cruzados/ Allison, dije brazos cruzados/
25,26.¿Le habla alguien allá afuera Santiago?/ Puede irse allá afuera/
27.Aunque este la puerta abierta no tiene que ver lo que hay afuera/ ya
28.conozco mi escuela quiere entretenerse, pues me salgo y ya no trabajo [*, 2 s.]. (T1)
El silencio y la represión que genera la docente durante su clase, es impactante aquí presento el último extracto de esta intervención:
36. Maestra: ¡sh! estamos en el salón del silencio [*, 5 s.]. / Entonces salen
37,38 las reglas para trabajar en el cuaderno [*, 2 s.]. / Lo hago bien/ con
39.atención/ si no pongo atención por eso me salen las cosas
40. Niños: mal (en coro)
41. Maestra: estamos en el salón del silencio y no pueden contestar nada/
42,43 están mudos/ los mudos no hablan, pero ustedes si escuchan [*, 2 s.].
44. / Ya/ Alan vamos a cambiar la fecha [*, 2 s.]. , del día de… [*, 2 s.].
45. Niños: hoy (en coro)
46. Maestra: el próximo que haga ruido, va a perder/…/no quiero ver caras
54. tristes /Arturo puedes salir si quieres/ entonces dejamos de hablar/
56.Fíjense, voy hacer boca de pato con un soldado, boca de pato y un
57.soldado acostado, boca de pato con soldado acostado, boca de pato con
58. soldado acostado, dejo un cuadrito, boca de pato con soldado
62.acostado/…/Ahora pueden contestar ¿entendieron?
63. Niños: si (en coro) (T1)
Como menciona Villalta (2009) el poder del docente se ve reflejado al momento de ejercer un acto de habla directivo, se convierte en aquella persona que silencia y da la apertura de la participación.
Avanzando en nuestro análisis, me encontré con algo que me pareció sumamente triste y lamentable, debido a la recurrencia en que aparece el silencio controlador dentro de las aulas preescolares, ha propiciado que los alumnos identifiquen al silencio como un posibilitador para mejorar su aprendizaje o su desempeño en la escuela. Inclusive se ha propiciado que ellos mismos reconozcan que su voz esta negada, e identifiquen la importancia de hacer uso del silencio como represión, esto lo podremos observar en el siguiente extracto analizado: 45. A3: alguien hizo ruido [*,8 s.]
46. Maestra: el siguiente niño que esté hablando [*,2 s.]/ Se pasará acá 47.adelante [*,9 s.]
48. Maestra: les pasaré su material ok.
49. A3: maestra [*,2 s.]/ Otra vez Andrés habló. [*,3 s.]
50. Maestra: yo ahorita voy a ver quién es el que está hablando/ ok [*,5 s.] (T3)
Es impresionante como es que un alumno asume el acto de habla director de una manera negativa y controladora, con el único fin de generar el silencio hacia uno de sus compañeros.
A pesar de este obscuro panorama que nos dejaron las anteriores categorías aún se pueden salvar breves extractos de las intervenciones de algunas educadoras, extractos que dan cuenta del resplandecer de aquella voz negada, en donde le otorgan la palabra a sus alumnos y los reconocen como personas que pueden expresarse con libertad.
En específico se identificaron 2 tipos de silencio que dan pie a la alteridad dentro del aula: el silencio edificante y el silencio como cuna de la palabra .
Ambas tienen diferentes connotaciones y son sumamente importantes dentro de una conversación, debido a que propician la apertura hacia el otro, desarrollando aquella alteridad que es probable que se esté perdiendo en la actualidad.
Comenzaremos a presentar algunos ejemplos de silencios edificantes encontrados en las intervenciones analizadas:
76. Maestra: ¿De qué más podríamos platicar con los amigos? [*, 5 s.]
77. Niños: de hacer castillos de arena
78. Maestra: De hace castillos de arena
79. Niños: de ir a las playas
80. Maestra: de ir a las playas [*, 2 s.]
81. Niños: visitar a los amigos
82. Maestra: visitar a los amigos, oh si es cierto
83. Niños: invitarlos a mi casa
84. Maestra: invitarlos a tu casa [*, 5 s.] / ¿Qué más? [*, 4 s.] (T2)
El silencio que demuestra la docente al final de sus actos de habla representa una pausa para que sus alumnos puedan meditar y pensar claramente las respuestas que darán. Cuando hablamos de un silencio como cuna de la palabra, la diferencia se encuentra en la oportunidad que es brindada por el que retoma el silencio para permitir que el otro se exprese. Para ilustrar mejor este sentido del silencio se muestra el siguiente extracto como ejemplo:
111. Maestra: si mi amor, [*, 4 s.] / ¿Qué paso?/ A ver no te escucho fuerte
112. [*, 4 s.](T2)
A pesar de que el ejemplo es muy breve se puede observar el reconocimiento y respeto que tiene la docente hacia un alumno que se muestra tímido ante su respuesta.
Al darme cuenta de las tendencias encontradas me siento esperanzada porque aún se crean espacios para recuperar al otro dentro de las aulas, espacios en donde se le otorga la palabra a aquel que se encontraba en silencio, y a pesar de que se presentan en menor medida, pueden representar esa posibilidad de generar un quebranto de la cotidianeidad a la que estamos acostumbradas. Debemos identificar la importancia de recuperar el silencio con el fin de escuchar la voz de aquellos que tenemos a nuestro alrededor, nuestros alumnos. Solo así se podrá dar inicio a una formación que permita una coexistencia para la alteridad. Dejemos de enfocarnos en el control autoritario, por que al hacerlo generamos un “descontrol” en la alteridad que pueden tener los alumnos entre sí, estaremos provocando que se dé la desaparición de la interacción en el aula, seguiremos viviendo con esa simulación de comunicación que se realiza a diario con los alumnos, con miras a continuar con la temible formación que se ha ido generando hacia el olvido del otro.
La realización de este trabajo de investigación permitirá que diferentes docentes que tengan acercamiento al trabajo, reconsideren y modifiquen su práctica educativa, de lo contrario seguiremos en un mundo en donde la cotidianeidad ha marcado la continuidad de la forma en que se llevan a cabo las intervenciones dentro de las escuelas; continuaremos viviendo en un mundo en donde los intercambios dentro de las escuelas continúan día a día sin problematizarse y sin tener una posibilidad de cambio.
Este trabajo ha generado en mí una profunda reflexión como docente y como persona, identifico la importancia que muchas veces nuestros actos de habla y el sentido que le damos a nuestros silencios generan hacia el otro, por lo tanto me permite adentrarme a la reflexión y la construcción de alternativas que puedo crear al momento de comunicarme con los demás, con el fin de aprender a intercambiar la voz y los silencios en cualquier ámbito que se me presente.
Al culminar con este estudio se puede aseverar que al darle la oportunidad a una pedagogía del amor y el rolar el silencio entre nuestros alumnos permitirá generar un ambiente de confianza, de encuentro continuo con el otro, un ambiente respetuoso y libre, un ambiente para la comprensión y no la imposición.
“El amor es una apuesta, insensata, por la libertad. No la mía, la ajena” (Paz, 1993).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Blanco, L. A. (2012). Análisis de la protección social a partir de la otredad. Bogota: Universidad Libre.
Chavez, N. A. (2013). Hacia una pedagogía del silencio: el mimo. Tesis inedita de Licenciatura. FES Aragon, Mexico.
Díaz,B. Á. (2002). La escuela en el debate modernidad-posmodernidad. México: Alicia de Alba.
González, F. S. (Diciembre de 2008). Educacion y alteridad: una postura para un nuevo metarrelato. Educacion en Valores, 2(10).
Heidegger, M. (2000). Holderlin y la esencia de la poesia. España: Anthropos .
Lipovetsky, G. (2005). La era del vacío. España: Anagrama.
Lozoya, J. (2014 ). El silencio como crítica de la modernidad. (R. Campos, Entrevistador)
Mandoki, K. (2005). El imaginario del tiempo en la matriz escolar. Mexico: Lucerna Diogenis.
Meneses, G. (1997). Mas amor pedagógico . México: Lucerna Diogenis.
Monroy, R. E. (2013). El vínculo afectivo en la formación valoral: vivencia construida a través del cuento.Tesis inédita de maestría. Escuela Normal de Ecatepec, México.
Nateras,G. M. E. (2009). Reseña de ''Crítica de la razón instrumental'' de Max Horkheimer. Revista Espacios Publicos. (Vol. 12),237-240. Obtenido de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67611167016
Pérez, E. A. (16 de Enero de 2015). Pedagogía del silencio. Obtenido de Slideshare: http://es.slideshare.net/yoangelychvilchezf/pedagoga-del-silencio-43571869
Romero, E. S., & Gutierrez, M. S. (2011). LA IDEA DE RESPONSABILIDAD EN LÉVINAS: IMPLICACIONES EDUCATIVAS. XII Congreso Internacional de la Teoría de la Educación (pág. 12). Barcelona: Uiversidad de Barcelona.
Paz, O. (1993). "La llama doble.Amor y erotismo".Sex Barral:Biblioteca breve.
Suarez, N. A. (2013). "Hacia una pedagogía del silencio: el mimo". Mexico: FES Aragon.
Torralba, R. F. (2013). PEDAGOGÍA DEL SILENCIO. Obtenido de Newsondn: http://www.newsodn.org/recursos/arxius/20130508_0603Pedagogia_del_silencio._Francesc_Torralba.pdf
Villalta, P. M. (2009). ANALISIS DE LA CONVERSACION. UNA PROPUESTA PARA EL ESTUDIO DE LA INTERACION DIDACTICA EN LA SALA DE CLASE. Santiago, Chile: Estudios Pedagogicos.
La razón instrumental es una categoría creada por la escuela de franckfurt, Max Horkheimer escribió “critica de la razón instrumental”, en ella pretende establecer la relación que existe actualmente entre el pensamiento filosófico y la realidad, la cual percibe con una apariencia bastante oscura. Su objetivo es investigar el concepto de racionalidad inmerso en la industria cultural de la modernidad. Su estudio parte de la idea de que los avances técnicos han sido acompañados por un proceso de deshumanización. Por tanto, la idea de progreso amenaza con destruir la autonomía del individuo, ya que su capacidad de resistencia al aparato de manipulación de las masas y su juicio independiente parecen ir en detrimento del propio individuo. Los avances técnicos y el progreso han generado una crisis cultural, que tiende a traducir todo pensamiento en acción; no obstante, como dice Horkheimer, la acción por mor de la acción misma no es en absoluto superior al pensamiento por mor del pensamiento mismo; queda muy por debajo de él. Por tanto, la racionalización en la actualidad tiende a destruir la razón misma en pro del progreso.
En la actualidad la razón ha demostrado una gran incapacidad por lograr un orden objetivo, aunado a que el interés egoísta se ha convertido en hegemónico, tanto en las escuelas de pensamiento, como en la conciencia pública. Por tanto, cuanto más se debilita el concepto de razón, está mayormente propenso a la manipulación ideológica. Con el advenimiento de la sociedad industrial existe una tendencia cada vez mayor a la cosificación, es decir, a la transformación de todos los productos de la actividad humana en mercancías. (Nateras, 2009).
(T2): codificación del extracto de conversación analizado, se refiere a la titular que lo realizó (titular 2).
Surge como un momento para meditar, puede ser identificado como una apertura al pensamiento (Bildung). En pocas palabras, se refiere al espacio que se le brinda al otro para que pueda pensar claramente sobre la respuesta o comentarios que va a generar, para dar este espacio se debe tener conciencia del silencio que se guarda para permitir la meditación y comprensión del otro, con el fin de generar una palabra con sentido y no una palabra hueca respondida de la inmediatez.
El silencio como cuna de la palabra es aquel mutis que nos generamos con nosotros mismos, para permitirle la expresión al otro, al hacer uso de este silencio la alteridad se adhiere casi inmediatamente de nuestro ser. Para poder identificar de manera más clara este silencio, se debe tener la conciencia de “me callo, para que el otro hable” “guardo silencio, y le doy la palabra al otro”.