“Leer, como amar no acepta imperativo” Jorge Luis Borges.
En el presente trabajo se tratará de “echar un vistazo” dentro del aula y describir la manera en que, generalmente se ha tomado a la lectura de textos literarios. Se revisarán algunas orientaciones para enriquecer dicho trabajo dándole mayor énfasis al trabajo docente. Se propondrá también, una metodología para aplicar a las leyendas poblanas con el fin de propiciar un acercamiento literario y un aprendizaje más integral dentro del salón de clases.
Todos estamos convencidos de los “beneficios” que aporta la lectura, hacemos campañas, convencemos a los alumnos para que lean y nos hemos detenido a pensar ¿Cómo leemos en el aula? Generalmente es producto del seguimiento de un programa en cual no tuvimos nada que ver en su elaboración y, por otro lado la dinámica de trabajo suele ser siempre la misma, 1. Leer el texto, 2. Resumir, 3. Entregar. Si bien nos va o, en otras ocasiones tal vez nos aventuremos un poco más y encarguemos algún análisis literario.
Y no es porque la metodología esté mal porque claro ¡Funciona! entonces tendríamos que seguir trabajando así, pero el alumno no lo percibe igual. Entonces surge un problema, el estudiante “poco motivado” entrega trabajos mal elaborados y el docente lleno de molestia exclama: “¡Es que no saben hacer trabajos!”, “¡No quieren leer!”.
Ante esta situación nos hemos puesto a pensar ¿no será que la forma de trabajar los textos y la metodología no son los adecuados? Y el docente se pregunta ¿Por qué si esto me ha funcionado desde hace 10 o 12 años ahora ya no? Muy fácil los tiempos cambian y hoy en día no estamos en una época de cambios sino, como lo dice Martín López Clava (2003) estamos ante un “cambio de época”.
Debido a esta situación esto nos surge la gran pregunta como docentes: ¿Cómo enfrento estos cambios? ¿Cómo convencer a un grupo de 40-50 estudiantes que “tienen” que leer? Tal vez ese sea el problema. La lectura no puede ser impuesta, debe ser sugerida, debemos llevarlos hacia ella como una invitación. Pero para ello debemos preparar el terreno, ya que en ello intervienen varios elementos de los cuales hablaremos solamente de tres: el papel del docente, la selección de material y una adecuada metodología para trabajar textos literarios en clase.
Es fundamental la figura del maestro en esta tarea pues es él quien va a conducir a los alumnos por esta grata (o ingrata muchas veces) experiencia, eso dependerá de él. El docente debe, siguiendo a Cerrillo (2007) poseer una sólida formación literaria, saber de qué está hablando, tener el conocimiento pues es él quien le “venderá” la idea al alumno de la lectura de determinado texto.
Es importante que en estos primeros acercamientos no se le llene al alumno con fechas, datos y listas interminables de autores. No es que sea erróneo pero será más adelante cuando ya pueda integrar toda esta información. Hay que recordar que lo que nos atañe principalmente es “despertar ese gusto” por la lectura de textos literarios.
Asimismo se debe adquirir un gran compromiso con el trabajo y con los estudiantes pues resulta fácil decir: ¡Lean! cuando el docente no da muestras de ello. El docente debe mostrar una actitud empática y estar dispuesto a ir avanzando junto con sus estudiantes, y tomar en cuenta a los grupos reales, con los que trabajamos día a día, y no con grupos ideales, pues esto es, en muchas ocasiones motivo de frustración docente.
Una parte fundamental para trabajar con los alumnos es la “adecuada selección” de las lecturas. ¿Y qué entendemos por adecuada? Debemos tener en cuenta gustos, intereses y nivel cognitivo de nuestros estudiantes para que así el distanciamiento sea menor. Pues precisamente en muchos casos se fracasó en la lectura de los textos a pesar de haberlos seleccionado cuidadosamente. ¿Qué sucedió? Tal vez no fue del interés de todos o no estaban preparados cognitivamente para abordar una lectura. No se trata desde luego de la “hora de las complacencias” donde damos gusto a cada uno de los estudiantes pues sería demasiado trabajo para el docente revisar de manera detallada cada una de las diferentes lecturas que se seleccionaron. Se trata de hacer un sondeo y bajo una amplia lista de sugerencias preguntar a los jóvenes los temas que les interesan.
Aunque conforme pasa el tiempo nos daremos cuenta que hay ciertos temas que siempre les atraen como: el amor, el misterio, la intriga, también debemos ir incorporando las nuevas sugerencias que vayamos descubriendo.
La metodología es el camino que voy a seguir para el logro de mis objetivos y, aunque sabemos que no existen recetas para el trabajo dentro del aula, algunas sugerencias que nos podrían orientar en nuestro trabajo son:
Es imprescindible que se revise en su totalidad el texto en clase si es corto y si su extensión es mayor, dejar que el alumno se familiarice con él en casa para, posteriormente abordarlo en la clase, esto nos garantizará que al menos el alumno comprenda lo que está leyendo.
Es recomendable, a medida que avanzamos en la lectura, ir realizando preguntas a los estudiantes. Dichas preguntas deberán estar orientadas a la reflexión del texto y no quedarnos en la información básica como preguntar nombres de personajes o lugares, pues aunque estos detalles sirven para ubicarnos; debemos elaborar preguntas donde se muestre un mayor análisis ya que esto ayudará a los estudiantes a ir elaborando sus propios razonamientos e ir sacando sus conclusiones.
En algunas ocasiones existen textos que precisan de alguna explicación previa ya sea un glosario o el propio contexto en el que se desenvuelve el relato, así como algún elemento teórico que nos permita tener una mayor comprensión. Y es en estos casos recomendable brindarle al alumno estas herramientas para avanzar en su trabajo. Es por ello que es preciso que el docente conozca el material que va a leer con sus alumnos y lo pueda preparar de manera detallada previamente.
Este paso no debe faltar nunca ya que es la culminación de todo el proceso. ¿Qué aprendiste? ¿Cuál es tu reflexión final? ¿Qué opinión tienes de tal hecho? Son preguntas que llevarán al alumno a ir analizando poco a poco el contenido de la lectura, esto dará pie a comentarios posteriores por parte del alumno. Este paso se tiene que dar de la mano de los alumnos pues es, precisamente ahí, donde los estamos enseñando a construir sus argumentos, sus conclusiones, así los alumnos poco a poco irán venciendo el miedo y se animarán con sus aportaciones. Todo mediante un diálogo abierto, respetuoso y cordial.
Uno de los errores con los que nos enfrentamos los docentes de Literatura es analizar del mismo modo todos los textos que estudiamos en clase. Y muchas veces esto no funciona y los alumnos llenos de aburrimiento preguntan ¿es el mismo análisis para todos los textos verdad? Entonces de manera mecánica contestan lo que han estado haciendo siempre.
Debemos detenernos a leer cuidadosamente el texto que estamos trabajando y preguntarnos ¿qué es lo que busco? ¿Una crítica social, encontrar la ironía, la forma como el autor maneja el tema, etc.? Y veremos así que cada texto es diferente, aportándonos elementos diversos; por ello es que un mismo análisis para todos los relatos no es muy recomendable.
Así, al revisar el texto puedo partir de la siguiente pregunta ¿Cuál es su riqueza? O bien ¿En qué elemento del texto deseo que fijen su atención los alumnos? Pues de esta manera estaríamos creando una metodología específica para cada relato, rescatando toda la riqueza que deseamos que el alumno descubra.
Y si bien es cierto que habrá elementos que siempre deban estar presentes en el trabajo en el aula como: reflexión constante, cuestionamiento, análisis y retroalimentación, el crear una metodología que surja de las necesidades del texto nos ayudará a que se profundice mejor en los textos literarios. El siguiente trabajo se centra en una propuesta para la lectura de leyendas poblanas.
¿Leyendas por qué?
Lo sobrenatural, lo misterioso, lo inexplicable y lo mágico siempre han llamado nuestra atención y es precisamente la temática que abordan las leyendas. Esa duda que queda en el lector después de haber escuchado el relato, esa pregunta que queda en el aire de ¿Y en verdad ocurrió? Hace que la curiosidad sea el motor para seguir leyendo y conociendo acerca de estos temas.
El objetivo de realizar una lectura de leyendas poblanas es que el estudiante conozca un poco más acerca de su historia y su cultura, así como poder despertar en él una actitud de aprecio hacia la literatura, la historia y su propia cultura.
Metodología.
Es un trabajo que se sugiere realizarlo a lo largo de todo el semestre, con alumnos de segundo año de bachillerato. Está planeado para dos etapas. La primera consistirá en la lectura y análisis de leyendas poblanas y en la segunda elaborarán un video en donde representen las distintas leyendas que revisaron en clase. Las Leyendas sugeridas son: La casa del que mató al animal, La casa de la China Poblana, La casa del Deán, La casa de los muñecos, La Casa del Mendrugo, La casa del alfeñique, y El Señor de las Maravillas.
Primera Etapa:
El docente leerá junto con sus alumnos diversas leyendas de la ciudad de Puebla. La lectura de las leyendas será en clase de manera semanal, se trabajará además la reflexión y comentario en torno a las mismas. Se invitará a que el alumno investigue ¿Qué otras versiones conoce?
Se formarán equipos de 5 a 6 personas y los alumnos tendrán que ir a visitar los lugares reflejados en las leyendas, así como tomar algunas fotografías o videos de los mismos. Deberán elaborar un guión para representar la leyenda en el mismo lugar donde sucedieron los relatos. Para ello los alumnos deberán caracterizarse, realizar la actuación y agregar efectos especiales.
Estos materiales se presentarán al finalizar el semestre frente a los demás grupos y padres de familia. El propósito de dicho proyecto es, que el alumno conozca y se familiarice con las historias, y en el momento de visitar los lugares pueda dimensionar la importancia que tienen los mismos dentro de nuestra cultura. Es ir despertando en ellos el sentido de aprecio y cuidado por nuestro patrimonio y ser conscientes de la cercanía que se tiene entre historia, literatura y cultura. Ya que es curioso que, viviendo en Puebla, muchas veces los alumnos no se detienen a indagar la historia de algunos edificios.
De la misma manera, estaríamos fomentando un aprendizaje interdisciplinario pues es importante que los alumnos comprendan que el conocimiento no se fragmenta ya que es parte de un todo y este trabajo nos podría ayudar a vincular las siguientes disciplinas:
Así también la difusión pues es meritorio que se realice un trabajo integrando todos sus aprendizajes y más aún, darlo a conocer entre sus compañeros y su comunidad estudiantil (profesores, padres de familia, etc.) De esta manera estarían fomentando la lectura de los relatos así como el conocer dichos lugares y apreciarlos.
A manera de conclusiones.
Con este trabajo intentamos darle vida al lenguaje literario y otorgarles a los espacios históricos, voz propia. Deseamos interesar a nuevas generaciones por la Literatura, la Cultura, la Historia, que se acerquen con otra mirada. Es llegar a descubrir ese encuentro entre ficción y realidad.
Y es, en este punto, cuando el docente debe aprovechar esa oportunidad y contagiar el gusto por la lectura de leyendas pero involucrando a los alumnos, que sean partícipes, que aprendan a recrear, a investigar, a imaginar y crear, a divertirse.
La invitación es, a leer leyendas con nuestros alumnos pero con otra mirada, que no quede en el sencillo reporte o llenado de una ficha, hay que atreverse a explorar otras posibilidades. Salgamos del aula, visitemos otros espacios de los cuales los relatos nos hablan, adentrémonos en sus historias para seguir leyendo cada vez más.
BIBLIOGRAFÍA.
CERRILLO C. Pedro. (2007) Literatura Infantil y Juvenil y educación literaria. Octaedro, Barcelona.
CORDERO Vázquez, Donato. (2009). Puebla a Través de sus Leyendas I, II. CONACULTA, Puebla.
LÓPEZ Calva, Martín (2003). Educación Personalizante. Una Perspectiva Integradora. Trillas. México.
MAGAÑA, Orestes. (2014). Puebla. Leyendas Clásicas, Ediciones Puebla, Puebla.
_______________ (2013). Casas y lugares malditos de Puebla, Ediciones Puebla, Puebla.