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La gestión académica para la incorporación al servicio profesional docente

Pedro Emilio Guzmán Cervantes, Lilia Lechuga Ortíz Raymunda y Leticia Trejo Hernández

Escuela Normal de Coacalco

Resumen

La política educativa gestada por la Secretaría de Educación Pública, a través de la Ley General del Servicio Profesional Docente, está provocando una verdadera crisis al sentido formativo de las escuelas normales. La misión de estas instituciones es formar para la docencia, al brindar a los estudiantes la oportunidad, por medio de la teoría y la práctica de desarrollar competencias principalmente didácticas y de identidad ética y profesional. Sin embargo; hoy en día: médicos, psicólogos, arquitectos, contadores…etc., tienen la posibilidad de ocupar una plaza docente en un grupo de educación básica, con sólo acreditar un examen centrado primordialmente  en aspectos teóricos de la política educativa de la misma SEP.

Las normales  actualmente en mayor o menor medida han iniciando a egresar desempleados, debido a las condiciones normativas que se han establecido, donde se pondera la idoneidad para el ejercicio laboral a través de un examen escrito, soslayando la fortaleza que poseen los normalistas en su formación enriquecida con los aprendizajes y competencias que les brinda la  práctica profesional en las escuelas de educación básica.

 Ante la realidad de contratación de los egresados, las escuelas normales afrontan retos que de no atenderse recrudecerán su estado de crisis, enfatizando el cuestionamiento de su pertinencia y existencia en México, como ha sucedido en gran parte del mundo.

Frente a lo anterior las escuelas normales deben reaccionar de forma inmediata privilegiando el trabajo académico como eje vertebral de la dinámica escolar y garantizar la inclusión de los egresados al servicio bajo las condiciones establecidas por el INEE.

Para afrontar lo anterior, la presente ponencia expone algunas acciones que desde la gestión académica, pueden posibilitar que las escuelas formadoras de docentes,  asuman con eficacia los retos actuales impuestos por la política educativa:

La propuesta  anterior, se sustenta en que las competencias profesionales, sólo se potencian bajo una organización institucional que en colectivo establezca líneas de acción concretas en torno a los perfiles, parámetros e indicadores que exige el examen de ingreso al servicio profesional docente.

Palabras clave: Escuela Normal, Gestión académica, Ingreso al servicio profesional docente

INTRODUCCIÓN:

Las nuevas reglas impuestas por la SEP a través de la Ley General de Servicio Profesional Docente, particularmente para la contratación de los recién egresados de las Escuelas Normales, exige que la gestión académica retome un papel protagónico, no sólo para generar ambientes escolares bien administrados y organizados, sino en su trascendencia en el procesos formativo de profesionales de la docencia y la exigencia del mundo laboral.

La propuesta institucional se sustenta en que tanto las habilidades y conocimientos, saberes y prácticas de los estudiantes sólo pueden verse trastocados bajo una gestión académica que en colectivo establezca líneas de acción concreta en torno a los perfiles, parámetros e indicadores que exige el examen de ingreso al servicio profesional docente.

El problema central que nos ocupa es el papel de la gestión institucional ante el reto y hecho, de egresar un cúmulo de normalistas que enfrentan laboralmente un concurso para el ingreso al servicio profesional docente, donde cada vez más resultan “no idóneos”. La política educativa ha permitido que profesionistas no formados para la docencia puedan obtener un espacio laboral, disminuyendo el porcentaje de plazas para los egresados de instituciones formadoras de docentes y que por sentido común debieran ser los más convenientes para ocuparlas.

Aunado a lo anterior, el garantizar el ingreso al servicio profesional docente a las  filas del magisterio, exige que los procesos formativos verdaderamente se transformen en concordancia con las implicaciones culturales de la política educativa vigente; no obstante y es de reconocerse que no es una tarea fácil pues implica una nueva cultura fincada en lo colegial, colectivo y/o colaborativo que puede generar desafíos, conflictos, retos, problemas y desajustes como lo que todo cambio implica.

DESARROLLO:

La reforma constitucional al Artículo Tercero y por consecuencia la creación de la Ley  General del Servicio Profesional Docente responde a una serie de condiciones e influencias externas, entre las más importantes las realizadas por la OCDE en el año 2010, en la que se expresa entre otras cosas: “la reforma más importante en política pública que puede México hacer para mejorar los resultados educativos de sus jóvenes es construir un sistema sólido que permita seleccionar, preparar, desarrollar y evaluar a los mejores docentes para sus escuelas” (pág. 6).

Para el logro de lo anterior este mismo organismo brinda una serie de recomendaciones entre las que destacamos las expresas en torno a:

Indudablemente las recomendaciones hechas por la OCDE hace algunos años hoy se han vuelto una realidad, pero con el poder hegemónico y  coercitivo que le imprime una ley a  nivel federal.

Según un estudio realizado recientemente con base en los resultados oficiales  del primer  concurso de ingreso al servicio profesional docente 2014-2015 son los normalistas los más idóneos para ejercer la docencia.  “Pese al acoso y desprestigio que han enfrentado las escuelas normales públicas, los egresados de esas instituciones son los mejor preparados para desarrollar la labor docente” (Román; 2015, pág.17). Sin embargo es un hecho que aproximadamente la mitad de los aspirantes egresados de las escuelas normales fue calificado como “no idóneo” según el estudio presentado por Román. Esto nos conduce a pensar que es necesario que las escuelas normales replanteen las estrategias necesarias para asegurar los perfiles, parámetros e indicadores que dicha evaluación determina, desde la gestión académica al interior de la escuela formadora de docentes.

Se sabe bien, que un examen escrito no es suficiente para determinar la capacidad práctica, teórica, actitudinal e incluso, instrumental que posee un normalista. De esto se distingue una principal diferencia, pues en las escuelas normales como la nuestra, sus egresados, al menos en teoría, han recibido y pasado por filtros de “idoneidad para la docencia” avaladas por  otros muchos profesionales de las escuelas normales y escuelas primarias.

A diferencia de otras profesiones lo anterior no ocurre. Un examen no hace evidente el logro de competencias para la práctica profesional, ya que las capacidades didácticas se ponen de manifiesto y son evaluables cuando un docente  las demuestra ante un grupo concreto de niños y/o adolescentes. De esto las escuelas normales han generados un inagotable bagaje de experiencias que hacen notar la distancia existente en las competencias prácticas de un normalista y cualquier otro profesional egresado de otras instituciones de educación superior.

La empatía con los estudiantes, niños y/o jóvenes, el trato con padres de familia, la iniciativa de trabajo, la creatividad, la identidad profesional por ejemplo, distan mucho de lo que puede ser contestado en una prueba escrita.

La aplicación de este tipo de evaluaciones para ingreso al servicio dicta un precedente histórico en el sistema educativo mexicano, trayendo consigo mecanismos que sirven de filtro indiscriminado de los participantes, sus perfiles, vocación y experiencias prácticas profesionales.

El hecho de ser un “buen maestro” no es posible determinarse, mucho menos calificable, por medio de una prueba escrita. Sin embargo; es a través de un examen que los egresados de las normales pueden acceder al empleo, de ahí que como instituciones formadoras de docentes tengamos la necesidad de formar a los estudiantes para acreditar ese tipo de filtro derivado de la política educativa actual, de lo contrario las escuelas normales serán, lamentablemente, escuelas de “desempleo”, pese a la diferencia existente con otras profesiones ya que los normalistas  esencialmente fueron formados para “educar”.

Ante este hecho, la gestión institucional presenta el reto de propiciar mecanismos y acciones que garanticen la idoneidad en el examen de ingreso al servicio profesional docente de los estudiantes que forma, acreditando el examen al que nos referimos,  pues esta aprobación, es la llave al campo de trabajo profesional para el que fueron preparados durante cuatro años a diferencia de otras profesiones que nunca fueron formados ex profeso para la docencia. Dicha gestión deberá propiciar “… un verdadero cambio educativo, desde y para las escuelas. Sobre todo, si se entiende a la gestión como una herramienta para crecer en eficiencia, eficacia, pertinencia y relevancia…”. (SEP; 2009; p. 46).

Para afrontar lo anterior, la presente ponencia expone algunas acciones que desde la gestión académica,  pueden posibilitar que las escuelas formadoras de docentes,  asuman con eficacia los retos actuales impuestos por dicha política educativa:

Considerar a la escuela como un centro para la transformación, varios autores como Elliot (1992), Jimeno Sacristan (1993) y Hopkins (l987), establecen características de los centros que denominan eficaces o de calidad, anteponiendo entre una de varias características y cualidades, la participación del equipo directivo centrado en el currículo con clara hegemonía de lo pedagógico, por ello resulta impostergable que se participen en el desarrollo institucional y el logro de las metas académicas que se establezcan,  considerando la integración de equipos colegiados que cuenten con el acompañamiento y apoyo de una gestión estratégica.

La gestión académica debe priorizar el proceso de seguimiento, evaluación e impacto de cada uno de los programas que se desarrollan de la currícula,  así como de los que se generan de la organización institucional.

En los procesos de evaluación al desempeño docente se debe contar con la participación de los estudiantes con instrumentos y evidencias de aprendizaje tanto de los procesos así como el cumplimiento en el desarrollo de los programas de los diferentes cursos, atender los problemas, planteando soluciones para la coparticipación (directivos, docentes y alumnado).

Garantizar un proceso continuo en el seguimiento al plan y programas de estudio de la reforma en turno, conlleva a que se considere por parte de los involucrados en un proceso con momentos de exposición de los avances, de tal manera que se participe en la toma de decisiones asertivas para atender los problemas académicos que se manifiesten.

Los espacios para dialogar y proponer acciones para la mejora deben propiciar el compromiso de todos, con tareas concretas y niveles de participación, asegurando la creación de ambientes para el trabajo colaborativo y eficaz.

Los resultados académicos que obtenga el estudiantado deben considerarse como un insumo que propicie la participación integral de las funciones que constituyen la organización institucional bajo la dirección y visión estratégica para garantizar el logro de los estándares que se establecen.

En las reuniones de trabajo colegiado compartir las experiencias que se recuperan en las diversas funciones que ejerce tanto del personal directivo como del personal docente, de tal manera que se convierta en un ejercicio de autorregulación y autoevaluación.

Con respecto a los avances en la profesionalización del personal docente es importante que se motive la participación, para que en colectivo se actualicen las concepciones en torno a la formación e intervención académica, en un clima de respeto y de inclusión que garantice potencializar los saberes y experiencias docentes, para fortalecer el desarrollo de las competencias profesionales que establece el perfil de egreso con sus estudiantes.

La sistematización como un proceso que permite la organización y la rendición de resultados acordes, es una prioridad que se debe atender, requiere de contar con el acompañamiento de líderes académicos, que  reconozcan las fortalezas de los miembros de la institución y que motiven su desarrollo.

Una propuesta renovadora se hace necesario constituirla desde la gestión para que los problemas que se reconozcan por los diferentes actores en el proceso de  formación de los futuros docentes, se atiendan con el apoyo de estrategias de transformación institucional con el diseño de nuevos modelos organizacionales.

En torno a fortalecimiento de los perfiles, parámetros e indicadores desde los cursos, vale la pena reconocer que en febrero de 2014, el INEE publicó un documento el  que se establecen las bases para el concurso de oposición de ingreso al servicio profesional docente, denominado: Perfil, parámetros e indicadores para docentes y técnicos docentes, donde se establecen  propuestas de etapas, aspectos, métodos e instrumentos de evaluación. En él se establece que todos los aspirantes a ocupar una plaza, independiente del nivel, modalidad o servicio, deberán sujetarse a la evaluación de:

a) Examen de conocimientos y habilidades para la práctica docente.

b) Examen de habilidades intelectuales y responsabilidades éticas.

 

Las evaluaciones se fundamentan en cinco dimensiones en relación a un docente:

Que conoce a sus alumnos, sabe cómo aprenden y lo que deben aprender.  Que organiza y evalúa el trabajo educativo y realiza una intervención didáctica pertinente. Que se reconoce como profesional que mejora continuamente para apoyar a los alumnos en su aprendizaje. Que asume las responsabilidades legales y éticas inherentes a la profesión para el bienestar de los alumnos. Y que fomenta el vínculo de la escuela con la comunidad para asegurar que todos los alumnos concluyan con éxito su escolaridad.

 

Por lo anterior es relevante que en trabajo colegiado o por academia, se revise los parámetros e indicadores de las cinco dimensiones para enfocar los contenidos de los cursos a los mismos.  A partir de ese trabajo colaborativo determinar qué elementos se pueden abordar desde cada asignatura, para  priorizar durante las sesiones de clase con los normalistas los aspectos temáticos que finalmente se integrarán al examen de oposición para ingreso al servicio.

 

Un aspecto importante para apuntalar lo anterior es determinar que si algún parámetro o indicador no se relaciona directamente con algún curso, se deberá incluir en un espacio académico curricular o extracurricular para asegurar su abordaje, asimismo considerar los aportes bibliográficos que se recomiendan en las guías de estudio.

En torno a la evaluación y tipo de examen que presentan los normalistas para el ingreso al servicio profesional docente, es desde la gestión académica institucional donde los procesos y dominio de competencia profesional deberán ser un punto nodal para lograr colocar al mayor número de egresados, ya que hasta el momento es el único criterio de asignación de plaza. El reto mayor como institución formadora de docentes, es fortalecer la habilitación de los estudiantes normalistas en la resolución de exámenes con características semejantes a las del  ingreso al servicio, durante toda su formación.

Lo anterior siguiere una reorganización tanto en las formas de desarrollo colegial y academias de grado, ponderando las reuniones por trayecto más que por grado pues son los cursos de cada uno de ellos, los que determinan por su naturaleza el tipo de “saber” que deberán fortalecer los estudiantes normalistas, como:

- Conocimiento teórico –conceptuales (Saber)

- Conocimiento Prácticos (Saber hacer)

- Conocimientos metodológicos e instrumentales (Saber hacer)

Ubicado el tipo de “saber” por trayecto formativo, cada curso de la malla curricular podrá aplicar exámenes escritos con características emuladas de los exámenes reales de ingreso al servicio, en especial haciendo énfasis en la presentación de casos que pongan a prueba el empleo de  saberes conceptuales ante la resolución de problemas específicos o situados.

Un par de opciones posibles que podrán enriquecer los procesos formativos ante el examen de ingreso al servicio profesional docente son: primero, la implementación de cursos complementarios para abordar lecturas, temas y autores que no están contemplados en toda la malla curricular en los distintos cursos que le componen pero están presentes en las guías de estudio oficiales. Segundo, la implementación de procesos de evaluación “en línea” que presentan la gran ventajas de poner a prueba saberes, resolución de problemas concretos y además habilidades digitales .

Referente a este último aspecto: la evaluación y tipos de exámenes, se comparte la experiencia obtenida por el grupo de docentes del curso Práctica Profesional, quienes para el cierre del octavo semestre construyeron, aplicaron y evaluaron un examen integrado por cien reactivos con tipo de prueba: conceptual, relacional, de jerarquización y de aplicación a casos, en cinco dimensiones de conocimiento de los normalistas de la generación 2011-2015. Tomando como referente diferentes documentos .

Con la intención de fortalecer las habilidades, destrezas, conocimientos y actitudes para el desarrollo de competencias profesionales, se consideró como necesaria la habilitación de los estudiantes para la presentación de exámenes extensos como lo es el de Ingreso al Servicio Profesional Docente, la batería pedagógica que se denominó como “multidimensional” se dividió en cinco aspectos:

Tras la valoración de  los resultados de dicha evaluación para el ingreso al servicio profesional docente simulada, se obtuvo información que permitió valorar retos y debilidades en las distintas dimensiones, destacando que en los aspectos de gestión escolar, normatividad y habilidades superiores de pensamiento es donde la escuela normal presenta sus mayores retos ante el examen que enfrentarán los normalistas para pertenecer al servicio profesional docente.

Fuentes de consulta:

DGESPE (2014-2015). Guía de Estudio: Examen de Conocimientos  y Habilidades para la Práctica Docente, México.

SEP (2014-2015) Cursos de Licenciatura: Ejercicios de Evaluación, México.

SEP-DGESPE (2015). Curso Integral de Consolidación de Habilidades Docentes, México.

SEP-SNTE  (2014); Evaluación universal para Docentes y Directivos de Educación Primaria, México

SEP (2011). Planes y Programas de Estudio para Educación Primaria, México.

SEP (1997). Plan y Programas de Estudio de la Licenciatura en Educación Primaria, México.

SEP (2014). Evaluación del Servicio Profesional Docente “Cuida tu plaza”, Guía de

Estudio, México

 SEP (2014). Perfil, parámetros e indicadores para docentes y técnicos docentes, México.

YHON, Garro  (2014). Simulacros de Exámenes Docentes de Casos Pedagógicos, Conocimientos del estudiante, teorías del aprendizaje, rutas del aprendizaje, mapas de progreso y desempeño docente. México.

ROMÁN, J.A. (2015). Egresados de las normales públicas los más idóneos para ser maestros, señala estudio”. En diario: La jornada, 18 de mayo de 2015. México.

DOF (2013). Ley general de servicio profesional docente. México

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo Tercero Constitucional. (2015). México.

OCDE (2010). Acuerdo de cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas. Resúmenes ejecutivos. México.

SEP (2009). Modelo de Gestión Educativa Estratégica Programa Escuelas de Calidad. México.

POZNER, W. Pilar (1997). El directivo como gestor de aprendizajes escolares. Edit. Aique. Argentina.

En el examen de concurso para la obtención de plazas para el ciclo escolar 2015-2016, este tipo de prueba se presentó en línea

Guía de Estudio: Examen de Conocimientos  y Habilidades para la Práctica Docente (SEP: 2014-2015 y 2015-2016); Cursos de Licenciatura: Ejercicios de Evaluación (DGESPE:2014); Curso Integral de Consolidación de Habilidades Docentes (SEP: 2015); Evaluación universal para Docentes y directivos de Educación Primaria (SEP-SNTE: 2014); Planes y Programas de Estudio para Educación Primaria (SEP; 2012); Plan y Programas de Estudio de la Licenciatura en Educación Primaria (SEP: 1997); Evaluación del Servicio Profesional Docente “Cuida tu plaza”, Guía de Estudio (SEP; 2014);  Simulacros de Exámenes Docentes de Casos Pedagógicos, Conocimientos del estudiante, teorías del aprendizaje, rutas del aprendizaje, mapas de progreso y desempeño docente (Yhon Garro; 2014); Guía de Lecturas para Examen de Ingreso al Servicio Profesional Docente (SEP; 2015).

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