Resumen
La conducta suicida es un tema que ha sido abordado desde diferentes ópticas científicas, reviste una pregunta fundacional para el ser humano pues remite a cuestionarse si vale o no vale la pena vivir. De acuerdo a la ONU las cifras más recientes muestran que más de 800 000 personas mueren cada año por suicidio y es esta la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años, se habla de que por cada adulto que se suicidó probablemente 20 más intentaron suicidarse. México a pesar de no figurar entre los primeros países con tasas elevadas de suicidio, si muestra un aumento considerable del 50% para el 2011. Los datos muestran también una acentuación del riesgo en la población adolescentes, sobre todo en aquellos que acuden el nivel escolar secundaria, es por eso que se hace imprescindible el trabajo con esta población para así focalizar grupos de riesgo y establecer programas de intervención ante esta conducta que rompe el tejido social. El presente trabajo, es la primera parte de un programa de intervención diseñado para atender adolescentes en riesgo suicida. La investigación es de tipo epidemiológico y transversal, identifica a los sujetos que están en alto riesgo, en una población de adolescentes que cursan el primer grado de secundaria (N=120), en una escuela del Municipio de Chimalhuacán Estado de México, lo anterior identificando el nivel de riesgo a través del uso de la Escala de Ideación Suicida de Beck así como evaluando el nivel de funcionamiento familiar por medio de la Escala de Relaciones Intrafamiliares (ERI). Los resultados permitieron focalizar un grupo de adolescentes en riesgo suicida (19 sujetos), asignar un peso específico del riesgo en ese grupo focalizado, lo cual puede permitir en un paso siguiente evaluar clínicamente y de manera individual a cada adolescente, para generar una intervención especializada para cada caso. Finalmente el método es eficaz para mostrar una primera imagen del grupo para así poder generar programas de prevención al riesgo suicida.
Palabras clave: Riesgo suicida, adolescentes, funcionamiento familiar.
Abstract
Suicidal behavior is a topic that has been approached from different scientific perspectives, is of foundational question for humans because it refers to question whether or not worth living. According to the UN's latest figures show that more than 800 000 people die each year from suicide and this is the second leading cause of death among people 15 to 29 years, it is said that for every adult who probably committed suicide 20 more attempted suicide. Mexico despite not being among the first countries with high rates of suicide, if it shows a considerable increase of 50% for 2011. The data also show an accentuation of risk in the adolescent population, especially those who attend the school level secondary, that is why it is essential to work with this population in order to target risk groups and establish intervention programs to this behavior that breaks the social tissue. This work is the first part of an intervention program designed to address adolescent suicide risk. Research is transversal epidemiological and identifies individuals who are at high risk in a population of adolescents who attend the first grade of secondary school (N = 120), in a school in the municipality of Chimalhuacán State of Mexico, the above identifying the level of risk through the use of Suicide Ideation Scale Beck and assessing the level of family functioning through the Domestic Relations Scale (ERI). The results allowed to target a group of teenagers in suicide risk (19 subjects), assign a specific risk weight in the target group, which may allow a next step evaluate clinically and individually to every teenager way to generate a specialized intervention for each case. Finally the method is effective to display a first image of the group in order to generate programs to prevent suicide risk.
Keywords: Suicide risk , teens , family functioning.
1.1 Introducción.
El suicidio ha acompañado a la humanidad a lo largo de sus historia, diversos son los enfoques que han dado cuenta de este fenómeno, sea desde la religión, la sociología, la antropología la psicología sólo por mencionar algunos. La posibilidad que tiene el ser humano de atentar contra su vida es un fenómeno que nos coloca frente a un tema fundamental, aquel que se resume en la pregunta sobre si vale o no vale la pena vivir. La psicología también ha intentado contestar esa pregunta, pero no sólo ha buscado esa la respuesta, sino que ha intentado intervenir en el fenómeno, estudiarlo no debe ser sólo una postura contemplativa, se debe convertir en una postura que lo transforme.
Las cifras mundiales muestran que el suicidio es un problema de salud de máxima relevancia, de acuerdo a un informe de la ONU en el 2012 se registraron 804 000 muertes por suicidio, lo que representó una taza de 11.4 suicidios por cada 100 000 habitantes, pero habría que tomar en consideración que esta cifra pudiera estar subestimada, toda vez que un suicidio pudiera estar encubierto por un registro no adecuado de la muerte, el ocultamiento del fenómeno debido a sus implicaciones culturales y legales, entre otras variables. Se convierte en un grave problema debido a que tras de cada suicidio seguramente hubo muchos intentos más, además de que con la muerte de la persona impacta a un número importante de personas (6 o 7 personas), sea su familia y comunidad cercana hasta esferas más amplias.
En nuestro país, a pesar de no figurar dentro de los primeros países con mayores índices de mortalidad por suicidio, si presenta datos alarmantes, pues de manera oficial en el INEGI se reconoce que la tasa de suicidios aumentó en un 50% para 2011, por lo que se colocó como una de las principales causas de muerte, en las tres últimas décadas, la tasa de suicidios en México se cuadruplicó al pasar de dos por cada 100 mil habitantes a 7.6, hasta el 2011. De los datos del INEGI podemos rescatar que son los hombres quienes con mayor frecuencia alcanza el suicido, es el grupo de jóvenes entre 15 a 24 años uno de los dos grupos de mayor incidencia del fenómeno y es el hogar donde con mayor frecuencia se lleva acabo. Focalizando aún más la información, se observa que en el Estado de México se mantienen la regularidad de los datos que marcan el mayor índice de suicidio en hombres que en mujeres y el mayor riesgo en población adolescente. En síntesis podemos decir que el suicidio es ya un problema de salud pública para nuestro país, la tendencia muestra que la población con mayor vulnerabilidad son los jóvenes además del alto impacto que tiene en la estructura familiar.
1.2 Aspectos conceptuales del suicidio.
El suicidio históricamente ha sido definido desde distintas posiciones, pero ha sido sólo de manera reciente, con la aparición de los organismos internacionales, que se ha ido consolidando una definición clínica-conceptual sobre este fenómeno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1969 definió el suicidio como todo hecho por el cual el individuo se causa así mismo una lesión, cualquiera que sea el grado, con intención letal.
Hablar de suicidio en su acepción más común remite a su resultado final –la muerte- sin embargo en el presente trabajo se aborda el fenómeno más como un proceso que como un estado, así el proceso suicida de acuerdo a Rosales (2010), se define como al desarrollo y progresión del comportamiento suicida por una serie de fases que va desde la generación del pensamiento de autodestrucción, la creación del plan, el intento y finalmente la consumación del mismo. Observar al suicidio como proceso permite incidir sobre el mismo, siendo que cada fase al estar constituida por características específicas, demanda entonces una intervención diferenciada por parte del profesional de la salud.
La primera fase del proceso suicida es aquella que se caracteriza por el pensamiento, donde la persona comienza a construir la intencionalidad para hacerse daño, la valoración que hace de la decisión de quitarse la vida no surge de la nada, sino que es producto de variables inherentes (la subjetividad de la persona) y variables contextuales, en la interacción de los distintos niveles es como el pensamiento suicida se consolida. De acuerdo a Neuringer (2001) citado por Rosales, la estructura del pensamiento suicida comprende los siguientes aspectos: un raciocinio basado en falacias lógicas (es decir, llegar a la idea del suicidio por medio de un razonamiento equivocado); la segunda se refiere a una desorganización semántica identificada con estrategias cognitivas dirigidas a la evitación del pensamiento asociado al temor a morir; percibir el pensamiento en totalidades, sin oportunidad a puntos intermedios; también existe una rigidez y constricción de tiempo que se relaciona con la dificultad para aceptar cambios y nuevas conductas; finalmente los pensamientos suicidas presentan una tendencia a congelar el tiempo.
El comportamiento suicida generalmente se presenta acompañado por una serie de problemas en la salud de las personas, donde se encuentra principalmente la depresión y ansiedad. Al mismo tiempo a nivel externo se pueden ubicar variables como las cuestiones familiares, los sucesos de vida significativos para las personas, el contexto socio-cultural en que los sujetos de se desarrollan
Es por lo anterior que si se pretende prevenir el suicidio, identificar la fase de la ideación se vuelve fundamental (Baca & Aroca, 2014; Hernández & Gómez-Maqueo, 2010; González-Forteza, et al, 2001)
1.3 Adolescentes y riesgo suicida.
Hablar de suicidio y adolescencia es hablar de dos temas complejos por sí mismos, pero de una gran relevancia, a medida que la humanidad ha ido progresando en materia de salud ha aumentado la expectativa de vida de las personas en particular cuando hablamos de infantes y adolescentes, sin embargo ahora el mayor cuestionamiento viene dado por el hecho de que sí bien los adolescentes están siendo puesto a salvo de enfermedades que antes les arrebataban la vida, son ellos mismos quienes a través de la autolesión están atentando contra la misma. Al investigar el suicidio en los adolescentes se puede dividir en tres aspectos básico del proceso, en un primer momento compuesto por todas aquellas ideas y pensamientos relacionados con quitarse a vida, en un segundo momento encontramos los intentos (tentativa de suicidio) y finalmente el suicido consumado (Valadez, Amezcua & González, 2010).
En cuanto a la adolescencia podemos definirla como un estado de transición de la infancia hacia la adultez, caracterizada por cambios biológicos importantes -que vienen dados por la madurez sexual- pero sobre todo por los cambios ligados al rol social que juega el individuo en su contexto. Es decir la adolescencia está formada principalmente por aquellos significados que le atribuye la sociedad a un individuo que ha dejado de ser un niño pero que aún no está preparado para insertarse en el aparato productivo de la sociedad. En función de lo anterior podemos entender que la adolescencia como una etapa de la vida creada por la sociedad, está en constante construcción, entonces la experiencia de ser adolescente varía en función de la cultura, tiempo y contexto en la cual se inserta el individuo.
De los contextos en que el adolescente se desarrolla podemos mencionar principalmente dos, por un lado está la familia, que se constituye por todas aquellas relaciones, condiciones y personas unidas al adolescente en función de la consanguineidad, parentesco o relaciones de hechos, este ambiente es el principal medio a partir del cual el adolescente aprende formas de socialización, interioriza las normas del grupo, regula sus emociones, sólo por mencionar algunas funciones. Por otra parte el contexto escolar demanda del adolescente un mayor compromiso, sea por medio del grupo de pares, las nuevas normas a las que el adolescente se ha de adherir. Ambos contextos influyen drásticamente en la manera en que el adolescente se ha de enfrentar a nuevos escenarios, entonces tanto familia como escuela son condiciones que pueden prevenir o colocar a los adolescentes en situaciones de riesgo, como lo es el caso del suicido (González-Forteza, et al 2008).
1.4. Funcionamiento familiar
Nadie duda que la sociedad -desde la macro estructura- tiene un papel fundamental en la aparición y validación del fenómeno del suicidio, sin embargo es necesario conocer de manera más profunda y detallada como sus instituciones participan y se relacionan con este fenómeno. Una de las instituciones fundamentales para la estructuración de las sociedades es la familia, entendiéndola como “un sistema de interrelación biopsicosocial que media entre el individuo y la sociedad” su capacidad reside en ser el agente primario en el cual los contenidos sociales son apropiados por los individuos, pero también son es aquí donde dichos contenidos pueden ser transformados. Se puede decir que los principales objetivos de la familia son dos a saber: resolver las tareas o crisis que va enfrentando la familia en las distintas etapas de desarrollo; aportar los complementos a las necesidades de sus miembros con el objeto de lograr una satisfacción en el presente y una preparación segura y adecuada para el futuro (Estrada, 1993).
Desde la terapia familiar sistémica se considera que tanto el individuo como su familia se definen mutuamente, se parte de la idea de que el todo y las partes sólo pueden ser entendidas a través de observar sus interrelaciones. Introducir la noción de sistema permite comprender la estrecha interrelación que guardan los individuos, siendo que esta relación implica la emergencia de las propiedades que exhiben los individuos. Bajo este enfoque, por ejemplo una conducta sintomática tan compleja como la esquizofrenia puede ser explicada en función de una relación característica que mantiene el paciente con su familia, esta forma revolucionaria de entender el comportamiento ubica por primera vez a las patologías psíquicas no dentro del individuo sino en la relaciones que mantiene (Bateson, 1976; Hoffman, 1981; Ochoa de Alda, 1995).
En la familia como sistema se exhiben propiedades específicas que le confieren unidad/integridad lo cual a su vez propicia un medio en el cual los individuos se desarrollan, pero desde una noción de circularidad, el individuo es también en el agente que determina los rasgos y dinámica de la familia. Dentro de los elementos que se han conceptualizado desde la terapia familiar sistémica se refiere al concepto de “funcionamiento familiar” definido como el conjunto de atributos que caracterizan a la familia como sistema, lo que se traduce en una serie de regularidades en la manera en que la familia como totalidad evalúa y opera (Peñalva, 2001).
Retomando el trabajo de Rivera y Andrade (2010) el funcionamiento familiar puede ser entendido a la luz de conocer cómo se construyen las relaciones al interior de las familias. Para estas autoras –quienes diseñaron la Escala de las Relaciones Intrafamiliares ERI- el conocer el funcionamiento de una familia se debe hacer desde evaluar la percepción que se tiene del grado de unión familiar, el estilo de la familia para afrontar problemas, para expresar emociones, manejar las reglas de convivencia y adaptarse a la situación de cambio. En este sentido relaciones familiares y funcionamiento familiar son dos conceptos claramente cercanos, siendo que el funcionamiento de una familia se puede caracterizar por tres dimensiones, tales como: la de UNIÓN-APOYO, que mide la tendencia de la familia de realizar actividades en conjunto, de convivir y de apoyarse mutuamente, la cual se asocia con un sentido de solidaridad y pertenencia al sistema familiar; la dimensión de EXPRESIÓN, que indica la posibilidad de comunicar verbalmente las emociones y acontecimientos de los miembros de la familia dentro de un ambiente de respeto; y finalmente la dimensión de las dificultades que se refiere a los aspectos de las relaciones intrafamiliares considerados ya sea por el individuo como por la sociedad como indeseables, negativos o problemáticos, es decir indicando el grado de percepción de conflicto dentro de una familia.
Método
Participantes.
La población estudiada se refiere a 120 adolescentes de entre 11 y 14 años, quienes acuden al nivel secundaria, en una escuela del Municipio de Chimalhuacán Estado de México. Se estableció como criterio de selección el que los sujetos acudieran al primer grado de secundaria, con la finalidad de conocer el perfil del grupo y para que posteriormente se pueda establecer seguimiento y tratamiento para esta población ya focalizada.
Materiales e instrumentos.
Se utilizó la Escala de Ideación Suicida de Beck, en una versión modificada, donde se adaptaron las palabras para hacerlas entendibles por la edad de los sujetos. Esta escala cuantifica y evalúa la recurrencia consciente de pensamientos suicidas, así como la amenaza explícita del suicidio. Consta de 19 reactivos que miden la intensidad de las actitudes, conductas y planes específicos de suicidarse.
Se utilizó la Escala de evaluación de las relaciones intrafamiliares (E.R.I.) de Rivera y Andrade (2010), en su versión intermedia, la cual tiene por objetivo evaluar las relaciones intrafamiliares definidas como las interconexiones que se generan entre los integrantes de cada familia. Incluye la percepción que se tiene del grado de unión familiar, del estilo de la familia para afrontar problemas, para expresar emociones manejar las reglas de convivencia y adaptarse a las situaciones de cambio. Es una escala autoaplicable con cinco opciones de respuesta que varían de “totalmente de acuerdo a totalmente en desacuerdo”; Existe en entre versiones en la versión larga compuesta por 56 reactivos, versión intermedia con 37 y versión breve con 12; cuenta con una validez estadística hecha mediante el análisis factorial, aplicada a 671 estudiantes de nivel medio superior de instituciones del sector público de la ciudad de México.
Para el análisis estadístico se utilizó el programa SPSS en su versión 20.
Procedimiento.
Se solicitó autorización al personal directivo de la escuela para acceder a los grupos de primer grado de la secundaria, en esta primera fase del proyecto se pretende identificar el riesgo suicida, para posteriormente seguir trabajando de manera más específica con el grupo que sea focalizado. Al mismo tiempo se solicitó autorización por escrito a los padres de familia en una sesión informativa donde se les explicó el objetivo de la investigación así como el esquema de trabajo que se habría de seguir. Las mediciones fueron tomadas en el mes de marzo de 2015, siendo a través de una aplicación por grupo, de acuerdo a como están divididos por la escuela.
Mediciones
Para medir el riesgo suicida se toma como índice la puntuación total obtenida por los sujetos en la Escala de Ideación Suicida de Beck, esta escala nos proporciona los factores principales sobre la ideación suicida a saber: de los ítems 1 al 5 explora las características de la actitud sobre vivir – morir, pero son solo los ítems 4 y 5 el filtro principal para que los sujetos sigan contestando el cuestionario, pues son los ítems que preguntan de manera directa sobre la ideación suicida, en caso de que el usuario conteste “no” a estos ítems, deja de contestar los ítems de las subescalas siguientes; en la segunda subescala se exploran las características de la ideación suicida (ítems 6 al 11), siendo a través de duración, frecuencia, actitud, control y razones para el suicidio; la tercera subescala explora propiamente las características del intento de suicidio, referente a planificación, método, capacidad para llevar acabo el intento y expectativas ante un intento real; la ultima subescala (ítems 16 al 19), explora acciones concretas para llevar acabo el intento suicida.
Para medir el nivel de funcionamiento familiar se utilizó la Escala de Relaciones Intrafamiliares ERI, la que proporciona tres puntajes deferentes para cada una de las dimensiones del funcionamiento familiar en las dimensiones de: Unión-apoyo entendida como la tendencia de la familia de realizar actividades en conjunto, de convivir y de apoyarse mutuamente. Se asocia con un sentido de solidaridad y de pertenencia con el sistema familiar; Expresión que se refiere a la posibilidad de comunicar verbalmente las emociones, ideas y acontecimientos de los miembros de la familia dentro de un ambiente de respeto; y Dificultades la cual evalúa los aspectos de las relaciones intrafamiliares considerados ya sea por el individuo o por la sociedad como indeseables, negativos, problemáticos o difíciles. Permite identificar el grado de percepción de conflicto dentro de una familia.
Análisis estadísticos
Los cuestionarios tanto de la Escala de Ideación de Beck y la Escala de Relaciones Intrafamiliares fueron capturados en una base de datos (SPSS, 20.0) a fin de llevar a cabo los análisis estadísticos pertinentes. Se realizaron análisis para obtener estadísticos descriptivos sobre la población, específicamente sobre variables como edad y sexo. A las puntuaciones totales que cada sujeto obtuvo en la Escala de Ideación Suicida de Beck se le realizó un tratamiento estadístico para obtener las medidas de tendencia central y de dispersión para así poder transformar los puntajes de los sujetos hacia una puntación Z, también se realizó una distribución acumulativa del índice global de ideación suicida de la escala para determinar que sujetos que se encuentran por arriba del tercer cuartil lo que indicaría una población de alto riesgo.
Por otra parte de la muestra que fue focalizada se le realizaron análisis se obtuvieron las puntuaciones que describen el nivel de funcionamiento familiar que cada individuo tiene en las tres distintas dimensiones, como un indicador que se pueda asociar a la variable de riesgo suicida.
Resultados
La población se compone de 58 mujeres cuyo rango de edad va desde los 12 años hasta los 13 años; y 62 hombres cuyo rango de edad va desde los 12 años hasta los 15 años.
Con respecto a los resultados de la población obtuvo en la Escala de Ideación Suicida de Beck, la tabla 1 muestra los puntajes brutos que la población obtuvo en el primer filtro de ideación suicida, de las tres subescalas de ideación suicida, así como la medida del puntaje global.
Es interesante observar que el puntaje total del índice de ideación suicida a primera vista muestra puntajes demasiado bajos a la que esta población ha sido expuesta, media de 3.73 y en general para todas las subescalas muestran un bajo índice de ideación suicida. Lo anterior plantea la necesidad de distinguir en este grupo de individuos como se encuentra cada uno de ellos al compararse con el grupo total, para así poder determinar el riesgo en que se encuentran cada sujeto en función de cada una de las dimensiones de ideación así como en el índice global. Para conseguir este objetivo se hizo la trasformación de las puntuaciones brutas obtenidas en la prueba hacia puntajes Z con la intención de establecer parámetros validos de comparación entre los sujetos.
En la figura 1 se muestran los puntajes transformados puntuaciones Z que los individuos obtuvieron en la escala total de ideación suicida, la gráfica muestra el nivel de riesgo en que cada uno de los sujetos se encuentra de acuerdo a su ubicación dentro de la población. Se identifica que de la cantidad total de sujetos 17 de ellos se consideran en un nivel de riesgo muy grave, dos de ellos en un riesgo alto y tres de ellos en un riesgo moderado.
Con respecto a las puntuaciones en la escala total de ideación suicida al obtener la distribución por medio de los percentiles se observa en la figura 2, que apartir del tercer cuartil las puntuaciones que son significativas son de los tres puntos en adelante. Es importante destacar que del total de la poblacion, 34 de ellos cayeron por encima del tercer cuartil.
De la muestra ya focalizada analizamos los datos de la Escala de Relaciones Intrafamiliares ERI, se observa datos por demás interesantes: tanto en la dimensión de Unión-apoyo y la de Expresión, los promedios generales que la población focalizada obtuvo son altos, indicando que los adolescentes se sientes apoyados en su familia, pueden comunicar sus experiencias ideas, emociones dentro de la familia. Por otra parte en la dimensión de Dificultades, ver la figura 5, las puntuaciones promedio de cada sujeto también son elevadas lo cual indica que percibe situaciones problemáticas en sus familias, caracterizado por el conflicto y los aspectos negativos de la familia.
Finalmente al combinar la dimensión de Dificultades con la puntuación Z de riesgo suicida la asociación es fuerte, donde los altos puntajes de riesgo suicida que presentan los sujetos de la población focalizada se unen a altos puntajes en la dimensión de Dificultades.
Discusión
En el presente estudio se observa que los puntajes totales que los sujetos obtienen en la escala de total de ideación suicida, si se toman de manera grupal podría indicar puntuaciones muy por abajo de lo que se consideran significativas para considerar la presencia de riesgo suicida, por lo anterior se plantea la necesidad de conocer cómo se encuentra cada sujeto en función de su ubicación en una población en particular. Aplicando un método clínico-epidemiológico los resultados del presente estudio muestran que al transformar los puntajes brutos que obtuvieron los sujetos hacia una distribución normal del tipo Z es posible establecer un punto de comparación valido entre los diversos sujetos, pues no basta considerar quien obtiene un mayor o un menor puntaje en la escala global de ideación suicida, sino que es necesario saber que al comparar a los individuos entre sí es posible saber cuáles se encuentran en una zona de alto y grave riesgo. Por otra parte ubicar al hacer a distribución en cuanto a los cuartiles se identifica que el punto de corte de 3 en la población es un adecuado punto de corte que puede sustentar científicamente cuales son las personas sobre las que se tendría que tomarse en cuenta para el diseño de un programa de intervención al riesgo suicida. Al mismo tiempo con el método clínico-epidemiológico usado nos muestra que de los 120 sujetos -que conformaron la población total- 19 de ellos están en una situación de grave riesgo suicida. Cuando la población focalizada es estudiada en cuanto la variable de relaciones familiares sorprende las puntuaciones altas que en promedio obtienen los sujetos tanto en la dimensión de Expresión y Union-apoyo, datos que son contrastantes con los mostrados con investigaciones que muestran un deterioro en el funcionamiento familiar y el aumento de riesgo suicida.
Conclusiones
Con base en el presente estudio se pudo obtener una imagen detallada del grupo, en función de conocer qué lugar ocupa cada miembro con respecto a los demás miembros, así podemos establecer un punto de contraste valido en cuanto al riesgo suicida que cada uno de ellos presenta. El método clínico-epidemiológico permitió hacer un cribado del grupo total en dos subgrupos a saber: uno de adolescentes en riesgo muy grave compuesto por 19 sujetos (11 hombres y 8) mujeres, sobre los cuales se debe enfocar una evaluación más detallada sobre su condición de vulnerabilidad; un grupo donde se incluyen 3 personas que se encuentran en riesgo medio y alto los cuales necesitan una atención especializada, que puede ser a través de la formación de un grupo de terapia. Los datos del funcionamiento familiar -extraídos de la población focalizada- nos indican que a pesar del riesgo suicida que presentan, se siente apoyados en su familia, pueden comunicarse y expresar sus emociones e ideas. Sin embargo en la dimensión de Dificultades denotan tener problemas en su familia lo cual contradice los hallazgos de las dimensiones de Unión-apoyo y la de Expresión. Lo anterior hace necesario la búsqueda más detallada de información en esta población focalizada, con la finalidad de diseñar estrategias de intervención precisas en este grupo de adolescentes.
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Apéndices
Tabla 1. Estadísticos descriptivos de los puntajes de la Escala de ideación suicida de Beck
N |
Rango |
Mínimo |
Máximo |
Media |
Desviación estándar |
Varianza |
||
Estadístico |
Estadístico |
Estadístico |
Estadístico |
Estadístico |
Error estándar |
Estadístico |
Estadístico |
|
Puntuación total ideación suicida |
120 |
31 |
0 |
31 |
3.73 |
.646 |
7.076 |
50.063 |
Primer filtro de ideación suicida (Ítems 4 y 5) |
120 |
3 |
0 |
3 |
.38 |
.070 |
.769 |
.591 |
Características de los pensamientos de suicidio (Ítem 6 a 11) |
120 |
11 |
0 |
11 |
1.13 |
.222 |
2.434 |
5.925 |
Características del intento suicida (Item12 a 15) |
120 |
7 |
0 |
7 |
.74 |
.157 |
1.722 |
2.966 |
Actualización del intento suicida (Item16 al 19) |
120 |
6 |
0 |
6 |
.62 |
.134 |
1.467 |
2.152 |
N válido (por lista) |
120 |
Figura 1. Puntuaciones totales en la Escala de ideación suicida.
Figura 2. Distribución percentiles.
PUNTUACION TOTAL INTENTO SUICIDA |
|||||
Frecuencia |
Porcentaje |
Porcentaje válido |
Porcentaje acumulado |
||
Válido |
0 |
68 |
56.7 |
56.7 |
56.7 |
1 |
10 |
8.3 |
8.3 |
65.0 |
|
2 |
8 |
6.7 |
6.7 |
71.7 |
|
3 |
7 |
5.8 |
5.8 |
77.5 |
|
4 |
4 |
3.3 |
3.3 |
80.8 |
|
6 |
1 |
.8 |
.8 |
81.7 |
|
8 |
1 |
.8 |
.8 |
82.5 |
|
9 |
1 |
.8 |
.8 |
83.3 |
|
10 |
1 |
.8 |
.8 |
84.2 |
|
11 |
1 |
.8 |
.8 |
85.0 |
|
12 |
1 |
.8 |
.8 |
85.8 |
|
13 |
4 |
3.3 |
3.3 |
89.2 |
|
16 |
3 |
2.5 |
2.5 |
91.7 |
|
17 |
1 |
.8 |
.8 |
92.5 |
|
18 |
1 |
.8 |
.8 |
93.3 |
|
19 |
2 |
1.7 |
1.7 |
95.0 |
|
21 |
1 |
.8 |
.8 |
95.8 |
|
23 |
1 |
.8 |
.8 |
96.7 |
|
24 |
1 |
.8 |
.8 |
97.5 |
|
27 |
1 |
.8 |
.8 |
98.3 |
|
30 |
1 |
.8 |
.8 |
99.2 |
|
31 |
1 |
.8 |
.8 |
100.0 |
|
Total |
120 |
100.0 |
100.0 |
Figura 3. Promedio en la dimensión de Unión-apoyo de la población focalizada.
Figura 4. Promedio en la dimensión de Expresión de la población focalizada.
Figura 5. Promedio en la dimensión de Dificultades de la población focalizada.
Figura 6. Asociación de la dimensión de Dificultades y la Puntuación Z de riesgo suicida.