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Identificación de riesgo suicida y funcionamiento familiar en adolescentes de nivel secundaria

María Rosario Espinosa Salcido, Miguel Ángel Morales González y María Belén Pérez Cequera

UNAM Iztacala

Resumen

La conducta suicida es un tema que ha sido abordado  desde diferentes ópticas científicas, reviste una pregunta  fundacional para el ser humano pues  remite a cuestionarse si vale o no vale la pena vivir. De acuerdo a la ONU  las cifras más recientes  muestran  que más de 800 000 personas mueren cada año por suicidio y es esta la segunda causa principal de muerte entre personas  de 15 a 29 años, se habla de que por cada adulto que se suicidó probablemente 20 más intentaron suicidarse. México a pesar de no figurar entre los primeros países  con tasas elevadas de suicidio,  si muestra un aumento considerable  del 50% para el 2011. Los datos muestran también  una acentuación del riesgo en la población adolescentes, sobre todo en aquellos que acuden el nivel escolar secundaria, es por eso que se hace imprescindible el trabajo con esta  población  para así  focalizar grupos de riesgo y establecer programas de intervención ante esta conducta que rompe el tejido social. El presente trabajo, es la primera parte de un programa de intervención diseñado  para atender  adolescentes en riesgo suicida. La investigación  es  de tipo epidemiológico y transversal, identifica a los sujetos que están en alto riesgo,  en una población de adolescentes   que cursan el primer grado de secundaria (N=120), en una escuela del Municipio de Chimalhuacán Estado de México, lo anterior identificando el nivel de riesgo a través del uso de la Escala de Ideación Suicida de Beck así como evaluando el nivel de funcionamiento familiar  por medio de la Escala de Relaciones Intrafamiliares (ERI). Los resultados permitieron focalizar un grupo de adolescentes en riesgo suicida (19 sujetos),  asignar un peso específico del riesgo en ese grupo focalizado, lo cual puede  permitir en un paso siguiente evaluar clínicamente y de manera individual a cada adolescente, para generar una intervención especializada para cada caso. Finalmente  el método es eficaz para mostrar una primera imagen del grupo para así poder generar programas de prevención al riesgo suicida.

 

Palabras clave: Riesgo suicida, adolescentes, funcionamiento familiar.

Abstract

Suicidal behavior is a topic that has been approached from different scientific perspectives, is of foundational question for humans because it refers to question whether or not worth living. According to the UN's latest figures show that more than 800 000 people die each year from suicide and this is the second leading cause of death among people 15 to 29 years, it is said that for every adult who probably committed suicide 20 more attempted suicide. Mexico despite not being among the first countries with high rates of suicide, if it shows a considerable increase of 50% for 2011. The data also show an accentuation of risk in the adolescent population, especially those who attend the school level secondary, that is why it is essential to work with this population in order to target risk groups and establish intervention programs to this behavior that breaks the social tissue. This work is the first part of an intervention program designed to address adolescent suicide risk. Research is transversal epidemiological and identifies individuals who are at high risk in a population of adolescents who attend the first grade of secondary school (N = 120), in a school in the municipality of Chimalhuacán State of Mexico, the above identifying the level of risk through the use of Suicide Ideation Scale Beck and assessing the level of family functioning through the Domestic Relations Scale (ERI). The results allowed to target a group of teenagers in suicide risk (19 subjects), assign a specific risk weight in the target group, which may allow a next step evaluate clinically and individually to every teenager way to generate a specialized intervention for each case. Finally the method is effective to display a first image of the group in order to generate programs to prevent suicide risk.

Keywords: Suicide risk , teens , family functioning.

1.1 Introducción.

El suicidio ha acompañado  a la humanidad a lo largo de sus historia, diversos son los enfoques  que han dado cuenta  de este fenómeno, sea desde  la religión, la sociología, la antropología  la psicología sólo por mencionar algunos. La posibilidad  que tiene el ser humano de atentar contra su vida es un fenómeno que  nos coloca frente a un tema fundamental, aquel que se  resume en la pregunta sobre  si vale  o no vale la pena vivir. La psicología  también ha intentado contestar esa pregunta, pero no sólo ha buscado esa la respuesta, sino  que ha intentado intervenir en el fenómeno, estudiarlo no debe ser sólo una postura  contemplativa,  se debe convertir en una postura que lo transforme.

Las cifras  mundiales muestran que el suicidio es un problema de salud de máxima relevancia, de  acuerdo a un informe de la ONU  en el 2012 se registraron 804 000 muertes por suicidio, lo que representó  una taza de 11.4 suicidios por cada 100 000 habitantes, pero habría que tomar en consideración que esta cifra  pudiera estar subestimada, toda vez que  un suicidio pudiera estar encubierto por un registro no adecuado de la muerte, el ocultamiento del fenómeno debido a sus implicaciones culturales y legales, entre otras variables.  Se convierte en un grave problema debido a que tras de cada suicidio seguramente  hubo muchos intentos más, además de que con la muerte de la persona impacta  a un número importante de personas (6 o 7 personas), sea su familia y comunidad cercana hasta esferas más amplias.

En nuestro país, a pesar de no figurar  dentro de los primeros países con mayores índices de mortalidad por suicidio, si presenta datos alarmantes, pues de manera oficial en el INEGI se reconoce  que la tasa de suicidios  aumentó en un 50%   para 2011, por lo que se colocó como una de las principales causas de muerte, en las tres últimas décadas, la tasa de suicidios en México se cuadruplicó al pasar de dos por cada 100 mil habitantes a 7.6, hasta el 2011.  De los datos del INEGI podemos rescatar que son los hombres quienes con mayor frecuencia alcanza el suicido,  es el grupo de jóvenes  entre 15 a 24 años uno de los dos grupos  de mayor incidencia del fenómeno y es el hogar donde con mayor frecuencia se lleva acabo. Focalizando aún más la información,  se observa que  en el Estado de México se mantienen  la regularidad de los datos que marcan el mayor índice de suicidio en hombres que en mujeres y el mayor riesgo en población adolescente.  En síntesis podemos decir  que  el suicidio es ya un problema de salud pública para nuestro país, la tendencia  muestra que la población con mayor vulnerabilidad son los jóvenes además del alto impacto que tiene en  la estructura familiar. 

1.2  Aspectos conceptuales del suicidio.

El suicidio  históricamente ha sido definido desde distintas posiciones, pero ha sido sólo de manera reciente, con la aparición de los organismos internacionales, que se ha ido consolidando una definición clínica-conceptual  sobre este fenómeno. La Organización Mundial de la Salud  (OMS) en 1969 definió el suicidio  como todo hecho  por el cual el individuo  se causa así mismo una lesión, cualquiera que sea el grado, con intención letal.

Hablar de suicidio en su acepción más común remite  a su resultado final –la muerte- sin embargo  en el presente trabajo se aborda el fenómeno  más como un proceso que como un estado, así el proceso suicida de acuerdo a  Rosales (2010),  se define como al desarrollo y progresión del comportamiento suicida por una serie de fases que va desde la generación del pensamiento de autodestrucción, la creación del plan,  el intento y finalmente la consumación del mismo. Observar al suicidio como proceso permite  incidir sobre el mismo, siendo que cada fase al estar constituida por características específicas, demanda entonces una intervención diferenciada  por parte del profesional de la salud.

La primera fase del proceso suicida es  aquella que se caracteriza por el pensamiento,  donde  la persona comienza a construir la intencionalidad  para hacerse daño, la valoración que hace  de la decisión de quitarse la vida  no surge de la nada, sino que es producto de variables inherentes (la subjetividad de la persona) y variables contextuales, en la interacción de los distintos niveles es como el pensamiento suicida se consolida. De acuerdo a Neuringer (2001) citado por Rosales, la estructura  del pensamiento suicida comprende los siguientes aspectos:  un raciocinio basado en falacias lógicas (es decir,  llegar a la idea del suicidio por medio de un razonamiento  equivocado); la segunda  se refiere a una desorganización semántica identificada  con estrategias cognitivas  dirigidas a la evitación del pensamiento asociado al temor a morir; percibir el pensamiento en totalidades, sin oportunidad a puntos intermedios;  también existe una rigidez  y constricción de tiempo que se relaciona  con la dificultad para aceptar cambios y nuevas conductas; finalmente los pensamientos suicidas presentan una tendencia a congelar el tiempo.  

El comportamiento suicida generalmente  se presenta acompañado  por una serie de problemas en la salud de las personas, donde se encuentra principalmente la depresión  y ansiedad. Al mismo tiempo  a nivel externo se pueden ubicar variables como las cuestiones familiares, los sucesos de vida significativos para las  personas, el contexto socio-cultural en que los sujetos de se desarrollan

Es por lo anterior  que si se pretende prevenir el suicidio, identificar la fase de la ideación  se vuelve fundamental (Baca & Aroca, 2014; Hernández & Gómez-Maqueo, 2010; González-Forteza, et al, 2001)  

1.3 Adolescentes y riesgo suicida.

Hablar de suicidio y adolescencia  es hablar de dos temas complejos por sí mismos,  pero de una gran relevancia, a medida que la humanidad  ha ido progresando en materia de salud ha aumentado la expectativa de vida de las personas en particular cuando hablamos de infantes y adolescentes, sin embargo ahora el mayor cuestionamiento viene dado por el hecho de que sí bien los adolescentes están siendo puesto a salvo de enfermedades que antes les arrebataban la vida,  son ellos mismos quienes a través de la autolesión están atentando contra la misma.  Al investigar el suicidio en los adolescentes se puede dividir en tres aspectos básico del proceso, en un primer momento compuesto por todas aquellas ideas y pensamientos relacionados con quitarse a vida, en un segundo momento encontramos los intentos (tentativa de suicidio) y finalmente  el suicido consumado (Valadez, Amezcua & González, 2010).

 

En cuanto a la adolescencia  podemos definirla como un estado de transición de la infancia hacia la adultez,  caracterizada por cambios biológicos importantes  -que vienen dados por la madurez sexual- pero sobre todo por los cambios ligados al rol social que juega el individuo en su contexto. Es decir  la adolescencia  está formada principalmente por aquellos significados que le atribuye la sociedad  a un individuo que ha dejado de ser un niño  pero que aún no está preparado para insertarse  en el aparato productivo de la sociedad. En función de lo anterior  podemos  entender que la adolescencia como una etapa de la vida  creada por la sociedad, está en constante construcción, entonces la experiencia de ser adolescente  varía en función de la cultura, tiempo y contexto en la cual se inserta el individuo.

De los contextos en que el adolescente se desarrolla podemos mencionar  principalmente dos, por un lado está la familia, que se constituye por todas aquellas relaciones, condiciones y personas unidas al adolescente en función de la consanguineidad, parentesco o relaciones de hechos, este ambiente es el principal medio a partir del cual el adolescente  aprende  formas de socialización, interioriza las normas del grupo, regula  sus emociones, sólo por mencionar algunas funciones. Por otra parte el contexto escolar  demanda del adolescente un mayor compromiso,  sea por medio del grupo de pares, las nuevas normas  a las que el adolescente se ha de adherir. Ambos contextos influyen drásticamente en la manera en que el adolescente se ha de enfrentar a nuevos escenarios, entonces tanto familia como escuela son condiciones que pueden prevenir o colocar  a los adolescentes  en situaciones de riesgo, como lo es el caso del suicido (González-Forteza, et al 2008). 

1.4. Funcionamiento familiar

Nadie duda que la sociedad  -desde la macro estructura- tiene un papel fundamental en la aparición y validación del fenómeno del suicidio, sin embargo es necesario  conocer de manera más profunda y detallada como sus instituciones  participan y se relacionan con este fenómeno. Una de las instituciones fundamentales para la estructuración de las sociedades es la familia, entendiéndola como “un sistema de interrelación biopsicosocial que media entre el individuo  y la sociedad”  su capacidad reside en ser el agente primario en el cual los contenidos  sociales son apropiados por los individuos, pero también son es aquí donde dichos contenidos pueden ser transformados. Se puede decir que los principales objetivos de la familia  son dos a saber: resolver las tareas o crisis  que va enfrentando  la familia en las distintas etapas de desarrollo; aportar los complementos a las necesidades  de sus miembros  con el objeto de lograr  una satisfacción en el presente y una preparación  segura y adecuada  para el futuro (Estrada, 1993).

Desde la terapia familiar sistémica se considera que tanto el individuo como su familia  se definen mutuamente, se parte de la idea de que el todo y las partes sólo pueden ser entendidas a través de observar  sus interrelaciones. Introducir la noción de sistema permite comprender la estrecha interrelación que guardan los individuos, siendo que esta relación implica la emergencia de las propiedades que exhiben los individuos. Bajo este enfoque, por ejemplo  una conducta sintomática tan compleja como la esquizofrenia puede  ser explicada en función de una relación característica  que mantiene el paciente con su familia, esta forma revolucionaria de entender el comportamiento ubica por primera vez a las patologías psíquicas no dentro del individuo sino en la relaciones que mantiene (Bateson, 1976; Hoffman, 1981; Ochoa de Alda, 1995).

En la familia como sistema  se exhiben propiedades específicas que le confieren unidad/integridad lo cual  a su vez propicia un medio en el cual los individuos se desarrollan, pero desde una noción de circularidad, el individuo es también en el agente que determina los rasgos y dinámica  de la familia. Dentro de los elementos que se han conceptualizado desde la terapia familiar sistémica se refiere al concepto de “funcionamiento familiar” definido como el conjunto de atributos  que caracterizan a la familia como sistema, lo que se traduce en una serie de regularidades  en la manera en que la familia como totalidad evalúa y opera (Peñalva, 2001).

Retomando el trabajo de Rivera  y Andrade (2010) el funcionamiento familiar puede ser entendido  a la luz de conocer cómo se construyen las relaciones al interior de las familias. Para estas autoras –quienes diseñaron la Escala de  las Relaciones Intrafamiliares ERI-   el conocer el funcionamiento de una familia se debe hacer desde evaluar la percepción  que se tiene del grado de unión familiar, el estilo de la familia para afrontar problemas, para expresar emociones, manejar las reglas de convivencia y adaptarse a la situación de cambio. En este sentido relaciones familiares y funcionamiento familiar son dos conceptos claramente  cercanos, siendo que el funcionamiento de una familia se puede caracterizar por tres dimensiones, tales como: la de UNIÓN-APOYO, que mide la tendencia de la familia de realizar actividades en conjunto, de convivir y de apoyarse mutuamente, la cual se asocia con un sentido de solidaridad  y pertenencia al sistema familiar; la dimensión de EXPRESIÓN, que indica la posibilidad de comunicar  verbalmente las emociones y acontecimientos  de los miembros  de la familia dentro de un ambiente de respeto; y finalmente la dimensión de las dificultades  que se refiere a los aspectos de las relaciones intrafamiliares considerados ya sea por el individuo como por la sociedad  como indeseables, negativos o problemáticos, es decir indicando el grado de percepción de conflicto  dentro de una familia.  

 

Método

Participantes.

La población  estudiada se refiere a 120  adolescentes de entre 11 y 14 años, quienes acuden al nivel secundaria, en una escuela del Municipio de Chimalhuacán Estado de México.  Se estableció como criterio de selección el que los sujetos  acudieran al primer grado de secundaria, con la finalidad de conocer el perfil del grupo y para que posteriormente se pueda establecer seguimiento y tratamiento para esta población ya focalizada.

Materiales e instrumentos.

Se utilizó la Escala  de Ideación Suicida de Beck, en una versión modificada, donde se adaptaron las palabras para hacerlas entendibles por la edad de los sujetos. Esta escala cuantifica y evalúa la recurrencia consciente de pensamientos suicidas, así como la amenaza explícita del suicidio. Consta de 19 reactivos que miden la intensidad de las actitudes, conductas  y planes específicos de suicidarse.

Se utilizó la Escala de evaluación de las relaciones intrafamiliares (E.R.I.) de Rivera y Andrade (2010), en su versión intermedia, la cual tiene por  objetivo evaluar las relaciones intrafamiliares  definidas como las interconexiones  que se generan entre los integrantes de cada familia. Incluye la percepción que se tiene del grado de unión familiar, del estilo de la familia para afrontar problemas, para expresar emociones manejar las reglas de convivencia  y adaptarse a las situaciones de cambio. Es una escala autoaplicable    con cinco opciones de respuesta  que varían de “totalmente de acuerdo a totalmente en desacuerdo”; Existe en entre versiones en la versión larga compuesta  por 56 reactivos, versión intermedia con 37 y versión breve con 12; cuenta con una validez estadística hecha mediante el análisis factorial, aplicada a 671 estudiantes  de nivel medio superior de instituciones del sector público  de la ciudad de México.

Para el análisis estadístico  se utilizó el programa SPSS en su versión 20.

Procedimiento.

Se solicitó  autorización al personal directivo de la escuela  para acceder  a los grupos de primer grado de la secundaria, en esta primera fase del proyecto se pretende identificar el riesgo suicida, para posteriormente seguir trabajando de manera más específica con el grupo que sea focalizado. Al mismo tiempo se solicitó autorización por escrito a los padres de familia en una sesión informativa donde se les explicó  el objetivo de la investigación así como el esquema de trabajo que se habría de seguir. Las mediciones fueron tomadas  en el mes de marzo de 2015, siendo a través de una aplicación  por grupo, de acuerdo a como están  divididos por la escuela. 

Mediciones    

Para medir el riesgo suicida se toma como índice la puntuación total  obtenida  por los sujetos en la Escala de Ideación Suicida de Beck, esta  escala nos proporciona los factores principales sobre la ideación suicida  a saber: de los ítems 1 al 5  explora las características de la actitud sobre vivir – morir, pero son solo los ítems 4 y 5 el  filtro principal para que los sujetos sigan contestando el cuestionario, pues son los ítems que preguntan de manera directa  sobre la ideación suicida, en caso de que el usuario conteste “no” a estos ítems, deja de contestar los ítems  de las subescalas siguientes; en la segunda subescala  se exploran las características de la ideación suicida (ítems 6 al 11), siendo a través de duración, frecuencia, actitud, control y razones para el suicidio; la tercera subescala  explora propiamente las características del intento de suicidio, referente a planificación, método, capacidad para llevar acabo el intento y expectativas ante un intento real; la ultima subescala (ítems 16 al 19),  explora acciones  concretas para llevar acabo el intento suicida.

Para medir el nivel de funcionamiento familiar  se utilizó la Escala de Relaciones Intrafamiliares  ERI, la que  proporciona tres puntajes deferentes para cada una de las dimensiones del funcionamiento familiar en las dimensiones de: Unión-apoyo entendida como la tendencia de la familia de realizar actividades en conjunto, de convivir y de apoyarse mutuamente. Se asocia  con un sentido de solidaridad y de pertenencia con el sistema familiar; Expresión que se refiere a la posibilidad  de comunicar verbalmente las emociones, ideas y acontecimientos de los miembros de la familia  dentro de un ambiente de respeto; y Dificultades la cual evalúa los aspectos de las relaciones intrafamiliares considerados ya sea por el individuo o por la sociedad como indeseables, negativos, problemáticos o difíciles. Permite identificar  el grado de percepción  de conflicto dentro de una familia.  

Análisis estadísticos

Los cuestionarios tanto de la Escala de Ideación de Beck y la Escala de Relaciones Intrafamiliares fueron capturados en una base de datos (SPSS, 20.0) a fin de llevar a cabo los análisis estadísticos pertinentes. Se realizaron análisis para obtener estadísticos descriptivos sobre la población, específicamente sobre variables como edad y sexo. A las puntuaciones totales que cada sujeto obtuvo en la Escala de Ideación Suicida de Beck se le realizó un tratamiento estadístico para obtener las medidas de tendencia central y de dispersión  para  así poder transformar los puntajes de los sujetos  hacia una puntación Z, también se realizó  una distribución acumulativa  del índice global de ideación suicida de la escala para determinar que sujetos que se encuentran por arriba del tercer cuartil lo que indicaría una población de alto riesgo.

Por otra parte de la muestra que fue focalizada se le realizaron análisis se obtuvieron las puntuaciones que  describen el nivel de funcionamiento familiar que cada individuo tiene  en las tres distintas dimensiones, como un indicador que se pueda asociar a la variable de riesgo suicida.

Resultados

La población se compone de 58 mujeres  cuyo rango de edad  va desde los 12 años  hasta los 13 años;  y 62 hombres cuyo rango de edad  va desde  los 12  años hasta los 15 años.

Con respecto a los resultados de la población  obtuvo en la Escala de Ideación Suicida de Beck, la tabla 1 muestra los puntajes brutos que la población obtuvo en el  primer filtro de ideación suicida, de las  tres subescalas de ideación suicida, así como la medida del puntaje global. 

Es interesante  observar  que el puntaje  total  del índice de ideación suicida a primera vista muestra  puntajes demasiado bajos  a la que esta  población ha sido expuesta,  media de 3.73 y en general para todas las subescalas muestran un bajo índice de ideación suicida.  Lo anterior plantea la necesidad de distinguir en este grupo de individuos  como se encuentra cada uno de ellos  al compararse con el grupo total, para así poder determinar el riesgo en que se encuentran cada sujeto  en función de cada una de las dimensiones  de ideación  así como  en el índice global. Para conseguir este objetivo se hizo la trasformación de las puntuaciones brutas obtenidas en la prueba  hacia  puntajes Z con la intención de establecer parámetros validos de comparación entre los sujetos.

En la figura 1  se muestran los puntajes transformados puntuaciones Z  que los individuos obtuvieron  en la escala total de ideación suicida, la gráfica muestra  el nivel de riesgo en que cada uno de los sujetos  se encuentra de acuerdo a su ubicación dentro de la población.  Se identifica que de  la cantidad total de sujetos 17 de ellos se consideran en un nivel de riesgo muy grave, dos de ellos en un riesgo alto  y  tres  de ellos en un riesgo moderado.

Con respecto a las puntuaciones  en la escala total de ideación suicida al obtener la distribución por medio de los percentiles se observa  en la figura 2, que apartir del tercer cuartil  las puntuaciones que son significativas son de los tres puntos en adelante. Es importante destacar que del total de la poblacion, 34 de ellos  cayeron  por encima del tercer cuartil.

De la muestra ya focalizada analizamos los datos de la Escala de Relaciones Intrafamiliares ERI, se observa datos por demás interesantes: tanto en la dimensión de Unión-apoyo y la de Expresión, los promedios generales que la población focalizada obtuvo son altos, indicando que  los adolescentes se sientes apoyados en su familia, pueden comunicar sus experiencias  ideas, emociones  dentro de la familia. Por otra parte en la dimensión de Dificultades, ver la figura 5, las puntuaciones promedio de cada sujeto también son elevadas  lo cual indica que percibe situaciones problemáticas en sus familias, caracterizado por el conflicto  y los aspectos negativos de la familia.

Finalmente al combinar la dimensión de Dificultades  con la puntuación Z de riesgo  suicida  la asociación es fuerte, donde los altos puntajes de riesgo suicida que presentan los sujetos  de la población focalizada  se unen  a altos puntajes  en la dimensión de Dificultades.

Discusión

En el presente estudio se observa que los puntajes totales que los sujetos obtienen en la escala de total de ideación suicida, si se toman de manera grupal podría indicar  puntuaciones muy por  abajo de lo que se consideran significativas para considerar la presencia de riesgo suicida, por lo anterior  se plantea la necesidad  de conocer  cómo se encuentra cada sujeto en función de su ubicación en una población en particular. Aplicando un método clínico-epidemiológico los resultados del presente estudio muestran que al transformar los puntajes brutos que obtuvieron los sujetos  hacia una distribución normal del tipo Z  es posible establecer un punto de comparación valido entre los diversos sujetos, pues no basta considerar quien obtiene un mayor o  un menor puntaje en la escala global de ideación suicida, sino que es necesario saber que al comparar a los individuos entre sí es posible saber cuáles se encuentran en una zona de alto y grave riesgo. Por otra parte ubicar  al hacer a distribución en cuanto a los cuartiles se identifica  que el punto de corte  de 3 en la población es un adecuado punto de corte  que puede sustentar científicamente cuales son las personas sobre las que se tendría que  tomarse en cuenta para  el diseño de un programa de intervención al riesgo suicida. Al mismo tiempo con el método clínico-epidemiológico usado nos muestra que de los 120 sujetos  -que conformaron la población total- 19 de ellos están en una situación de grave riesgo suicida. Cuando la población focalizada es estudiada  en cuanto la variable de relaciones familiares sorprende  las  puntuaciones altas que en promedio obtienen  los sujetos tanto en la dimensión de Expresión y Union-apoyo, datos que son contrastantes con los mostrados con investigaciones  que muestran un deterioro en el funcionamiento familiar y el aumento de riesgo suicida. 

Conclusiones

Con base en el presente estudio se pudo obtener una imagen  detallada del grupo, en función de conocer  qué lugar ocupa  cada miembro con respecto a los demás miembros, así podemos establecer un punto de contraste valido en cuanto al riesgo suicida que cada uno de ellos presenta. El método clínico-epidemiológico  permitió hacer un cribado del grupo total en dos subgrupos a saber: uno de adolescentes en riesgo muy grave  compuesto por 19 sujetos (11 hombres y 8) mujeres, sobre los cuales se debe enfocar una evaluación más detallada sobre su condición de vulnerabilidad; un grupo donde se incluyen 3 personas  que se encuentran en riesgo medio y alto los cuales necesitan una atención especializada, que puede ser a través de la formación de un grupo de terapia.   Los datos del funcionamiento familiar -extraídos de la población focalizada- nos indican que  a pesar del riesgo suicida  que presentan, se siente apoyados en su familia, pueden comunicarse y expresar sus emociones e ideas. Sin embargo en la dimensión de Dificultades denotan tener problemas en su familia  lo cual contradice los hallazgos de las dimensiones de Unión-apoyo y la de Expresión. Lo anterior  hace necesario la búsqueda  más detallada de información en esta población focalizada, con la finalidad de diseñar estrategias de intervención precisas en este grupo de adolescentes.   

 

Referencias

Baca, G. E. & Aroca, F. (2014). Factores de riesgo de la conducta suicida asociados a trastornos depresivos y ansiedad. Salud Mental, 37(5). 373-380.

Bateson, G. (1976). Pasos hacia una ecología de la mente. Buenos Aires: Amorrourtu.

Estrada, L., (1993). El ciclo vital de la familia. México. Posada.

González-Forteza, C., Ramos L. L., Vignau, B. L. E. & Ramirez V. C. (2001). El abuso sexual y el intento suicida asociados con el malestar depresivo y la ideación suicida de los adolescentes. Salud Mental, 24(6). 16-25.

González-Forteza, C., Arana, Q. D. S. & Jimenez T. J. A., (2008). Problemática suicida en adolescentes y el contexto escolar: Vinculación autogestiva con los servicios de salud mental. Salud Mental, 31(1). 23-27.

Hernández, C. Q. &  Gómez-Maqueo, E, L. (2010). Modelo de evaluación de riesgo suicida adolescente basado en la exposición a eventos estresantes y configuraciones  de personalidad. En Eguiluz, L. L. Cordova, M.H. & Rosales, J. C. (2010). Suicidio su comprensión y tratamiento (pp117-136). México: Pax.

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Ochoa de Alda I. (1995). Enfoques en terapia familiar sistémica.  Barcelona. Herder.

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Apéndices

Tabla 1. Estadísticos descriptivos de los puntajes de la Escala de ideación suicida de Beck

N

Rango

Mínimo

Máximo

Media

Desviación estándar

Varianza

Estadístico

Estadístico

Estadístico

Estadístico

Estadístico

Error estándar

Estadístico

Estadístico

Puntuación total ideación suicida

120

31

0

31

3.73

.646

7.076

50.063

Primer filtro de ideación suicida

(Ítems 4 y 5)

120

3

0

3

.38

.070

.769

.591

Características de los pensamientos de suicidio (Ítem 6 a 11)

120

11

0

11

1.13

.222

2.434

5.925

Características del intento suicida (Item12 a 15)

120

7

0

7

.74

.157

1.722

2.966

Actualización del intento suicida (Item16 al 19)

120

6

0

6

.62

.134

1.467

2.152

N válido (por lista)

120

Figura 1.  Puntuaciones totales  en la Escala de ideación suicida.

Figura 2.  Distribución percentiles.

PUNTUACION TOTAL INTENTO SUICIDA

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Válido

0

68

56.7

56.7

56.7

1

10

8.3

8.3

65.0

2

8

6.7

6.7

71.7

3

7

5.8

5.8

77.5

4

4

3.3

3.3

80.8

6

1

.8

.8

81.7

8

1

.8

.8

82.5

9

1

.8

.8

83.3

10

1

.8

.8

84.2

11

1

.8

.8

85.0

12

1

.8

.8

85.8

13

4

3.3

3.3

89.2

16

3

2.5

2.5

91.7

17

1

.8

.8

92.5

18

1

.8

.8

93.3

19

2

1.7

1.7

95.0

21

1

.8

.8

95.8

23

1

.8

.8

96.7

24

1

.8

.8

97.5

27

1

.8

.8

98.3

30

1

.8

.8

99.2

31

1

.8

.8

100.0

Total

120

100.0

100.0

Figura 3.  Promedio en la dimensión de Unión-apoyo de la población focalizada.

Figura 4.  Promedio en la dimensión de Expresión de la población focalizada.

Figura 5.  Promedio en la dimensión de Dificultades de la población focalizada.

Figura 6.  Asociación de la dimensión de Dificultades y la Puntuación Z de riesgo suicida.

 

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