Resumen
El bienestar social se estableció oficialmente como tema de estudio en 1974. Desde entonces, su importancia ha sido reconocida en la mayoría de los aspectos sociales y privados de la vida humana. En este sentido, la formación del estudiante universitario como persona autónoma, capaz de mejorar su bienestar y el de los demás a través del uso de la razón ha tenido su base ideológica en los estados de bienestar social del siglo XX, en los que se esperaba que las reformas sociales guiadas por la investigación científica tuvieran como consecuencia una mejor sociedad y una ciudadanía más feliz (Anguas, 2001).
Sin embargo, el estudio del bienestar de acuerdo a Blanco y Díaz (2005), no debe pensarse solamente desde la psicología (tradición hedónica), como si el sujeto fuera único o viviera aislado de los demás, ya que la felicidad no se alcanza al margen de las condiciones en las que la persona desenvuelve su existencia, más bien debe abordarse bajo un enfoque psicosocial (tradición eudaimónica), que integre el sentido personal con un sentido social transcendente, como lo hicieron Erikson (1996), Allartd (1996), Diener (1994), Veenhoven (1994), Cummins (2000) y Keyes (1998), quienes vincularon el estudio del bienestar con el contacto social, las relaciones interpersonales, el arraigo, el contacto comunitario, la amistad, la participación social, la familia, el matrimonio y distintos recursos sociales.
La universidad no debe considerarse únicamente como una institución dirigida al desarrollo personal de sus estudiantes. El propósito educativo de formar profesionistas exitosos es clave, pero también lo es el enfoque prospectivo con miras a formar una conciencia social en los estudiantes dirigida hacia el bienestar personal y social, con el propósito de promover su participación en la solución de las crisis sociales emergentes (Domínguez, 2009). De acuerdo con esto, uno de los fines importantes de la Educación Superior es promover el desarrollo del bienestar social con fundamento en la responsabilidad social universitaria encaminada a la paz y a la sustentabilidad. En este sentido, las Instituciones de Educación Superior están llamadas a construir iniciativas y fomentar una participación universitaria que fortalezca los lazos entre los estudiantes y su comunidad en las dimensiones de sensibilización, formación, compromiso, diálogo y bienestar social.
Palabras clave: Bienestar Social, Educación Superior, Responsabilidad Social.