Resumen
En la actualidad algunos docentes reproducen prácticas de enseñanza tradicionales alrededor de la literatura, caracterizadas por priorizar el acercamiento a los textos sin más propósitos que los de identificar elementos constitutivos y figuras retóricas que el autor emplea en su obra. Dichas prácticas desaprovechan todo lo que acontece en el estudiante cuando se enfrenta a la lectura, que más allá de reducirse a la memorización de aspectos denotativos, implica un encuentro dinámico en el que la construcción de sentido es producto de la interacción que se establece entre sujeto, texto y contexto.
En efecto, muchos son los docentes interesados en resignificar a través de su quehacer el papel que la literatura desempeña en la escuela. De esta manera, se hace una apuesta a la construcción de verdaderas experiencias de lectura en las que resulta importante pensar la influencia que ejercen en el lector los conocimientos previos, los prejuicios, las expectativas, el ambiente, el contenido del texto y la conversación literaria que este provoca. En este sentido, se rescatan las propuestas de intervención de dos docentes de primaria, quienes han servido como mediadores para involucrar a sus estudiantes en experiencias de intercambio en las que los acervos literarios como excusa y el ambiente como factor estimulante han permitido a los niños y niñas satisfacer necesidades personales, releer su mundo y reconocer en el poder de la palabra posibilidades que ponen en juego toda la capacidad imaginativa y creadora que provoca la lectura de un texto literario.
De esta manera, desarrollar propuestas pedagógicas orientadas desde el enfoque integral y fundamentadas sobre la teoría estética de la recepción, sustentan coherentemente la necesidad de repensar la didáctica de la literatura, como una alternativa para desdibujar la imagen utilitarista que la ha reducido a ser la herramienta recreativa, el lazarillo que garantiza el aprendizaje de algún contenido o la evidencia cuantificable de un proceso de comprensión. Por tanto, los estudiantes merecen ser incluidos en experiencias de lectura que al no establecerse exclusivamente sobre el enfoque de la comprensión y la comunicación (predominantes en la escuela), tendrán como efecto el reconocimiento del sujeto como lector autónomo, cautivado por la palabra, la imagen y el significado hallado en la relación armónica que todos estos aspectos establecen. En este sentido, la lectura más allá de dar cuenta de un proceso de comprensión, debe procurar ser una dinámica transformadora en la que la acción de leer sea un acontecimiento.
PALABRAS CLAVE: Didáctica, literatura, experiencia.