Resumen
Debido a las políticas educativas implementadas en el ámbito de la educación universitaria en las últimas dos décadas, el trabajo docente ha sufrido transformaciones importantes que responden a nuevas exigencias en diversos niveles de la esfera social, problemas como la baja calidad en la educación, los nuevos perfiles de formación profesional, la incorporación de propuestas curriculares innovadoras, las restricciones presupuestales a la Educación Superior manifestado en bajos salarios, inadecuado apoyo material para realizar la docencia aunado a las nuevas formas de evaluación a los docentes y el bajo reconocimiento social a la profesión han provocado que los docentes enfrenten condiciones de trabajo difíciles para su desempeño, como la realización de múltiples tareas, fragmentación de sus actividades, búsqueda de formación y actualización para mejorar su desempeño, estudiantes “difíciles” cada vez menos motivados y con pocas expectativas en su propia formación, búsqueda de financiamientos adicionales para la realización de sus funciones básicas como la investigación, evaluación constante por organismos internos de su institución y organismos externos para probar su calidad y su trabajo, estableciendo nuevas formas de interacción social manifestadas principalmente en conflictos con compañeros, estudiantes, jefes y supervisores.
En este nuevo clima de inseguridad laboral, incertidumbre de futuro, deterioro de las relaciones sociales, y bajo reconocimiento social, crean las condiciones favorables para el surgimiento del estrés laboral, y el síndrome de burnout en los docentes.
Hasta hace algunos años el trabajo docente era considerado una profesión que se ejercía por vocación, y no propiamente un trabajo, era un servicio a la sociedad, socialmente reconocido, respetable y sin ningún riesgo para el que lo desempeña
Actualmente y de acuerdo a diversos estudios la docencia es una profesión que su ejercicio puede producir alteraciones y daños a la salud tanto física como mental a las personas que la ejercen.
Este carácter patógeno se agudiza a través de las nuevas condiciones y exigencias que el trabajo académico tiene en la actualidad, (más productividad, nuevos perfiles docentes, cambios curriculares innovaciones tecnológicas)
Por todo lo anterior es necesario realizar una reflexión sobre las nuevas exigencias del trabajo docente y algunos impactos en la integridad de los docentes al sufrir estrés y burnout.
Reflexionar sobre las nuevas formas de interacción y problemáticas que contribuyen al deterioro del entramado social dentro de las instituciones como de los individuos que ahí trabajan y que afectan el trabajo, el desempeño, pero fundamentalmente la salud mental de los docentes.