Resumen

La sustentabilidad hoy día se ha ubicado en el centro del discurso de la responsabilidad económica, social y ambiental; particularmente a partir del informe de Brundtland en 1987 donde se asentó que la lógica de crecimiento, progreso y desarrollo del mundo civilizado que hemos construido, pone en riesgo las condiciones planetarias propicias para la supervivencia de la humanidad. Es así que con la noción de desarrollo sostenible y bajo la conciencia del cuidado para las generaciones futuras, la dinámica del crecimiento depredador se ha vestido de capitalismo verde y capitalismo socialmente responsable, pero ¿cuáles son los mecanismos legitimadores de esos procesos?, sin duda los más explícitos son las políticas económicas y sociales de las naciones; pero más allá de estas políticas existe otro mecanismo que garantiza su inamovilidad, reproducción y perpetuidad, dicho mecanismo subyace en la ideología, el conocimiento y la ciencia que se cimienta en los modelos educativos convencionales; de esta manera la educación de la sociedad se ha convertido en una herramienta fundamental para esta lógica, ya que en ella se establece el marco formal donde se construyen las estrategias teóricas y prácticas que conllevan a continuar con el modelo imperante en su versión sustentable –cuya principal táctica ha sido la innovación tecnológica a elevados costos y no disponible para toda la sociedad (sujeta a las reglas del mercado)–. Ante esto cabe preguntarse ¿entonces cuál ha sido el impacto en la sustentabilidad? lo cierto es que hoy día se encuentra en puerta la llamada crisis civilizatoria que está distanciando más al mundo de ser sustentable; dado que se hacen latentes las profundas desigualdades sociales, el desempleo, la reducción del ingreso, la pobreza extrema, la degradación del tejido social y la destrucción de los recursos naturales vertidos en su máxima expresión llamada calentamiento global. Lo anterior obliga a efectuar un análisis profundo del papel de la educación, los modelos que la integran y del camino que debe emprender como una herramienta de acción social capaz de reorientar la dirección de las políticas para la sustentabilidad –entendida desde ontologías distintas–. Por lo antes expuesto en el presente trabajo se abordará el papel de la educación como un instrumento potencial para alcanzar la sustentabilidad, de esto se arguye la necesidad de deseducar, es decir, salir del modelo convencional educativo para aventurarse a descubrir modelos alternativos que partan de necesidades de educación específicas encaminadas a la sociedad sustentable.