Dra. Fabiola Hernández Aguirre

Dra. María del Socorro Oropeza Amador

Dr. Eusebio Olvera Reyes

Dra. Rosalinda Cáceres Centeno


Ponencias de la mesa

La docencia como proyecto hoy: ser como apertura para construir comunidad en conciencia relacional

Fabiola Hernández Aguirre

Escue­la Nor­mal de Eca­te­pec-UNAM FES Ara­gón
Méxi­co

Tras vivir el dis­lo­ca­mien­to pro­vo­ca­do por la pan­de­mia del COVID 19, de lo que trans­cu­rre como cer­te­za pro­duc­to de lo coti­diano. La des­igual­dad, la injus­ti­cia, la exclu­sión, las pér­di­das, la depre­da­ción cons­tan­te de nues­tra madre tie­rra no solo con­ti­núan, sino que se ha exa­cer­ba­do su pre­sen­cia y tama­ño. Auna­do a este mar­co, la cri­sis de la edu­ca­ción for­mal como un sin sen­ti­do de gran par­te de su accio­nar para las infan­cias y juven­tu­des, es un refle­jo de la urgen­cia de nue­vos rela­tos que nos per­mi­tan narrar (nos) de mane­ra dis­tin­ta en el ser jun­tos en edu­ca­ción. Ante este pano­ra­ma, ¿qué posi­bi­li­da­des tene­mos como docen­tes? En los últi­mos 30 años se ha impues­to en nues­tros paí­ses una edu­ca­ción al ser­vi­cio del mer­ca­do, que exi­ge una peda­go­gía ins­tru­men­tal, homo­ge­nei­za­do­ra y depre­da­do­ra del ser de los suje­tos como lec­tu­ra abier­ta del mun­do. Des­de esta hege­mo­nía, la docen­cia com­pro­me­ti­da vive una per­ma­nen­te ten­sión entre lo dado y la bús­que­da de alter­na­ti­vas para nues­tras comu­ni­da­des. Entre un fal­so pro­yec­to como hege­mo­nía, des­de don­de debe­mos ser y la urgen­cia de ser pro­yec­tos como sub­je­ti­vi­da­des en trán­si­to. ¿Trán­si­to hacia dón­de en un mun­do cada vez más com­ple­jo? La pre­sen­te ponen­cia sos­tie­ne la nece­si­dad de que los y las docen­tes (nos) cons­tru­ya­mos como pro­yec­tos que impli­quen el encuen­tro edu­ca­ti­vo como con­ver­sa­ción de alte­ri­dad, que agrie­te la rela­ción ins­tru­men­tal de medios y fines úni­cos entre el edu­ca­dor y el edu­can­do como signo de pro­fe­sio­na­li­za­ción y garan­tía de éxi­to en el mun­do glo­bal en la que hemos sido encar­ce­la­dos. Agrie­tar para poder sig­ni­fi­car­nos como posi­bi­li­dad, con­tra­dic­to­ria, com­ple­ja, como aún no. Esta­mos ante la urgen­cia de resig­ni­fi­car (nos) como suje­tos, (re) cons­truir (nos) como pro­yec­to y posi­bi­li­dad abier­ta al ser docen­te para crear y ser en comu­ni­dad des­de una con­cien­cia rela­cio­nal de ser uno des­de la afec­ta­ción y cui­da­do del otro y lo otro.


Significar la experiencia vivida del Ser-docente iniciados en investigación

María del Socorro Oropeza Amador

Escue­la Nor­mal de Eca­te­pec-UNAM FES Ara­gón
Méxi­co

El hecho de par­ti­ci­par, des­de mi figu­ra de ase­so­ra de tesis, con docen­tes en for­ma­ción (estu­dian­tes de licen­cia­tu­ra) y docen­tes ini­cia­dos en la prác­ti­ca de inves­ti­ga­ción (estu­dian­tes de pos­gra­do) den­tro de la Escue­la Nor­mal me colo­ca en luga­res don­de es posi­ble vivir de cer­ca la expe­rien­cia del cons­truir docen­cia en diá­lo­go con la inves­ti­ga­ción. En este sen­ti­do, la pre­sen­te con­tri­bu­ción recu­pe­ra la expe­rien­cia vivi­da tan­to de estu­dian­tes recién egre­sa­dos de la licen­cia­tu­ra (En edu­ca­ción pri­ma­ria, Ense­ñan­za y apren­di­za­je de la quí­mi­ca y bio­lo­gía), como de docen­tes ini­cia­dos en la prác­ti­ca de inves­ti­ga­ción inter­cul­tu­ral quie­nes viven la docen­cia como un pro­yec­to de posi­bi­li­dad, como for­ja­do­res de espe­ran­za duran­te sus encuen­tros con el arte de tejer tra­mas for­ma­ti­vas en su ser suje­tos de edu­ca­ción. Una prác­ti­ca que con­fron­ta, des­de la narra­ti­va-escri­tu­ra del pen­sa­mien­to y otor­ga posi­cio­na­mien­to epis­té­mi­co en la pro­duc­ción de saber, la docen­cia como un mero hacer-repro­duc­tor de aque­llos quie­nes han enve­je­ci­do en su saber fun­cio­nal. Fue­ron 2 pre­gun­tas que inter­pe­la­ron a los suje­tos y que, siguien­do el pen­sa­mien­to de Ber­lan­ga (2022), no sólo con la inten­ción de res­pon­der a ellas sino con el pro­pó­si­to de hacer­se res­pon­sa­bles con quie­nes invo­lu­cran al pro­nun­ciar­les: ¿cómo vives la docen­cia? ¿cómo es tu rela­ción con la docen­cia en diá­lo­go con la inves­ti­ga­ción? Expe­rien­cias vivi­das que les ha lle­va­do a hacer­se car­go de la gri­te­dad, des­de lo que nos ense­ña Ber­lan­ga (2022), como aque­lla que urge y deman­da al inter­ve­nir y no sólo por­que dise­ñen pro­pues­tas en aten­ción a los pro­ble­mas como caren­cias o ausen­cias, sino una inter­ven­ción en tér­mi­nos de des-colo­ca­ción por la afec­ción que les sugie­re la expe­rien­cia con el otro en su pro­pia cons­truc­ción del yo docente.


La re significación de la docencia como proyecto hoy

Eusebio Reyes Olvera

Escue­la Nor­mal de Espe­cia­li­za­ción “Dr. Rober­to Solís Qui­ro­ga” — Uni­ver­si­dad Peda­gó­gi­ca Nacio­nal
Méxi­co

Los pro­yec­tos de re orde­na­mien­to sim­bó­li­co y de sig­ni­fi­ca­dos de los edu­ca­do­res nos son exclu­si­vos de los suje­tos, estos se cir­cuns­cri­ben en la peri­fe­ria o al cen­tro de los esce­na­rios polí­ti­cos, con­ju­gan­do la his­to­ri­ci­dad de las per­so­nas y los colec­ti­vos; se entre­te­jen con base al bucle indi­vi­duo-socie­dad-espe­cie para con­for­mar una meta­mor­fo­sis civi­li­za­to­ria y planetaria.

Ante esta idea, con­vie­ne pre­gun­tar­se la re sig­ni­fi­ca­ción como pro­yec­to ¿es un impe­ra­ti­vo per­so­nal o colec­ti­vo, que tras­to­ca mis inter­ac­cio­nes con el entorno? ¿Es una coer­ción que aten­ta con­tra mis sabe­res para aten­der las polí­ti­cas edu­ca­ti­vas y deman­das de los cen­tros esco­la­res? ¿es una inter­pe­la­ción que da res­pues­ta a las deman­das de los apren­di­ces? ¿es una exi­gen­cia para auto-eco-orga­ni­zar la reali­dad pro­pia o la con­di­ción inter­ac­ti­va ante la mis­ma? ¿es una aspi­ra­ción que ele­va al espí­ri­tu humano?

Cua­les quie­ran que sean los ele­men­tos que impul­sen nue­vas regu­la­cio­nes con la sig­ni­fi­ca­ción de las reali­da­des peda­gó­gi­cas, así como si atien­den a un pro­yec­to del yo-comu­ni­dad-terri­to­rio, des­de un pun­to de vis­ta del pen­sa­mien­to com­ple­jo, los pro­fe­sio­na­les de la edu­ca­ción que deci­den ser par­tí­ci­pes del re orde­na­mien­to del bucle indi­vi­duo-socie­dad-espe­cie, se impli­can en una meta­mor­fo­sis epis­té­mi­ca basa­da en la meta­noia, enten­di­da como un pro­ce­so mutan­te que da nue­va vida de nues­tro espíritu.

Esta trans­for­ma­ción del Ser, se tra­du­ce como una nue­va men­ta­li­dad o mind­set que pue­de incli­nar­se al desa­rro­llo de habi­li­da­des fun­da­cio­na­les pro­fe­sio­na­les, que impi­den que nos sume­mos a las iner­cias incons­cien­tes que colo­ni­zan a las comu­ni­da­des edu­ca­ti­vas y las con­du­cen a un esta­do de insa­tis­fac­ción y des­gas­te continuo.


Reflexión para la construcción del saber docente

Rosalinda de la Cruz Cáceres Centeno

Coor­di­na­ción de Uni­ver­si­dad Abier­ta, Inno­va­ción Edu­ca­ti­va y Edu­ca­ción a Dis­tan­cia. UNAM.
Méxi­co

La situa­ción mun­dial, por la pan­de­mia por COVID-19, alte­ró la diná­mi­ca de vida en todos los ámbi­tos, social, labo­ral, eco­nó­mi­co, polí­ti­co, salud, fami­liar, per­so­nal, y edu­ca­ti­vo. Se han deve­la­do las con­di­cio­nes, de des­igual­dad, inequi­dad, pobre­za, exclu­sión, deser­ción esco­lar, con el uso abrup­to de la tec­no­lo­gía en las cla­ses, en con­di­cio­nes socio-emo­cio­na­les crí­ti­cas y la nece­sa­ria par­ti­ci­pa­ción de los docen­tes para aten­der los retos que la socie­dad y la edu­ca­ción deman­dan en este con­tex­to complejo.

Así sur­gió, la nece­si­dad de com­par­tir la expe­rien­cia de los pro­fe­so­res en su prác­ti­ca docen­te en el con­tex­to de la pan­de­mia des­de su pro­pia voz; con­si­de­ra­mos fun­da­men­tal escu­char a los pro­fe­so­res e inda­gar cómo enfren­ta­ron el reto de la docen­cia a dis­tan­cia y cómo han cons­trui­do su baga­je, su saber docen­te, des­de su pro­pia expe­rien­cia; sin duda, des­de la expe­rien­cia esco­lar indi­vi­dual y en comu­ni­da­des se cons­tru­yen nue­vos apren­di­za­jes en la com­ple­ji­dad de la vida social y per­so­nal para con­ti­nuar con la misión de for­mar a las nue­vas gene­ra­cio­nes a tra­vés de la escuela.

Es nece­sa­rio, replan­tear la docen­cia, reva­lo­rar la vida coti­dia­na de los estu­dian­tes y pro­fe­so­res en las aulas físi­cas, des­de la for­ma­ción en, ciu­da­da­nía, con-viven­cia, demo­cra­cia, cul­tu­ra y polí­ti­ca. Que los docen­tes y estu­dian­tes desa­rro­llen habi­li­da­des de resi­lien­cia, de auto­no­mía, de empa­tía, cola­bo­ra­ti­vas, comu­ni­ca­ti­vas que pro­pi­cien la crea­ti­vi­dad, la reso­lu­ción de pro­ble­mas y el pen­sa­mien­to crí­ti­co. Que los docen­tes por medio del diá­lo­go didác­ti­co, la refle­xión — acción y la pro­ble­ma­ti­za­ción pro­pi­cien apren­di­za­jes sig­ni­fi­ca­ti­vos y víncu­los de coope­ra­ción y cola­bo­ra­ción con y entre sus alum­nos, así como brin­dar ase­so­ría inte­gral y equi­ta­ti­va y favo­re­cer la per­ma­nen­cia de los estu­dian­tes y evi­tar el reza­go y aban­dono educativo.

La cri­sis exi­ge a la uni­ver­si­dad otras pro­pues­tas edu­ca­ti­vas, otras didác­ti­cas, así como la com­bi­na­ción de tec­no­lo­gías per­ti­nen­tes con crea­ti­vi­dad, des­de una mira­da social y huma­nís­ti­ca. Con­tri­bu­yen­do a la for­ma­ción de per­so­nas crí­ti­cas, con auto­no­mía en un con­tex­to que exi­ge ciu­da­da­nos com­pro­me­ti­dos y acti­vos en el mun­do en que vivimos.

Ser docen­te sig­ni­fi­ca ofre­cer, poner a dis­po­si­ción del Otro, la expe­rien­cia, su saber docen­te, cons­trui­do a par­tir de la lec­tu­ra crí­ti­ca de la reali­dad y de la inves­ti­ga­ción, no como rece­ta, ni como reci­pien­te, sino para dia­lo­gar, com­par­tir y apren­der, tan­to de mane­ra indi­vi­dual, como colec­ti­va, en una rela­ción de igual­dad, de vincu­lo hori­zon­tal, que impli­ca com­pro­mi­so con sus alum­nos, con la edu­ca­ción, con la ins­ti­tu­ción, con el país y con él mismo.