1. Las modi­fi­ca­cio­nes edu­ca­ti­vas que se han rea­li­za­do en las últi­mas déca­das han lle­va­do a las escue­las a aban­do­nar la for­ma­ción patrió­ti­ca y huma­na en niños y jóve­nes para supe­di­tar­se cada vez más a la racio­na­li­dad eco­nó­mi­ca y a intere­ses polí­ti­co-elec­to­re­ros de un peque­ño gru­po. No exis­te un pro­yec­to de engran­de­ci­mien­to y de desa­rro­llo social y cul­tu­ral del pue­blo mexi­cano que sea el pun­to de refe­ren­cia para orien­tar las accio­nes educativas.
  2. Al menos des­de 1982 y has­ta la fecha, quie­nes han esta­do como res­pon­sa­bles de la edu­ca­ción nacio­nal no cuen­tan en su tra­yec­to­ria con pen­sa­mien­to, obra o expe­rien­cia edu­ca­ti­va des­ta­ca­da antes de ser  nom­bra­dos como Secre­ta­rios de Edu­ca­ción Públi­ca. La gran mayo­ría de ellos no se habían ocu­pa­do de mane­ra prio­ri­ta­ria del tema edu­ca­ti­vo antes de su nom­bra­mien­to y han dura­do un pro­me­dio de 3 años en el car­go..
  3. La “Refor­ma Edu­ca­ti­va” 2013 se ape­ga a direc­tri­ces inter­na­cio­na­les rela­cio­na­das con el tema de la cali­dad edu­ca­ti­va que equi­vo­ca­da­men­te supo­nen que la eva­lua­ción estan­da­ri­za­da de docen­tes y estu­dian­tes es el ele­men­to fun­da­men­tal para mejo­rar dicha cali­dad, sin que haya evi­den­cia para ello y sin un pro­yec­to peda­gó­gi­co y edu­ca­ti­vo que dé con­tex­to y sen­ti­do a dichas eva­lua­cio­nes. Una pseu­do eva­lua­ción así cons­ti­tu­ye sola­men­te un ins­tru­men­to de con­trol y dis­cri­mi­na­ción de quie­nes no se some­ten a la ideo­lo­gía del instrumento.
  4. Sin refle­xio­nar sobre la for­ma­ción de maes­tros, de la que el pro­pio Esta­do es res­pon­sa­ble y de la que son pro­duc­to, la “Refor­ma Edu­ca­ti­va” 2013 pre­ten­de sim­ple­men­te esta­ble­cer con­cur­sos de opo­si­ción de dudo­sa pro­bi­dad para selec­cio­nar a quie­nes ocu­pen una pla­za de docen­te, segre­gan­do de la posi­bi­li­dad de empleo en el sec­tor públi­co a quie­nes estu­dien para ser maes­tros y no resul­ten gana­do­res, los que, obvia­men­te, siem­pre serán la mayor cantidad.
  5. La “Refor­ma edu­ca­ti­va” 2013 hace recaer sobre los docen­tes la res­pon­sa­bi­li­dad de la baja cali­dad edu­ca­ti­va, sin ver que el pro­ble­ma fun­da­men­tal es la pési­ma orga­ni­za­ción peda­gó­gi­ca del sis­te­ma edu­ca­ti­vo. Cues­tio­na de entra­da el desem­pe­ño pro­fe­sio­nal de los maes­tros y ame­na­za su esta­bi­li­dad labo­ral, sin con­si­de­rar los demás fac­to­res rele­van­tes: pla­nes y pro­gra­mas edu­ca­ti­vos; sis­te­ma de eva­lua­ción del apren­di­za­je; for­mas de orga­ni­za­ción y ges­tión esco­lar; infra­es­truc­tu­ra, recur­sos y mate­ria­les didác­ti­cos; entorno esco­lar; víncu­lo escue­la-comu­ni­dad; salud y nutri­ción de estu­dian­tes y docen­tes; con­di­cio­nes labo­ra­les y sala­ria­les; par­ti­ci­pa­ción de estu­dian­tes, docen­tes y padres de fami­lia en las deci­sio­nes edu­ca­ti­vas fundamentales.
  6. Los maes­tros han sido obje­to de polí­ti­cas cor­po­ra­ti­vis­tas, mani­pu­la­ción y corrup­ción de sus sindicatos.
  7. La lla­ma­da “auto­no­mía de ges­tión” con­tem­pla­da en la “Refor­ma Edu­ca­ti­va” 2013, así como la dis­tri­bu­ción de las res­pon­sa­bi­li­da­des del gas­to edu­ca­ti­vo en los gobier­nos esta­ta­les y muni­ci­pa­les, supo­ne dis­mi­nuir las obli­ga­cio­nes fede­ra­les para dotar de los ele­men­tos idó­neos para el apren­di­za­je y la ense­ñan­za a todas las escue­las del país. Algo simi­lar se hizo en Chi­le duran­te el gobierno de Pino­chet con desas­tro­sos resul­ta­dos al gene­rar una mayor des­igual­dad en las con­di­cio­nes mate­ria­les de las escue­las y ele­var pro­gre­si­va­men­te el cos­to eco­nó­mi­co direc­to para los estu­dian­tes y sus padres.
  8. Más que “auto­no­mía de ges­tión” se requie­re “auto­no­mía peda­gó­gi­ca” para que los docen­tes y direc­ti­vos de cada escue­la par­ti­ci­pen en el dise­ño de los pla­nes de estu­dio y sean los que deci­dan de mane­ra cole­gia­da la mejor mane­ra de for­mar a sus alum­nos, en diá­lo­go local, nacio­nal e inter­na­cio­nal con otras ins­ti­tu­cio­nes educativas.
  9. Es una para­do­ja pre­ten­der impo­ner una “refor­ma edu­ca­ti­va” de mane­ra des­pó­ti­ca, sin reco­ger, inte­grar y con­sen­suar con­cep­tos edu­ca­ti­vos; sin con­tar con la par­ti­ci­pa­ción de docen­tes y estu­dian­tes en el proceso.
  10. La lla­ma­da “Refor­ma Edu­ca­ti­va” 2013 no tie­ne como refe­ren­cia a nin­guno de los más impor­tan­tes peda­go­gos y pen­sa­do­res de la edu­ca­ción, ni se basa en nin­gu­na filo­so­fía edu­ca­ti­va fundamentada.
  11. Una ver­da­de­ra “refor­ma” o, mejor aún, un pro­yec­to de trans­for­ma­ción edu­ca­ti­va  requie­re un enfo­que inte­gral peda­gó­gi­co, que con­ci­ba de una mane­ra nue­va el apren­di­za­je, la ense­ñan­za y el papel social de la escue­la; que no sola­men­te modi­fi­que aspec­tos admi­nis­tra­ti­vos que redun­dan en el mis­mo para­dig­ma que se ha veni­do apli­can­do en los últi­mos 30 años con resul­ta­dos con­tra­pro­du­cen­tes: cre­ci­mien­to de la exten­sión de la pobre­za; más des­em­pleo; nivel muy ele­va­do de pobla­ción dedi­ca­da a la eco­no­mía infor­mal; emi­gra­ción masi­va hacia Esta­dos Uni­dos; cre­ci­mien­to expo­nen­cial de  índi­ces de sui­ci­dio, sobre todo juve­nil; aumen­to de la pro­por­ción de adic­tos a diver­sas dro­gas; invo­lu­cra­mien­to de más jóve­nes en la vio­len­cia orga­ni­za­da, espe­cial­men­te cár­te­les de nar­co­trá­fi­co; incre­men­to ele­va­do en los nive­les de vio­len­cia social; gra­ves defi­cien­cias for­ma­ti­vas en la capa­ci­ta­ción y en la éti­ca de muchos de quie­nes acre­di­tan los dife­ren­tes ciclos escolares.
  12. Es nece­sa­rio reto­mar los idea­les edu­ca­ti­vos de José Vas­con­ce­los y el Ate­neo de la Juven­tud, de Pau­lo Frei­re, de Celes­ti­ne Frei­net y de otros gran­des pen­sa­do­res de la edu­ca­ción para gene­rar nue­vos mode­los for­ma­ti­vos que apro­ve­chen los avan­ces tec­no­ló­gi­cos para cons­truir escue­las diver­sas, orien­ta­das al apren­di­za­je coope­ra­ti­vo y crea­dor; dedi­ca­das a detec­tar, impul­sar, desa­rro­llar y pro­yec­tar social­men­te los talen­tos y voca­cio­nes de estu­dian­tes y docen­tes, de tal mane­ra que las escue­las sean cen­tros de acción social y de desa­rro­llo téc­ni­co, tec­no­ló­gi­co y cul­tu­ral de las comu­ni­da­des para el desa­rro­llo sus­ten­ta­ble local, regio­nal, nacio­nal y mundial
  13. Una ver­da­de­ra trans­for­ma­ción edu­ca­ti­va nacio­nal requie­re modi­fi­car tam­bién la pro­gra­ma­ción de radio y tele­vi­sión para hacer­la com­pa­ti­ble con un nue­vo pro­yec­to for­ma­ti­vo y cul­tu­ral que reto­me lo mejor de nues­tra his­to­ria y del pen­sa­mien­to uni­ver­sal para la cons­truc­ción de un país sin pobre­za, jus­to, equi­ta­ti­vo, soli­da­rio, libre, salu­da­ble, cui­da­do­so del ambien­te y de los recur­sos natu­ra­les, real­men­te democrático.
  14. Por lo ante­rior, es com­pren­si­ble y valo­ra­ble que una gran can­ti­dad de docen­tes pro­tes­ten con­tra la “Refor­ma Edu­ca­ti­va 2013” y la erró­nea­men­te pre­ten­di­da “cali­dad edu­ca­ti­va”, como lo hicie­ron antes con­tra la Alian­za por la Cali­dad Edu­ca­ti­va rea­li­za­da por Elba Esther Gor­di­llo y Feli­pe Cal­de­rón. El Con­se­jo de Trans­for­ma­ción Edu­ca­ti­va salu­da al movi­mien­to magis­te­rial y se soli­da­ri­za con él, exhor­tan­do a todos los maes­tros a par­ti­ci­par en las accio­nes de pro­tes­ta con una acti­tud dig­na y éti­ca al gene­rar pro­pues­tas alter­na­ti­vas y evi­tar expre­sio­nes deses­pe­ra­das o vio­len­tas, que sola­men­te ofrez­can pseu­do-argu­men­tos a quie­nes pare­cen estar pre­dis­pues­tos a la “repre­sión educativa”. 

Méxi­co, D. F., a 13 de mayo de 2013

CONSEJO DE TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA