{sour­ce}<ifra­me width=“560” height=“315” src=“https://www.youtube.com/embed/fAKnLKY6ZoU” frameborder=“0” allow=“accelerometer; auto­play; encry­pted-media; gyros­co­pe; pic­tu­re-in-pic­tu­re” allowfullscreen></iframe>{/source}

Bajo muchos este­reo­ti­pos nega­ti­vos, los video­jue­gos han sido acu­sa­dos de ser una mala influen­cia, sobre todo para los niños, de ser gene­ra­do­res de vio­len­cia, pro­mo­to­res de la inac­ti­vi­dad entre muchas otras cosas. Pero, inves­ti­ga­do­res uni­ver­si­ta­rios se han dado a la tarea de ana­li­zar a una de las indus­trias crea­ti­vas más pode­ro­sas del mun­do y han encon­tra­do que en reali­dad pue­den ser usa­dos como herra­mien­tas para pro­mo­ver los bue­nos hábi­tos.
Vía: TV UNAM