Manuel Ángel Calviño (Cuba)

Transformar descolonizando: el reto del cambio de las mentalidades en la Educación

La trans­for­ma­ción edu­ca­ti­va a la que aspi­ra­mos, es un pro­ce­so inaca­ba­do e inaca­ba­ble. Es un modo de andar y no un pun­to de lle­ga­da. Es un pro­ce­so con­ti­nuo. Dicho pro­ce­so abar­ca todas las regio­nes de la Edu­ca­ción tal y como se con­ci­be y se orga­ni­za hoy. Es decir, supo­ne trans­for­ma­cio­nes en el qué y el cómo se ense­ña y se edu­ca; trans­for­ma­cio­nes en las lla­ma­das mallas curri­cu­la­res, pla­nes de estu­dio, asig­na­tu­ras, etc.; trans­for­ma­cio­nes en el claus­tro de docen­tes y el cor­pus estu­dian­til; trans­for­ma­cio­nes en los mode­los vin­cu­la­res Escue­la-fami­lia-comu­ni­dad; trans­for­ma­cio­nes en las bases ins­tru­men­ta­les; y otras más.

Pero en el cen­tro de todas estas trans­for­ma­cio­nes, esta una trans­for­ma­ción sus­tan­ti­va: la trans­for­ma­ción de las men­ta­li­da­des de los agen­tes trans­for­ma­do­res (suje­tos siem­pre de la transformación).

Este pro­ce­so supo­ne un accio­nar “des­co­lo­ni­za­dor” y una accio­nar “inno­va­dor”. No se tra­ta solo de dejar de hacer-ser, sino tam­bién (y sobre todo) de co-cons­truir otro hacer. Modi­fi­ca­cio­nes epis­te­mo­ló­gi­cas, ideo­ló­gi­cas y prác­ti­cas. Pues no se tra­ta de sus­ti­tuir algo por otra cosa, sino de cons­truir una alter­na­ti­va nue­va, diná­mi­ca. Una vez más, para­fra­sean­do a Marx: No se tra­ta de inter­pre­tar la edu­ca­ción, sino de transformarla.