Ano­che me pare­ció haber leí­do el enca­be­za­do de un dia­rio de Michoa­cán que decía más o menos lo siguien­te: Maes­tros con movi­li­za­ción, pre­ten­den impe­dir la eva­lua­ción, yo no creo que eso sea posi­ble por aho­ra, pero sí con­si­de­ro que es urgen­te con­vo­car a un gran Diá­lo­go Nacio­nal por la Edu­ca­ción Públi­ca y la Paz. Tra­ta­ré de explicar:

La con­vo­ca­to­ria sería de los ciu­da­da­nos para los ciu­da­da­nos. Un gran diá­lo­go nacio­nal evi­ta­ría que la cri­sis del Sis­te­ma Edu­ca­ti­vo Nacio­nal des­tru­ya todo lo que hemos cons­trui­do a lo lar­go de más de un siglo con los apor­tes de varias gene­ra­cio­nes de edu­ca­do­res y las aspi­ra­cio­nes de los mexi­ca­nos de hacer de la edu­ca­ción públi­ca una palan­ca del desa­rro­llo nacional.

La edu­ca­ción públi­ca es ya un espa­cio de dispu­ta de dis­tin­tos intere­ses legí­ti­mos o no y por este moti­vo, solo por este si no hubie­ra otros, es de urgen­te nece­si­dad la revi­sión de la polí­ti­ca edu­ca­ti­va nacio­nal en el mar­co de un diá­lo­go que supere los acar­to­na­dos e inú­ti­les foros par­ti­da­rios o del gobierno en turno. La polí­ti­ca edu­ca­ti­va debe dejar de ser un asun­to uni­la­te­ral del gobierno o de las buro­cra­cias de recam­bio sexe­nal, para dar paso a un diá­lo­go de los edu­ca­do­res de Méxi­co con la sociedad.

En este diá­lo­go se con­vo­ca­ría a las dis­tin­tas aso­cia­cio­nes de abo­ga­dos, jue­ces y a los minis­tros de la Supre­ma Cor­te de Jus­ti­cia para revi­sar las dis­tin­tas leyes y regla­men­tos que regu­lan a la edu­ca­ción públi­ca. Que­re­mos que nos expli­quen, jun­to a los legis­la­do­res y par­ti­dos polí­ti­cos: ¿Por qué el tran­si­to­rio de una ley secun­da­ria pre­ten­de negar los dere­chos cons­ti­tu­cio­na­les y la legis­la­ción labo­ral vigen­te des­de 1917?

La invi­ta­ción sería a las ins­ti­tu­cio­nes cor­po­ra­ti­vas y a los maes­tros del dere­cho, a los ciu­da­da­nos que quie­ran hacer­lo; a las uni­ver­si­da­des públi­cas y pri­va­das. Todas las voces para revi­sar la imper­fec­ción de las leyes; para cons­truir un Ser­vi­cio Pro­fe­sio­nal Docen­te que esti­mu­le la cons­truc­ción de un mode­lo de maes­tro con sol­ven­cia pro­fe­sio­nal éti­ca, moral y peda­gó­gi­ca, que como en el pasa­do, se sien­ta orgu­llo­so de su pro­fe­sión y de su tra­ba­jo con los niños y jóve­nes de México.

La otra con­vo­ca­to­ria esta­ría diri­gi­da a los inte­lec­tua­les e inves­ti­ga­do­res de las uni­ver­si­da­des; y a los ins­ti­tu­tos de inves­ti­ga­ción edu­ca­ti­va para revi­sar el sub­sis­te­ma de for­ma­ción docen­te ini­cial de las escue­las nor­ma­les y de la Uni­ver­si­dad Peda­gó­gi­ca Nacio­nal, fun­da­men­tal­men­te. La revi­sión de los pla­nes y pro­gra­mas de estu­dio, que inclu­ya con­te­ni­dos y pro­ce­sos meto­do­ló­gi­cos y de eva­lua­ción des­de Edu­ca­ción Bási­ca, la Media Supe­rior y la que corres­pon­de a la For­ma­ción de Docen­tes. De este diá­lo­go ini­cial, debe sur­gir una con­vo­ca­to­ria a todos los pro­fe­so­res de Méxi­co a un Con­gre­so Nacio­nal Peda­gó­gi­co y de Edu­ca­ción. Esta con­vo­ca­to­ria debe supe­rar las acti­tu­des sec­ta­rias de divi­dir a los tra­ba­ja­do­res en “demo­crá­ti­cos y cha­rros”. Solo en un espa­cio de res­pe­to y ple­na liber­tad es posi­ble cons­truir acuer­dos y una pla­ta­for­ma de resis­ten­cia de lar­go aliento.

La Secre­ta­ría de Edu­ca­ción Públi­ca debe una expli­ca­ción a la nación sobre los cri­te­rios y meca­nis­mos para la inte­gra­ción y desig­na­ción de los fun­cio­na­rios del Ser­vi­cio Pro­fe­sio­nal Docen­te en las enti­da­des fede­ra­ti­vas y cómo éstos, cum­plen con la desig­na­ción de las pla­zas de los maes­tros que resul­ta­ron apro­ba­dos en los con­cur­sos de opo­si­ción o de aque­llos pro­fe­so­res que se some­tie­ron a eva­lua­ción para la pro­mo­ción a pues­tos directivos.

Este diá­lo­go inclu­ye a los vio­len­tos de todo signo que aho­ra se dispu­tan pal­mo a pal­mo el con­trol del país para exi­gir­les, para pedir­les y supli­car­les que sus armas no apun­ten a las escue­las de la patria, que no impor­ta si sus armas son de ins­ti­tu­cio­nes de segu­ri­dad nacio­nal o del cri­men orga­ni­za­do. La vida de los niños y jóve­nes, de los maes­tros y maes­tras debe ser res­pe­ta­da. No que­re­mos más escue­las enlu­ta­das por el ase­si­na­to de los maes­tros, por la per­se­cu­ción poli­cia­ca y mili­tar con­tra a los pro­fe­so­res. La Escue­la Públi­ca debe ser un espa­cio para cons­truir la paz y el res­pe­to a la vida. Fre­nar el terror y el mie­do, debe ser una prio­ri­dad de la socie­dad y de los ciudadanos.

En el con­tex­to de este Diá­lo­go Nacio­nal, habrá que lla­mar y exi­gir a las tele­vi­so­ras y a los sin­di­ca­tos empre­sa­ria­les el cese inme­dia­to del lin­cha­mien­to mediá­ti­co con­tra los maes­tros de Méxi­co y con­tra la Edu­ca­ción Pública.

No soy ilu­so en esta pro­pues­ta de Diá­lo­go; el odio y las pasio­nes des­ata­das hacen más que impo­si­ble una empre­sa de esta natu­ra­le­za. El sec­ta­ris­mo, la arro­gan­cia de los polí­ti­cos y fun­cio­na­rios, no dejan espa­cio para el Diá­lo­go y la cons­truc­ción de acuer­dos; para que se sien­ten en la mesa “los igua­les y diver­sos” –como dice mi ami­go Felix Fray­re de la Región Lagunera-.

Yo espe­ro que los pri­me­ros ges­tos de bue­na volun­tad, que el pri­mer inten­to de acer­ca­mien­to lo den las dos fuer­zas beli­ge­ran­tes en este con­flic­to, por un lado, La Coor­di­na­do­ra Nacio­nal de Tra­ba­ja­do­res de la Edu­ca­ción y por la otra, el señor  Aure­lio Nuño, Secre­ta­rio de Edu­ca­ción Públi­ca. Que sea la inte­li­gen­cia la que pre­va­lez­ca sobre las pasio­nes. (10 de noviem­bre de 2015).