Si cada bloqueo de maestros fuera apoyado por el pueblo, los gobiernos resolverían de inmediato

1. A mí me ense­ña­ron que la neu­tra­li­dad en polí­ti­ca es inexis­ten­te por­que en todas las socie­da­des es cla­ra la des­igual­dad social; que ante la des­igual­dad extre­ma exis­ten enfren­ta­mien­tos entre una mino­ría de per­so­nas que quie­re tener más pro­pie­dad y poder y, otra, la inmen­sa mayo­ría que tra­ba­ja pero sólo logra un poco para no morir de ham­bre. Por ello me sub­ra­ya­ron que exis­ten cla­ses socia­les y lo que ha sido cono­ci­do como la lucha de cla­ses. Que la con­fron­ta­ción de los pode­ro­sos y de los que nada poseen tie­ne su ori­gen en la pro­pie­dad pri­va­da y, que si ésta fue­ra prohi­bi­da y fue­ra colec­ti­va todo mun­do se sen­ti­ría obli­ga­do a tra­ba­jar –no sólo en bene­fi­cio de “su” fami­lia- sino de la comu­ni­dad en su con­jun­to. Por ello es cla­ro que para aca­bar con los enfren­ta­mien­tos entre las cla­ses sólo es posi­ble al ente­rrar la des­igual­dad social.

2. No pue­de haber un gobierno que sir­va a todo el pue­blo por­que todos los gobier­nos en el mun­do han ser­vi­do a una cla­se social, a la cla­se más pode­ro­sa, a la que siem­pre ha con­tro­la­do la rique­za, el ejér­ci­to y las leyes. Cual­quier gobierno al pro­te­ger a la gran pro­pie­dad pri­va­da de unos cuan­tos (las fábri­cas, los ban­cos, las exten­sio­nes de tie­rra, los enor­mes edi­fi­cios y resi­den­cias) no sir­ve al pue­blo sino a la cla­se empre­sa­rial, a los pode­ro­sos, a la cla­se domi­nan­te. Esta cla­se no es pue­blo, sino quien lo explo­ta, lo opri­me y es su vic­ti­ma­ria. Marx, en el con­tex­to euro­peo del siglo XIX, habló de pro­le­ta­ria­do, de cla­se obre­ra, como van­guar­dia de la lucha con­tra el capi­ta­lis­mo, pero –para no con­fun­dir- pen­só que el pue­blo era una espe­cie de abs­trac­ción. Hoy lla­ma­mos pue­blo a toda la cla­se tra­ba­ja­do­ra explo­ta­da y opri­mi­da y a sus enemi­gos, los victimarios.

3. En ese con­tex­to de las luchas de cla­ses hablo de los maes­tros y otros tra­ba­ja­do­res que a pesar de sus muchas luchas y gran­des sacri­fi­cios no han podi­do sacu­dir en serio al sis­te­ma de explo­ta­ción capi­ta­lis­ta. Los maes­tros o pro­fe­so­res en Méxi­co, aun­que per­te­nez­can al nivel pri­ma­rio o pre­es­co­lar y hayan segui­do pla­nes y pro­gra­mas ofi­cia­les, no poseen la mis­ma capa­ci­dad y menos la mis­ma ideo­lo­gía. Muchos vie­nen de las cla­ses medias urba­nas jodi­das y otros son del medio rural de cla­ses pobres; sin embar­go la pro­fe­sión magis­te­rial, el con­tac­to con cien­tos de alum­nos y sus mis­mas con­di­cio­nes de tra­ba­jo, les tras­for­ma la men­te. Por ello el magis­te­rio, a pesar de la fuer­te domi­na­ción de la ideo­lo­gía de la cla­se domi­nan­te, tien­de a ser más comu­ni­ta­rio y colec­ti­vis­ta. A tra­vés de sus luchas los maes­tros van obte­nien­do con­cien­cia a favor de su pueblo.

4. Por ello digo: Los maes­tros de la CNTE, des­de la déca­da de los ochen­ta, se con­vir­tie­ron en la van­guar­dia de la lucha social en Méxi­co. No solo han lucha­do por una bue­na edu­ca­ción o por sus deman­das sin­di­ca­les como tra­ba­ja­do­res, han rei­vin­di­ca­do ade­más las bata­llas de los explo­ta­dos y mise­ra­bles del país. No son sim­ples decla­ra­cio­nes. La CNTE ha rea­li­za­do –des­de que se fun­dó en 1979- cada año, más de 100 mani­fes­ta­cio­nes en las calles, inclu­yen­do plan­to­nes, blo­queos, mar­chas. ¿Algu­na orga­ni­za­ción ha hecho al año más de tres? Sin embar­go, los actos de la CNTE que son gene­ral­men­te de 10 mil, que lle­gan en bue­nos momen­tos a 100 mil mani­fes­tan­tes, en vez de con­ci­tar o unir a millo­nes de apo­ya­do­res para obli­gar al gobierno a una solu­ción inme­dia­ta, no han podi­do impe­dir que los medios de infor­ma­ción vomi­ten calum­nias con­tra sus protestas.

5. Así como las luchas de los maes­tros son calum­nia­das por los medios de infor­ma­ción, polí­ti­cos y empre­sa­rios, has­ta lograr con­tra ellos el odio públi­co, lo mis­mo suce­de con­tra otros tra­ba­ja­do­res. Esta cam­pa­ña “cien­tí­fi­ca­men­te” pla­nea­da por espe­cia­lis­tas del sis­te­ma capi­ta­lis­ta, que le hemos lla­ma­do de la dere­cha, los con­ser­va­do­res, reac­cio­na­rios, ha triun­fa­do en toda la línea. La mues­tra es que al pue­blo le intere­sa más ver fut­bol, tele­no­ve­las, con­cur­sos de TV, ir a la igle­sia o que­dar­se en la casa acom­pa­ña­do de embru­te­ce­do­res tra­gos. ¿Cómo inte­rrum­pir la ruti­na dia­ria refor­za­da cada minu­to por los medios de infor­ma­ción? Qui­zá López Obra­dor, el cam­peón de dere­cho, diría que hay que res­pe­tar a los medios de infor­ma­ción, a los empre­sa­rios, por­que si quie­ren enga­ñar o mani­pu­lar, tie­nen la liber­tad por­que son libres de hacer y noso­tros no debe­mos meternos.

6. Se olvi­da o se igno­ra que la liber­tad no es hacer lo que nos dé la gana aun­que se lesio­ne a la comu­ni­dad, no es pro­te­ger los gran­des intere­ses pri­va­dos expro­pia­do­res his­tó­ri­ca­men­te con­vir­tien­do lo públi­co en pri­va­do, des­po­jan­do a la colec­ti­vi­dad. Al con­tra­rio: la liber­tad tie­ne que estar en con­cor­dan­cia con los intere­ses comu­ni­ta­rios. El pue­blo mise­ra­ble o des­em­plea­do, cuan­do roba lo hace por nece­si­dad, para tra­tar de resol­ver el ham­bre o demás nece­si­da­des de la fami­lia. Los gran­des empre­sa­rios y polí­ti­cos cuan­do roban lo hacen para hacer­se más ricos, más millo­na­rios y lo rea­li­zan a pesar de que ven el ham­bre del pue­blo. Por ello duran­te déca­das he apo­ya­do y par­ti­ci­pa­do en la lucha magis­te­rial con­tra los gobier­nos que en vez de solu­cio­nar los pro­ble­mas de la edu­ca­ción nacio­nal ha bus­ca­do su pri­va­ti­za­ción en bene­fi­cio de las mino­rías. (8/IX/19)

https://pedroecheverriav.wordpress.com