Alma Herrera Márquez1

UNAM Zaragoza, CTE

Ponencia presentada en el Primer Congreso Internacional de Transformación Educativa

Introducción

El actual perio­do de tran­si­ción2 cons­ti­tu­ye un esce­na­rio pro­pi­cio para ima­gi­nar nue­vas for­mas de orga­ni­za­ción social que ase­gu­ren la sobre­vi­ven­cia de la huma­ni­dad y del pla­ne­ta; esta tran­si­ción tam­bién ins­pi­ra el dise­ño de mode­los eco­nó­mi­cos, polí­ti­cos, socia­les, edu­ca­ti­vos y cul­tu­ra­les basa­dos en el uso crí­ti­co del cono­ci­mien­to y de la infor­ma­ción; par­ti­cu­lar­men­te, el dise­ño de nue­vos mode­los edu­ca­ti­vos es una tarea cru­cial dada la impor­tan­cia que tie­nen en el desa­rro­llo humano sostenible. 

Cada país, región o ciu­dad enfren­tan la incer­ti­dum­bre y mati­zan las tran­si­cio­nes de mane­ra cua­li­ta­ti­va­men­te dis­tin­ta; ello depen­de de su his­to­ria, pero tam­bién de su pro­ble­má­ti­ca actual. En el caso de Méxi­co, los indi­ca­do­res con que con­ta­mos nos plan­tean impre­sio­nan­tes desa­fíos debi­do a que el sis­te­ma edu­ca­ti­vo, hoy día (en sus con­cep­tos, en sus mode­los y en sus pro­gra­mas) real­men­te no está dise­ña­do para pro­pi­ciar que niños3 y jóve­nes pros­pe­ren y lle­guen a satis­fa­cer las nece­si­da­des de su vida en un con­tex­to de cam­bios inima­gi­na­bles. La edu­ca­ción no está pre­pa­ra­da para pro­veer las herra­mien­tas cog­ni­ti­vas, valo­ra­les y per­so­na­les que le per­mi­tan a una per­so­na hacer fren­te a la incer­ti­dum­bre, pues se encuen­tra des­ar­ti­cu­la­da del mun­do de la vida. Por ende, los intere­ses y preo­cu­pa­cio­nes mani­fies­tas de niños y jóve­nes nos advier­ten de la gran difi­cul­tad que sien­ten para cons­ti­tuir­se en per­so­na ple­na en el ini­cio del siglo XXI .

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Res­pec­to a los niños, hay diver­sos estu­dios que mues­tran que están muy preo­cu­pa­dos por el mun­do en el futu­ro (Bar­nes, 2008). Están preo­cu­pa­dos por cues­tio­nes rela­cio­na­das con futu­ro de la salud, el pro­gre­so, la segu­ri­dad, la pobre­za, y aun­que se man­tie­nen espe­ran­za­dos de su pro­pio futu­ro, son mucho más pesi­mis­tas del futu­ro del mun­do y están aten­tos a los titu­la­res de noti­cias que han pasa­do de un evi­den­te opti­mis­mo a prin­ci­pios de los 90 a una pers­pec­ti­va nega­ti­va en todos los ren­glo­nes de la vida cotidiana.

En el caso de los jóve­nes (como hemos vis­to en varias ciu­da­des de Méxi­co) “los jóve­nes saben cam­biar de direc­ción, adap­tar­se a cir­cuns­tan­cias varia­bles, detec­tar de inme­dia­to los movi­mien­tos que comien­zan a pro­du­cir­se actua­li­zan­do y rec­ti­fi­can­do su pro­pia tra­yec­to­ria […] Sue­len ser escép­ti­cos res­pec­to a las pro­me­sas y supues­tos valo­res que con­tra­di­gan el mun­do actual. […] la edu­ca­ción (en el sen­ti­do sóli­do como pro­me­sa del futu­ro) es fuer­te­men­te cues­tio­na­da y sus­ti­tui­da por la fór­mu­la edu­ca­ción a lo lar­go de la vida […] Por ello repen­sar la edu­ca­ción nos lle­va a otra esce­na que no es mera­men­te eco­nó­mi­ca o eco­no­mi­cis­ta […]  se tra­ta de otor­gar el poder, de la nece­si­dad de que la edu­ca­ción apun­te y apor­te sus sabe­res y queha­ce­res a la cons­truc­ción de una nue­va ciu­da­da­nía, situán­do­la fue­ra de la tram­pa eco­no­mi­cis­ta” (Núñez, 2007:14–15).

El res­pe­to a las nue­vas gene­ra­cio­nes de mexi­ca­nos y lo que repre­sen­tan para nues­tra socie­dad, así como la cla­ra inten­ción de ayu­dar­las para hacer que su mun­do sea un mejor lugar don­de vivir son los temas cen­tra­les de la filo­so­fía de la edu­ca­ción al ini­cio de este siglo y tam­bién cons­ti­tu­yen los más altos valo­res a los que debe res­pon­der la educación. 

Por otro lado, la edu­ca­ción no pue­de per­ma­ne­cer aje­na a la ace­le­ra­da gene­ra­ción de cono­ci­mien­to pues para media­dos del pre­sen­te siglo, se anti­ci­pa que el 75% del cono­ci­mien­to cien­tí­fi­co que nece­si­ta­re­mos en nues­tra vida coti­dia­na, aún no se pro­du­ce. Por ende, la edu­ca­ción no pue­de pasar por alto al hecho de que es más impor­tan­te lo que nece­si­ta­re­mos saber para maña­na, que lo que sabe­mos hoy4.

Es indu­da­ble que todos nues­tros niños y jóve­nes ten­drán que enfren­tar pro­ble­mas vin­cu­la­dos al calen­ta­mien­to glo­bal, a la ele­va­ción de los nive­les del agua del mar, pan­de­mias, clo­na­ción huma­na, aumen­to del terro­ris­mo y cri­sis eco­nó­mi­cas; todos ellos agu­di­za­dos por los cam­bios en el per­fil de los valo­res y de la cul­tu­ra. De modo que, este siglo de trans­for­ma­cio­nes sin para­le­lo con­du­ce a plan­tear diver­sas pre­gun­tas, entre ellas, ¿qué debe­rán apren­der en la escue­la niños y jóve­nes? ¿Qué debe­rá hacer edu­ca­ción para que los jóve­nes mexi­ca­nos se inser­ten crí­ti­ca­men­te en la glo­ba­li­dad sin con­ver­tir­se en pie­za cla­ve del mode­lo de mer­ca­do, cuya prio­ri­dad es la mer­can­ti­li­za­ción de todas las esfe­ras de la vida? ¿Qué está hacien­do la edu­ca­ción para que la cul­tu­ra y el cono­ci­mien­to se cons­ti­tu­yan en el para­dig­ma del siglo XXI? ¿Cómo dise­ñar mode­los edu­ca­ti­vos arti­cu­la­dos por la esperanza?

En el mar­co del pre­sen­te tra­ba­jo estas pre­gun­tas sólo pue­den res­pon­der­se si se asu­me que hay un círcu­lo vir­tuo­so entre el dise­ño de un nue­vo mode­lo edu­ca­ti­vo y un nue­vo mode­lo de socie­dad; el uno sin el otro sólo con­du­cen a una pers­pec­ti­va par­cial cuyos alcan­ces siem­pre serán limi­ta­dos. En este bino­mio vir­tuo­so la socie­dad cons­ti­tu­ye el con­tex­to, el esce­na­rio el espa­cio de posi­bi­li­da­des múl­ti­ples y la edu­ca­ción es la fuer­za motriz que con­tri­bu­ye a la trans­for­ma­ción social. 

El contexto del diseño de un nuevo modelo educativo

Como ya se seña­ló, ini­cia­mos el siglo XXI con cam­bios sin pre­ce­den­tes, tales cam­bios a todos nos impac­tan, al gra­do de que se nos des­di­bu­jan los pila­res sobre los cua­les edi­fi­ca­mos la noción de edu­ca­ción con la que cerra­mos el siglo XX. El cam­bio es un pro­ce­so inhe­ren­te al desa­rro­llo de las socie­da­des; de hecho, nin­gu­na socie­dad se man­tie­ne está­ti­ca aún en lar­gos perio­dos de esta­bi­li­dad; ello es más evi­den­te en los ciclos de tran­si­ción pues al mis­mo tiem­po que, defi­nen con cru­de­za el ago­ta­mien­to de las fór­mu­las de rela­ción y orga­ni­za­ción huma­na y social, tam­bién favo­re­cen la emer­gen­cia de pro­ce­sos y acto­res capa­ces de mar­car ten­den­cias para el lar­go pla­zo. En este pun­to los cam­bios dejan de ser acu­mu­la­ción de hechos para con­ver­tir­se en los moto­res que pro­pul­san una ver­da­de­ra transformación.

Cabe des­ta­car que hay con­sen­so res­pec­to a que los múl­ti­ples indi­ca­do­res de desa­rro­llo humano y de bien­es­tar gené­ri­co apun­tan al impor­tan­te papel que juga­rá la diver­si­dad social en el dina­mis­mo tec­no­ló­gi­co, eco­nó­mi­co y social; es decir, hay un énfa­sis en el reco­no­ci­mien­to de que esta­mos con­for­man­do un mun­do glo­bal con socie­da­des alta­men­te dife­ren­cia­das y com­ple­jas, y que en con­se­cuen­cia se requie­re de la defi­ni­ción de un con­jun­to común de obje­ti­vos de polí­ti­ca gene­ral que favo­rez­can dicha diver­si­dad social.

En este con­tex­to, Ste­vens y cols., (2001) plan­tea que en las pri­me­ras déca­das del siglo XXI será posi­ble obser­var el impac­to de gran­des fuer­zas motri­ces que gene­ra­rán pro­fun­das trans­for­ma­cio­nes socie­ta­les y que con­du­ci­rán a la rup­tu­ra de la uni­for­mi­dad, la obe­dien­cia de masas, la rigi­dez, las estruc­tu­ras agrí­co­las y la frag­men­ta­ción del mun­do. En su lugar, la huma­ni­dad esta­rá en medio de una socie­dad crea­ti­va, fun­da­men­tal­men­te urba­na, fle­xi­ble en sus for­mas de orga­ni­za­ción, cimen­ta­da a par­tir del reco­no­ci­mien­to de las sin­gu­la­ri­da­des, pero inte­gra­da e inter­de­pen­dien­te a nivel planetario.

En dife­ren­tes par­tes del mun­do y de las más diver­sas for­mas, obser­va­re­mos una cre­cien­te com­ple­ji­dad social; sin embar­go, no será un pro­ce­so ter­so, pues esta­rá acom­pa­ña­do de impre­sio­nan­tes ten­sio­nes que pue­den lle­var a una pola­ri­za­ción entre el vie­jo orden social y el nue­vo para­dig­ma emergente.

Los efec­tos y pre­sio­nes que esta ten­sión mul­ti­di­men­sio­nal pro­vo­can en las ciu­da­des del siglo XXI son múl­ti­ples; la ciu­dad plan­tea pro­ble­mas socia­les, pero tam­bién apor­ta nue­vos ele­men­tos de socia­li­za­ción. Por lo que, entre los desa­fíos que han de enfren­tar­se, se pue­den des­ta­car los siguientes:

  • La lon­ge­vi­dad de la pobla­ción ya que es un hecho que la gen­te en la actua­li­dad, vive más tiem­po que en el siglo pasa­do; la espe­ran­za de vida ha mejo­ra­do sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te  y todo pare­ce indi­car que esta ten­den­cia se man­ten­drá en la pró­xi­mas déca­das. Por ejem­plo, en los paí­ses de la OCDE la espe­ran­za de vida alcan­za de 80 a 90 años, y mucha gen­te man­tie­ne su vida acti­va a pesar de la edad.
  • La con­cen­tra­ción cada vez mayor de la pobla­ción en las ciu­da­des5, las cua­les son, hoy día, infi­ni­ta­men­te más com­ple­jas y más hete­ro­gé­neas que las socie­da­des rura­les. Una de las razo­nes a que se debe esta situa­ción es el incre­men­to del flu­jo migra­to­rio6 y todo pare­ce indi­car que no va a disminuir.
  • La estruc­tu­ra nuclear de la fami­lia, en los paí­ses de la OCDE, se ha trans­for­ma­do sus­tan­cial­men­te. En este ren­glón, hoy día tene­mos una mez­cla de con­fi­gu­ra­cio­nes fami­lia­res alter­na­ti­vas pro­vo­ca­do, entre otros, fac­to­res por el cre­ci­mien­to en el núme­ro de muje­res en la pobla­ción eco­nó­mi­ca­men­te activa.
  • La emer­gen­cia de un colo­ri­do calei­dos­co­pio de valo­res, cul­tu­ras, reli­gio­nes, creen­cias espi­ri­tua­les visi­bles, a la luz de los cam­bios que las socie­da­des han expe­ri­men­ta­do en las recien­tes déca­das. En este con­tex­to, qui­zá el indi­ca­dor más sig­ni­fi­ca­ti­vo es el incre­men­to de sis­te­mas de valo­res individuales.
  • La expan­sión sin pre­ce­den­tes del desa­rro­llo cien­tí­fi­co-tec­no­ló­gi­co, a lo lar­go, a lo ancho y en lo pro­fun­do y cuyos efec­tos posi­ti­vos se obser­van en la dis­mi­nu­ción drás­ti­ca del cos­to des­ti­na­do a trans­por­tar­se, la pro­li­fe­ra­ción y diver­si­dad de bie­nes y ser­vi­cios, el aumen­to en la efi­ca­cia de tra­ta­mien­tos médi­cos (aun­que no su aba­ra­ta­mien­to), la gene­ra­ción de fuen­tes alter­nas de ener­gía, el uso exten­si­vo de las tec­no­lo­gías de infor­ma­ción y comu­ni­ca­ción, entre muchos otros.
  • El incre­men­to en la dife­ren­cia­ción social que si bien se ha expre­sa­do en el reco­no­ci­mien­to de la otre­dad, tam­bién ha acom­pa­ña­do una mayor inequi­dad, frag­men­ta­ción y pola­ri­za­ción, social y económica.
  • La gran diver­si­dad en las estruc­tu­ras socia­les ha gene­ra­do ver­ti­gi­no­sos cam­bios en las esfe­ras de la edu­ca­ción, la cien­cia y la tecnología.

En resu­men, el siglo XXI ha hecho evi­den­te la pro­fun­da y amplia trans­for­ma­ción de los pila­res sobre los cua­les se cimen­tó la moder­ni­dad; a ello no esca­pa la modi­fi­ca­ción de los per­fi­les de la fami­lia o la escue­la, y des­de lue­go, inclu­ye a las ins­ti­tu­cio­nes guber­na­men­ta­les, a las empre­sas y a las for­mas y meca­nis­mos con que la socie­dad civil se ha organizado.

En este sen­ti­do, el cam­bio para­dig­má­ti­co que se vie­ne, exi­ge arti­cu­lar a los nue­vos acto­res en inno­va­do­ras siner­gias (Esta­do-mer­ca­do-socie­dad civil); requie­re de la pro­mo­ción de un pen­sa­mien­to arti­cu­la­do por tres ejes: Desa­rro­llo Humano Sos­te­ni­ble; For­ma­ción Valo­ral; Iden­ti­dad y Mul­ti­cul­tu­ra­li­dad (Goros­tia­ga, 2000); e impli­ca la trans­for­ma­ción del mode­lo de ciu­dad indus­trial, a otro don­de la ciu­dad pue­da cons­ti­tuir­se en la pla­ta­for­ma que impul­se el desa­rro­llo de nue­vos patro­nes cul­tu­ra­les, de con­vi­ven­cia­li­dad y de relacionalidad .

Así asu­mi­das las nue­vas ciu­da­des ten­drán que cons­ti­tuir­se en espa­cios de cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co y desa­rro­llo humano abier­tos, res­pe­tuo­sos y crea­ti­vos, don­de el apren­di­za­je y la inno­va­ción sean los pro­ce­sos que recons­ti­tu­yan el teji­do social; y las ciu­da­des sean los espa­cios vita­les en los que todos nos sin­ta­mos per­te­ne­cien­tes a nue­vas y más colo­ri­das identidades. 

La Ciudad que educa

De mane­ra muy gene­ral, se pue­de con­cep­tua­li­zar a la ciu­dad como una uni­dad socio­po­lí­ti­ca, eco­nó­mi­ca y geo­grá­fi­ca, que no per­ma­ne­ce está­ti­ca, se mue­ve, se trans­for­ma y se rede­fi­ne des­de los núcleos que le dan iden­ti­dad; de modo que hay ciu­da­des indus­tria­les, ciu­da­des patri­mo­nia­les, ciu­da­des turís­ti­cas, ciu­da­des his­tó­ri­cas, etc.

El los últi­mos cin­cuen­ta años, hemos sido tes­ti­gos del trán­si­to de ciu­da­des indus­tria­les, cuyo modo de pro­duc­ción a esca­la no reque­ría de la crea­ción ver­ti­gi­no­sa de nue­vas tec­no­lo­gía, a ciu­da­des de ser­vi­cios que deman­dan para su buen fun­cio­na­mien­to de la infra­es­truc­tu­ra nece­sa­ria para inno­var, incor­po­rar tec­no­lo­gías ace­le­ra­da­men­te y gene­rar conocimiento.

En la mayo­ría de las ciu­da­des moder­nas, la tran­si­ción de ciu­da­des indus­tria­les a ciu­da­des de ser­vi­cios (edu­ca­do­ras, del cono­ci­mien­to, tec­no­ló­gi­cas) con­lle­va ten­sio­nes inhe­ren­tes que son resul­ta­do de la con­fron­ta­ción entre los esque­mas de orga­ni­za­ción de las socie­da­des indus­tria­les: (modos de pro­duc­ción, agen­tes socia­les, ins­ti­tu­cio­nes cor­po­ra­ti­vas, for­mas de orga­ni­za­ción social y de admi­nis­tra­ción del tra­ba­jo, etc.) y la emer­gen­cia de nue­vos per­fi­les aso­cia­dos al cono­ci­mien­to y a la inno­va­ción; entre con­di­cio­nes don­de pre­va­le­cen esque­mas ver­ti­ca­les, rígi­dos y ruti­na­rios orien­ta­dos al con­trol del pen­sa­mien­to y de la acción y una cre­cien­te hori­zon­ta­li­dad que se nutre y dina­mi­za por la diver­si­dad, la incor­po­ra­ción de múl­ti­ples voces y la creatividad.

Es impor­tan­te seña­lar que la trans­for­ma­ción de las ciu­da­des no es sólo de orden tec­no­ló­gi­co y tam­po­co se redu­ce a la auto­ma­ti­za­ción de ser­vi­cios, gobierno o comer­cio. Por ejem­plo, la orga­ni­za­ción del tra­ba­jo en cual­quier zona urba­na, no tie­ne como eje, a las gran­des cor­po­ra­cio­nes que se cons­ti­tu­ye­ron como un sím­bo­lo emble­má­ti­co de las ciu­da­des moder­nas; hoy día abun­dan  peque­ñas fir­mas que ofre­cen sus ser­vi­cios espe­cia­li­za­dos (tec­no­ló­gi­cos o  manua­les) a muchas empre­sas con gran fle­xi­bi­li­dad en sus sis­te­mas de con­tra­ta­ción y regulación .

Los pro­ce­sos de trans­for­ma­ción de ciu­da­des indus­tria­les a ciu­da­des edu­ca­do­ras y del cono­ci­mien­to exi­gen el ópti­mo apro­ve­cha­mien­to de todos los recur­sos cul­tu­ra­les exis­ten­tes en ellas; pero arti­cu­la­dos en una ver­da­de­ra red de ins­ti­tu­cio­nes y de nue­vas rela­cio­nes sinér­gi­cas que se movi­li­cen para alcan­zar los obje­ti­vos esta­ble­ci­dos en el Foro Mun­dial de Edu­ca­ción diri­gi­do a pro­veer Edu­ca­ción para Todos y que tie­ne como obje­ti­vos (Dakar, 2000):

  • Exten­der y mejo­rar la pro­tec­ción y edu­ca­ción inte­gra­les de la pri­me­ra infan­cia, espe­cial­men­te para los niños más vul­ne­ra­bles y desfavorecidos.
  • Velar por que antes del año 2015 todos los niños, y sobre todo las niñas y los niños que se encuen­tran en situa­cio­nes difí­ci­les, ten­gan acce­so a una ense­ñan­za pri­ma­ria gra­tui­ta y obli­ga­to­ria de bue­na cali­dad y la terminen.
  • Velar por que las nece­si­da­des de apren­di­za­je de todos los jóve­nes y adul­tos se satis­fa­gan median­te un acce­so equi­ta­ti­vo a un apren­di­za­je ade­cua­do y a pro­gra­mas de pre­pa­ra­ción para la vida activa.
  • Aumen­tar de aquí al año 2015 el núme­ro de adul­tos alfa­be­ti­za­dos en un 50%, en par­ti­cu­lar tra­tán­do­se de muje­res, y faci­li­tar a todos los adul­tos un acce­so equi­ta­ti­vo a la edu­ca­ción bási­ca y la edu­ca­ción permanente.
  • Supri­mir las dis­pa­ri­da­des entre los géne­ros en la ense­ñan­za pri­ma­ria y secun­da­ria de aquí al año 2005 y lograr antes del año 2015 la igual­dad entre los géne­ros en rela­ción con la edu­ca­ción, en par­ti­cu­lar garan­ti­zan­do a las jóve­nes un acce­so pleno y equi­ta­ti­vo a una edu­ca­ción bási­ca de bue­na cali­dad, así como un buen rendimiento.
  • Mejo­rar todos los aspec­tos cua­li­ta­ti­vos de la edu­ca­ción, garan­ti­zan­do los pará­me­tros más ele­va­dos, para con­se­guir resul­ta­dos de apren­di­za­je reco­no­ci­dos y men­su­ra­bles, espe­cial­men­te en lec­tu­ra, escri­tu­ra, arit­mé­ti­ca y com­pe­ten­cias prác­ti­cas esenciales.

Por ende, las ciu­da­des edu­ca­do­ras y del cono­ci­mien­to se plan­tean como obje­ti­vo alcan­zar un alto nivel de cali­dad de vida, el más amplio desa­rro­llo cul­tu­ral y un ele­va­do cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co a par­tir de asu­mir a la edu­ca­ción, la cien­cia y la tec­no­lo­gía como los fac­to­res crí­ti­cos tan­to en el desa­rro­llo humano, como en el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co. Bajo esta pers­pec­ti­va, la edu­ca­ción y la cien­cia, son ante todo, bie­nes públi­cos y socia­les que no están suje­tas a pau­tas comer­cia­les, ni a la diná­mi­ca del mercado.

En esta direc­ción, las ciu­da­des que edu­can asu­men como dere­chos huma­nos fun­da­men­ta­les garan­ti­zar un medio ambien­te sano y la pre­ser­va­ción de los recur­sos natu­ra­les, el res­pe­to a los dere­chos de los pue­blos autó­no­mos y a sus cos­mo­vi­sio­nes ances­tra­les, el paci­fis­mo, la soli­da­ri­dad y el dere­cho a una eco­no­mía local, sus­ten­ta­ble, soli­da­ria y social al ser­vi­cio del desa­rro­llo humano y del bien­es­tar gené­ri­co. Asu­mi­da de este modo, la ciu­dad que edu­ca es un espa­cio, un agen­te y un gran dis­po­si­ti­vo para la for­ma­ción huma­na y ciu­da­da­na que garan­ti­za que todos los habi­tan­tes de una ciu­dad ejer­zan el dere­cho a dis­fru­tar, en con­di­cio­nes de liber­tad e igual­dad, de todas las for­mas y posi­bi­li­da­des de la for­ma­ción huma­na, de entre­te­ni­mien­to y de desa­rro­llo per­so­nal (Car­ta de las Ciu­da­des Edu­ca­do­ras, 2004).

Por otro lado, la ciu­dad edu­ca­do­ra y del cono­ci­mien­to esti­mu­la la capa­ci­dad para ima­gi­nar, apren­der e inno­var; y para expan­dir todos los recur­sos de la cul­tu­ra a favor de la cons­truc­ción de pro­yec­tos socia­les com­par­ti­dos cuyo eje se cen­tra en el res­pe­to a la dig­ni­dad de las per­so­na; asi­mis­mo, es una pla­ta­for­ma de desa­rro­llo humano aten­ta a una mejor dis­tri­bu­ción del poder y la rique­za, a la inclu­sión y a la equi­dad (SE-UNAM, 2008).

La ciu­dad edu­ca­do­ra con ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­ti­vas; con pro­pues­tas cul­tu­ra­les7 y con medios de comu­ni­ca­ción crí­ti­cos y gene­ra nue­vas for­mas de con­vi­ven­cia y de comu­ni­ca­ción. Por ello, la rea­li­za­ción de pro­yec­tos gene­ra­dos en este tipo de ciu­dad se apo­ya en la crea­ción de redes socia­les8 y tam­bién de redes elec­tró­ni­cas que expan­den las nue­vas rela­cio­nes huma­nas vin­cu­la­das a prác­ti­cas soli­da­rias, al enri­que­ci­mien­to cul­tu­ral y al mejo­ra­mien­to de medio ambiente.

Esto no sería posi­ble sin el acce­so uni­ver­sal a la infor­ma­ción9 ya que en un mun­do glo­ba­li­za­do las tec­no­lo­gías de infor­ma­ción favo­re­cen el con­tac­to con diver­sas cul­tu­ras, cono­ci­mien­tos y expre­sio­nes artís­ti­cas inima­gi­na­bles y esti­mu­lan la con­for­ma­ción de una ciu­da­da­nía más infor­ma­da, pero tam­bién más crítica

Acciones articuladoras de un nuevo modelo educativo10 para la Ciudad que Educa.

El dise­ño de nue­vos dise­ños socia­les y par­ti­cu­lar­men­te, edu­ca­ti­vos exi­ge asu­mir al futu­ro como pro­yec­to de cons­truc­ción del sen­ti­do y en cuya bús­que­da se mue­ve siem­pre la cien­cia, con­vir­tién­do­se en un fun­da­men­to para la acción polí­ti­ca inteligente.

Con base en este plan­tea­mien­to, el dise­ño de un nue­vo mode­lo edu­ca­ti­vo no pue­de par­tir de la refor­mu­la­ción del mode­lo edu­ca­ti­vo en sí mis­mo, sino del dise­ño de un nue­vo per­fil de ciu­dad en el que la edu­ca­ción se cons­ti­tu­ya como fuer­za motriz de trans­for­ma­ción a par­tir de los siguien­tes ejes:

  • Mul­ti­cul­tu­ra­li­dad. Sig­ni­fi­ca res­pe­to a las diver­sas con­cep­cio­nes del mun­do y de la vida como expre­sión plu­ral de valo­res y cul­tu­ras, her­ma­na­das en la bús­que­da cons­tan­te de aspi­ra­cio­nes comu­nes median­te el diá­lo­go abierto.
  • Plu­ra­li­dad. Impli­ca la cons­truc­ción de valo­res en la plu­ra­li­dad de las diver­sas iden­ti­da­des indi­vi­dua­les, colec­ti­vas y ciudadanas.
  • Ciu­da­da­nia. En el ámbi­to de la con­vi­ven­cia huma­na, pro­mue­ve valo­res ciu­da­da­nos, es decir, valo­res de iden­ti­fi­ca­ción de los ciu­da­da­nos, que sir­van para iden­ti­fi­car a los ciu­da­da­nos y al mis­mo tiem­po para que los ciu­da­da­nos se identifiquen.
  • Con­vi­ven­cia­li­dad. En la diná­mi­ca social, crea y recrea el diá­lo­go públi­co, es espa­cio para el encuen­tro, inter­cam­bio, con­flic­to y acuer­do cooperativo.

La estruc­tu­ra hori­zon­tal y sinér­gi­ca de la ciu­dad edu­ca­do­ra y del cono­ci­mien­to movi­li­za todos sus recur­sos edu­ca­ti­vos y cul­tu­ra­les para alcan­zar el cum­pli­mien­to de acuer­dos inter­na­cio­na­les cuyo pro­pó­si­to es dis­mi­nuir la des­igual­dad y erra­di­car la pobre­za. Entre ellos des­ta­can el com­pro­mi­so con los Obje­ti­vos de Desa­rro­llo del Mile­nio11 y con la decla­ra­ción de Edu­ca­ción para Todos12 (EPT) sig­na­da en el año 2000 duran­te el Foro Mun­dial sobre la Edu­ca­ción cele­bra­do en Dakar (Sene­gal).

Para dis­mi­nuir la des­igual­dad y erra­di­car la pobre­za, la ciu­dad que edu­ca pro­fun­di­za en el ejer­ci­cio de los prin­ci­pios y valo­res demo­crá­ti­cos por medio de orien­ta­cio­nes y actua­cio­nes ade­cua­das; para ello defi­ne diver­sas estra­te­gias que arti­cu­lan fac­to­res peda­gó­gi­cos que per­mi­ten uti­li­zar la infor­ma­ción, la par­ti­ci­pa­ción y la eva­lua­ción como ejes de apren­di­za­je y de edu­ca­ción, y de cons­truc­ción de ciu­da­da­nía. Entre estas estra­te­gias que las ciu­da­des han lle­va­do a cabo, se pue­den encon­trar: accio­nes con­tra el racis­mo y la xeno­fo­bia, el depor­te como herra­mien­ta de inclu­sión social, la ges­tión par­ti­ci­pa­ti­va de los espa­cios públi­cos, el espa­cio de l@s jóve­nes,  accio­nes con­tra la ace­le­ra­ción del cam­bio cli­má­ti­co, la inclu­sión digi­tal: las TIC para tod@s, la for­ma­ción a lo lar­go de la vida, con­vi­ven­cia, coope­ra­ción y paz, ocio edu­ca­ti­vo, la inmi­gra­ción y pro­mo­ción de la salud (http://www.bcn.es/edcities/aice/estatiques/espanyol/html).

En la tran­si­ción las estra­te­gias pro­pues­tas son múl­ti­ples y muy diver­sas, pero ocu­pa un lugar des­ta­ca­do “el acce­so y el inter­cam­bio de la infor­ma­ción en la crea­ción de cono­ci­mien­tos que con­tri­bu­yen de mane­ra sig­ni­fi­ca­ti­va al for­ta­le­ci­mien­to del desa­rro­llo eco­nó­mi­co, social y cul­tu­ral, lo que ayu­da a todos los paí­ses a alcan­zar las metas y los obje­ti­vos de desa­rro­llo acor­da­dos inter­na­cio­nal­men­te en la Decla­ra­ción del Mile­nio” (CMSI, 2005).

La incor­po­ra­ción y uso crí­ti­co de las TIC13 en la vida acti­va de la ciu­dad, en la pro­duc­ción, en los ser­vi­cios y en los pro­ce­sos de admi­nis­tra­ción y trans­pa­ren­cia de los gobier­nos fede­ral y esta­ta­les,  tie­ne con­se­cuen­cias posi­ti­vas como ins­tru­men­to del desa­rro­llo sos­te­ni­ble y de cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co. Cabe adver­tir, sin embar­go, que no bas­ta con garan­ti­zar la acce­si­bi­li­dad; debe haber pro­gra­mas espe­cí­fi­cos y meca­nis­mos efec­ti­vos para for­mar y actua­li­zar de mane­ra per­ma­nen­te, a todas las per­so­nas, a fin de que desa­rro­llen la capa­ci­dad para bus­car, orga­ni­zar y uti­li­zar  la infor­ma­ción, y en un plano más com­ple­jo, para gene­rar nue­vos mar­cos de inter­pre­ta­ción, con­cep­tos, cate­go­rías, hipó­te­sis; lo que obli­ga a uni­ver­sa­li­zar la edu­ca­ción supe­rior por­que en este nivel es don­de se pue­den gene­rar  los apren­di­za­jes más complejos.

Res­pec­to a la inclu­sión de los pue­blos ori­gi­na­rios en las ciu­da­des edu­ca­do­ras y del cono­ci­mien­to, es impor­tan­te des­ta­car que la Cum­bre Mun­dial sobre la Socie­dad de la Infor­ma­ción (CMSI, 2005) esta­ble­ció en su nume­ral 32, el com­pro­mi­so por pro­mo­ver la inclu­sión de todos los pue­blos en la socie­dad de infor­ma­ción y el cono­ci­mien­to median­te el desa­rro­llo y la uti­li­za­ción de los idio­mas indí­ge­nas y loca­les en las TIC.

Esto impli­ca que los valo­res tra­di­cio­na­les de los pue­blos indí­ge­nas, así como la expan­sión de su patri­mo­nio como lega­do cul­tu­ral, deben ser incor­po­ra­dos a una estra­te­gia inte­gral; “hoy la socie­dad glo­bal se está vin­cu­lan­do con pue­blos indí­ge­nas de todo el mun­do y con sus vas­tos alma­ce­nes de cul­tu­ra tra­di­cio­nal […] Estos gru­pos a menu­do son capa­ces de visua­li­zar solu­cio­nes alter­na­ti­vas y demos­trar la efec­ti­vi­dad de sus inno­va­cio­nes socia­les y nue­vos mode­los en sus pro­pias comu­ni­da­des” (Hen­der­son, 1994). La diver­si­dad cul­tu­ral arti­cu­la pers­pec­ti­vas inte­gra­les y holis­tas enca­mi­na­das a esti­mu­lar la crea­ti­vi­dad huma­na14.

La inclu­sión y res­pe­to a todas las voces que con­for­man la cul­tu­ra de una nación se arti­cu­la en una visión “glon­cal15” y en una demo­cra­cia par­ti­ci­pa­ti­va, que de acuer­do a la UNES­CO (2005) debe dar prio­ri­dad a la diver­si­dad lin­güís­ti­ca, al esta­ble­ci­mien­to de rela­cio­nes de equi­li­brio con el medio ambien­te y a los desa­fíos del mul­ti­lin­güis­mo e incre­men­tar la con­tri­bu­ción de las muje­res a las socie­da­des del cono­ci­mien­to. De acuer­do a este mis­mo orga­nis­mo esto es una estra­te­gia par­cial si no se com­par­te el cono­ci­mien­to ambien­tal a favor del desa­rro­llo sos­te­ni­ble y no se inten­si­fi­ca la crea­ción de aso­cia­cio­nes a favor de la soli­da­ri­dad digi­tal; esto acom­pa­ña­do, des­de lue­go, por un ejer­ci­cio per­ma­nen­te de cons­truc­ción de indi­ca­do­res que midan el impac­to de los cono­ci­mien­tos social­men­te robustos.

En este esfuer­zo, es de cen­tral impor­tan­cia crear mayor con­cien­cia acer­ca de las ven­ta­jas que las tec­no­lo­gías de la infor­ma­ción y la comu­ni­ca­ción pue­den apor­tar a la huma­ni­dad y de la mane­ra en que pue­den trans­for­mar las acti­vi­da­des y la vida de las per­so­nas. En esta direc­ción redes socia­les y elec­tró­ni­cas pue­den favo­re­cer la alian­za de valo­res a par­tir del más estric­to res­pe­to de la diver­si­dad cultural.

Lo ante­rior, siem­pre y cuan­do los valo­res que arti­cu­len una pers­pec­ti­va sinér­gi­ca entre edu­ca­ción y ciu­dad, y entre ciu­dad y edu­ca­ción, sean: soli­da­ri­dad, inde­pen­den­cia polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca, jus­ti­cia, liber­tad de creen­cias, demo­cra­cia, res­pe­to a la dig­ni­dad de la per­so­na, fra­ter­ni­dad, igual­dad de dere­chos, auto­no­mía, plu­ra­lis­mo, inclu­sión, coope­ra­ción y cul­tu­ra de paz.

Este nue­vo para­dig­ma de desa­rro­llo para las ciu­da­des, dado su carác­ter trans­ver­sal, exi­ge del esta­ble­ci­mien­to de nue­vas siner­gias entre los gobier­nos loca­les, la socie­dad civil, el sec­tor empre­sa­rial y las ins­ti­tu­cio­nes de edu­ca­ción, cien­cia, desa­rro­llo tec­no­ló­gi­co y cul­tu­ra. La trans­ver­sa­li­dad y la coor­di­na­ción son bási­cas para dar sen­ti­do a las actua­cio­nes que incor­po­ran la edu­ca­ción como un pro­ce­so que se da a lo lar­go de toda la vida. A con­ti­nua­ción se plan­tean diez obje­ti­vos que gobier­nos loca­les, socie­dad civil e ins­ti­tu­cio­nes de edu­ca­ción supe­rior podrían plan­tear­se para el dise­ño de un nue­vo dise­ño edu­ca­ti­vo en el mar­co de un nue­vo mode­lo de desa­rro­llo para la Méxi­co que reco­no­ce como con­di­ción bási­ca su plu­ra­li­dad étni­ca y cultural

Estos trein­ta obje­ti­vos en su con­jun­to arti­cu­lan pers­pec­ti­vas inte­gra­les e inter­dis­ci­pli­na­rias que sin­te­ti­zan la inter­ac­ción de fac­to­res polí­ti­cos, socia­les, cul­tu­ra­les, eco­ló­gi­cos y tec­no­ló­gi­cos, y su impac­to en pro­ce­sos o sec­to­res espe­cí­fi­cos. Del mis­mo modo, plan­tean la nece­si­dad de rea­li­zar las ges­tio­nes que se requie­ran para que gobierno, sec­tor pri­va­do, socie­dad civil y  orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­les apor­ten recur­sos des­ti­na­dos a mejo­rar la infra­es­truc­tu­ra y las tec­no­lo­gías de la infor­ma­ción y la comunicación.

A los gobier­nos loca­les  corresponde:

  • Vin­cu­lar la inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca, tec­no­ló­gi­ca y cul­tu­ral con líneas de acción de polí­ti­cas públi­cas apo­ya­do por orga­nis­mos autó­no­mos y de consulta.
  • Faci­li­tar la cola­bo­ra­ción entre gru­pos y sec­to­res con intere­ses bien defi­ni­dos; es decir, reu­nir y hacer par­ti­ci­par en el pro­ce­so de crea­ción de polí­ti­cas a aque­llos que tie­nen algún inte­rés en él.
  • Ase­gu­rar el acce­so uni­ver­sal a la infor­ma­ción y esti­mu­lar la par­ti­ci­pa­ción acti­va de sus ciudadanos.
  • Lle­var a cabo estra­te­gias que ase­gu­ren supe­ran la bre­cha digi­tal y hacer de la vir­tua­li­dad, la inter­ac­ti­vi­dad y la inno­va­ción per­ma­nen­tes uno de los más tras­cen­den­ta­les ámbi­tos para la expan­sión de las poten­cia­li­da­des humanas.
  • Ofre­cer una pla­ta­for­ma de desa­rro­llo humano arti­cu­la­da por una mejor dis­tri­bu­ción del poder y la riqueza.
  • Gene­rar polí­ti­cas, pro­gra­mas y meca­nis­mos de ope­ra­ción que favo­rez­can la for­ma­ción y el desa­rro­llo de todos los ciu­da­da­nos, ase­gu­ran­do que este meca­nis­mo se garan­ti­ce a lo lar­go de toda la vida.
  • Cons­truir opcio­nes polí­ti­cas ori­gi­na­les y de fuer­te impac­to en la trans­for­ma­ción de las ciu­da­des de Méxi­co en Ciu­da­des Edu­ca­do­ras del Cono­ci­mien­to y ofre­cer espa­cios para la dis­cu­sión de alto nivel con ciu­da­da­nos dis­pues­tos a ejer­cer crí­ti­ca­men­te su ciudadanía.
  • Esta­ble­cer nue­vas siner­gias entre la socie­dad civil y pri­va­da, el gobierno, los pode­res legis­la­ti­vo y judi­cial y los par­ti­dos políticos.
  • Pro­mo­ver la acce­si­bi­li­dad uni­ver­sal a todos los recur­sos cul­tu­ra­les de la ciu­dad a tra­vés de meca­nis­mos fle­xi­bles y diver­si­fi­ca­dos que se adap­ten a las carac­te­rís­ti­cas y nece­si­da­des de los diver­sos gru­pos socia­les y de edad. Estos meca­nis­mos deben tener como base la mul­ti­cul­tu­ra­li­dad, la inclu­sión y la equidad.
  • Pro­mo­ver la apro­pia­ción y desa­rro­llo de capa­ci­da­des, incre­men­tar la con­fian­za y la segu­ri­dad en cuan­to a la uti­li­za­ción de las TIC, crear un entorno que faci­li­te el apren­di­za­je en todos los nive­les, y desa­rro­llar y ampliar las apli­ca­cio­nes TIC.

A la socie­dad civil le corresponde

  • Gene­rar nue­vas ideas que apor­ten a los fun­cio­na­rios de los gobier­nos loca­les, ele­men­tos crí­ti­cos para alcan­zar un enten­di­mien­to com­par­ti­do, orga­ni­zar diá­lo­gos sobre temas cru­cia­les y ofre­cer la cons­truc­ción de acer­ca­mien­tos que con­duz­can al esta­ble­ci­mien­to de víncu­los entre diver­sos gru­pos de interés.
  • Pro­po­ner enfo­ques inno­va­do­res para la pro­yec­ción edu­ca­ti­va de ins­ti­tu­cio­nes y recur­sos culturales
  • Lograr una autén­ti­ca inser­ción ciu­da­da­na en los recur­sos y ofer­tas cul­tu­ra­les de la ciu­dad, a fin de lograr su trans­for­ma­ción como ins­tru­men­tos formativos. 
  • Faci­li­tar la cons­truc­ción de “redes de temas” que invo­lu­cran un con­jun­to diver­so de acto­res polí­ti­cos que se reúnen sobre una base ad hoc en torno a un tema o pro­ble­ma de polí­ti­ca particular.
  • Ins­tar a los gobier­nos loca­les a esta­ble­cer inter­lo­cu­to­res loca­les vin­cu­la­dos la socie­dad, de mane­ra que el cam­po de los apor­tes en el terreno del cono­ci­mien­to res­pon­dan tam­bién a las nece­si­da­des loca­les de apren­di­za­je y transformación.
  • Pro­po­ner agen­das polí­ti­cas inno­va­do­ras diri­gi­das a vin­cu­lar las diver­sas ins­ti­tu­cio­nes de inves­ti­ga­ción, edu­ca­ción y desa­rro­llo de las ciu­da­des de todo el país con la inten­ción de pro­vo­car diá­lo­go en torno a temas específicos.
  • Pro­mo­ver el acce­so uni­ver­sal a todos los recur­sos cul­tu­ra­les de la ciu­dad a tra­vés de meca­nis­mos fle­xi­bles y diver­si­fi­ca­dos que se adap­ten a las carac­te­rís­ti­cas y nece­si­da­des de los diver­sos gru­pos socia­les y de edad.
  • Desa­rro­llar Obser­va­to­rios Ciu­da­da­nos que sis­te­ma­ti­cen las soli­ci­tu­des de infor­ma­ción y cono­ci­mien­to por par­te de los gobier­nos loca­les de mane­ra que su acción sea opor­tu­na y útil para la toma de decisiones.
  • For­ta­le­cer las estruc­tu­ras ciu­da­da­nas que ase­gu­ren dotar de bie­nes cul­tu­ra­les al ciudadano.
  • Pro­po­ner el uso de medios de comu­ni­ca­ción para dar a cono­cer resul­ta­dos y logros de las apor­ta­cio­nes de la cien­cia, la tec­no­lo­gía y la cul­tu­ra en la solu­ción de sus pro­ble­mas pre­sen­tes y futuros.

A las ins­ti­tu­cio­nes de edu­ca­ción supe­rior corresponde:

  • Anti­ci­par los nue­vos dise­ños socia­les que las ciu­da­des reque­ri­rán en el futu­ro; y tra­du­cir tales dise­ños en ins­tru­men­tos, como polí­ti­cas públi­cas, que sumen los intere­ses comu­nes y gene­ren con­sen­sos en todos los sec­to­res socia­les, pero que a la vez, ase­gu­ren, la capa­ci­dad de manio­bra para el desa­rro­llo de pro­yec­tos espe­cí­fi­cos cuyos bene­fi­cios están aco­ta­dos a un sólo sec­tor o agen­te social.
  • Hacer reco­men­da­cio­nes cons­truc­ti­vas en las que par­ti­ci­pen posi­bles pro­ce­sos edu­ca­ti­vos y recur­sos e ins­ti­tu­cio­nes culturales
  • Deter­mi­nar los fac­to­res cla­ves del cam­bio, los agen­tes socia­les y los recur­sos cul­tu­ra­les que poten­cia­rán dicho cambio.
  • Gene­rar mode­los teó­ri­cos, infor­ma­ción y cono­ci­mien­to úti­les a los toma­do­res de deci­sio­nes de los gobier­nos loca­les para diri­gir el mejo­ra­mien­to eco­nó­mi­co, social y cul­tu­ral y una más sana con­vi­ven­cia huma­na a par­tir de fir­mes fun­da­men­tos filo­só­fi­cos y conceptuales.
  • Pro­po­ner mode­los de pla­nea­ción pros­pec­ti­va y estra­té­gi­ca más efi­ca­ces para la aten­ción de pro­ble­mas reales y para la anti­ci­pa­ción de efec­tos nega­ti­vos en la vida per­so­nal y social de los ciudadanos.
  • Hacer reco­men­da­cio­nes para que las ciu­da­des sean el espa­cio vital del desa­rro­llo humano sos­te­ni­ble que per­mi­ta apro­ve­char las capa­ci­da­des de todos y cada uno de sus habi­tan­tes y que supri­ma de raíz los dife­ren­tes fac­to­res de exclusión.
  • Dise­ñar estra­te­gias que con­duz­can a que las ciu­da­des se cons­ti­tu­yan en ver­da­de­ras socie­da­des del cono­ci­mien­to, sin exclu­sio­nes, que ase­gu­re el fácil acce­so de toda la pobla­ción a las tec­no­lo­gías de infor­ma­ción y comunicación.
  • Sis­te­ma­ti­zar la infor­ma­ción per­ti­nen­te que sea opor­tu­na, com­pren­si­ble, con­fia­ble, acce­si­ble y útil que apo­ye la toma de decisiones.
  • Gene­rar esce­na­rios don­de la escue­la alcan­ce una nue­va pro­yec­ción social y cul­tu­ral tan­to a nivel de dise­ño arqui­tec­tó­ni­co como de mode­los de fun­cio­na­mien­to y gestión.
  • Pro­po­ner mode­los inno­va­do­res que pue­dan gene­rar apren­di­za­jes com­ple­jos, cam­bios de acti­tud, estí­mu­los y aper­tu­ra de intere­ses y valo­res. Impli­ca poten­ciar la capa­ci­dad inte­gra­do­ra del con­te­ni­do, las acti­vi­da­des y los recursos.

Conclusiones

A lo lar­go de este tra­ba­jo se ha argu­men­ta­do la impor­tan­cia que tie­ne par­tir de una visión holis­ta que des­can­se en bino­mios vir­tuo­sos: edu­ca­ción-ciu­dad, ciu­dad-edu­ca­ción, ciu­dad que edu­ca. En este sen­ti­do, se ha argu­men­ta­do que el dise­ño de los nue­vos mode­los edu­ca­ti­vos debe inser­tar­se en pro­ce­sos de trans­for­ma­ción de los per­fi­les de las ciu­da­des; esto es más cla­ro para los niños y ado­les­cen­tes cuya lec­tu­ra del pre­sen­te y del futu­ro está mati­za­da por la incer­ti­dum­bre. Para ellos, no es posi­ble pen­sar en mode­los edu­ca­ti­vos inno­va­do­res des­ar­ti­cu­la­dos del mun­do de la vida

En este mar­co, será posi­ble el desa­rro­llo de nue­vas ini­cia­ti­vas de dis­tin­to nivel, que con­duz­can a la crea­ción de inno­va­do­ras siner­gias entre gobier­nos, socie­dad e ins­ti­tu­cio­nes de edu­ca­ción supe­rior, entre las que sobre­sa­le, la crea­ción de redes transins­ti­tu­cio­na­les que arti­cu­len a diver­sos agen­tes socia­les con sec­to­res cien­tí­fi­cos y aca­dé­mi­cos nacio­na­les e internacionales.

Las ciu­da­des son un “pro­duc­to en par­te volun­ta­rio e inten­cio­nal, que depen­den de polí­ti­cas e inter­ven­cio­nes pla­ni­fi­ca­das, pero son tam­bién y en igual medi­da, el resul­ta­do no inten­cio­nal o emer­gen­te de una infi­ni­dad de accio­nes coti­dia­nas y estra­te­gias de vida de las pobla­cio­nes” Aso­cia­ción Inter­na­cio­nal de Ciu­da­des Edu­ca­do­ras, 2000:9); por ende, son espa­cios de encuen­tro y de con­ver­gen­cias; de ima­gi­na­ción y de espe­ran­za por el futuro.

La Ciu­dad, en los inten­sos pro­ce­sos de tran­si­ción, repre­sen­ta uno de los esce­na­rios más pro­mi­so­rios para el desa­rro­llo de  nue­vas mane­ras de pen­sar, de comu­ni­car, de gene­rar nue­vos pro­ce­sos de des­cu­bri­mien­to e ima­gi­na­ción, de pro­duc­ción y trans­mi­sión de cono­ci­mien­tos y emo­cio­nes, de nue­vas for­mas de apren­der y ense­ñar y, en fin, de desa­rro­llar pro­ce­sos educativos.

Este plan­tea­mien­to impli­ca que las ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­ti­vas debe­rán tener fron­te­ras mucho más poro­sas y estruc­tu­ras mucho más fle­xi­bles, a fin de que pue­dan reac­cio­nar con rapi­dez a la com­ple­ji­dad emer­gen­te del entorno; más aún, de que anti­ci­pen con opor­tu­ni­dad y crea­ti­vi­dad las cam­bian­tes deman­das y pro­ble­má­ti­cas de la reali­dad, sin ceñir­se al impre­sio­nan­te peso de los apa­ra­tos buro­crá­ti­cos que impi­den su per­ma­nen­te transformación.

Con­cre­tar este plan­tea­mien­to en pro­yec­to exi­ge asu­mir a la trans­ver­sa­li­dad como el espí­ri­tu, el cli­ma y el dina­mis­mo huma­ni­za­dor que carac­te­ri­za­rá a la acción edu­ca­ti­va y cons­ti­tui­rá el con­tra­pe­so nece­sa­rio a los efec­tos con­tra­pro­du­cen­tes de la irra­cio­na­li­dad eco­nó­mi­ca y tec­no­ló­gi­ca que se pro­pi­cia cuan­do están ausen­tes pers­pec­ti­vas filo­só­fi­cas y éti­cas, es decir, humanas.

Entre los posi­bles temas trans­ver­sa­les cuyo carác­ter es crí­ti­co pode­mos men­cio­nar, se encuentran:

      • Edu­ca­ción para la paz
      • Salud,
      • Desa­rro­llo sostenible,
      • Aba­ti­mien­to de la pobreza
      • Socie­dad de la infor­ma­ción y del cono­ci­mien­to (dis­mi­nu­ción de las bre­chas digi­ta­les, cog­ni­ti­vas y culturales)
      • Edu­ca­ción y trabajo
      • Diver­si­dad cul­tu­ral y tolerancia
      • Edu­ca­ción para todos
      • Impar­ti­ción de jus­ti­cia (corrup­ción, impunidad)
      • Desa­rro­llo científico-tecnológico
      • Recom­po­si­ción del teji­do social

Este pro­ce­so se fin­ca en el reco­no­ci­mien­to del alto valor social del cono­ci­mien­to y la pues­ta en mar­cha de nue­vas for­mas de tra­ba­jo colec­ti­vo carac­te­ri­za­das por un legua­je inter­dis­ci­pli­na­rio y por el empleo de cate­go­rías trans­dis­ci­pli­na­rias más com­prehen­si­vas y crí­ti­cas; lo que cons­ti­tu­ye una nue­va sín­te­sis entre la cul­tu­ra gene­ral con la visión especializada.

Por ello, habrá que dise­ñar otros cri­te­rios y meca­nis­mos de una arti­cu­la­ción orgá­ni­ca entre nive­les (edu­ca­ción bási­ca, bachi­lle­ra­to, licen­cia­tu­ra y pos­gra­do) ya que la for­ma­ción pre-uni­ver­si­ta­ria es el lugar para apren­der una nue­va cul­tu­ra dia­ló­gi­ca entre las huma­ni­da­des, la cien­cia, las artes y las inge­nie­rías, cono­cien­do y reco­no­cien­do que son uni­ver­sos imbri­ca­dos16.

La estre­cha arti­cu­la­ción entre nive­les se ten­drá que con­cre­tar con for­mas alter­na­ti­vas de orga­ni­za­ción aca­dé­mi­ca que pro­mue­van pro­ce­sos de apren­di­za­je carac­te­ri­za­dos por la apro­pia­ción crí­ti­ca del cono­ci­mien­to pro­du­ci­do y por la capa­ci­dad para gene­rar­lo. Bajo esta ópti­ca el apren­di­za­je será inhe­ren­te al pro­ce­so de cons­ti­tuir­se en suje­to, el apren­di­za­je así enten­di­do bus­ca­rá satis­fa­cer una nece­si­dad cog­nos­ci­ti­va y cons­ti­tui­rá la base orien­ta­do­ra de la acción; por ende, no se suje­ta­rá a tiem­pos admi­nis­tra­ti­vos medi­dos en semestres.

En esta direc­ción es de cen­tral impor­tan­cia gene­rar una rup­tu­ra con la prác­ti­ca pira­midal que orga­ni­za el cono­ci­mien­to en una secuen­cia úni­ca y se arri­bar a prác­ti­cas edu­ca­ti­vas basa­das en la idea de que el que apren­de crea una car­to­gra­fía úni­ca que sólo pue­de ser ela­bo­ra­da por cada uno, en fun­ción de las inter­co­ne­xio­nes que esta­ble­ce entre diver­sos len­gua­jes sim­bó­li­cos, lógi­cas de pen­sa­mien­to com­ple­jo, valo­res e inclu­so deseos.

La edu­ca­ción, des­de esta pla­ta­for­ma, ten­drá que incluir los siguien­tes pro­ce­sos: com­pren­sión y apro­pia­ción de diver­sos len­gua­jes sim­bó­li­cos; uso crí­ti­co de la tec­no­lo­gía; desa­rro­llo de la sen­si­bi­li­dad hacia las huma­ni­da­des; cui­da­do del cuer­po por la vía de un depor­te; com­pren­sión de la recon­fi­gu­ra­ción glo­bal de la socie­dad; y capa­ci­dad para gene­rar esque­mas y mode­los alter­na­ti­vos de con­vi­ven­cia huma­na. Esta pers­pec­ti­va se apo­ya en el uso crí­ti­co de las TIC y pro­pi­cia la crea­ción de redes de cono­ci­mien­to diná­mi­cas y flexibles.

Es pre­ci­so seña­lar que las ciu­da­des de todo el país para poder con­ver­tir­se en ciu­da­des que edu­can, ten­drán que inver­tir en finan­cia­mien­to, crea­ti­vi­dad y volun­tad polí­ti­ca de mane­ra per­ma­nen­te en aspec­tos como los siguien­tes (SE-UNES­CO, 2008):

  • Infra­es­truc­tu­ra que per­mi­ta el desa­rro­llo digi­tal pero tam­bién el acce­so uni­ver­sal y ello supo­ne pen­sar en la anchu­ra de ban­da también.
  • Acce­so uni­ver­sal a Inter­net por­que con­lle­va la comu­ni­ca­ción mul­ti­di­rec­cio­nal y la inter­ope­ra­bi­li­dad más allá de fron­te­ras de paí­ses, regio­nes, cul­tu­ras, gru­pos de edad, ocu­pa­ción o pro­fe­sión, la gobernanza.
  • Meca­nis­mos finan­cie­ros des­ti­na­dos a redu­cir la bre­cha digital.
  • Cul­tu­ra digi­tal que favo­rez­ca la apro­pia­ción crí­ti­ca de las tec­no­lo­gías en todos los habi­tan­tes de la ciu­dad. Impli­ca tam­bién el desa­rro­llo de estra­te­gias diver­sas y múl­ti­ples para que, aún los gru­pos socia­les más dis­tan­tes de la tec­no­lo­gía, se acer­quen a ella y la dominen.
  • Recrea­ción y apren­di­za­je lúdi­co. La cons­truc­ción de una nue­va dimen­sión de la cul­tu­ra, holis­ti­ca, y mul­ti­sen­so­rial, ha de con­du­cir a los habi­tan­tes de la ciu­dad al esta­ble­ci­mien­to de nue­vas rela­cio­nes con todos sus gru­pos de edad. Toca a jóve­nes y niños actuar como los gru­pos que con­vo­quen a la crea­ción de un nue­vo movi­mien­to cultural.
  • Dise­ño de polí­ti­cas que ase­gu­ren el acce­so uni­ver­sal a todos los sec­to­res y habi­tan­tes de la ciu­dad, favo­re­cien­do la liber­tad de expre­sión y la libre cir­cu­la­ción de la infor­ma­ción, las ideas y los cono­ci­mien­tos son esen­cia­les para la una ciu­dad que se trans­for­ma a par­tir de cono­ci­mien­to que no se restringe.
  • Desa­rro­llo de nue­vos dis­po­si­ti­vos socia­les que pro­pi­cien una men­ta­li­dad fle­xi­ble y abier­ta a la inno­va­ción y a la creatividad.
  • Un nue­vo con­tra­to social basa­do en la exten­sión de la éti­ca y un nue­vo mar­co regu­la­to­rio que favo­rez­ca el res­pe­to a la vida pri­va­da y que nor­me el uso ilí­ci­to de la infor­ma­ción que ingre­sa a la red.

Con base en lo ante­rior, la edu­ca­ción en las ciu­da­des ten­drán como pro­pó­si­tos: a) poten­ciar la crea­ti­vi­dad en una socie­dad que exi­ge modos alter­na­ti­vos de com­pren­der y resol­ver sus gra­ves pro­ble­mas; b) copar­ti­ci­par en la reduc­ción de las bre­chas digi­tal y cog­ni­ti­va; y c) incor­po­rar los con­te­ni­dos de las polí­ti­cas cul­tu­ra­les más amplias que reco­noz­can las dife­ren­cias de con­di­cio­nes, cir­cuns­tan­cias y nece­si­da­des de la diver­si­dad de la población.

En este esce­na­rio, en el futu­ro pró­xi­mo, en las ciu­da­des de Méxi­co, se habrá per­mea­do la idea de que el cono­ci­mien­to es un bien públi­co y social, por lo que se con­ta­rá con una edu­ca­ción con­tex­tua­li­za­da que se man­ten­drá abier­ta al balan­ce per­ma­nen­te de las impli­ca­cio­nes éti­cas de su quehacer.

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Alma Herrera Márquez

La Dra. Alma Herre­ra tie­ne laLi­cen­cia­tu­ra en Psi­co­lo­gía; la Maes­tría en Ense­ñan­za Supe­rior y el Doc­to­ra­do en Peda­go­gía; ade­más tie­ne un Diplo­ma­do en Pros­pec­ti­va Uni­ver­si­ta­ria de la Cien­cia y la Tec­no­lo­gía, todos en la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Autó­no­ma de Méxi­co. Actual­men­te es Pro­fe­sor Titu­lar “B” de Tiem­po Com­ple­to Defi­ni­ti­vo, PRI­DE Nivel “D” y per­te­ne­ce al Sis­te­ma Nacio­nal de Inves­ti­ga­do­res. Ha sido Coor­di­na­do­ra del Obser­va­to­rio de la Red de Macro­uni­ver­si­da­des Públi­cas de Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be (2003–2007) y Coor­di­na­do­ra de la Cáte­dra UNES­CO “Uni­ver­si­dad e Inte­gra­ción Regio­nal” (2007–2013) y miem­bro del gru­po de exper­to del Obser­va­to­rio para a Inno­va­ción de la Edu­ca­ción Supe­rior (ANUIES), es Pre­si­den­ta del Comi­té Aca­dé­mi­co de la Cáte­dra UNES­CO “Uni­ver­si­dad e Inte­gra­ción Regio­nal”. Es titu­lar del pro­yec­to de desa­rro­llo del Índi­ce Com­ple­jo de Res­pon­sa­bi­li­dad Social Uni­ver­si­ta­ria. Tie­ne publi­ca­cio­nes nacio­na­les e inter­na­cio­na­les y ha sido ponen­te en múl­ti­ples even­tos especializados.

Notas

1. Prof. Titu­lar “B” FES Zara­go­za UNAM. Res­pon­sa­ble del Pro­yec­to PAPIIT IT400512‑2 

2. Los pro­ce­sos de tran­si­ción casi nun­ca son orde­na­dos, por el con­tra­rio, las tran­si­cio­nes son des­or­de­na­das e impre­de­ci­bles, a menu­do sor­pren­den­tes y suje­tas a reve­ses; pue­den lle­var meses o déca­das para alcan­zar un equi­li­brio media­na­men­te esta­ble. Por esta razón, las tran­si­cio­nes son la are­na en que se mani­fies­tan mul­ti­pli­ci­dad de ten­sio­nes con direc­cio­nes diver­sas y con fre­cuen­cia contradictorias.

3. En el mun­do sub­de­sa­rro­lla­do, los niños sufren des­pro­por­cio­na­da­men­te. En los paí­ses en vías de desa­rro­llo 5 sex­tas par­tes de niños tie­nen un esca­so acce­so a los recur­sos del pla­ne­ta. Esta­dís­ti­ca­men­te se pue­de decir que cada día mue­ren 16,000 niños debi­do a la pobreza.

4. Nues­tros hijos podrían en el futu­ro impul­sar nue­vos acuer­dos de coope­ra­ción inter­na­cio­nal, bue­nos gobier­nos y un repar­to más equi­ta­ti­vo de los recur­sos de la tie­rra y de los avan­ces de la cien­cia y la tec­no­lo­gía. Así como de la crea­ción de nue­vas len­guas (por­tu­ñol y chilinglish).

5. Las ciu­da­des están absor­bien­do la mayor par­te del incre­men­to total de la pobla­ción. Se han trans­for­ma­do en impor­tan­tes cen­tros de acti­vi­dad pro­duc­ti­va y cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co a todos los nive­les, desem­pe­ñan­do un papel pri­mor­dial en el desa­rro­llo social, sin embar­go, la velo­ci­dad de su expan­sión tie­ne efec­tos noci­vos en la cali­dad de vida, la sus­ten­ta­bi­li­dad del entorno y el acce­so a los bene­fi­cios del desarrollo.

6. Se cal­cu­la que des­de la Segun­da Gue­rra Mun­dial han emi­gra­do a los paí­ses de la OCDE, alre­de­dor de 100 millo­nes de personas.

7. Los recur­sos cul­tu­ra­les y sus orien­ta­cio­nes no pre­ci­sa de la deter­mi­na­ción de con­te­ni­dos edu­ca­ti­vos espe­cí­fi­cos pues hay apren­di­za­jes rea­li­za­dos en con­tex­tos infor­ma­les (pro­du­ci­dos de for­ma no inten­cio­nal en la vida coti­dia­na de las per­so­nas y que no siem­pre son reco­no­ci­dos como pro­mo­to­res de nue­vos cono­ci­mien­tos o com­pe­ten­cias) que poten­cian los cam­bios más pro­fun­dos en las sociedades.

8. Las redes socia­les arti­cu­lan nue­vas expre­sio­nes de la socie­dad, de la cul­tu­ra, de las rela­cio­nes huma­nas, de la eco­no­mía, de los movi­mien­tos y los cam­bios inten­sos. Las redes elec­tró­ni­cas, por su par­te, poseen enor­mes posi­bi­li­da­des para acre­cen­tar el acce­so a una edu­ca­ción de cali­dad, favo­re­cer la alfa­be­ti­za­ción y la edu­ca­ción uni­ver­sal, así como faci­li­tar el pro­ce­so de apren­di­za­jes com­ple­jos. Ambos tipos de redes con­for­man la pla­ta­for­ma sobre la que se sos­tie­ne la crea­ción de una socie­dad de la infor­ma­ción y del cono­ci­mien­to abier­ta a todos y res­pe­tuo­sa de la diver­si­dad cul­tu­ral y lingüística.

9. Las ins­ti­tu­cio­nes de edu­ca­ción supe­rior pue­den apor­tar una enor­me rique­za a este pro­ce­so, a tra­vés de sus pági­nas elec­tró­ni­cas y de sus pro­ce­sos de edu­ca­ción con­ti­nua para que todas las per­so­nas, des­de el lugar en que se encuen­tren, pue­dan acce­der a todos los recur­sos cul­tu­ra­les y de divul­ga­ción cien­tí­fi­ca de tales ins­ti­tu­cio­nes, pro­gra­mas edu­ca­ti­vos, cur­sos en línea, pod­cast, que con­tri­bu­yan a redu­cir las bre­chas digi­tal y cog­ni­ti­va que difi­cul­tan el pleno desa­rro­llo eco­nó­mi­co, social y cul­tu­ral de los paí­ses y el bien­es­tar de sus ciudadanos.

10. El Mode­lo Edu­ca­ti­vo es una repre­sen­ta­ción de la reali­dad ins­ti­tu­cio­nal que sir­ve de refe­ren­cia y tam­bién de ideal; como tal sus­ten­ta el queha­cer de una ins­ti­tu­ción. Impli­ca defi­nir: a) las con­cep­cio­nes sobre las rela­cio­nes con la socie­dad, el cono­ci­mien­to, la ense­ñan­za y el apren­di­za­je; b) la filo­so­fía, voca­ción e his­to­ria, los pro­pó­si­tos, fines, visión y valo­res y c) tener como hori­zon­te de futu­ro la visión institucional.

11. Obje­ti­vo 1: Erra­di­car la pobre­za extre­ma y el hambre.

Obje­ti­vo 2: Lograr la edu­ca­ción pri­ma­ria universal.

Obje­ti­vo 3: Pro­mo­ver la igual­dad entre los géne­ros y el empo­de­ra­mien­to de la mujer.

Obje­ti­vo 4: Redu­cir la mor­ta­li­dad de niños meno­res de 5 años.

Obje­ti­vo 5: Mejo­rar la salud materna.

Obje­ti­vo 6. Com­ba­tir el VIH/SIDA, el palu­dis­mo y otras enfermedades.

Obje­ti­vo 7: Garan­ti­zar la sos­te­ni­bi­li­dad del medio ambiente.

Obje­ti­vo 8: Fomen­tar una alian­za mun­dial para el desarrollo.

12. Com­pro­mi­so 1 Exten­der y mejo­rar la pro­tec­ción y edu­ca­ción inte­gra­les de la pri­me­ra infan­cia, espe­cial­men­te para los niños más vul­ne­ra­bles y desfavorecidos

Com­pro­mi­so 2 Velar por que antes del año 2015 todos los niños, y sobre todo las niñas y los niños que se encuen­tran en situa­cio­nes difí­ci­les, ten­gan acce­so a una ense­ñan­za pri­ma­ria gra­tui­ta y obli­ga­to­ria de bue­na cali­dad y la terminen

Com­pro­mi­so 3 Velar por que las nece­si­da­des de apren­di­za­je de todos los jóve­nes y adul­tos se satis­fa­gan median­te un acce­so equi­ta­ti­vo a un apren­di­za­je ade­cua­do y a pro­gra­mas de pre­pa­ra­ción para la vida activa

Com­pro­mi­so 4 Aumen­tar de aquí al año 2015 el núme­ro de adul­tos alfa­be­ti­za­dos en un 50%, en par­ti­cu­lar tra­tán­do­se de muje­res, y faci­li­tar a todos los adul­tos un acce­so equi­ta­ti­vo a la edu­ca­ción bási­ca y la edu­ca­ción permanente

Com­pro­mi­so Supri­mir las dis­pa­ri­da­des entre los géne­ros en la ense­ñan­za pri­ma­ria y secun­da­ria de aquí al año 2005 y lograr antes del año 2015 la igual­dad entre los géne­ros en rela­ción con la edu­ca­ción, en par­ti­cu­lar garan­ti­zan­do a las jóve­nes un acce­so pleno y equi­ta­ti­vo a una edu­ca­ción bási­ca de bue­na cali­dad, así como un buen rendimiento

Com­pro­mi­so 6 Mejo­rar todos los aspec­tos cua­li­ta­ti­vos de la edu­ca­ción, garan­ti­zan­do los pará­me­tros más ele­va­dos, para con­se­guir resul­ta­dos de apren­di­za­je reco­no­ci­dos y men­su­ra­bles, espe­cial­men­te en lec­tu­ra, escri­tu­ra, arit­mé­ti­ca y com­pe­ten­cias prácticas

13. La Orga­ni­za­ción de Nacio­nes Uni­das plan­tea que las TIC favo­re­cen la amplia­ción y el inter­cam­bio de las bases del cono­ci­mien­to humano, y con­tri­bu­yen a su apli­ca­ción en todos los ámbi­tos: edu­ca­ción, salud, pro­duc­ción, consumo.

14. El mun­do de hoy expre­sa una com­ple­ji­dad de vida y cul­tu­ras sin pre­ce­den­tes. Somos mas de 6.000 millo­nes de seres huma­nos, de mas de 6.000 cul­tu­ras dis­tin­tas y de mas de 6.300 len­guas dife­ren­tes. Somos diver­si­dad pura, mul­ti­pli­ci­dad de reli­gio­nes, razas, gene­ra­cio­nes, aspi­ra­cio­nes, gus­tos, pre­fe­ren­cias polí­ti­cas, voca­cio­nes y for­mas de ver el mun­do. En esta diver­si­dad, todos cons­ti­tui­mos el mun­do que vivi­mos y sabe­mos; en él tam­bién nos corres­pon­de­mos, dia­lo­ga­mos y con­fron­ta­mos y en medio de dife­ren­cias y afi­ni­da­des cre­ce­mos (Cha­no­na, 2001: 30).

15. Glon­cal hace refe­ren­cia a la sín­te­sis mutua­men­te deter­mi­na­da entre lo glo­bal, lo nacio­nal y lo local.

16. Par­ti­cu­lar­men­te en la edu­ca­ción supe­rior la tran­si­ción para­dig­má­ti­ca poten­cia el dise­ño de inno­va­cio­nes en la for­ma en qué se defi­nen los pro­ble­mas de inves­ti­ga­ción y se dise­ñan los mode­los aca­dé­mi­cos ya que par­ten de inter­ac­cio­nes diná­mi­cas entre las cien­cias expe­ri­men­ta­les, natu­ra­les, socia­les y huma­nas y gene­ran una trans­for­ma­ción sus­tan­cial en las prác­ti­cas epis­té­mi­cas que gene­ran conocimiento.