Consideraciones Fundamentales

  1. Des­de hace años, espe­cial­men­te a par­tir de la refor­ma edu­ca­ti­va con­duc­tis­ta de 1972 y del mode­lo eco­nó­mi­co implan­ta­do en Méxi­co des­de 1982, exis­te una cri­sis de los mode­los de todos los nive­les edu­ca­ti­vos en Méxi­co. El pro­me­dio de esco­la­ri­dad sigue sien­do bajo (7 a 8 años) y la pobre­za se ha expan­di­do: más del 90% de la pobla­ción vive con gran­des limi­ta­cio­nes y pre­sio­nes eco­nó­mi­cas, las cua­les son extre­mas e inhu­ma­nas en más del 50% de los mexi­ca­nos. Esto repre­sen­ta la cri­sis del mode­lo socio­eco­nó­mi­co del país.
  2. Dado el sis­te­ma edu­ca­ti­vo con muchas defi­cien­cias, muchos jóve­nes no tie­nen opor­tu­ni­da­des edu­ca­ti­vas ade­cua­das mani­fies­tan acti­tu­des de recha­zo hacia el tra­ba­jo esco­lar. Una pro­por­ción mino­ri­ta­ria logra ter­mi­nar una licen­cia­tu­ra y menos aún un pos­gra­do.
    .
  3. Las ins­ti­tu­cio­nes no ofre­cen a los alum­nos cono­ci­mien­tos rele­van­tes para la vida coti­dia­na y labo­ral. El esfuer­zo de los estu­dian­tes se cen­tra en obte­ner una cali­fi­ca­ción y no en apren­der a pro­du­cir, crear e inno­var. Muchos docen­tes no cuen­tan con la debi­da capa­ci­ta­ción y pade­cen de la des­va­lo­ri­za­ción social de su profesión.
  4. Los efec­tos de los actua­les pro­ce­sos de ense­ñan­za-apren­di­za­je en las escue­las, dis­tan mucho de ser los espe­ra­dos en los pla­nes de estu­dio. No exis­te una edu­ca­ción inte­gral y la inves­ti­ga­ción con recur­sos sufi­cien­tes. Los resul­ta­dos edu­ca­ti­vos no han sido satis­fac­to­rios, como lo demues­tra el cre­ci­mien­to ace­le­ra­do de las con­duc­tas delic­ti­vas y agre­si­vas, ade­más del bajo ren­di­mien­to téc­ni­co en muchas esfe­ras de la acti­vi­dad productiva.
  5. Erró­nea­men­te se con­ci­be a la edu­ca­ción como un pro­ce­so uni­di­rec­cio­nal, lineal, sobre la base de cono­ci­mien­tos, capa­ci­da­des y valo­res pre­es­ta­ble­ci­dos en un plan de estu­dios. Los temas esta­ble­ci­dos y las ruti­nas esco­la­res con­tras­tan con la velo­ci­dad actual del acce­so de las nue­vas gene­ra­cio­nes a múl­ti­ples fuen­tes de infor­ma­ción alternativas.
  6. Se requie­re un cam­bio de para­dig­ma hacia un mode­lo inte­gral y demo­crá­ti­co con base en diver­sas pro­pues­tas alter­na­ti­vas dia­ló­gi­cas y auto­ges­to­ras. Lo cual nos con­du­ce a cam­bios en el pro­ce­so de ense­ñan­za-apren­di­za­je en las escue­las, tenien­do un papel fun­da­men­tal y prio­ri­ta­rio para supe­rar muchas pro­ble­má­ti­cas fami­lia­res y abrir cau­ces para la trans­for­ma­ción de la reali­dad social.
  7. El con­trol abso­lu­to y homo­gé­neo de las acre­di­ta­cio­nes esco­la­res por par­te de la Secre­ta­ría de Edu­ca­ción Públi­ca limi­ta la posi­bi­li­dad de que emer­jan estruc­tu­ras y mode­los edu­ca­ti­vos alter­na­ti­vos. Las actua­les auto­ri­da­des de la Secre­ta­ría de Edu­ca­ción Públi­ca, de las Secre­ta­rías de Edu­ca­ción de los Esta­dos y de los sin­di­ca­tos de maes­tros no han podi­do encon­trar fór­mu­las efec­ti­vas para supe­rar los pro­ble­mas educativos.
  8. Las polí­ti­cas públi­cas en edu­ca­ción, exclu­yen la par­ti­ci­pa­ción docen­te, estu­dian­til y de la socie­dad civil; ya que se dise­ñan con cri­te­rios de mer­ca­do, a favor de una cul­tu­ra corporativa.

Conceptos y Principios Básicos

  1. Ana­li­zar crí­ti­ca­men­te los pro­ce­sos edu­ca­ti­vos para iden­ti­fi­car los pro­ble­mas y nece­si­da­des, y gene­rar alter­na­ti­vas para que las ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­do­ras sean efi­ca­ces y efi­cien­tes en su fun­ción de detec­tar, impul­sar, orga­ni­zar y desa­rro­llar voca­cio­nes y talen­tos indi­vi­dua­les y colec­ti­vos de estu­dian­tes y docen­tes; a efec­to de trans­for­mar la rela­ción ver­ti­cal de maes­tro y alumno en el que uno ense­ña y otro apren­de, por la de inter­cam­bio de cono­ci­mien­tos o de sabe­res teórico–prácticos en el que todos saben, todos ense­ñan y apren­den, como mode­lo alter­na­ti­vo más demo­crá­ti­co de redes socia­les que mane­jan el inter­cam­bio de mane­ra pre­sen­cial y a dis­tan­cia; esto, en un pro­ce­so plu­ral, de uni­dad en la diver­si­dad o eco­sis­té­mi­co. Se requie­re pro­mo­ver rela­cio­nes de con­fian­za para recons­truir la estruc­tu­ra social; un pro­ce­so sis­té­mi­co trans­dis­ci­pli­na­rio para pro­pi­ciar la crea­ti­vi­dad indi­vi­dual y social a par­tir de las aulas, rea­li­zan­do alter­na­ti­vas rele­van­tes para el mayor bien­es­tar y el desa­rro­llo cul­tu­ral de las comunidades.
  2. Los pla­nes edu­ca­ti­vos y los pro­pios docen­tes deben pro­pi­ciar la orga­ni­za­ción de los gru­pos y la coor­di­na­ción intra­gru­pal, de tal mane­ra que no todos los estu­dian­tes reali­cen las mis­mas acti­vi­da­des, sino que explo­ren acti­va­men­te dife­ren­tes aspec­tos den­tro de una temá­ti­ca gene­ral, con base en intere­ses per­so­na­les y median­te la for­ma­ción de ver­da­de­ros equi­pos de tra­ba­jo e indi­vi­duos ínte­gros, con pro­yec­ción social.
  3. Para ele­var la cali­dad de la edu­ca­ción y su bene­fi­cio social es nece­sa­rio reva­lo­rar el ser­vi­cio que los docen­tes brin­dan des­de pre­es­co­lar has­ta posgrado.
  4. El reto de cada docen­te es con­vo­car a sus alum­nos, lograr apa­sio­nar­los por el cono­ci­mien­to y el com­pro­mi­so social más que por cali­fi­ca­cio­nes. El docen­te debe dejar de ser un vigi­lan­te auto­ri­ta­rio para trans­for­mar­se en un líder orga­ni­za­dor y pro­mo­tor de posi­bi­li­da­des de apren­di­za­je y pro­yec­ción social.
  5. El docen­te requie­re ser auto­crí­ti­co, com­pro­me­ter­se con­si­go mis­mo y fun­dar su tra­ba­jo en prin­ci­pios éti­cos corres­pon­dien­tes a esta impor­tan­te pro­fe­sión. Debe poseer una sóli­da for­ma­ción en el área que impar­te ade­más de la peda­gó­gi­ca y didác­ti­ca. Por lo que se nece­si­ta brin­dar espa­cios para la capa­ci­ta­ción con­ti­nua, inclu­yen­do la retro­ali­men­ta­ción y el inter­cam­bio de sabe­res con sus cole­gas de otras ins­ti­tu­cio­nes y de otros países.
  6. El tra­ba­jo esco­lar de estu­dian­tes y docen­tes debe orien­tar­se a inci­dir en la vida social con­tem­po­rá­nea, gene­ran­do ideas y pro­pues­tas, dise­ñan­do y rea­li­zan­do pro­yec­tos comu­ni­ta­rios, a par­tir de los intere­ses y moti­va­cio­nes pro­pias del gru­po con­vo­ca­do fle­xi­ble­men­te por los docen­tes y por los pro­gra­mas de estudio.
  7. Las eva­lua­cio­nes en lugar de ser sim­ple­men­te numé­ri­cas y a car­go del docen­te, deben rea­li­zar­se a tra­vés de aná­li­sis con­tex­tua­les y colec­ti­vos de los edu­can­dos y el edu­ca­dor sobre los resul­ta­dos obte­ni­dos en cada pro­yec­to y acti­vi­dad, por indi­vi­duos y equi­pos de tra­ba­jo, gene­ran­do con­clu­sio­nes y reco­men­da­cio­nes que valo­ren el poten­cial de cada per­so­na y cada equi­po de trabajo.
  8. Las escue­las deben con­ver­tir­se en cen­tros de acción comu­ni­ta­ria, invo­lu­cran­do la for­ma­ción tam­bién de padres de fami­lia y otros sec­to­res de la comu­ni­dad, con quie­nes docen­tes y estu­dian­tes ten­drían inter­ac­ción, a par­tir de sus pro­yec­tos de inci­den­cia social.
  9. Los pro­yec­tos edu­ca­ti­vos se orien­ta­rán a apren­der, crear, y pro­du­cir cono­ci­mien­tos, capa­ci­da­des, acti­tu­des y valo­res inno­va­do­res para inte­grar­los a la socie­dad y pro­mo­ver en docen­tes, estu­dian­tes y en toda la comu­ni­dad estos pro­yec­tos como pro­pios, en la direc­ción de lograr el bien­es­tar de la comunidad.
  10. Pro­mo­ver la con­cien­cia sobre salud y ambien­te para mejo­rar la cali­dad de vida y la sus­ten­ta­bi­li­dad ambien­tal crean­do acti­tu­des de corres­pon­sa­bi­li­dad social, apo­ya­dos por pro­ce­sos de auto­ges­tión social comu­ni­ta­ria apo­ya­da en pro­ce­sos tec­no­ló­gi­cos apro­pia­dos y en eco­téc­ni­cas. Un pro­ce­so crí­ti­co, pro­po­si­ti­vo y acti­vo que dé res­pues­ta con­cre­ta des­de cada comu­ni­dad a los pro­ble­mas de salud y ambien­te de for­ma inte­gral u holística.

Valores

1.

Lai­cis­mo

10.

Soli­da­ri­dad

19.

Demo­cra­cia

2.

Jus­ti­cia

11.

Cohe­ren­cia

20.

Salud holís­ti­ca

3.

Liber­tad

12.

Con­gruen­cia

21.

Resi­lien­cia

4.

Paz

13.

Coope­ra­ción

22.

Humil­dad

5.

Equi­dad

14.

Diá­lo­go

23.

Afec­ti­vi­dad

6.

Res­pe­to

15.

Vera­ci­dad

24.

Gene­ro­si­dad

7.

Hones­ti­dad

16.

Cla­ri­dad

25

Auto­po­ie­sis

8.

Plu­ra­li­dad

17.

No dog­ma­tis­mo

26.

Auto­ges­tión

9.

Aser­ti­vi­dad

18.

Cali­dez

 

 

Capacidades Esenciales

1.

Crea­ti­vi­dad

6.

Res­pon­sa­bi­li­dad

11.

Per­se­ve­ran­cia

2.

Tra­ba­jo en Grupo

7.

Domi­nio de la profesión

12.

Apren­di­za­je creador

3.

Faci­li­dad de Comunicación

8.

Prác­ti­ca sis­té­mi­ca y transdisciplinaria

13.

Apren­di­za­je colaborativo

4.

Auto­es­ti­ma

9.

Sen­ti­do crítico

14.

Efi­ca­cia sin pragmatismo,

5.

Com­pro­mi­so social

10.

Pen­sa­mien­to sistémico

 

 

Estatuto

Artícu­lo 1. El Con­se­jo para la Trans­for­ma­ción Edu­ca­ti­va (CTE) tie­ne carác­ter ciu­da­dano, inter­de­pen­dien­te, auto­po­ié­ti­co y transterritorial.

Artícu­lo 2. Los obje­ti­vos del CTE son los siguientes:

  1. Ana­li­zar crí­ti­ca­men­te los pro­ce­sos edu­ca­ti­vos en Méxi­co y gene­rar alter­na­ti­vas para hacer que las ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­do­ras sean efi­ca­ces y efi­cien­tes en su fun­ción de detec­tar, impul­sar, orga­ni­zar y desa­rro­llar voca­cio­nes y talen­tos indi­vi­dua­les y colec­ti­vos de estu­dian­tes y docen­tes para gene­rar y apli­car alter­na­ti­vas rele­van­tes para el mayor bien­es­tar y el desa­rro­llo cul­tu­ral de las comunidades.
  2. Des­de edu­ca­ción ini­cial has­ta pos­gra­do, pro­mo­ver y defen­der el acce­so gra­tui­to de todas las per­so­nas que lo deseen.
  3. Exi­gir e impul­sar la cali­dad de las ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­do­ras en cada uno de los siguien­tes aspec­tos: pro­gra­mas, docen­tes, infra­es­truc­tu­ra, mate­ria­les didác­ti­cos, acti­vi­da­des depor­ti­vas, acti­vi­da­des artís­ti­cas y gestión.
  4. Pro­mo­ver y defen­der la plu­ra­li­dad, el no-dog­ma­tis­mo y el lai­cis­mo en TODAS las ins­ti­tu­cio­nes educadoras.
  5. Pro­mo­ver el dise­ño y apli­ca­ción de mode­los edu­ca­ti­vos inte­gra­les basa­dos en la edu­ca­ción coope­ra­ti­va, el apren­di­za­je crea­dor, el com­pro­mi­so social, la éti­ca, el cui­da­do de la salud y del ambien­te, el apro­ve­cha­mien­to y desa­rro­llo de tec­no­lo­gías, con­ju­ga­dos con la edu­ca­ción emo­cio­nal y la prác­ti­ca de expre­sio­nes afectivas.
  6. Desa­rro­llar pro­pues­tas para todos los nive­les educativos.
  7. Gene­rar cri­te­rios e ins­tru­men­tos para eva­luar la cali­dad de las ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­do­ras y apli­car eva­lua­cio­nes ins­ti­tu­cio­na­les con base en esos cri­te­rios, hacien­do las reco­men­da­cio­nes nece­sa­rias para su superación.
  8. Pro­mo­ver, exi­gir recur­sos e impul­sar la rea­li­za­ción de inves­ti­ga­cio­nes edu­ca­ti­vas relevantes.
  9. Pro­mo­ver el inter­cam­bio nacio­nal e inter­na­cio­nal de ideas, infor­ma­cio­nes, inves­ti­ga­cio­nes, pro­yec­tos, expe­rien­cias y mate­ria­les que con­tri­bu­yan a la supera­ción de los pro­ce­sos educativos.
  10. Dise­ñar e impul­sar polí­ti­cas públi­cas para que los recur­sos del Esta­do se orien­ten con efi­ca­cia y efi­cien­cia a la trans­for­ma­ción educativa.
  11. Esta­ble­cer y con­so­li­dar víncu­los con orga­ni­za­cio­nes afi­nes que pue­dan con­tri­buir a los obje­ti­vos anteriores.

Artícu­lo 3. Pue­den ser inte­gran­tes del Consejo:

  1. Espe­cia­lis­tas o inves­ti­ga­do­res en educación
  2. Direc­ti­vos de Ins­ti­tu­cio­nes Educativas
  3. Docen­tes
  4. Diri­gen­tes de orga­ni­za­cio­nes con obje­ti­vos educativos
  5. Per­so­nas intere­sa­das en mejo­rar la educación

Artícu­lo 4. El CTE se inte­gra por:

  1. Una Asam­blea Nacio­nal en la que par­ti­ci­pen todos sus integrantes
  2. Un Con­se­jo Nacio­nal con dele­ga­dos de las Coor­di­na­cio­nes Operativas.
  3. Coor­di­na­cio­nes Ope­ra­ti­vas inte­gra­das por  dele­ga­dos de los Con­se­jos Operativos
  4. Con­se­jos Ope­ra­ti­vos inte­gra­dos por las per­so­nas que así lo deci­dan con un fin edu­ca­ti­vo deter­mi­na­do que sea cohe­ren­te con los prin­ci­pios y valo­res del CTE.

Artícu­lo 5. La Asam­blea Nacio­nal sesio­na ordi­na­ria­men­te cada dos años, y extra­or­di­na­ria­men­te cuan­do se deci­da, con­tan­do con dele­ga­dos de al menos cin­co Coor­di­na­cio­nes Operativas.

Artícu­lo 6. El Con­se­jo Nacio­nal, las Coor­di­na­cio­nes Ope­ra­ti­vas y Los Con­se­jos Ope­ra­ti­vos debe­rán ape­gar­se a los acuer­dos de la Asam­blea Nacional.

Artícu­lo 7. El Con­se­jo Nacio­nal sesio­na ordi­na­ria­men­te cada seis meses y extra­or­di­na­ria­men­te cuan­do lo deci­da, con la par­ti­ci­pa­ción de dele­ga­dos de al menos tres Coor­di­na­cio­nes Operativas.

Artícu­lo 8. Las Coor­di­na­cio­nes Ope­ra­ti­vas sesio­nan cada tres meses con la par­ti­ci­pa­ción de dele­ga­dos de al menos tres Con­se­jos Operativos.

Artícu­lo 9. Los Con­se­jos Ope­ra­ti­vos sesio­nan cada mes con la par­ti­ci­pa­ción de al menos cin­co integrantes.

Artícu­lo 10. Cuan­do toda­vía no se cuen­te con la par­ti­ci­pa­ción de inte­gran­tes de al menos tres Coor­di­na­cio­nes Ope­ra­ti­vas, en lugar de Con­se­jo Nacio­nal se deno­mi­na Comi­té Pro­mo­tor Nacional.

Artícu­lo 11. Cuan­do toda­vía no se cuen­te con la par­ti­ci­pa­ción de inte­gran­tes de al menos tres Con­se­jos Ope­ra­ti­vos, en lugar de Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va se habla­rá de Comi­té Pro­mo­tor de una Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va específica.

Artícu­lo 12. Cuan­do los inte­gran­tes en un mis­mo muni­ci­pio sean menos de 5, en lugar de Con­se­jo Ope­ra­ti­vo se habla de Comi­té Pro­mo­tor del Con­se­jo Ope­ra­ti­vo específico.

Artícu­lo 13. Los comi­tés pro­mo­to­res podrán pasar a ser Con­se­jos Ope­ra­ti­vos o Coor­di­na­cio­nes Ope­ra­ti­vas cuan­do cuen­ten con el requi­si­to men­cio­na­do en los artícu­los ante­rio­res, según corres­pon­da, a tra­vés de una cere­mo­nia en que un inte­gran­te de una ins­tan­cia supe­rior auto­ri­za­do les tome la pro­tes­ta, levan­tan­do un acta de la cual se envía copia al Con­se­jo Nacional.

Artícu­lo 14. Los dele­ga­dos de las Coor­di­na­cio­nes Ope­ra­ti­vas al Con­se­jo Nacio­nal pue­den ser sus­ti­tui­dos en cual­quier momen­to por la Asam­blea de la Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va a la que per­te­nez­can, hacien­do la noti­fi­ca­ción al Con­se­jo Nacional.

Artícu­lo 15. Los dele­ga­dos de los Con­se­jos Ope­ra­ti­vos a una Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va pue­den ser sus­ti­tui­dos en cual­quier momen­to por la Asam­blea del Con­se­jo Ope­ra­ti­vo al que per­te­nez­can, hacien­do la noti­fi­ca­ción al Coor­di­na­ción Operativa.

Artícu­lo 16. Cada Con­se­jo se orga­ni­za inter­na­men­te como con­si­de­re con­ve­nien­te, con base en el con­sen­so. En tér­mi­nos gene­ra­les podrían dis­tri­buir­se las siguien­tes responsabilidades:

  1. Coordinador(a) Gene­ral
  2. Res­pon­sa­ble de Organización
  3. Res­pon­sa­ble de finanzas
  4. Comi­sión de Edu­ca­ción Inicial
  5. Comi­sión de Edu­ca­ción Preescolar
  6. Comi­sión de Edu­ca­ción Primaria
  7. Comi­sión de Edu­ca­ción Secundaria
  8. Comi­sión de Edu­ca­ción Técnica
  9. Comi­sión de Edu­ca­ción Media Superior
  10. Comi­sión de Edu­ca­ción Superior
  11. Comi­sión de Pos­gra­do, Cien­cia y Tecnología.
  12. Comi­sión de Cine, Tele­vi­sión y Radio
  13. Comi­sión de Edu­ca­ción en línea
  14. Comi­sión de Inno­va­ción Educativa
  15. Otras comi­sio­nes

Artícu­lo 17. Cada Comi­sión nom­bra su coor­di­na­dor y lo hace saber al Consejo.

Artícu­lo 18. Las per­so­nas que ocu­pen los dife­ren­tes car­gos den­tro de un con­se­jo podrán ser sus­ti­tui­das o remo­vi­das en cual­quier momen­to en que el con­se­jo res­pec­ti­vo así lo acuerde.

Artícu­lo 19. Son fun­cio­nes del Coor­di­na­dor General:

  1. Con­vo­car a las reunio­nes del Con­se­jo, Coor­di­na­ción o Comi­sión respectiva
  2. Pro­po­ner el orden del día para cada reunión
  3. Pre­si­dir la reu­nión del Con­se­jo, Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­vas o Comi­sión respectiva
  4. Pro­mo­ver el con­sen­so y la cla­ri­dad en los acuerdos
  5. Dar segui­mien­to al cum­pli­mien­to de los acuerdos
  6. Reci­bir y res­pon­der en pri­me­ra ins­tan­cia las comu­ni­ca­cio­nes de otros con­se­jos, de per­so­nas y de otras orga­ni­za­cio­nes o instituciones.
  7. Fir­mar los con­ve­nios con otras instituciones.
  8. El Coor­di­na­dor Gene­ral, jun­to con el Res­pon­sa­ble de Finan­zas, fir­ma la cuen­ta ban­ca­ria man­co­mu­na­da en la que se guar­den los recur­sos finan­cie­ros que corres­pon­dan al Con­se­jo o Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va, sien­do corres­pon­sa­ble del ade­cua­do mane­jo de los recursos.

Artícu­lo 20. Son fun­cio­nes del Res­pon­sa­ble de Organización:

  1. Levan­tar y fir­mar el acta o minu­ta con los acuer­dos de cada reunión
  2. Admi­nis­trar y res­guar­dar los docu­men­tos del Con­se­jo o Coor­di­na­ción Operativa
  3. Pro­mo­ver la inter­co­mu­ni­ca­ción ade­cua­da entre los miem­bros del Con­se­jo o Coor­di­na­ción Operativa
  4. Tener un inven­ta­rio y admi­nis­trar los bie­nes mue­bles e inmue­bles del Con­se­jo o Coor­di­na­ción Operativa
  5. Apo­yar las fun­cio­nes del Coor­di­na­dor Gene­ral y suplir­lo en sus fal­tas temporales

Artícu­lo 21. Son fun­cio­nes del Res­pon­sa­ble de Finan­zas del Con­se­jo o Coor­di­na­ción Operativa:

  1. Reca­bar las cuo­tas de los inte­gran­tes, coor­di­nan­do con los Res­pon­sa­bles de Finan­zas de otros con­se­jos o coor­di­na­cio­nes ope­ra­ti­vas rela­cio­na­dos, la dis­tri­bu­ción correspondiente.
  2. Pro­mo­ver donaciones
  3. Gene­rar estra­te­gias para inte­grar recur­sos al Con­se­jo o Coor­di­na­ción Operativa
  4. Infor­mar del esta­do de cuen­ta en cada reu­nión del Con­se­jo o Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va, dan­do copia del infor­me a todos los integrantes.
  5. Fir­mar jun­to con el Coor­di­na­dor Gene­ral la cuen­ta ban­ca­ria man­co­mu­na­da en la que se guar­den los recur­sos finan­cie­ros que corres­pon­dan al Con­se­jo o Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va, sien­do res­pon­sa­ble direc­to del ade­cua­do mane­jo de los recursos.

Artícu­lo 22. Cada inte­gran­te del Con­se­jo para la Trans­for­ma­ción Edu­ca­ti­va apor­ta una cuo­ta men­sual míni­ma de 30 pesos al Res­pon­sa­ble de Finan­zas del Comi­té Pro­mo­tor o Con­se­jo Ope­ra­ti­vo, Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va o Con­se­jo Nacio­nal, según sea posi­ble. Si lo reci­be el Comi­té Pro­mo­tor o Con­se­jo Ope­ra­ti­vo, éste se que­da con 15 pesos para rea­li­zar sus acti­vi­da­des y envía 8 pesos a la Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va y 7 pesos al Con­se­jo Nacio­nal. Si la cuo­ta la reci­be el Comi­té Pro­mo­tor o Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va, ésta se que­da con 15 pesos para rea­li­zar sus acti­vi­da­des y envía 15 pesos al Con­se­jo Nacio­nal. Si la cuo­ta la reci­bie­ra el Comi­té Pro­mo­tor Nacio­nal o el Con­se­jo Nacio­nal, éste man­tie­ne el 100 por cien­to para la rea­li­za­ción de sus actividades.

Artícu­lo 23. Los bie­nes mue­bles e inmue­bles que un Con­se­jo o una Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va adquie­ran esta­rán bajo su res­guar­do y deci­sión todo el tiem­po que dicho Con­se­jo o Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va se man­ten­ga en acti­vi­da­des. Si un Con­se­jo Ope­ra­ti­vo deci­de disol­ver­se o pasan más de seis meses sin que se reúna, sus bie­nes pasa­rán a ser pro­pie­dad de la Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va. Si una Coor­di­na­ción Ope­ra­ti­va deci­de disol­ver­se o pasa más de un año sin que se reúna, al no haber tam­po­co con­se­jos ope­ra­ti­vos que la sus­ti­tu­yan, sus bie­nes pasa­rán a for­mar par­te del Con­se­jo Nacio­nal. Si el Con­se­jo deci­de disol­ver­se o pasan más de 2 años sin que se reúna, al no haber Coor­di­na­cio­nes Ope­ra­ti­vas que lo sus­ti­tu­yan, sus bie­nes pasa­rán a ser par­te del Movi­mien­to de Trans­for­ma­ción Social.

Ideal

Antes de cin­co años, el CON­SE­JO PARA LA TRANS­FOR­MA­CIÓN EDU­CA­TI­VA logrará:

  • Una estruc­tu­ra orga­ni­za­ti­va nacio­nal, inte­gran­do Coor­di­na­cio­nes Ope­ra­ti­vas en diver­sas áreas y ámbi­tos del país, cada una con dele­ga­dos de al menos 3 con­se­jos operativos.
  • Pro­pues­tas para todos los nive­les educativos
  • Ins­tru­men­ta­ción coor­di­na­da de alternativas
  • Eva­lua­ción e inves­ti­ga­ción de resul­ta­dos alternativos
  • Una revis­ta electrónica
  • Un Con­gre­so Bia­nual de Trans­for­ma­ción Educativa
  • Publi­car al menos un libro por año
  • Tener redes de vin­cu­la­ción internacional
  • Cons­truir víncu­los con otras ins­ti­tu­cio­nes ciu­da­da­nas afines
  • Gene­rar un pre­mio a las expe­rien­cias y obras educativas