Profr. Toribio Rodolfo Vilchis Huicochea
Profra. Hortensia González Rojas

Escuela Normal De Sultepec

Ponencia presentada en el Primer Congreso Internacional de Transformación Educativa

ANTECEDENTES DEL PROBLEMA

La Escue­la Nor­mal de Sul­te­pec actual­men­te desa­rro­lla el Pro­gra­ma Edu­ca­ti­vo (PE) de la Licen­cia­tu­ra en Espa­ñol, atien­de  7  gru­pos con esta Licen­cia­tu­ra, son 130 alum­nos en total, ingre­sa­ron con la apro­ba­ción del examen de CENE­VAL, son aten­di­dos por pro­fe­so­res for­ma­dos en cam­pos de cono­ci­mien­to diver­sos, sólo tres tie­nen Licen­cia­tu­ra afín al PE, la expe­rien­cia y la diver­si­dad en la pre­pa­ra­ción pro­fe­sio­nal de los docen­tes influ­yen en el enfo­que didác­ti­co que a los pro­ce­sos de for­ma­ción ini­cial se les da, fac­tor que  pue­de influir en los  resul­ta­dos de la eva­lua­ción exter­na; aún con cer­te­za no se tie­ne la pre­ci­sión de este fenó­meno, es un indi­ca­dor que cobra sig­ni­fi­ca­do si se le aso­cia a otros: se obser­va defi­cien­cia de los alum­nos en sus pro­duc­cio­nes aca­dé­mi­cas, par­ti­ci­pa­cio­nes, escri­tu­ra, lec­tu­ras, así como en obser­va­ción y prác­ti­ca docente.

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 Son fenó­me­nos que pue­den vin­cu­lar­se con fac­to­res, como: voca­ción para la Licen­cia­tu­ra, capa­ci­dad para las acti­vi­da­des aca­dé­mi­cas pro­pias de la Licen­cia­tu­ra; se inclu­ye tam­bién  el desem­pe­ño de los pro­fe­so­res en el PE, la mayo­ría no cuen­ta con la espe­cia­li­dad; tam­po­co han sido for­ma­dos en com­pe­ten­cias, su pro­ce­so de for­ma­ción fue en la  pers­pec­ti­va de la  téc­ni­ca, aho­ra se les exi­gen com­pe­ten­cias para aten­der pro­ce­sos de apren­di­za­je que requie­ren for­mas didác­ti­cas dife­ren­tes,  el PE asig­na­do a la Escue­la Nor­mal de Sul­te­pec, no sur­ge de un estu­dio de fac­ti­bi­li­dad real, acor­de a las nece­si­da­des de la región.

Se obser­van con­se­cuen­cias como: bajo ren­di­mien­to y desem­pe­ño de los alum­nos, quie­nes enfren­tan con­tra­dic­cio­nes en su prác­ti­ca real. Se obser­va una fal­ta de cla­ri­dad acer­ca de la pro­pues­ta aca­dé­mi­ca del curri­cu­lum del PE, de ahí la nece­si­dad de un estu­dio des­crip­ti­vo que per­mi­ta rea­li­zar una eva­lua­ción de la prác­ti­ca docen­te del for­ma­dor, la inves­ti­ga­ción se cen­tra en la pla­nea­ción que dise­ña el for­ma­dor y cómo apren­de el alumno nor­ma­lis­ta, ¿cuá­les com­pe­ten­cias debie­ran tener ambos para pla­near y cuá­les para  aten­der todo un pro­ce­so de pla­nea­ción?, ¿las com­pe­ten­cias adqui­ri­das duran­te el pro­ce­so de for­ma­ción docen­te, aún son fun­cio­na­les para res­pon­der a pro­ce­sos de for­ma­ción orien­ta­dos al desa­rro­llo de com­pe­ten­cias?. ¿qué pro­gra­mas de for­ma­ción per­ma­nen­te dise­ñar para los pro­fe­so­res?, ¿cómo docu­men­tar la prác­ti­ca del for­ma­dor en el aula?, ¿Qué estra­te­gias son per­ti­nen­tes para orien­tar la for­ma­ción en com­pe­ten­cias pro­fe­sio­na­les?, ¿Qué com­pe­ten­cias pro­fe­sio­na­les posee el docen­te de la ENOSU. ¿Qué com­pe­ten­cias pro­fe­sio­na­les se nece­si­tan para pla­near con­for­me al mode­lo de com­pe­ten­cias?, ¿Qué carac­te­rís­ti­cas tie­ne un mode­lo de pla­nea­ción basa­do en competencias?.

La for­ma­ción del nor­ma­lis­ta  tie­ne que ver en gran par­te con la par­ti­ci­pa­ción direc­ta no solo del mis­mo alumno, es indis­pen­sa­ble que el for­ma­dor tam­bién  se esté actua­li­zan­do de mane­ra cons­tan­te  y que se invo­lu­cre el   pro­ce­so  como una par­te deter­mi­nan­te que refle­je el apren­di­za­je des­de el enfo­que por com­pe­ten­cias en el que haga par­ti­ci­pe a sus alum­nos y alcan­zar herra­mien­tas que le pro­por­cio­nen aque­llos ele­men­tos para des­en­vol­ver­se des­de su pro­pio entorno.

Reto­man­do  que el pro­ce­so de pla­nea­ción es indis­pen­sa­ble estar actua­li­za­do con­for­me a las nece­si­da­des para la aten­ción de los futu­ros docen­tes como un apar­ta­do esen­cial  para cubrir el per­fil de egre­so que se deter­mi­na en el plan de estu­dios, se ha con­si­de­ra­do que en fun­ción de la nece­si­dad que se tie­ne para aten­der la PE, y que la for­ma­ción del per­so­nal docen­te es for­ma­do en una diver­si­dad de licen­cia­tu­ra  la  actua­li­za­ción o capa­ci­ta­ción en dicho per­so­nal es per­ti­nen­te, es por ello que duran­te el avan­ce de la for­ma­ción se habi­li­ta la par­ti­ci­pa­ción de los pro­fe­so­res ape­gán­do­se a las carac­te­rís­ti­cas del PE:

El tra­ba­jo que se pre­sen­ta tie­ne como fin pri­mor­dial, esta­ble­cer  accio­nes que per­mi­ta al Nor­ma­lis­ta alcan­zar una vin­cu­la­ción des­de la pla­nea­ción a par­tir de pro­yec­tos,  pro­pi­cian­do de esta mane­ra com­pe­ten­cias para la vida y hacien­do que tan­to el alumno como el for­ma­dor de docen­tes logren obte­ner habi­li­da­des que haga de la ense­ñan­za una acción inter­ac­ti­va con los conocimientos.

Se ha reto­ma­do a las com­pe­ten­cias como un ele­men­to esen­cial  des­de  la par­te teó­ri­ca, estas  como un ele­men­to que en la actua­li­dad se pue­de decir que está de moda, aun­que si, en la edu­ca­ción bási­ca  en esen­cia la secun­da­ria, los pro­gra­mas se enfo­can al tra­ba­jo de las com­pe­ten­cias  reto­ma­das a par­tir de un tra­ba­jo por pro­yec­tos, hacien­do del edu­can­do un ser acti­vo y par­ti­ci­pa­ti­vo que logre una inte­gra­ción  al desa­rro­llo de las mis­mas, con ello alcan­zar la capa­ci­dad  de reco­no­cer des­de don­de par­te el pro­ce­so del cono­ci­mien­to y has­ta don­de se pue­de esta­ble­cer una vin­cu­la­ción con lo que vive y en aten­ción a las nece­si­da­des plan­tea­das por el medio de vida en que se des­en­vuel­ve el estudiante.

Cabe men­cio­nar que las com­pe­ten­cias como par­te de una movi­li­za­ción de sabe­res aten­di­das con recur­sos cog­ni­ti­vos para hacer  fren­te al tipo de con­di­cio­nes en las que se quie­ra ubi­car el pro­pio alumno, estas com­pe­ten­cias tie­nen un pro­ce­der den­tro de la movi­li­za­ción de poder con­ce­bir y diri­gir  pro­ble­mas a nivel de la posi­bi­li­dad del alumno.

Adqui­rir una visión lon­gi­tu­di­nal de los obje­ti­vos en la ense­ñan­za, esta­ble­cer víncu­los  con teo­rías que sos­tie­nen  acti­vi­da­des de apren­di­za­je en el que se esta­ble­cen pro­ce­sos que hacen refle­xi­vo el actuar del pro­pio edu­can­do y por otra par­te pro­mo­ver la par­ti­ci­pa­ción deci­di­da y segu­ra en la adqui­si­ción de dicha enseñanza. 

Una par­te impor­te den­tro de las com­pe­ten­cias es pre­ver un segui­mien­to que per­mi­ta obser­var  el desa­rro­llo de éstas  para que de esta mane­ra se pue­da tomar deci­sio­nes de mane­ra pro­gre­si­va, y que en ese mis­mo sen­ti­do se esté apun­tan­do a reco­no­cer el cam­bio que se pro­vo­ca  con lo adqui­ri­do a lo lar­go  de una for­ma­ción específica.

Las com­pe­ten­cias docen­tes en la actua­li­dad son y deben ser las herra­mien­tas con las que el docen­te enfren­ta­rá  los retos de la edu­ca­ción, for­man­do estu­dian­tes con cri­te­rios y valo­res para la vida, hacien­do de ellos hom­bres y muje­res de bien, tan­to para la fami­lia como para la socie­dad en la que se desa­rro­llen, por tal moti­vo se sugie­re que los docen­tes de este tiem­po se enfo­que a aten­der la apli­ca­ción de las tec­no­lo­gías en el pro­ce­so de ense­ñan­za con sus alumnos.

Las com­pe­ten­cias para la escri­tu­ra con­lle­van el desa­rro­llo de una serie de habi­li­da­des que se deben de alcan­zar a par­tir de tener un con­tac­to con la reali­dad, reto­man­do las nece­si­da­des de los pro­pios estu­dian­tes y del pro­fe­sor for­ma­dor de estas gene­ra­cio­nes, para ello se deter­mi­nan algu­nos con­cep­tos para lograr el enten­di­mien­to des­de otra mira­da al entorno en que vive.

Com­pe­ten­cias Docentes.

Las  com­pe­ten­cias docen­tes, son la capa­ci­dad que un docen­te tie­ne para pro­ce­der a las nece­si­da­des de un gru­po  de tra­ba­jo, bajo una serie de situa­cio­nes a aten­der,  en las que se deben reto­mar  acti­tu­des, cono­ci­mien­tos, que deter­mi­nen y se ase­gu­re el cono­ci­mien­to adqui­ri­do en los estu­dian­tes, arti­cu­lan­do todas aque­llas herra­mien­tas que pro­por­cio­nen un enfo­que sig­ni­fi­ca­ti­vo en el pro­ce­so pedagógico.

Una com­pe­ten­cia tien­de a deter­mi­nar el poten­cial que se tie­ne para rea­li­zar tareas esco­la­res o de otra índo­le, lle­van­do al indi­vi­duo  a desa­rro­llar algu­nas otras com­pe­ten­cias que se han adqui­ri­do en otros momen­tos, pro­vo­can­do de esta mane­ra un apren­di­za­je nue­vo,  el logro de cada una de las com­pe­ten­cias es inte­gra­do a par­tir de una inter­de­pen­den­cia que tie­ne que ver con la movi­li­za­ción diná­mi­ca para lograr el pro­ce­so  de ense­ñan­za – aprendizaje

Como par­te rigu­ro­sa  en los docen­tes y cum­plir con los linea­mien­tos para su desa­rro­llo como son: estruc­tu­ra, cono­ci­mien­tos, estra­te­gias, habi­li­da­des y valo­res.  Cada uno de estos aspec­tos se vin­cu­lan a las com­pe­ten­cias bajo la apues­ta de cono­ci­mien­tos, habi­li­da­des, des­tre­zas, valo­res, con­ver­ti­das en el docen­te como una par­te inte­gra­do­ra que lo lle­va a:  mane­jar, cono­cer, reco­no­cer, apli­car, esta­ble­cer, dise­ñar, iden­ti­fi­car, pro­po­ner, coor­di­nar, desa­rro­llar, invo­lu­crar, cul­ti­var, res­pe­tar, ser, sus­ten­tar, pre­sen­tar, par­ti­ci­par, refle­xio­nar, cada una de estas accio­nes son par­te inte­gra­do­ra de las com­pe­ten­cias  que cada docen­te debe ajus­tar a sus nece­si­da­des para lle­var a las aulas los cono­ci­mien­tos que se requieren.

Como se ha podi­do ver las com­pe­ten­cias tien­den a pre­ver que el for­ma­dor de docen­tes pro­mue­va el dina­mis­mo en los nor­ma­lis­tas para que a la vez éstos sean capa­ces de expo­ner en las prác­ti­cas de acer­ca­mien­to con los gru­pos y de esta mane­ra cubrir el per­fil que recla­ma la edu­ca­ción bási­ca, en este sen­ti­do la edu­ca­ción secun­da­ria, para que de algu­na for­ma adquie­ra habi­li­da­des de todo tipo y las pon­ga a prue­ba con los adolescentes. 

Enfo­que edu­ca­ti­vo de las competencias.

La edu­ca­ción es una acción prác­ti­ca que tie­ne dos resul­ta­dos: la capa­ci­ta­ción  y la for­ma­ción. Es una acción prác­ti­ca por­que se entien­de como una labor que rea­li­zan espe­cia­lis­tas sobre una mate­ria pri­ma (alum­nos) uti­li­zan­do ins­tru­men­tos apro­pia­dos, los espe­cia­lis­tas son los edu­ca­do­res, ellos rea­li­zan la prác­ti­ca edu­ca­ti­va  con el fin de que los suje­tos de la edu­ca­ción, por lo gene­ral niños, ado­les­cen­tes y jóve­nes, sean modi­fi­ca­dos  para con­ver­tir­se  en suje­tos adap­ta­dos a una deter­mi­na­da socie­dad. De la prác­ti­ca edu­ca­ti­va sur­ge esa tran­si­ción que se per­ci­be como una capa­ci­ta­ción y una for­ma­ción cuya fina­li­dad es posi­bi­li­tar la adaptación. 

La capa­ci­ta­ción se entien­de como el pro­ce­so  median­te el cual el alumno adquie­re con­cep­tos, pro­ce­di­mien­tos, infor­ma­cio­nes, etc. que van a per­mi­tir su desem­pe­ño en una acti­vi­dad deter­mi­na­da o en la cons­truc­ción de algo.  La edu­ca­ción es tam­bién ins­truc­ción, útil a medi­da que las per­so­nas pue­dan desa­rro­llar su inte­li­gen­cia indi­vi­dual y adqui­rir cono­ci­mien­tos que per­mi­tan razo­nar por sí mis­mos. La edu­ca­ción es for­ma­ción que impli­ca la adqui­si­ción de acti­tu­des, nor­mas, valo­res, y un códi­go éti­co, es decir, la adqui­si­ción  de  una acti­tud,  la de ver la reali­dad social­men­te acep­ta­da, lo cual faci­li­ta al alumno adap­tar­se a lo que es nor­ma­ti­vo en una sociedad.

Enfo­que basa­do en competencias.

Este enfo­que se ori­gi­na en las nece­si­da­des labo­ra­les y, por tan­to, deman­da que las escue­las se acer­quen más al mun­do del tra­ba­jo. Seña­la la impor­tan­cia de for­ta­le­cer y pro­pi­ciar el víncu­lo entre las ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­ti­vas y el sec­tor labo­ral. Al cam­biar  los modos de pro­duc­ción, la edu­ca­ción tam­bién se ve obli­ga­da a cam­biar, se plan­tea así la nece­si­dad  de pro­por­cio­nar al estu­dian­te ele­men­tos para que pue­da enfren­tar­se a las varia­bles  que se pre­sen­ten en el con­tex­to del trabajo.

Com­pe­ten­cias en la educación:

  • Mane­jo de emociones
  • Avan­ce de la auto­no­mía a la independencia
  • Madu­ra­ción en las rela­cio­nes interpersonales
  • Esta­ble­ci­mien­to de la pro­pia identidad
  • Desa­rro­llo de obje­ti­vos personales
  • Desa­rro­llo de integridad

Com­pe­ten­cias de comunicación.

  • Leer y escri­bir dife­ren­tes tex­tos impre­sos y electrónicos
  • Tra­ba­jo en dife­ren­tes tareas que impli­quen cono­ci­mien­tos  mate­má­ti­cos, aná­li­sis y reso­lu­ción de problemas
  • Desa­rro­llar diver­sas tareas que impli­quen una com­pren­sión global
  • Desa­rro­llar diver­sas tareas que impli­quen la com­pren­sión de diver­sos mode­los de investigación
  • Desa­rro­llar diver­sas tareas que impli­quen per­cep­cio­nes y valo­ra­cio­nes estéticas.

Den­tro de las com­pe­ten­cias de comu­ni­ca­ción se esta­ble­cen algu­nas accio­nes que tie­nen que ver con lo siguiente:

  • Habi­li­da­des verbales:
  • Hablar y escuchar
  • For­mu­lar pre­gun­tas adecuadas
  • Dis­cu­sión grupal
  • Leer y expre­sar­se ver­bal­men­te y por escrito
  • Habi­li­dad de lectura:
  • Leer crí­ti­ca­men­te
  • Selec­cio­nar la información
  • Habi­li­da­des de expre­sión escrita:
  • Escri­bir, pen­sar con lógi­ca para expre­sar ordenadamente
  • Ela­bo­rar informes
  • Ela­bo­rar artículos
  • Ela­bo­rar ensayos

Den­tro del pro­ce­so de la comu­ni­ca­ción y bajo la deter­mi­na­ción de las com­pe­ten­cias, se esta­ble­cen algu­nas otras accio­nes que tie­nen que ser desa­rro­lla­das en la mis­ma direc­ción de lo antes men­cio­na­do y que tie­ne que ver con carac­te­rís­ti­cas de la for­ma­ción del alumno, par­te impor­tan­te que se debe alcan­zar a par­tir de las accio­nes esta­ble­ci­das de mane­ra glo­ba­li­za­do­ra en las com­pe­ten­cias, tie­nen que ver con las habi­li­da­des de razo­na­mien­to:  eva­luar, ana­li­zar, reso­lu­ción de pro­ble­mas, toma de deci­sio­nes, con­sul­tar etc.

Pla­nea­ción.

  • La pla­nea­ción, tam­bién cono­ci­da como pla­ni­fi­ca­ción o pla­nea­mien­to, con­sis­te en el pro­ce­so a tra­vés de cual se ana­li­za la situa­ción actual (dón­de esta­mos), se esta­ble­cen obje­ti­vos (dón­de se quie­re lle­gar), y se defi­nen las estra­te­gias y cur­sos de acción (cómo  lle­gar) nece­sa­rios para alcan­zar dichos objetivos.

Den­tro de lo que es la pla­nea­ción se con­si­de­ran dife­ren­tes accio­nes, la pla­nea­ción des­de un pro­yec­to, de semes­tre o bien por sesión. 

Comu­ni­ca­ción escrita.

La comu­ni­ca­ción escri­ta tie­ne per­ma­nen­cia, con ello hace refe­ren­cia a que siem­pre se posee la infor­ma­ción en escri­tos para vol­ver­la a usar, refle­xio­nar antes de escri­bir, nos lle­va a pen­sar y defi­nir bien lo que se quie­re escri­bir antes de ano­tar­lo defi­ni­ti­va­men­te en un docu­men­to que habrá de ser uti­li­za­do pos­te­rior­men­te, en la escri­tu­ra se reto­man algu­nas carac­te­rís­ti­cas como la cla­ri­dad, pre­ci­sión, la sín­te­sis, la natu­ra­li­dad, etc.

La ense­ñan­za.

    Al ser el apren­di­za­je autén­ti­co un con­jun­to de expe­rien­cias con­cre­tas de carác­ter refle­xi­vo sobre los datos de la mate­ria esco­lar, es evi­den­te que la ense­ñan­za autén­ti­ca con­sis­ti­rá en pro­yec­tar, orien­tar y diri­gir esas expe­rien­cias con­cre­tas de tra­ba­jo refle­xi­vo de los alum­nos, sobre los datos de la mate­ria esco­lar o de la vida cul­tu­ral de la humanidad.

    Ense­ñar es, pues, fun­da­men­tal­men­te, dar a los alum­nos opor­tu­ni­dad para mane­jar inte­li­gen­te y direc­ta­men­te los datos de la dis­ci­pli­na, orga­ni­zan­do, diri­gien­do y con­tro­lan­do expe­rien­cias fruc­tí­fe­ras de acti­vi­dad refle­xi­va. En sín­te­sis, “ense­ñar es diri­gir con téc­ni­cas apro­pia­das el pro­ce­so de apren­di­za­je de los alum­nos en la asig­na­tu­ra”. Es enca­mi­nar­los hacia los hábi­tos de apren­di­za­je autén­ti­co, que los acom­pa­ña­rán a tra­vés de la vida. Sien­do la ense­ñan­za, en su más autén­ti­ca y moder­na acep­ción, la direc­ción téc­ni­ca del pro­ce­so de apren­di­za­je, es evi­den­te que ense­ñar sig­ni­fi­ca concretamente:

  •  Pre­ver y pro­yec­tar la mar­cha de ese pro­ce­so, impri­mien­do una orga­ni­za­ción fun­cio­nal al pro­gra­ma de tra­ba­jos y reu­nien­do el mate­rial biblio­grá­fi­co y los medios auxi­lia­res nece­sa­rios para estu­diar la asig­na­tu­ra e ilustrarla.
  • Ini­ciar a los alum­nos en el estu­dio de la asig­na­tu­ra, esti­mu­lán­do­los, pro­ve­yén­do­los de los datos nece­sa­rios, orien­tan­do su razo­na­mien­to, acla­ran­do sus dudas y for­ta­le­cien­do su pro­gre­si­va com­pren­sión y domi­nio de la materia.
  • Diri­gir a los alum­nos en acti­vi­da­des con­cre­tas, apro­pia­das y fecun­das, que los con­duz­can a adqui­rir expe­ri­men­tal­men­te un cre­cien­te domi­nio refle­xi­vo sobre la mate­ria, sus pro­ble­mas y sus relaciones.

En lo que corres­pon­de a la par­te meto­do­ló­gi­ca se con­si­de­ra Epis­te­mo­ló­gi­ca­men­te­que supo­ne rom­per con el bino­mio clá­si­co de suje­to y obje­to de la inves­ti­ga­ción. Lo cual impli­ca que la ver­dad — cien­cia — teo­ría se va logran­do en la acción par­ti­ci­pa­ti­va comu­ni­ta­ria. La teo­ría va a ser resul­ta­do del apor­te popu­lar, leí­do, jus­ti­fi­ca­do, con­va­li­da­do y orien­ta­do por los méto­dos cien­tí­fi­cos. En todo ello se con­si­de­ra la obser­va­ción, la entre­vis­ta prin­ci­pal­men­te, sien­do ello la vía esen­cial para recu­pe­rar la infor­ma­ción per­ti­nen­te a fin de tener infor­ma­ción cla­ra que per­mi­ta iden­ti­fi­car como se lle­va a cabo la for­ma­ción bajo en enfo­que por competencias.

Con la infor­ma­ción que se ha recu­pe­ra­do se tie­ne un pano­ra­ma com­ple­to en cuan­to al  por­cen­ta­je en que se adquie­ren las com­pe­ten­cias comu­ni­ca­ti­vas escri­tas por los alum­nos de la Escue­la Nor­mal de Sul­te­pec,  para que de esta mane­ra se pro­mue­van escri­tos al inte­rior del tra­ba­jo que se desa­rro­lla, como par­te de esa for­ma­ción docen­te  a lo lar­go de toda su tra­yec­to­ria esco­lar y que todo ello le faci­li­te tener una visión amplia para lle­gar a obte­ner una pre­pa­ra­ción más, den­tro de la carre­ra como docente. 

Con la infor­ma­ción recu­pe­ra­da de los estu­dian­tes nor­ma­lis­ta y por otra par­te la que pudie­ron pro­por­cio­nar los docen­tes de asig­na­tu­ra, se reco­no­ce que el tra­ba­jo es bajo, el enfo­que por pro­yec­tos, lle­va al estu­dian­te a poder lograr la adqui­si­ción de com­pe­ten­cias para la escri­tu­ra, con ello se lle­ga a reco­no­cer que los estu­dian­tes  escri­ben y se intere­san por este tipo de acti­vi­da­des, sin en cam­bio de lo que se adquie­re, hace fal­ta pro­mo­ver que este tipo de tra­ba­jos se fun­da­men­ten más, a fin de que se pue­da  reco­no­cer des­de don­de se ini­cia  la escri­tu­ra y las carac­te­rís­ti­cas con las que se deben plan­tear  los escritos.

Cabe  men­cio­nar que con esta infor­ma­ción que se ha recu­pe­ra­do refle­ja que hay com­pe­ten­cias de escri­tu­ra en los nor­ma­lis­ta, sin en cam­bio tam­bién se deter­mi­na que fal­ta la apli­ca­bi­li­dad de ellas en los tra­ba­jos y por otra par­te lle­var­lo a la prác­ti­ca en las escue­las secun­da­rias de acer­ca­mien­to a los grupos.

Que­da como un reto para una pró­xi­ma inves­ti­ga­ción, reco­no­cer por que los nor­ma­lis­tas no escri­ben, tenien­do las com­pe­ten­cias para la escri­tu­ra y lle­van­do con ellos una serie de habi­li­da­des que adquie­ren a lo lar­go de su for­ma­ción, sin en cam­bio se le sigue com­pli­can­do la redac­ción de docu­men­tos que le habrán de ser­vir para alcan­zar un esti­lo de ense­ñan­za como lo mar­can los pla­nes y pro­gra­mas de estu­dio, que sea acor­des a los reque­ri­mien­tos de una ense­ñan­za que se ape­gue a la adqui­si­ción de com­pe­ten­cias para la vida.