De las dis­tin­tas regio­nes de Méxi­co;  des­de el esta­do de Coahui­la has­ta el sur­es­te de Méxi­co; de luga­res remo­tos de Amé­ri­ca del sur y de Euro­pa; ven­drán con sus voces los invi­si­bles de la polí­ti­ca edu­ca­ti­va, los exclui­dos de las deci­sio­nes de quie­nes gobier­nan des­de el poder polí­ti­co absoluto.

En un tiem­po rela­ti­va­men­te cor­to; una aso­cia­ción civil como el Con­se­jo de Trans­for­ma­ción Edu­ca­ti­va ha sabi­do aglu­ti­nar a dece­nas de pro­fe­so­res, inves­ti­ga­do­res, estu­dian­tes, direc­ti­vos de ins­ti­tu­cio­nes de Edu­ca­ción Bási­ca, Media Supe­rior y Supe­rior y orga­ni­za­cio­nes de los pue­blos ori­gi­na­rios. Aho­ra, cada uno pre­pa­ra las herra­mien­tas de su tra­ba­jo y den­tro de algu­nas sema­nas; todos, lle­ga­rán a la ciu­dad mile­na­ria de Tlax­ca­la ape­nas res­guar­da­da y amu­ra­lla­da por su mon­ta­ña vol­cá­ni­ca “Malin­che.

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