Teresa Vilchis Morales, Rosa María Macías Hernández, Filiberta González Serrano
Preparatoria Oficial No. 60, Jocotitlán
Ponencia presentada en el Primer Congreso Internacional de Transformación Educativa
INTRODUCCIÓN
Para algunos actores educativos, resulta de gran trascendencia, hacer frente a las exigencias educativas de nuestra época, por lo que existe la inquietud de tener herramientas que permitan desarrollar el trabajo áulico cotidiano, bajo parámetros que atiendan las necesidades de enseñanza y aprendizaje actuales.
El interés por abordar este tipo de temáticas tiene su origen en los diálogos que se llevan a cabo al interior de la “Red de Investigación desde la Escuela Mexiquense” (RIDEM), nombre propuesto a partir del objetivo de hacer investigación, dirigida por el Dr. Rubén Madrigal Segura, aún en construcción, además se hace patente, que varios de los miembros no son “investigadores”, ni de nombramiento, ni de profesión y que sin embargo se ha coincidido que debe haber trabajo formal y desde diferentes enfoques que sustenten y provean de elementos a las situaciones que se vivan en el trabajo cotidiano, que a su vez guíen la conducción de acciones que conlleven al logro de objetivos propuestos.
Por lo tanto, el profesor, resulta ser el principal agente para el desarrollo de situaciones novedosas e innovadoras dentro de la escuela, ya que es quien tiene el conocimiento y dominio de las estrategias didácticas que utiliza en el campo disciplinar que ejecuta, a partir de la detección de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas educativas y quien además está en contacto directo con los estudiantes, que son el motivo principal del cambio de esquemas y practicas rutinarias.
De igual forma, las innovaciones sólo son significativas en la medida que los integrantes de la comunidad escolar colaboren, tomando como punto de partida la misión y visión institucional que guiará y justificará las acciones que se programen durante el ciclo escolar. Los docentes que estén convencidos en hacer diferente su práctica educativa, se debieron haber identificado con los propósitos institucionales, lo que facilita el trabajo y las tareas a realizar, considerando que todo ello irá encaminado al logro de resultados esperados por los actores involucrados, lo que se traduce en la mejora de indicadores tanto de aprobación, como de aprovechamiento.
Si bien es cierto, las políticas escolares siempre han sido parte de la naturaleza existencial de las instituciones, sin embargo es posible hacer cambios en su ejecución y seguimiento en virtud de modificar esquemas cotidianos y comunes que permitan el fortalecimiento de prácticas sociales positivas y sobre todo que en un marco de armonía se pueda hacer partícipe a todos, de los logros y fracasos que alguna situación o circunstancia presente, de ahí que involucrar al grupo docente en la contribución o toma de decisiones deba ser una práctica más habitual dentro de los centros escolares de la actualidad, olvidando un poco tanta verticalidad generada a partir de las jerarquías de poder.
Así mismo, hablar de investigación no debe ser una situación de bloqueo a nuestra creatividad docente, la formación que cada uno posee, lleva implícitas las herramientas de poder llevar a cabo un trabajo sustentado y soportado por elementos teórico-científicos que nos da el mismo acercamiento a la actualización docente y solo por mencionar un enfoque de investigación, es que se incluye la INVESTIGACION-ACCION, como estrategia de esta innovación educativa.
Hoy en día los maestros debemos ser investigadores, innovadores y sobre todo forjadores y formadores de escenarios pedagógicos atractivos para los estudiantes que están a cargo de cada uno, que permita operar un modelo educativo dinámico y sobre todo interesante para el estudiante.
De esta manera, la presente ponencia solo es un llamado a la reflexión de que nuestra labor debe ser revisada primero desde nuestro interior, en la intención de ser esos agentes dinámicos, con disponibilidad al cambio social, que al mismo tiempo nos permita ser los pilares de la innovación educativa, que de manera gradual se vea manifiesta en actitudes positivas de los estudiantes que están a nuestro cargo.
LA INNOVACION A TRAVES DE LA INVESTIGACION EDUCATIVA
Lo sobresaliente en esta ponencia es acercarnos al conocimiento de las implicaciones de la investigación y la innovación educativa, y retomar la esencia que el proceso de enseñanza debe contener como pilares de impacto en dicha acción, de esta forma los factores que podemos considerar como primordiales en este ámbito debe llevarnos a analizar los procesos cotidianos de nuestro quehacer docente.
Bajo este esquema es importante reconocer a la escuela como una organización donde interactúan principios, valores, intereses, actitudes, normas y funciones contenidas en la normatividad vigente; lugar donde se pugna por el mejoramiento de indicadores que representa el rendimiento escolar de los estudiantes y el desarrollo de competencias de acuerdo a nuestro modelo educativo actual.
De esta forma se hace necesario considerar parte de este esquema a la innovación educativa, que de acuerdo al planteamiento de Escudero (1988:88) la innovación educativa: “…significa referirse a proyectos socio-educativos de transformación de nuestras ideas y prácticas educativas en una dirección social e ideológicamente legitimada… transformación que merece ser analizada a la luz de criterios de eficacia, funcionalidad, calidad y justicia y libertad social… potenciación de aprendizajes en todo el sistema educativo y como proceso en el que deben participar diversas instancias y sujeto en una adecuada red de roles y relaciones complementarias”. De lo cual podemos advertir que se conjuga una serie de aspectos que son fundamentales para que la innovación educativa sea una realidad funcional y que no está alejada de las posibilidades personales o profesionales de los docentes.
Por su parte, Imbernón (1991:69), señala que la innovación: “…es la actitud y proceso de indagación de nuevas ideas colectivas, de propuestas y aportaciones para la solución, de situaciones conflictivas de la práctica, lo que comportará un cambio en los contextos y en la práctica institucional de la educación.” En este sentido ya se considera el ámbito de la investigación, condición que debe ir de la mano con la innovación, dado que a través de dicha indagación se visualizan las áreas de oportunidad para llevar a cabo estrategias novedosas y atractivas académicamente hablando.
Por su parte, Rivas (2000), considera algunas características que debe poseer toda institución escolar innovadora, las cuales son:
- Claridad de las metas, propósitos y objetivos institucionales.
- Autonomía y descentralización interna, con participación en las decisiones.
- Red interna de comunicaciones abiertas y fluidas.
- Colaboración entre personas, estructuras y niveles, con relaciones de cohesión
- Capacidad de resolución de problemas y génesis interna de innovaciones.
- Liderazgo activo en la búsqueda de informaciones e impulso innovador.
- Apertura al entorno, en funciones de búsqueda de información y adaptación, aunque preservando la propia autonomía de propósitos y procesos.
- Diversidad de las competencias u orientaciones profesionales de los miembros.
- Una unidad o estructura organizativa para la gestión de la innovación.
Como puede apreciarse, no son situaciones ajenas a lo que cada institución vive dentro de su dinámica cotidiana, lo importante es que cada aspecto sea eficiente para el éxito de los resultados esperados; por lo que representa un reto, que de manera gradual deberá irse alcanzando, siempre y cuando se tenga la convicción de trabajar bajo este enfoque innovador. Por lo tanto la escuela debe pugnar por lograr la concientización de su forma de organización, que promueva cambios de forma planificada que permitan generar el ambiente motivacional esperado, siendo una de las tareas más complejas por hacer.
La creatividad es parte fundamental en este proceso innovador, aunque por sí sola no es capaz de provocar cambios o nuevas creaciones, ya que debe considerar una serie de elementos que sistematicen el pensamiento creativo y lo lleven a la creación de nuevos escenarios, cosa que sólo puede lograrse mediante un proceso intencional y organizado previamente definido.
Para Morrish (1978), la innovación es la introducción de algo nuevo y diferente, pero no significa necesariamente algo que sea enteramente novedoso por su naturaleza, sino más bien algo que lo es para aquellos que la utilizan, lo que redituará en el aumento de los aprendizajes de los estudiantes a partir de la mejora de la enseñanza.
Tomando en cuenta todas estas ideas, contamos con un panorama incluyente de varios elementos, que debemos atender al momento de diseñar modelos de innovación, como lo es el diagnóstico, planificación y programación de acciones que puedan ser evaluadas y con ello advertir a tiempo su eficiencia y eficacia en cuanto a su aplicación y sobre todo contar con la participación e involucramiento del equipo de trabajo institucional, quien deba adjudicarse el éxito o el fracaso de los resultados, a partir de la parte que le toque hacer y de la medida en que su actitud fue trascendente para obtener dicho efecto.
En este esquema de innovación, resulta importante considerar parte fundamental el aspecto de la investigación, tarea por demás necesaria en todo acto educativo, ya que nos dará la orientación precisa del camino a seguir en las actividades que se pretendan llevar a cabo, en virtud de generar ambientes de aprendizaje diferentes, pero atractivos. Schmelkes (1988), señala que en nuestro país en los años setenta, surge la necesidad de crear una investigación educativa que permita que la educación contribuya significativamente a la reconstrucción de estructuras sociales y económicas más justas, de ahí que Pablo Latapí, haya hecho estudios de la Educación Rural con el fin de detectar su problemática, de lo cual los propósitos serían manifestar los aspectos funcionales y disfuncionales de la educación con respecto al sistema social, esto como antecedente a la inquietud de considerar prácticas educativas eficaces, dicho proyecto sugirió tres niveles de acción, entre los cuales está una transformación en la estructura social del país, poco viable pero efectiva. Se trataba de una acción educativa que se realizara al margen de las estructuras sociales. Se proponía entonces, la investigación ‑acción, como investigación educativa, pues se consideraba que en los procesos de aprendizaje de los adultos campesinos se explicaban más en función de una práctica concreta y de las posibilidades de realizarla, que en función de medidas sistemáticas específicamente orientadas a un cambio educativo, de estos estudios solo me interesa retomar la idea del enfoque de la investigación y su utilidad.
En México, la investigación acción no se plantea como la única forma de generar conocimiento sobre educación, sino que tiene que interactuar con otras formas convencionales de hacer investigación. Se parte de la concepción de investigación acción entendida como un proceso dialógico, reflexivo y práctico y donde además se puede considerar un término genérico que cuenta con una amplia gama de estrategias que se ponen en práctica para mejorar el sistema educativo y por ende la práctica cotidiana, de ahí que solo es una de tantas formas de captar la problemática existencial en las escuelas e intentar disminuir los bloqueos que debilitan los procesos educativos victoriosos.
Considerando la aportación de Elliot (1993) quien define la investigación-acción como “un estudio de una situación social con el fin de mejorar la calidad de la acción dentro de la misma”. Dirige nuestro pensamiento a llevar a cabo la reflexión acerca de los problemas prácticos a que los docentes nos enfrentamos, orientándonos a llevar a cabo acciones que permitan construir ambientes diversos y funcionales en el campo educativo.
Latorre, (2003) define a la investigación-acción, como “un estudio sistemático orientado a mejorar la práctica educativa por grupos de sujetos implicados a través de sus propias acciones prácticas y de reflexión sobre los efectos de tales acciones”. Ello justifica plenamente la puesta en práctica de procesos innovadores dentro del ejercicio de la docencia en la actualidad.
De acuerdo a la misma idea, Kemmis (1984) enfatiza que: la investigación-acción es: Una forma de indagación auto reflexiva de los participantes (maestros, estudiantes o directivos) en situaciones sociales y educativas para mejorar la racionalidad y justicia de sus propias prácticas sociales o educativas, así como la comprensión de tales prácticas y las situaciones e instituciones en que éstas prácticas se realizan, lo que genera nuevamente la reflexión de la responsabilidad encomendada y de las estrategias didácticas y pedagógicas que se ponen en práctica en el desarrollo de la labor docente, de esta manera, se pretende primeramente que los profesionales de la educación, mediante la autorreflexión analítica y crítica de su trabajo, asuman la responsabilidad colaborativa del desarrollo de una nueva forma de compartir el conocimiento con los estudiantes de ésta época.
Desde esta perspectiva, tanto la investigación acción, como la innovación educativa comparten inquietudes y escenarios similares, lo que permite fortalecer el trabajo que pudiera proponerse para la existencia de cambios sustanciales y el logro de metas programadas.
La innovación educativa, debe situarse en la forma de hacer las cosas diferente, que permita que los resultados sean distintos y sobre todo satisfactorios. La dinámica educativa tiene diversos matices, por lo que el compromiso es mayor para cada docente que atiende generaciones diferentes cada vez y su práctica debe responder a lograr resultados y alcanzar objetivos propuestos a partir de la introducción de situaciones y escenarios con acciones que ayuden al proceso enseñanza aprendizaje y que a partir de ello el estudiante continúe aprendiendo a hacer, a ser, a conocer, a convivir.
En tanto que la investigación acción proporciona las herramientas que puedan dar soporte a la dinámica pedagógica que permita generar los ambientes necesarios para el desarrollo de actividades que conlleve al cambio tan esperado y que la dinámica social exige en estos tiempos.
De alguna manera los docentes debemos tener en cuenta que la participación diaria y el compromiso implican considerar un cambio en la actitud personal y con los demás, que el desarrollo de la habilidad interpersonal permee en circunstancias de trato con los demás integrantes de la comunidad donde desarrollemos nuestra práctica educativa y que ello se traduzca en un equipo fuerte de acciones que atiendan los reclamos indirectos de aquellos estudiantes que esperan encontrar en cada uno de sus maestros.
El impacto en los resultados podrá verse reflejado tan pronto empiece a ser funcional la nueva gama de estrategias que emanen del estudio de la problemática detectada y que se pretenda erradicar bajo el nuevo esquema de trabajo de los docentes convencidos y decididos a ser parte del trabajo arduo que esto representa. Y donde la necesidad de cambio sea consciente y deseada, que dicho resultado sea producto de un proceso que involucre a la planificación y que dicho cambio se proponga llevar a cabo dentro del área donde se forma parte.
Debemos tener en cuenta que la innovación educativa implica cambios especialmente en la práctica profesional, lo que representa ser una de las grandes oportunidades que los docentes tenemos para implementar estrategias que podamos llevar a cabo y puedan ser evaluadas de manera inmediata con el fin de advertir su mejora o modificación de la misma. La utilización de estrategias nos da la posibilidad de ampliar nuestro rango de acción frente a problemas complejos, como los que se presentan en la realidad socioeducativa. A diferencia de las metodologías o técnicas grupales que solo tienden a encuadrar las actividades en procedimientos rígidos, con pasos que no podemos dejar de realizar para conseguir los objetivos previstos y lo cierto es que en el ámbito educativo, además de buenos procedimientos requerimos de cierta flexibilidad para adaptar nuestras decisiones y acciones en situaciones contingentes no previstas por el método, es que se incluye la investigación-acción, como fuente de creación de estrategias didácticas funcionales y sobre todo innovadoras.
Por su parte, los estudiantes también deben manifestar actitud de trabajo y colaboración a las actividades sugeridas por el docente, ya que no podrá haber resultados, sin esta participación, ello permitirá al docente determinar oportunamente la funcionalidad de la planeación de sus actividades y de poder darse cuenta que puede corregir, omitir o bien modificar.
Con relación a las innovaciones que se orientan desde el paradigma crítico-social, Moreno (1996), considera 5 principios que deben considerarse al realizar estrategias bajo esta perspectiva:
- La innovación pedagógica crítica, está articulada por la investigación interdisciplinaria para la reconstrucción del conocimiento por parte de los actores que participan en ella. A partir de la interacción comunicativa, los docentes reflexionan sobre su práctica, haciéndose conscientes de su saber pedagógico.
- La innovación pedagógica crítica, tiene como principal destinatario a los alumnos y alumnas, por medio de los cuales se promueve la transformación cultural que busca mejorar el nivel personal y social.
- La innovación pedagógica crítica, es el espacio natural que permite la confrontación de ideas, a través de la argumentación de cada uno de los sujetos participantes.
- La innovación pedagógica crítica, para que pueda desarrollarse y conseguir los propósitos de transformación personal y social, requiere de espacios de autonomía que estén más allá de los que otorga la normativa escolar.
- La innovación pedagógica crítica, se legitima desde y para la práctica docente, porque sólo a partir de ella es posible producir una acción comunicativa discursiva que posibilite su transformación.
Sin lugar a dudas la preparación docente representa una característica que apoya el éxito de la innovación educativa, ya que los elementos tanto teóricos, pedagógicos y disciplinares de las materias que imparte, repercute en alcanzar los objetivos propuestos, de esta forma la propuesta para involucrarnos en un ritmo diferente de trabajo está manifiesta, la decisión será de cada uno que tenga la visión de construir de manera conjunta la práctica educativa bajo esquemas de diversidad y sobre todo útiles y atractivos para el estudiante, quienes son el motivo de existencia de cada docente.
CONCLUSIONES
Trabajar bajo un panorama de posibilidades, representa una labor mayormente comprometida por cada docente dentro de los diferentes planteles de trabajo, donde los efectos de las innovaciones se verán observados en los alumnos, quienes demostrarán el desarrollo de competencias cognoscitivas y socio-afectivas y por ende los profesores experimentarán una mayor satisfacción personal.
Será digno de reconocer a aquel actor que provoque situaciones de cambio, no importa que sean graduales, lo trascendente será que a través de su ejercicio, constancia y de involucrar y compartir con sus demás compañeros de trabajo las estrategias que esté poniendo en práctica, permita lograr mejoras en los indicadores de deserción, aprobación y aprovechamiento. Seguramente en muchas ocasiones solo se tengan que perfeccionar algunas acciones que ya estén dando resultados y concluir con la socialización de metodologías y estrategias efectivas en su práctica docente, ello se traduce en que no necesariamente deba ser algo desconocido hasta entonces, sino que alguna estrategia pueda presentarse de manera diferente.
Por lo tanto la comunicación debe ser obligada y eficiente entre los miembros del plantel educativo primeramente, en virtud de recibir comentarios o críticas, así como las sugerencias que indiquen el perfeccionamiento o mejor funcionalidad de las acciones que se emprendan, consideradas como parte de la innovación educativa.
La investigación debe verse fortalecida en reuniones colegiadas por aquellos, cuya empatía les vincule para la creación y distribución de estrategias que permitan al docente abordar sus temáticas de manera dinámica para el estudiante. Entre todos las ideas pueden surgir de manera excesiva y verse concretadas en actitudes y efectos positivos manifiestos en la institución educativa a la que se pertenezca.
Los resultados concretos en los estudiantes no serán otra cosa que observar en ellos una mayor participación y comunicación con los demás, el que adquieran elementos o herramientas que les permitan la resolución de problemas, mayor confianza en sí mismos y mejores conductas sociales.
La innovación educativa no es un tema nuevo, ni un concepto de moda, solo es una oportunidad que tenemos quienes nos dedicamos a la educación, de invertir nuestro tiempo en forjar ambientes y espacios de estudio generadores de hombres consientes con su realidad y comprometidos con su país.
Para los docentes cuya empatía se vincule con el cambio y la modificación de prácticas didácticas novedosas, debe existir la mentalidad de la comunión con aquellos proyectos que puedan ser posibilidad de cambio. A través de la investigación-acción, podemos encontrar las situaciones que ayuden a emprender estrategias que deban generar el propósito institucional, resumido en la misión y visión de la escuela.
La innovación de nuestra práctica educativa, solo se encuentra a la distancia de decidirnos por transformar la cotidianeidad áulica por escenarios atractivos para nuestros estudiantes y será a través de la investigación-acción el soporte que apoye las acciones que deban ponerse en práctica para alcanzar el objetivo formulado cada inicio de ciclo escolar.
Nuestra realidad educativa no puede seguir esperando, nuestro presente exige competencias académicas sólidas en cada individuo que a su vez tiene una misión por cumplir con su región, con su país y con el mundo.
BIBLIOGRAFÍA
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